Félix Luciano Cuenca, 38 años, 12 de ellos como conductor de camiones de caudales de la empresa de seguridad “Hermes”. De un día para el otro, dopa a dos de sus compañeros de trabajo, los ata, se desvía del camino y roba un aproximado de dos millones de soles. Ayer, en su captura, el ya apodado como “Negro Lucky Luciano” dijo que lo maltrataban, que estaba arrepentido por lo sucedido, que tuvo sus cinco minutos de inconsciencia.
Y la verdad, me cuesta creerlo. Me cuesta creer que haya sacado de la nada dos alfajores con sedantes que durmieron a sus acompañantes, que de la nada hayan aparecido un par de sogas con que los amarró, que de la nada haya elegido la ruta de escape más conveniente, que sólo se haya quedado con 300 soles y el resto de medio millón que aún no aparece esté en poder de su hermano aún prófugo.
En lo que me concierne, opino que dicho robo fue planeado. Si él fuera discriminado como afirma, ¿no hay acaso canales internos y externos a la empresa dónde denunciarlos? Si todo fuera tan sólo sus “cinco minutos de locura”, ¿acaso existirían amarras y alfajores? Nefasto precedente para una empresa que se considera de las más confiables. Les tocará mejorar sus procesos de selección. Y a Luciano Cuenca, 25 años le darían por tamaña irresponsabilidad.