Dentro de los problemas de la sociedad hay unos que no son más que de una costumbre arribista. Somos pues triviales y nimias copias de nuestros antecesores. Esto, claro, visto desde la perspectiva de una persona no real ni de ningún tipo de aristocracia o algún tipo de elite superior. El problema no es en sí solo la realeza, sino la gente que los trató de imitar y los que lo siguen haciendo en estos días. Es una meta loca, para algunos, la realeza. Pseudo coronaciones en cualquier tipo de certámenes de bellezas, danzas, cantos o lo que fuere. Todo con tal de ser el rey o reina por un mínimo momento. No podrían haber tantos reyes para tan poca ya estrecha geografía. No todos podemos ser reyes o príncipes; por ello mismo nuestro apego a lo no real. Reverencian, en cierto modo, a seres que ni conocen ni conocerán. Reverencian, sabiendo o no, queriendo o no, a toda la desigualdad mundial. Es un sueño tan sencillo como difícil el querer que no hayan ni reales ni no reales, sino simplemente toda la libertad que viene con toda la igualdad. Ahora como antes, quién pues en su sano juicio luego de emanciparse de toda atadura que no hace más que completa desigualdad quiera volver a arrodillarse ante un rey o reina o princesa!? Ni de broma ni por el menor concurso casero. Es ya más que suficiente y molesto tener que tratar de acoplarse a las caprichosas y humanas leyes que nos puedan regir como para aguantar volver a cualquier tipo de vasallaje. Parece que las personas menos enteradas somos quienes no vemos la forma de cambiar el nombre a las cosas, llamar a algo por lo que no es ni puede ser. De muestra una corriente y usual frase: “holy crap”, de entre muchas otras parecidas, en ese o cualquier otro idioma. El no entender la importancia de las palabras, es como se trastoca y para mal la sociedad. Aunque ahora mismo, luego de esto, digan que unas sencillas y cotidianas frases y expresiones no pueden afectar en una sociedad. Aun así, sabiéndolo, cómo cambiarlo? Se tendría que tener un mínimo de cariño y respeto por las letras y más sobre todo por lo que quieran significar. Dentro del mensaje escrito y oral no sólo se envían palabras y sus significados, sino todo lo más cercano a la verdad y lo bueno. Luego de nuestros sentimientos, somos nuestras expresiones. Aunque las palabras no sean en principio para dañar, se puede hacerlo con ellas, por insultar o por mentir. Si se empieza a ver de una forma normal y común, además de no encontrar ningún mal en el uso de expresiones como la presentada líneas atrás, es porque ya hay un daño hecho difícilmente reparable. Para unos más que para otros debe ser difícil el cambio de pasar de ser esclavo a ser liberto, de dejar de escribir o decir cualquier insensatez, por el simple hecho de poder hacerlo, a, en el mejor de los casos, preferir el mutismo. Tampoco es que esto trate de ser una defensa del purísimo, sólo que hay demasiadas exageraciones que son vacío y crean más vacío. Ya no solo se es no real, sino también irreal.
Por Februa, el último mes
Salve a una, pero mate a muchas. Salve algunas, pero mate a muchas. De ninguna supe su nombre, no tendría que saberlo; ni de las que salvé ni de las que maté. Tal vez ni siquiera las maté o las salvé yo, quizás fueron sólo circunstancias. No cuidar para que no mueran es matar. No las cuidé. A todos nos hace matar algo, alguna pasión, alguna venganza, algún error. Mata el instinto porque no sólo son razones, si por éstas fueran nadie tendría que matar a nadie. Mata lo que no es ni instinto ni razón. Mata eso mismo que parece sólo materia inerte, impulsado o no por algún viviente. Y todos sabemos que más muerte de las cosas es su olvido que su desaparición. A todos hay algo que nos mata. Y es culpable! Por ello no tiene ni nombre ni rostro, porque es a todos. Algo que no tiene olvido porque es el olvido, aun peor, olvido que nunca fue recuerdo. La peor de las fantasías. Todos o algunos viven después de ella. Todos o algunos porque así tiene que ser. Porque no es un nombre lo que es. Porque no es un hombre lo que es. Porque nada de ella es. Aunque mueran, viven y ella sigue sin nombre. No dura más lo defectuoso que lo perfecto. Defectuosas las que por mi murieron y menos defectuosas y un poco más perfectas las que lograron huir de cada vez que las intente matar. En un ademán de golpe desaparecieron, no las vi de nuevo. Revolotean, todavía revolotean. En el suelo o en el aire, con dos o cuatro o cien patas. Es que en ese mes nacieron y en ese mismo mes murieron.
Expansión económica
Expansión de la economía. Debe de ser una de las frases más utópicas entre los humanos que aun así, utópica, los pone muy contentos y orgullosos. Mientras no se pueda explotar otro satélite o planeta, expansión económica no es más que una de las irrealidades más grandes del mundo. Irrealidades que son todas en el fondo contrariedades y contradicciones. Seguro a nadie le gustaría oír de desaceleración económica, ver disminuir su capital, sobre todo a los que ya de verdad tienen mucho más que suficiente. La diferencia de pasar de todo a poco o nada y ser siempre poco o nada. De lo que estamos seguros es que es mejor una persona con una huella de carbono mínima a una con excesos, cosas desechables por doquier. Quien tiene más, por lo general, contamina más. Esa contaminación antes ha sido la extracción de algún material. Hasta la propia extracción, sino es la contaminación misma, es un agente de ésta. Para extraer se tiene que contaminar. Se mueren sin su extracción, no puede seguir su expansión sin ella aunque de todas maneras al final le cueste la existencia. Eso nuevo que todavía es más puro e inocente que ha sido extraído y dado a la luz como un nonato o recién nacido, luego puede matar. Tampoco seguro nadie mata más de lo que se le pueda dar a su alcance; y quizás sea cierto que todos estemos contados para uno u otro lado. Ese mineral que ha sido forjado arma, toda su muerte y su contaminación. Necesitan seguro su expansión económica por su expansión poblacional; otro error que le genera su ímpetu animal. Decir con las letras claras: el planeta no es infinito. Qué sangre le puede sacar un vampiro a un maniquí!? Qué locura por tener más y más! De cosa finita no puede haber ni extracción ni expansión infinita. El hombre es el único ser que puede elegir entre ser o no un animal; al menos, intentar acallar un poco más su irracionalidad. Porque nadie mejor que nosotros mismos para encubrir nuestras faltas. Y podremos llamar expansión económica a la contaminación. Existir, todavía seguir existiendo campantes con una deuda impagable. Ni siquiera una deuda entre países, naciones, repúblicas, Estados, reinos o lo que fuese, sino una deuda conjunta con el globo terráqueo. La naturaleza como amorosa puede ser muy bruta también. Una deuda que empieza con nosotros mismos, requerir más pudiendo tener solo lo indispensable, que en conjunto hace una deuda global; unos más que otros con su aporte individual.
Cenicero
De a pocos adquirían la costumbre, de a pocos iban apareciendo. Ya no respiraban ni total ni completamente oxígeno. El problema de cada uno de estos era que, si bien podían resistirlo, era también su última oportunidad. Ya no como los otros que podían asimilar además de oxígeno algún otro veneno. Qué más venenos podrían ingerir ya. Ya habían logrado acostumbrarse a toda la toxicidad y combustibilidad del oxígeno, ahora, para su último fin, a otros tipos de venenos más. Alquitrán, amoníaco, arsénico, amonio por mencionar algunos. Los últimos que respiraban solo oxígeno desaparecieron, quedaban muy pocos de los que podían respirar oxígeno y sus demás otros venenos. Empezaban a reinar quienes ya solo respiraban sus venenos. Aun sabiendo que ya no podrían con el fuego, su locura por este era tanta que no les importaba ni que fuese su última oportunidad ni que se quemaran y vivieran con ampollas y llagas. Todo el monóxido ponía negros sus pulmones como sus corazones. Todas sus neuronas ya eran corruptas con sustancias demás que hacían que ellos ya no fueran ellos aunque todavía se lo creyesen. Eran seres más pesados. Porque además de vivir, necesitaban y dependían a morir de lo que los mataba. Qué corazones pueden haber ahora después! Vivir no es solo el intercambio de oxígeno. No se puede vivir contaminando. No piensan ni en ellos mismos mucho menos en los otros. Estar y quedar juntos es una mera circunstancia, si no se matan es porque no pueden comerse. Como ellos mismos son solo venenos. Rebasar toda tolerancia no por apartarla, sino por hacerla propia. Ellos son toda la extinción. Se quejaban y discutían por los desechos cuando ellos mismos son los desechos. Ellos mismos eran sus problemas. Desde el cielo ya no se miraba nada azul, en cambio se veían grandes manchas de humo, como si hubieran hecho erupción varios volcanes a la vez. Y era en los sitios más opacos, oscuros y humeantes en los que vivía toda esa gente; que no serían más de un par de decenas de millones. Se tomaban todos sus relaves y desechos industriales, esos eran sus mejores alimentos. A todas horas se valían de alguna linterna o reflector, pero de ninguna máscara ni filtro. Sólo vivían para contaminar y volver a contaminar. Si entre los que podían asimilar sólo oxígeno y los que podían asimilar alguno de sus comunes venenos además de oxígeno correspondían a un mundo en donde todos eran cualquiera, ahora los que solo asimilan sus monóxidos y tóxicos corresponden a un mundo en donde todos son nada. Todos sus colores son de tonos oscuros, sus luces no son tan luces, alguna común vela solitaria en algún otro tiempo antiguo alumbraría más que aquello. Pero así están acostumbrados, tampoco podrían tener ya mayor oscuridad. En algún lado tienen que caer todos sus propios desperdicios, todos ellos mismos.
Rolf
Primero fueron las flores, sólo después que el agua fueron las flores. Las flores son una parte de las plantas pero antes fueron las flores. En esa aridez la cual sólo de vez en cuando se regaba, crecían y se morían pero todo sus restos hacían una tierra más fértil. Su belleza a su muerte, su colorido a su muerte. Ninguna se queda metida en la tierra, todas como todas querían ascender, captar la luz. Asentarse donde ha de morir. Su conocimiento como su desconocimiento a su muerte. Pero no les importaba! Primero era florecer. Luego, igual, no les importaba. No luchaban entre ellas, solo que morir o vivir, sabían, no dependía jamás de ellas. Quién no quiere alcanzar la luz!? Al contrario, que se mataran unas con otras, no les permitiría alcanzar la luz, su vida. La maldad se instaló mucho pero mucho después. Instalarse, pero no reinar ni para reinar. Aun así, de todos modos, siempre han existido y existirán quienes nunca olviden que aniquilarse entre ellas es el final; no de una ni de tres, sino de todas. Antes pero mucho antes de la maldad, aunque no lo supieran, entre ellas había paz. Paz ni siquiera con ellas mismas, sino con lo que hacen fértil. Elegir entre una total aridez o un verdor de un prado que no ha sido pisado por ningún ser; algo que crece y muere en paz cada vez. Un campo de cualquier variedad de flor. Florecer, toda su luz y color captados, toda la explosión de vida. Lo primigenio, lo único antes que las flores, antes que toda paz o amor o sentimiento de vida. Aunque no se mirarán, a lo lejos unas con otras, estaban siempre firmes, conociendo su único y principal cometido. No se mataban entre ellas jamás. Y de dónde venía luego de toda esa aridez toda la vida, podrían preguntar otros, lo cual pocos saben o muy pocos quieren saber. No se ven a lo lejos y ya por ello creen que no existen, pero ellas están, son parte de ellos. En algún minúsculo momento son ellos. En algún minúsculo momento serán ellas. En algún minúsculo momento fueron ellos. Toda la vida serán ellos si no se matan. Después quizás venga de nuevo toda esa aridez y luego quizás, quién sabe, otras flores a vivir. Si somos flores no neguemos nuestro color, toda nuestra vida. Sería como querer negar toda la vida, todo lo que ha sido antes y nos alumbra, cosa imposible. Si todos mueren, nadie sabrá nada, pero si permanecen, solo en ellas está mucho el hecho de morir o vivir para siempre. No lo saben o es que no quieren saber, pero desde todo inicio, aquello siempre ha estado única y exclusivamente en ellas. No se pueden explicar. Una sola no puede hablar por ellas, pero esa sola no debe olvidar a otras. Todas son una y una son todas. Tampoco todas pueden hablar por una sola, aun así, sus pólenes se esparcen por el aire. Después de que se instaló la triste maldad, les empezaron a importar sus colores, arrancarle el color a otra. Olvidaron que su color y entre otras cosas más no les pertenecen. Si les perteneciera no perderían su color. Aun así como si no tuviesen el suyo. Se guardan en esa aridez y despiertan a otra. En sus nimios, ínfimos, minúsculos y triviales momentos propios.
Esterilidad
Soñar y vivir. Dos contra la muerte. Pasan cosas y luego seguir, ya despiertes o duermas. La otra es una sola que tiene a muchos, pero sola. Ni siquiera podría llamarse a ello “tener”. Los otros sí se tienen a ellos y a otros, aunque sea en un corto tiempo. Tiempo de una vida humana, aunque también sea muy variable. También sus días a un solo momento. No es mejor un solo día a ninguno!? Un día no está solo, tiene todas sus horas, todo su transcurrir del sol. No solo de sus planetas y él, sino de éste en todo el espacio, con toda la galaxia. Días mucho más largos. Las estrellas también se separan, se deshacen las constelaciones. Eso enorme y del que muchos dependen que tampoco es uno solo. Porque no solo se vive o solo se sueña, sino ambos. Si solo se está soñando tal vez no se “haga nada” como tampoco si solo se vive. Y sí, solo se está muerto. Por los sueños es que nos reproducimos en vida. Se cuela por cualquier sitio de cualquier forma. Es que la soledad se reproduce!? Seguro no más que unos que viven y sueñan, pues, de otro modo, todo sería estéril. Y esto último es parte de la felicidad. Siempre queda una alegría. Amor (amar) sin alegría? Reconocerse es una forma de alejar a la soledad. A uno mismo no lo puede conocer mejor otro, no se puede insultar una inteligencia tan fácilmente. La naturaleza nos llama a ser fecundos, pero estamos quienes preferimos la esterilidad. No soñar. Es que el fin no tiene ni mucho ni poco. Lo que sí se puede hallar en uno que son dos y que pueden ser más. No se puede hablar del vivir sin el soñar; si bien tampoco se puede hablar del morir sin el vivir, los dos primeros están más cerca el uno del otro. Extremos. Y lo importante es estar cerca de cualquier modo lo más que se pueda. No solo corta una tijera o algo filoso. Corta también toda la actitud. Lo en serio y la broma. La vida es una potencia. Es que la quietud da resultado? Quietud, lo natural, lo fecundo en sí. Lo quieto lo potente. Toda la masa de lo existente moviéndose y la serenidad. Ningún tormento podría ser quietud. Amor y constancia a través de otras vidas; al menos una. Soñar y vivir son una proyección. A veces solo se entrometen, llegan a uno. Y hay algo en todos que percibe esas proyecciones. Qué son antes todas las cosas existentes sino deseo.
Porque nos vuelve como “animalitos”. Es lo primero que se nos viene a la mente. Porque es sexismo, dominación. Como el despilfarro de la tierra el despilfarro de uno mismo, de su energía. Por el solo hecho de que nos hace escribir de ello. Porque fuera hay mucho sexo, esperemos que no poco amor. Hay algo que nos dice que debería ser solo para reproducción. He visto a muchos sorprendidos y hasta escandalizados por el último planteamiento hecho. Más deberían estarlo por saberlo de uno totalmente contradictorio a su planteamiento en los hechos. Alabar lo Straight Edge, pero solo eso. Control tiene uno que puede dominarse, saber qué gastar y qué no. La idea es no perder la cuenta, pero lo hacemos. Nos reconforta y conforma, un casi pesimismo, el saber que al menos nos lo cuestionamos. Deberíamos vencer al animal. Es una enajenación que genera muchísimo dinero y a su vez también miseria. La enajenación es hasta cierto punto vicio. Sí pues, los vicios generan dinero. Cosa errónea, que hasta llegamos a pensar que el problema de los vicios no son ellos mismos, sino la falta de dinero o medio para llevarlos a cabo. El problema del vicio es que se hace dos: el vicio mismo y el vicioso. Porque lleva a mentir. Luego no queramos buscar personas que quieran ser libres. En el camino es un bache, un seudo atajo, una ruta más larga. A veces nos pasa que nos queremos malgastar, auto-destruir. Porque son un problema y traen problemas. Ni siquiera son obligados sino que uno mismo se obliga. El solo placer no es suficiente excusa. Es algo que se supone relaja y evita el estrés, pero que también puede ocasionar todo lo contrario. No se puede supeditar la parte al todo. El sexo es la parte y la persona es el todo. Nos llevamos algo de uno y de otro. Pero ello no es visto necesariamente como exclusivo, exclusividad. Lo que más se hace es para otros exclusividad: una de las contrariedades más grandes del mundo. No poder pero tampoco querer, no tener necesidad de ello. Saber que la verdadera libertad es erradicar su animalidad. Saber cada órgano y sus funciones. No tener ni masculinos ni femeninos, sino solo humanidad.
Chancabuco
No los lustro porque los quiero. Que hagan su trabajo porque son recios, están hechos para ello. Les podría pasar un auto por encima y pequeña o casi nula sería la abolladura a lo que protege. Alguna vez supe de alguien a quien le cayó la uña de la pala de un tractor y solo y felizmente perdió la uña del dedo pulgar. Era metal contra metal. Claro que tampoco hay que ir tentando a la suerte. De verdad, ya he olvidado cuantos años los tengo, pero no que sean años y en plural. Ya deben de rondar por los diez años. Olvidado también las veces que los lustre con alguna pomada, pero no deben ser más de cinco. Es que de verdad les he agarrado cariño, quizás hasta los vea como una parte mía. Siempre quise uno de ellos y fueron regalados. Cariño también por quien los regaló. Zapatos de trabajo para alguien que nunca o poco ha trabajado. Tampoco es que anden tan sucios, imposible para un citadino. No es necesariamente lustrar pasar solo la escobilla sin pomada, esas veces también son muy contadas. Uno sabe cómo trata a lo que quiere. Tal vez pueda sonar escrito de un materialista, mas es todo lo contrario. No lustrarlos es nuestra forma de mostrar nuestra contra a lo castrense, a lo emperejilado. Se les quiere porque sí, porque parecen duraderos; al menos para uno que piensa vivir solo en ciudad, pues, también, los he visto totalmente desgastados por el trabajo. Difícil que llegue a gastar más de un par. Difícil también no adivinar de qué color pueden ser. Durarán más todavía porque, claro, se los combina en su uso con algunas zapatillas o sandalias, que, también ahora, ya no son más que tres y dos respectivamente, luego, nos parece demasiado bulto. Ah!, menos, después de esos, tendría otro zapato, mucho menos hecho de cuero o algo animal. Tiene cierta excepción lo que uno quiere, también por ser de una época distinta, de come muertos. Por el quererlos no se les podría desechar. Dos sandalias, dos zapatillas y un par de zapatos. No cuentan mucho el par de mocasines de lona, porque si bien son ligeros y cómodos, se sienten inseguros para caminar, pisar por un camino con piedras, una vereda mojada, y, de seguro, son más fáciles de quitar. Los otros, son mucho más difíciles de quitar si están bien atados. Son especiales, también, porque no las sacamos a todos lados. Porque lo que uno quiere, tiene cierta exclusividad, esa excepción. Por qué hay algunos que caminan descalzos!?
Brumamiento
Pero qué es tu vida? Todo lo que has hablado pero que no ha sido guardado. Todos tus momentos. Igual, se han juntado; tal vez era que así tenía que ser. No habría sido un “tal” que hubiese hecho tanto mal o uno que haya hecho mucho bien. Esos que hayan dado vida a otro y así hasta el verdadero inicio. Porque es claro que nadie estaría si no tuviese ascendencia. Pero hasta dónde llega el ascendiente de todos? Uno tiene y debe de tener algo de su ascendencia. Ascendencia con todas las capacidades de uno del cual se pueda decir que es. Ser en sí. Creemos (opinión) que si esa primera ascendencia fuese propiamente mala, quizás ya no existiríamos, pues ya nos hubiésemos aniquilado hace mucho tiempo. Represión? Un universo que no pare vidas. Como no podemos ser buenos, en principio por nosotros mismos, quizás luego por nuestras influencias, es que se duda todavía si es que somos buenos o malos en realidad. Qué debiera durar más, lo bueno o lo malo? Una cosa tan ínfima como para romper una singularidad, lo que le faltaba a algo para ser. Cómo estás vivo? De seguro no mucho la carne. Porque no es solo el tamaño sino también su velocidad. Son objetos que lo único que quieren hacer es retomar las posiciones tomadas por otros; debería resultar obvio que a cada momento hay objetos que nos traspasan con su tamaño y velocidad. Cómo podría ser posible que ello pase por muy desapercibido? En cierto modo se es una carne que produce energía, así ya no solo se es carne, sino también energía. Esa pugna de posiciones tal vez sea lo que nos haga viejos, pues en su naturaleza de retomar sus lugares, nos desgastan de forma lenta, a su propio compás. Seguro no todos tenemos la misma energía. Y como lo bello y lo bueno son cosas difíciles, no porque tengan que serlo, sino por ellos (los otros) que son las partes que se tienen que reunir, obviamente se espera que lo hagan más y mejor pulidas que antes; lo que en una dimensión pueda ser grande, en otra pueda ser pequeño. Por qué medirnos con las estrellas? Qué proporción de todo ese espacio y de todo ese tiempo se es? Por qué se le tendría que obviar fácilmente? Como esperar, lo que le queda al Hombre, es buscar; claro también es que existimos quienes no sabemos ni lo que esperamos ni lo que buscamos; lo que ocasiona que no necesariamente se acepte bien. Seguro, unos saben más de ello que otros y por lo mismo son en algo mejores. Cómo estás muerto? Si se diera el último número se darían todos. Ya buenos o ya malos, pero no por su ascendencia primera, sino por el mal uso de su albedrío, su propia ceguera. Su animación incontrolada. Porque además de esperar y buscar se tiene que aceptar. Es lo que le espera, al menos, a uno que tenga cierta animación, de otro modo no existe ninguna otra preocupación.
Encierro
Porque al dar y esperar devolución se entra en un círculo, tanto el que da como el que recibe. Por otro lado está también el dar por dar, un desinterés al retorno; lo que no hace a esto una apología del despilfarro. Si no es uno mismo, quién tendría que saber lo que podemos dar y lo que no? Un círculo trata de encontrarse, una línea solo se expande. Puede ser también que ambos se expanden a su modo. Primero se tendría que intentar ser un buen círculo, para luego intentar ser una línea. Porque tal vez el verdadero círculo terminó por encontrarse en algún momento y nosotros todavía lo buscamos. Cerrada en alguna forma es cuando aparece la ingratitud. Cautividad. Desconocimiento de pi. Lo reconfortante es que todo queda en la propia consciencia de uno. Tal vez haya un número pi en nuestras cabezas. Porque tampoco parece tener mucho sentido tener que obligar a alguien a que haga algo. El problema de esa forma circular o figura que encierra es que no es obligatoria, sin embargo se entra en ella muy fácilmente; tiene hasta una venía pública implícita. Las cosas importantes son como pilares, inamovibles, terminadas; pero no todo son columnas aunque puedan tener la apariencia. Si el “enemigo”, como un virus o una bacteria, es un ser que muta, cómo se le podría combatir con las mismas armas de siempre? Para ya no tener una necesidad de cambio, dichas armas tendrían que ser totalmente efectivas, anticipadas a toda posible mutación. Algo que cope absolutamente todo. Múltiples enfermedades y una sola cura. Es tanto en el cambio de lo que protege como de lo que ataca que nos hace pensar que así se es menos efectivo. Cambiar implica un esfuerzo y el esfuerzo, desgaste. Lo que menos se esfuerza es lo que menos se desgasta; sin hacer ninguna apología a la holgazanería, tal vez estando entre los primeros. Adaptado a todo o a mucho, necesita menos esfuerzo que el que recién empieza. Necesita el amor retorno de algo que no sea más que solo lo mismo para ser? Un amor convenido de hombre quizá, como de alguien que cambia de bebé a anciano. Si ya no se mueve es que está formado ya para bien o ya para mal. Como la compactación ilusoria de las cosas que ven nuestros ojos a la verdaderas interacciones fundamentales de las fuerzas, hay una distancia entre el pensar y el hacer; ambas cosas que deben de tener mucha voluntad propia. El interés económico y de cualquier otro tipo o cualquier motivación externa no nos parecen voluntad propia. Seguro también que entre esas motivaciones hay unas mejor intencionadas que otras. La columna o una columna en este caso no sería todo a lo que se le pueda llamar vida en general? Es que por la extinción de una especie se acaba la vida? Es que si se acaba la vida en este planeta se acaba la vida en todo el universo? Qué sentido tendría que haya tanta belleza pero nadie para contemplarla? Mucho más largo y tendido debe de ser que acaben los seres antes que las vidas. Se dice que sí el Hombre desapareciera, a diferencia de si lo hiciese un insecto, como son las abejas, el mundo seguiría igual y quizás hasta mejor. Algo que ya ha ocurrido y que todavía parece suceder, es que hay vivientes en pie o a patas o con alguna otra forma de locomoción, sin alguno, algo habrá cambiado en el ambiente y es obvio, pero la vida sigue viva. Por qué y para qué se tiene consciencia? Todo lo que existe y de la que se pueda decir que no tiene voluntad propia se la debe desviar hacia el bien. Habrán seguro cosas más difíciles de desviar que otras ni para un lado ni para el otro. Mucho antes de ser un ente biológico somos unos entes atómicos, lo que nos iguala a lo inerte. Y mucho antes de atómicos tal vez seamos de energía y materia oscuras. El Hombre todavía ni siquiera sabe qué pues es lo que lo sostiene ni lo que lo rodea. Lo ínfimo no solo es de espacio, sino también de tiempo, repeticiones cortas o más largas o libertad. Si das y esperas algo a cambio se tiene una de dos posibilidades: que se te devuelva o que no se te devuelva. Si solo das no se está tenso esperando en cuándo volverá. Uno se va siempre antes que el otro por su libertad. Saber que el tiempo nos pertenece, no importa qué tan minúscula parte.
