Después de las horas de viaje, estoy ingresando a lo que es ya Jauja estoy por el puente Andrés Avelino Cáceres ex puente Stuart que a mi parecer fue mejor que el actual, aun no puedo entender como se cayo el puente Stuart, cuya enorme estructura de acero captaba mi atención cuando era un niño y debo confesar que me gustaba pasar por ahí y contemplar esa enorme armadura de acero, el de ahora es mucho mas simple y pasa desapercibido, como pasan los años, suspiro y me relajo en mi incómodo asiento.
Estoy pasando por Sausa-Tambo lugar que también me trae muchos recuerdos por ser la tierra de mi padre y en cuyos parajes anduve de niño muchas veces y de adolescente también, con su fiesta de las cruces en el mes de Mayo, mi familia y mi abuela que ya no esta conmigo hace muchos años, observo por la ventana del carro cierro los ojos y vuelvo a suspirar pero esta vez mas largamente y retrocedo en el tiempo y me veo niño otra vez y añoro las mañanas soleadas y el trabajo en las chacras recuerdo que no me gustaba mucho la chacra pero ahora lo añoro y lo extraño ¿ por que será? quiero quedarme allí.
Giro la mirada a la derecha y contemplo mi colegio mi corazón se acelera y palpita intensamente es la ¡emoción! ahí esta casi igual después de muchos años con su alambrado y sus jardines que dan hacia la Av. Ricardo Palma, logro identificar una de mis aulas la de segundo año que daba para esa avenida, mis ojos casi están húmedos los cierro y me imagino con mi uniforme un 25 de abril desfilando en aquella avenida, hasta que una voz me recuerda que hemos llegado a Jauja y me tengo que bajar del bus. Abro los ojos y estoy en el puente, desciendo con otros pasajeros jaujinos como yo quizás, pero no reconozco a nadie.
Ya en tierra me siento un poco mareado casi tambaleante dejo mi maleta en el suelo alzo los brazos y me estiro me siento libre, ahora las moto taxis invaden la ciudad me ofrecen sus servicios pero yo imagino que estoy en los 80¨s y prefiero caminar, alzo mi pesado maletín y camino por el jirón San Martín rumbo a mi casa que queda al otro lado de la ciudad en el Jr. Salaverry en el emblemático y famoso barrio “Cruz de Espinas” es temprano todavía y la caminata me hace bien aunque de rato en rato siento que me falta el aire, respiro profundamente y sigo mi camino, doblo por Alfonso Ugarte una cuadra a la derecha ya estoy en mi barrio y noto que casi no ha cambiado nada, una que otra casa nueva construida recién o a medio construir, pero no veo a ninguna persona, esta todo silencio a lo lejos escucho los motores y el claxon de las pequeñas motonaves que luego pasan por mi costado y cuyos tripulantes con miradas curiosas tratan de identificarme y yo también a ellos, esa tarea es difícil e imposible.
Aquí esta mi barrio mi viejo y querido barrio pero ya no es el mismo hay algo que no esta bien, a lo mejor soy yo el que ha cambiado o ya nada es lo mismo en Jauja, si creo que es esto último, ingreso a mi olvidada y recordada casa que antaño lucia bulliciosa y acogedora por mi familia y los vecinos, hoy silenciosa y vacía esperando por alguien que le devuelva la vida y la alegría será difícil pero algo tengo que hacer.enciendo el viejo equipo de sonido marca National Panasonic que en su época fue lo último en tecnología luce casi igual pero le faltan algunas cosas pero todavía funciona y eso es lo que ahora importa busco algunos discos LP que todavía se conservan, la música es antigua al igual que los discos ninguno llama mi atención pero escojo uno, el de “Los Panchos” y escucho los boleros un viernes por la tarde casi de noche ya, mientras con una escoba y un trapo retiro el polvo de las paredes, del piso y de los muebles terminado el aseo me lavo las manos y la cara con esa agua helada que sale del caño y curte mi piel. Salgo a dar una vuelta, quiero subirme a una moto pero no puedo, prefiero caminar como antes lo hacia con mis amigos, pero hay una diferencia ahora estoy solo y así estaré aquí en Jauja mientras dure mi estadía, como extraño a mi familia a mi madre que hace muchos años partió al infinito dejándonos solos a mi padre y a mis hermanos, a mis amigos que por una u otra razón también partieron lejos de esta tierra, a los vecinos que también partieron unos a otras tierras y otros al mas allá, encuentro un restaurante y pido la cena, me siento al lado de una ventana observo el exterior como queriendo reconocer a alguien, personas caminan apuradas ni siquiera se percatan que estoy allí, mirándolos suspiro y me recuerdo que no hay nadie y me digo Lucho estas solo.
