A poco de cumplirse el primer año de descubrirse, mediante grabaciones telefónicas, los hechos de tráfico de influencias del ex ministro Rómulo León y su socio en Perú Petro, Alberto Químper, para adjudicar lotes petroleros a la empresa noruega Discover Petroleum, siguen saliendo a la luz nuevas revelaciones del caso de corrupción más sonado en lo que va del presente gobierno.
Por un lado, el ex alcalde de Magdalena, Francis Allison, tuvo que dejar su cargo como ministro de Vivienda a poco de cumplir tres meses en él, debido a los cuestionamientos surgidos a raíz de su relación con Business Track, empresa que chuponeo a los involucrados en el caso Discover. Del otro lado, el ya mencionado Químper volvió a hacer noticia por supuestos “faenones” judiciales que se habría mandado favorecido por magistrados adictos al poder de turno.
Y la última perla encontrada, pero no menos importante, es la relación del entonces presidente de Petro Perú, César Gutiérrez, con la traductora de la empresa noruega, Lily Lemasters. Se especula que, al estallar el escándalo, el especialista en temas de hidrocarburos y la intérprete habrían tenido más que un vínculo laboral (recuérdese que la adjudicación de lotes fue al consorcio conformado entre la novel petrolera noruega y la entidad estatal), el cual habría “facilitado” los entendimientos en el concurso por los lotes.
Si cerramos el panorama con el hecho que los juicios por los casos petroaudios y chuponeo avanzan a paso de tortuga, la situación se vuelve un campo minado para todos aquellos que no quieren que se conozca la verdad completa. A más tiempo que pasa, más conversaciones y cuestionamientos aparecen, por lo que, de seguir así, ¿alguien tendrá la fortuna de salir bien librado?