(viene del capítulo anterior)
Tras unos segundos de indecisión, los dos hombres se abalanzaron uno contra el otro. Rodolfo tomó la iniciativa y, con toda su corpulencia, pechó a Lucho, quien trastabilló y terminó en el piso. Lo golpeó en el suelo pero, antes que recibiera un golpe de gracia, el joven tomó un poco de tierra y la lanzó hacia la cara de su tío.
La sorpresiva treta hizo retroceder a Rodolfo, y esto aprovechó bien Lucho, que agarró moral y empezó a sacudir la cara del patrón con varios certeros y violentos puñetazos. Rodolfo cayó semiinconsciente y sangrante sobre el suelo.
Su mirada se fijó en el revólver que le había devuelto, lo retiró de la funda y apuntó hacia su tío, que aún se mantenía echado y jadeando en aquel lugar. Constanza, que se había quedado inmóvil junto a González, se le acercó corriendo y lo jaló de un brazo para que se fueran de allí. “Necesito verlo de frente, una vez más”, dijo el joven en tono firme e impasible.
(continúa)