Los días van pasando y los recuerdos se hacen más latentes, evoco a muchas personas, a mis amigos de infancia con quienes jugaba en estas estrechas calles que ahora lucen pálidas y vacías, mudas y sordas por que ya no escuchan nuestros secretos y nuestras bullas y no tendrán nada que contar mañana quedaran mudas las calles como hasta ahora y es mejor así. Mañana partiré de nuevo y esta tarde quiero sentarme un rato en este rincón y contemplar la calle, esta calle del Jr. Salaverry con Atahualpa donde muchas veces jugué con mis inseparables amigos, aquellas tardes de fulbito con arcos de piedra donde hacíamos “ paredes” con las paredes como si fueran unos jugadores mas, aquellas noches que junto con las chicas departíamos juegos como “la bata”, “la mata gente”, “la Chorri”, etc… etcc… hasta que mi madre salía y de una sola orden me hacia pasar a cenar y a dormir, mientras los demás seguían jugando me quedaba “picón” me quería escapar pero algo me impedía creo que fue mejor así ahora ya no importa.
Ahora sentado en esta esquina diviso hacia abajo justo en medio de la calle Atahualpa al fondo la vieja capilla del barrio cuya campana alguna vez de niño me atreví a tocar para llamar a una misa o una reunión del barrio, ya que mis padres eran activos participantes de dichas reuniones que tiempos aquellos, giro la mirada hacia la izquierda al otro lado a varias cuadras de distancia también la ultima casa del Jr. Atahualpa en el barrio “La Salud” la casa de Lule mi ex enamorada como añoro esos años quisiera ser mago para regresar, es imposible solo mi mente viaja por el tiempo y recuerdo a Lule los ratos felices que pasé con ella en nuestra corta relación en esos años mi vieja se fue para siempre y tuvimos que partir también nosotros a Lima dejando todo, en especial yo, a mis 18 años dejaba Jauja mi vida, mis amigos y amigas, la mitad de mi corazón y cargado de muchos sueños y promesas tuve que dejarte Lule y tu lo sabes, quizás si hacia lo que me pediste a lo mejor estaríamos hasta ahora pero no fue así y nos separamos pero hasta ahora estas en mis recuerdos y espero que yo en los tuyos, soy feliz Lule y espero que tu también lo seas.
Enciendo un cigarro y más recuerdos vienen a mi memoria, la gente pasa y de reojo me da una mirada no me conocen y tampoco yo los conozco que curioso todo a cambiado pero sigue siendo igual, camino hacia abajo con dirección a la capilla y recuerdo los días de carnavales en esa canchita de fulbito que ahora luce desierta, esas tardes de fiesta en compañía de toda la “mancha “ cada uno con su pareja, bien vestidos al terno y con sombrero y pañuelo jaujino y nos lucíamos al compás de hermosos huaynos, y las chicas todas lindas ellas y fue allí en que te conocí Amalia me pediste que fuera tu pareja de baile en esos carnavales apenas te conocía y casi no hablamos mucho, ese dia te presente a mis amigos que también los conocías de vista y junto con tus amigas la hicimos linda, ese dia me enamore de ti, bailamos y cantamos todos los huaynos que lindo que fue o es que estaba enamorado, creo que fue eso, pero luego no fue lo que parecía paso el tiempo y todo cambio Amalia y tú lo sabes me hiciste sufrir pero lo bueno tengo que recordarlo lo demás se lo llevo el tiempo y mejor allí lo dejamos. Sigo parado en ese lugar recordando todos los carnavales que baile y fueron muchos en mi barrio y en otros barrios de Jauja.doy la vuelta y regreso por Alfonso Ugarte jirón famoso mencionado por Vargas Llosa en su novela “Historia de Mayta” y mi barrio también. Camino a paso lento y estoy pensativo meditabundo aspirando mi cigarro mentolado, miro las casas esas casas mudos testigos de mis andanzas juveniles, casas viejas, descuidadas, de paredes rotas heridas por el tiempo y el olvido casas que se caen, casas que las reconstruyo con mi imaginación mejor que antes y las coloreo como yo quiero, casas que las quito de allí y pongo otras en su lugar con la gente que yo quiero que este allí conmigo, gente que quiero y que me quiera estoy soñando despierto tal vez, pero Jauja algún dia tiene que ser GRANDE no en tamaño sino en cultura en orden en limpieza en…….cuando escucho el fuerte sonido de un claxon que me hace regresar a la realidad y me asusta un poco, estoy despierto y veo todo igual mejor dicho peor, regresar a Jauja ya no es igual. pero tengo que regresar porque la extraño.regresar para sufrir un poco mas por ti tierra querida e inolvidable, regresar por mis recuerdos que dejo aun guardados en esta enorme casa, que cada vez me recibe con los brazos abiertos, me quedo quieto en Alfonso Ugarte con Salaverry alzo la mirada y veo el inmenso cielo despejado con enormes nubes blanquísimas como la leche y un sol radiante y más recuerdos vienen a mi mente, la casa de Mirko ya no existe esta todo cercado una manzana entera ha desaparecido y ha sido reemplazada por paredes de cemento y ladrillos pero no veo las puertas, la casa de Roberto esta ahí al frente vacía como mi alma y esperando el ultimo momento, todo igual y un silencio desértico, no hay con quien hablar y murmuro algunas palabras, un niño que pasa por mi costado me mira sorprendido y se sonríe yo hago lo mismo, la tienda del muñeco Cenen esta a punto de caerse miro por la ventana y encuentro oscuridad y deterioro recuerdo al muñeco con su saco y su pañuelo en el cuello con su mirada misteriosa de ojos tristes y su raro peinado que delataba una pronunciada calvicie, descansa en paz muñeco, mas allá la enorme casa de dos pisos antigua de gran altura esta ya por venirse abajo, mis vecinos los “morocochinos” también abandonaron su casa y esta olvidada hace muchos años que no los veo, al frente de mi casa esta todo en ruinas algunas casas se han caído parcialmente y nadie les da una mano para ayudarlas a que se levanten es triste, la casa de Manolo esta alquilada, al costado la casa de Ruchi también esta alquilada y no conozco a nadie.
Es de noche y tengo que partir, en el interior de mi casa ordeno algunas cosas y me llevo otras, algunos libros, algunas fotos de mi niñez que deseo mostrar a mis hijas y otras cosas que compré, ordeno algunas cosas para que no se sigan deteriorando preparo mi maleta y estoy listo para partir, me pongo melancólico y enciendo un cigarro más y me siento en el mueble de la sala contemplo las paredes y los cuadros que cuelgan en ella, allí están las fotos de mi familia veo tres generaciones : mis bisabuelos, mis abuelos y mis padres, la hora avanza y mis ansias también, me despido en silencio de todos salgo y cierro la puerta con cuidado, ya afuera doy un ultimo vistazo a la cuadra no tengo de quien despedirme de rato en rato doy la vuelta y veo como me alejo de mi barrio camino y dejo a mis espaldas esa calle triste alumbrada por una tenue luz que me dice vuelve pronto con un parpadeo imperceptible, avanzo unas cuadras pero esta vez si me animo a abordar un mototaxi que raudamente me lleva a mi destino la estación de buses para regresar a Lima.