La presente obra narra la historia de Cipriano López y Margarita Yllanes, la numerosa y unida familia que formaron, los motivos por los cuales levantaron una casa fuera de su natal Jauja, es decir la casa de Paca, las tradiciones, costumbres, el fervor católico que inculcaron y legaron a todos sus hijos y nietos. Cuenta también sobre los hechos que los llevaron a celebrar en el mes de julio de cada año la fiesta en honor a la Santísima Virgen del Carmen y de las circunstancias en que llegó y se plantó el árbol de magnolia a aquel patio empedrado de la casa.

Nos habla además de la eterna seducción que siente el ser humano por la tranquilidad, la paz y el sosiego que solo los lugares alejados del bullicio de la ciudad te pueden dar, del perenne enamoramiento del hombre con la naturaleza, justamente de este contacto tan cercano del abuelo Cipriano con las flores, el agua, el campo, el trino alegre de las aves y quizás las tristes lloviznas de abril dieron vida a esta historia tan febril.

No hubiera sido posible realizar esta modesta publicación sin el vital hallazgo del libro de anotaciones, una especie de diario muy detallado en cuanto a lugares y fechas del abuelo Cipriano y obviamente sin el valiosísimo aporte de Inesita y Shinita, quienes en el fulgor de soleadas mañanas o por las tardes al caer el sol me contaron en extensas conversaciones ciertos pasajes que nutrieron esta bella historia familiar.