(viene del capítulo anterior)
Había llegado un nuevo fin de semana. Memo sale por la puerta de la oficina de lo más despreocupado. Un amigo suyo lo ha invitado a la inauguración de un nuevo bar a unas cuadras de allí y camina darle el encuentro. Finalmente le da el alcance en una esquina.
Gerardo lo saluda con afecto. Es la primera vez que se ven luego de un par de años separados por los compromisos personales de cada uno. Bajan por un par de calles y entran en una espacio amplio. Varias mesas hay por escoger. A un costado, hay una barra donde un barman espera por los clientes.
“¿Qué se les ofrece señores?”, dijo un cortés mozo que se acercó a atenderlos. Ellos pidieron un par de chelas para empezar. “Por la amistad”, dijo Gerardo e hicieron un brindis con el primer sorbo de la bebida. Memo le preguntó a su amigo qué había hecho todo este tiempo que no se habían visto. “Estuve de viaje, un largo viaje”, señaló su amigo con aire de misterio.
(continuará)