Silvio

[Visto: 386 veces]

Son las ocho de la noche de un jueves mustio. Aunque no le encuentro mayor prospectiva, me toca salir porque “no vaya a ser que ese loco nos vuelva a encerrar otra vez”. Miro con sorna al televisor a ver qué novedad tienen por decir nuestras ilustres autoridades. “Cuarentena” es la única palabra a la que presto algo de atención: este jueves se volvió interesante. Salgo por la puerta y espero un taxi.

Camino al sur, voy revisando mi celular. Me avisan que el lugar está espectacular, que el lleno es total. Es curioso, mientras más prohibitivo y mortal, los invitados más torpes se vuelven. Le digo al taxista que me deje en esa esquina de pared gris. Luego ando sobre mis pasos hasta aquella puerta verde, aquella entrada caleta hacia mi mundo ideal. Me esperan mis dos amigos, mis dos mensajeros. Les digo que avisen que aquí estoy.

A cada uno de mis pasos, los invitados voltean a verme. Es casi como si quisieran reverenciar mi presencia. Sin embargo. no les hago mucho caso. Sólo vengo por mi objetivo y, el de esta noche, es esa muchacha de apariencia frágil y vestido azul. Me acerco respetuoso, le doy las buenas noches y le pregunto su nombre. “Me llamo Erika”, me responde ella entre temerosa y asombrada. “Hola Erika. Yo soy Silvio”, respondo convincente y la invito a sentarse en mi mesa. Roto el hielo, me devuelve una sonrisa y camina conmigo.

(continuará)

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *