[A los estimados lectores:
El reciente apagón del último martes 16 no sólo cortó el fluido eléctrico en varios distritos de Lima, sino que también impidió la entrada a este blog debido a que, como la PUCP obviamente fue afectada por este imprevisto, anuló diferentes servicios como el de Blog PUCP y sus respectivas bitácoras enlazadas.
Por lo que expreso mis sinceras disculpas por este fortuito que ya fue superado en la mañana de hoy y puedan seguir leyendo los artículos publicados.
El autor.]
Tras un giro espeluznante en el caso del asesinato de la abogada Elizabeth Vásquez Marín –quien fuera hallada muerta dentro de la maletera de su auto-, su hija Elizabeth Espino fue internada ayer en el penal de Chorrillos por el delito de parricidio. Como informa el diario Correo, sus cómplices Fernando González Asenjo y José Cornejo Ruiz también fueron recluidos en la prisión Miguel Castro Castro. Junto con la presunta autora intelectual del crimen, enfrentan desde 15 hasta 35 años de carcelería por el homicidio cometido.
El padre de la acusada, el juez Alejandro Espino, señaló que “perdona” a su hija y piensa “apoyarla hasta el final”. Sin embargo, más allá de la estrategia de defensa legal planteada, queda la siguiente interrogante moral: ¿el desmedido apego al dinero puede ser tan arraigado que no respete ni siquiera al ser que da la vida? Es una pregunta que, en la soledad de su celda, la joven reclusa deberá reflexionar.