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Por: Sergio Paitán Vega
En tiempos actuales, transformar energía, es una de las actividades en las que el hombre obtiene una fuente inagotable de recursos económicos . Los empresarios capitalistas del mundo saben que la mejor inversión que podrían realizar en su vida está en la venta de energía.
Todo ser humano habitante de este mundo cualquiera que sea su línea filosófica, cultural o moral necesitará iluminar su oscuridad y usar energía para sus necesidades básicas. Por lo tanto cada ser que llega a este mundo es un potencial consumidor de energía cualquiera que sea el tipo.(Eléctrica, Calorífica, Luminosa, etc.).
En nuestro medio, en la actualidad utilizamos energía eléctrica que distribuye una empresa llamada electro centro, la cuál comercializa el producto de la transformación hidro energética de la central “Santiago Antunez de Mayolo” ubicada en Campo Armiño Departamento de Huancavelica. Esta central inició sus operaciones en la década del 70 por lo que posteriormente proyectó su alcance en primer lugar hacia los pueblos del sur medio, para luego llegar al valle del Mantaro, extendiéndose finalmente hacia el norte del país.
En nuestro valle algo singular respecto a esto sobresale y nos llena de admiración. Es el hecho que antes de grandes proyectos con inversiones transnacionales, la comunidad campesina de MUQUIYAUYO entre los años 40 y 50 debe haberse organizado, de tal manera que llegaron a adquirir el apelativo popular de “la pequeña Rusia”. No hemos recopilado información a cerca de los procedimientos y propuestas filosóficas que manejaron los hombres de aquel entonces, pero sí estamos seguros que fue una original forma de trabajo y organización social. Quizá pudo ser del tipo socialista, pero de seguro tuvo mucho de singular . Esto llevó a esta comunidad a gestionar e instalar una CENTRAL HIDROELECTRICA, que funcionó casi por DOS DÉCADAS, consiguiendo suministrar energía eléctrica a los habitantes del propio Muquiyauyo, Huaripampa, cercado de la ciudad de Jauja e incluso otros pueblos aledaños. Esta venta de energía permitía una importante captación de divisas, lo que iba fortaleciendo la economía comunal.
Naturalmente esto elevó a los habitantes de Muquiyauyo a la categoría de comunidad conformada por hombres solidarios, y trabajadores.
Sucede que ellos lograron unirse para construir la infraestructura de una central hidroeléctrica, la cual no tenia la categoría de moderna y sofisticada, sino mas bién artesanal y bien lograda. No interesa de donde salió la idea, ni tampoco el dinero para solventar el material que debería utilizarse para tal fin, es también tácito que la mano de obra lo pusieron los mismos comuneros.
Cuando uno asiste a observar la parte externa de lo que aún queda en estos tiempos de esta central, se queda ensimismado pensando cómo en esos tiempos los hombres lo lograron.
Nos percatamos que no fue simple construir el sistema de represamiento, encausamiento y distribución del agua, seguramente que también tuvieron a la vez la encomiable tarea de instalar las turbinas el generador y el sistema de transformación de electricidad, todo en un ÁREA no menor de 5000 m2 y con la tecnología de aquel entonces.
En todas partes del mundo existen los medios de alienación, aquellos que someten a poblaciones y países enteros, introduciendo ideas, criterios y conveniencias ajenas que nada tienen que ver con la realidad encomiable de los pueblos. Esto es lo que sucedió en el tiempo de funcionamiento de la famosa FEBO(Empresa comercializadora de Energía Eléctri ca de Muquiyauyo), la demanda era mucho mayor que la capacidad instalada, por lo tanto quienes la utilizaban por ejemplo en la ciudad de Jauja experimentaban el suministro con un VOLTAJE muy bajo el cual no permitía una adecuada iluminación-punto principal de referencia-por lo que se calificaba como “malo” al servicio.
Había cierto porcentaje de razón en esto. Los ingenieros no estaban trabajando adecuadamente para proporcionar el servicio eficiente solo hasta los puntos donde se comprobaba eficiencia, por lo que muy pronto hubo mucho descontento por la ineficiencia, los comuneros de Muquiyauyo experimentaban con esto una incomodidad, pese a que tenían instalado en su territorio una central Hidroeléctrica, que de funcionar hasta hoy habría solucionado muchos problemas de la comunidad.
Durante los primeros años de la década de los 80s llegó al valle del Mantaro el sistema interconectado del Mantaro. Automáticamente los demás pueblos suministrados comprometieron su voluntad para consumir energía a este nuevo acreedor, mientras que Muquiyauyo se resistía. Los comuneros debían decidir si se quedaban con su sistema o se integraban a la modernidad del nuevo servicio. Luego de mucha polémica se decidió ingresar en ese nuevo sistema de distribución que por cierto era 100% eficiente. Esto terminó con las aspiraciones de bien intencionados antepasados de hacer del distrito una potencia energética, desactivando por completo el sistema de generación de energía.
De haber continuado el funcionamiento de esta central; Muquiyauyo tendría para auto abastecerse con una energía, a bajo costo e incluso podría haber formado parte del sistema interconectado vendiendo energía al gigante ELECTRO CENTRO.
Una vez más se comprueba la fácil manera cómo las ideas e intenciones comerciales ajenas prosperan en nuestros pueblos gracias a la incipiente capacidad de análisis en conjunto de sus pobladores, que esperamos cambien evolucionando cada día gracias a la adecuada preparación de sus nuevas generaciones.
Existen grandes ideas entre nuestros con poblanos, pero estas serán muchas veces desestimadas por el egoísmo y la mediocridad que no permite unir esfuerzos. Es necesario comprender que solo dejando a un lado la mezquindad alcanzaremos el sitial que merecen nuestros pueblos.
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