(viene del capítulo anterior)
“Para contarte sobre Petreos, debo retroceder algunos días”, dijo Azul al abdicado rey. Las primeras conversaciones se dieron luego del primer acercamiento entre el líder tribal y Eduardo. Petreos no quedó muy convencido entonces y buscó asociarse a los rebeldes.
“Se le pidió una prueba de lealtad convincente y cumplió con ello”, señaló Azul refiriéndose a la emboscada donde terminó muerto el consejero real. Aquella vez, dentro de la carpa, Petreos selló su pacto con el príncipe gemelo, quien tuvo que golpearlo un poco para que aparezca como si hubiese sido maltratado como escarnio.
“Y ahora estás aquí, sin escapatoria”, sentenció Azul mientras Eduardo empieza a sentir una profunda decepción. Después el gemelo añadió: “Pero es justo que reclames el reino, así que he decidido que mañana luches conmigo en un duelo”. Eduardo se sorprendió con la declaración pero aceptó de inmediato: sabe que es su última opción de quitarle la vida a su rival.
(continúa)