Mientras en otras partes del mundo aún se celebra el inicio del 2009, en la Franja de Gaza, la violencia de la ofensiva israelí ya ha cobrado la vida de casi 400 personas y ha dejado a otras 1900 heridas. El ataque ha exacerbado los ánimos del movimiento islámico Hamas, que ha prometido “luchar hasta el último aliento” por mantener el control de esta convulsionada zona.
Israel ha demandado que Hamas pare el lanzamiento de misiles a su territorio. Sin embargo, ha rechazado las propuestas de alto al fuego provenientes de la Unión Europea (UE) y del Cuarteto para Medio Oriente (Estados Unidos, Rusia, UE y ONU). Por el contrario, como informan los medios, el gabinete de seguridad israelí se declaró decidido a continuar con la operación militar en Gaza: Israel teme que una tregua otorgue tiempo suficiente para que Hamas pueda lanzar un contraataque.
En cuanto a la ayuda humanitaria, si bien 106 camiones con este propósito ingresaron por la carretera de Kerem Shalom, no es menos cierto señalar que este ha sido el único camino que se mantiene abierto, ya que los demás permanecen cerrados.
Ante el complicado panorama que se presenta, la pregunta es la siguiente: