Ecos desde Rasunia (capítulo catorce)

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(viene del capítulo anterior)

Baker se despierta en medio de la noche y se dirige hacia el salón de experimentos. Allí, encuentra durmiendo a Alejandro, por lo que con mucha precaución, recoge los cristales y los coloca dentro de una bolsa negra.

“¿Qué está haciendo?”, se despertó de pronto el asistente. Notó que los ojos del investigador tenían un brillo azulado intenso. Baker impuso su mano contra la frente del joven y lo desmayó. Salió del lugar y caminando por el pasillo se encontró con Colotto.

“¿A dónde vas, Yarod?”, le preguntó obligándolo a mirarlo: Eroldo había poseído el cuerpo del capitán tal como él lo había hecho con Baker. Eroldo-Colotto intentó detener a Yarod-Baker con todo su peso físico, pero fue derribado por una zancadilla de su adversario.

Yarod corrió hacia la cubierta del barco, abrió la bolsa negra, sacó los cristales y los arrojó por la borda. “¡No!”, gritó Eroldo completamente encolerizado y se arrojó a las turbulentas aguas del océano.

(continúa)

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