Zoilo Bullón Méjico: Continuando con la heredad artística Xauxa

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Valorando lo nuestro

Cortamonte de Huarancayo en Jauja

Darío A. Núñez Sovero

Fui a visitarlo de un modo inopinado. Era una mañana radiante y lo temprano del día todavía no difuminaba el vaho de la helada de ese tiempo. No bien me reconoció de inmediato me invitó a pasar a su atelier. Allí entre paletas y cuadros a medio terminar empezamos una extensa charla. Volvía de Lima donde había sido noticiado por mi sobrino Manuel Rudolf que en la Biblioteca Nacional se había realizado una exposición de cuadros y uno de ellos, que correspondía a su creación y que hacía alegoría a nuestros “chutos” tunanteros, había sido vendido en dos mil dólares. A modo de sorna le dije que iba para invitarlo a que parte de ese monto lo gastara conmigo. Sorprendido me contestó que no sabía nada, que recordaba de aquel cuadro del que le hacía mención. Pero, para sorpresa mía, me contó que lo había hecho en una mañana en que, igual, recibió la visita de unos hermanos jaujinos que portaban un dulce anisado y, entre trago y trago, mientras brindaban se le ocurrió pintar el cuadro rematado sin presagiar que iba a ser, después, vendido. Me di cuenta de su humildad y amplitud, de su grandeza de espíritu y su desprendimiento expontáneo.

Plaza de Huarancayo en Jauja
Cortamonte huarancaíno grabado en el nuevo escenario de la Plaza del Barrio.

Entonces recordamos que, cuando era todavía josefino, visitaba mi casa acompañando a mis hijos y allí pergeñaba algunos cuadros que aún conservo y para rematar la visita me ofreció el cuadro que a continuación acompaño y que gustosamente compré con un adelanto simbólico.

Cuadro de Zoilo Bullón
Cuadro que reproduce la bella campiña de Huasquicha – Jauja

Además me hizo notar que estaba dedicado a una faceta poco conocida en él: la escultura. Las plazas de su Huasquicha natal, de Parco, Sausa, Llocllapampa, entre otras más, están orladas con hermosas esculturas suyas. Por un descuido mío aquella vez no portaba mi cámara fotográfica para registrar esas bellas alegorías que se muestran en la plaza huasquichana, pero inconforme con mi descuido de retorno a Jauja alcancé a registrar las bellísimas y perínclitas muestras escultóricas que en relieve ha hecho para el campus carnestolendo del Barrio Huarancayo de Jauja y que a continuación enseño.

Traida de Huarancayo
Antigua traída de monte en el que se resalta que el árbol era trasladado en hombros, con apoyo de kermas (palos), y el padrino es llevado encima.

Shajteo de Huarancayo
Shajteo Tradicional que la madrina brinda a los asistentes a la traída del monte.

Zoilo Bullón Méjico nació el año 1966, ante todo se considera de Huasquicha porque sus padres y abuelos son de esa hermosa tierra. Como para coronar esta vehemencia por los lares de sus pagos actualmente es el Alcalde del distrito de Pancán, cargo que le fue confiado en abrumadora elección. Después de egresar del Colegio “San José” de Jauja, estudió en la Escuela de Bellas Artes. Ha hecho exposiciones en el Museo de la Nación, Biblioteca Nacional, Galería Peruano-Británico y otros en Jauja y Huancayo. Además ha paseado su arte por países centroamericanos, Ecuador y Chile. Ahora poco, en un sorpresivo reencuentro, alcancé a decirle que espero que cumpla su mandato político para que el arte jaujino recobre a uno de sus más preciados exponentes. El consintió conmigo este juicio, aceptando que en él la voluntad del poder está subordinada a su espíritu exquisito y sensible. Cuando me alejé, después de despedirme cordialmente de Zoilo, me puse a pensar qué novelas hubiera perdido el Perú si Vargas Llosa hubiese sido elegido Presidente del Perú en 1990, como ahora Jauja pierde el arte de Zoilo Bullón por estar dedicado a los menesteres de la política local. Ironías de la vida……..

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