(viene del capítulo anterior)
Ella se le queda mirando: es obvio que le parece atractivo. De pronto, se da cuenta que él se acerca hacia su mesa. Se ruboriza un poco pero, con total tranquilidad, él se sienta a su costado y la saluda.
“Hola, soy Carlos”, dijo el joven y le extendió su mano. “Soy Laura”, dijo ella y lo saludó del mismo modo. Comenzaron a hablar de cualquier cosa, tanto que las bromas y las risas fluyeron mientras los tragos iban y venían en esa noche tan oscura.”He notado que te gusta bailar… ¿bailamos?”, preguntó Carlos como si no estuviera urgido por nada.
Laura asintió y ambos fueron a la pista de baile. Se les veía bastante animados con cada uno de los pasos que hacen, hasta que ella se sintió un tanto cansada. “Vamos a sentarnos”, le aconsejó Carlos al verla así. “Creo que es mejor si ya me voy”, respondió ella y acercándose a la mesa recogió su cartera.
(continuará)