El último 28 de Junio y en el salón de actos de la Sociedad Unión Artesanos de Jauja se concentró lo más graneado de la intelectualidad de la provincia de Jauja para rendir un sentido y justo homenaje a la memoria de Hugo Orellana Bonilla, a tres años de su sensible partida a la eternidad.
El evento fue organizado por la Casa del Poeta de Jauja en coordinación con la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo. En el desarrollo del mismo se resaltaron las grandes cualidades que animaban al buen Hugo, destacando la calidad de su versatilidad ya sea como un gran humanista, filósofo, artista y etnomusicólogo.
Hugo Orellana Bonilla nació en Viscap-Ataura, después de concluir su secundaria en el Colegio Guadalupe de Lima, viajó a Europa para continuar su formación en Florencia, París y México, lugares donde se embebió de lo más exquisito de las tendencias artísticas de la época y en los que intercambió ideas y experiencias con personajes notables como Haya de la Torre, el gran y máximo exponente de la pintura colombiana Botero, Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro, Guillermo Lobatón (el mismo que después retornaría al Perú para iniciar las guerrillas en Madre de Dios). Estando en París se casó con la francesa Bernardette (nieta del Marqués de Sade) y consolidó su familia con ella. De retorno al Perú no dudó en radicar en su Ataura natal donde, desde su casa “Huayta Huasi”, desbordaba a raudales un hálito de permanente cultura y sobretodo arte, faceta que la enriquecía con una amena charla y una hospitalidad a toda prueba, sazonada con una culinaria internacional producto de su residencia en múltiples países. Hugo Orellana era un polifacético de gran autoridad, la vastedad de su experiencia constituía una escuela de la vida de primer orden. Era inagotable en su actuar y desafiaba el tiempo de su interlocutor como para no irse nunca cuando lo escuchábamos.
Los que alternamos con Hugo sentimos su partida y nos hace muy duro admitir que se fue muy pronto, dejándonos en la orfandad de su recuerdo. Por ello felicitamos a Luis Suárez Galarza y a José Luis Álvarez por haber impulsado esta jornada de grata reminiscencia de lo que en vida fue este otro gran jaujino universal: Hugo Orellana Bonilla(*). Asimismo se agradece la participación musical de Nicolás Martínez, “choche” Solís, Jorge Castilla y Freddy Gutiérrez. Igualmente la asistencia de tan dilectas personas, destacando la presencia de Billy Segura representante de la comunidad jaujina residente en España.
Para finalizar debemos acotar, en versión de Wikipedia, que “… el retorno (de Hugo) a su tierra se debió a ese amor propio por sus orígenes, a estar en contacto con todo lo que vio de niño. Los colores de las flores de los Andes son los que marcan los rasgos de su pintura”
(*) Es necesario aclarar que la Universidad Nacional de San Marcos, al comentar en sus publicaciones la obra “País de Jauja”, ha destacado a Edgardo Rivera Martínez como el jaujino universal.