Cumplido el plazo que Simple había dado, Simple decidió hacer la llamada. Los padres de Coco le confirmaron que ya tenían el dinero. “Bien, ahora trasladarán todo hacia el sur, no avisen a la policía y dentro de cinco minutos les diré el lugar exacto de la entrega”, terminó la comunicación. En el preciso instante que cerró el celular, la onda expansiva lo tiró al suelo junto con sus cómplices, dejándolo medio aturdido.
Cuando empezó a oír el rápido avance de los agentes, mandó a Equis y Uno a cubrir la entrada por la escalera, mientras él se dirigió hasta un exhausto Coco, lo desató y se quitó el pasamontañas… “¿Beto?”, lo reconoció Coco de inmediato. “Creí que estabas muerto… ¿Por qué estás haciendo esto?”, dijo el secuestrado con una mezcla de pavor y extrañeza. “¿Por qué? ¿Y tú preguntas por qué?”, respondió Beto furioso.
Las ráfagas mortales venían por el frente y la resistencia de Uno y Equis, aunque dura, no estaba destinada a durar mucho. Equis cayó fulminado en medio de la escalera, y Uno seguía defendiéndose como podía con su arma. “No me dejaste otra opción”, gritó colérico Beto, “si tan sólo te hubieses decidido a estar conmigo, nada de esto habría pasado”. Finalmente, el pecho de Uno fue atravesado por las balas y los agentes ganaron el segundo piso.
Beto se colocó detrás de Coco. “Alto al fuego, rehén en peligro”, avisaron los agentes empuñando seguros sus pistolas. El fuego cesó mientras Beto amenazaba: “si se acercan, lo mato”. Coco rogó a Beto que se detuviera, que terminara con dicha insania. Entonces, la bala del francotirador atravesó la última ventana en pie destruyéndola. Beto apenas si vio la bala venir a posarse a un lado de su cráneo, al tiempo que intentaba un último pensamiento…
[Este no fue un secuestro… Este fue un doble secuestro… Uno fingido y uno real… Pero también uno externo y uno interno… El externo es el que ocurrió… El interno es el que me sofocó… Porque ocultarse las verdades que uno tiene… Es como secuestrarse de la realidad… Y no querer entender lo que pasa… También es un secuestro… Porque, Coco, sólo en el entendimiento… Se es libre para aceptar… Adiós Coco…]