Yel
Su interacción es limitada porque uno tiene recelo del otro. No se fían tanto, de otro modo estarían posados en sus hombros o en sus manos o en algún otro lugar. Se acercan hasta cierto punto como hasta cierto momento y se alejan. Tal vez por la intuición de algún dolor. Podrían cogerla para nunca soltarla, llevarse su vida. Como el susto de perros y gatos en una guerra, desaparecer, salir corriendo o ser comidos por esos soldados hambrientos, tensos y malhumorados. Hasta comerse a las ratas, a casi cualquier cosa comestible. Si hubiese abejas egoístas no habrían panales. Más claro parece que no puede haber un panal de solo zánganos, pero tampoco sólo de abejas abejas. Proporción de la miel.
No se supone que si nadie existiera no existiría ninguna emoción ni buena ni mala? Es que pueden desaparecer los números? Unas cosas solo destruyen hasta donde pueden destruir. Eso solo que no puede destruir lo destruye sin destruirlo. No puede ser un inferior por encima de un superior. Debe de ser en un momento de mucha tensión, como la que debe ser una situación de guerra, en que no se tienen más amigos que solo entre camaradas, sus mismos uniformes. Tal vez camarada sea solo camarada, alguien que te tendrá que dejar atrás por anteponer el deber. Distinto quizás al propósito de un amigo que será quien se quede hasta los últimos momentos sin ninguna obligación ni orden; no puede ser unidireccional. Parece, lastimosamente, que hay situaciones en las que no se puede hacer amigos. Algo muy cercano a la amistad como lo puede ser la simple cortesía, un colega o compañero. Aparearse o hacer el amor. No les va a importar la otra vida si no les conviene viva. Crear en otro ser ese miedo instintivo. Si antes no se mataban y luego se matan, cómo seguir confiando? Cómo saber en qué momento es su última muerte antes de amistarse? Tal vez cuando no se los coman no los tengan que matar. Tal vez sea un eco que les dice que como se los pueden almorzar, por eso mismo son superiores. Cosas conscientes primeras y por ello lejanas, casi automáticas. No es que esos otros supuestos inferiores no se los hayan devorado tampoco. Como no puede haber más bajas que reemplazos, éstas siempre tienen que ser las más pocas posibles. Sin soldados en una guerra… Poder extinguirlos pero luchar para que no se extingan. Puede acaso pensarse antes beneficios que ecosistema? Echarnos nuestra propia trampa? Tener más consciencia de la muerte y por ello “disfrutar” con la de otro. Sentirse “amos” de otras vidas. Conocer la concepción del abuso y abusar; lo que seguro lo hace solo un conocimiento parcial. Elegir cuál sí y cuál no. Pero tal vez a ese eco, a esa cosa consciente primera se le pueda decir no y así ser mejor. Ser más superiores que comiéndoselos, pues saben, parece, mejor qué es la muerte y los otros no. Sufrimiento. Tal vez porque haya quien lleve la muerte en su nombre, quien pueda soportar toda la tristeza. No sería mejor disminuirla que acrecentarla? Tiene que haber alguien que la soporte y la entienda. De otro modo todos esos sentimientos son en vano, por gusto, sin sentido. Como quien no pueda decir que ha querido. La distancia es interacción. Y está bien si unos no las quieren con otros sea cual sea el motivo, es que tal vez así sea mejor antes de que se nos mate o matar. Morir en general. No está muerto en algún grado uno que por culpa de otro ya no pueda ser el mismo que era antes de que se encuentren? Algo nuestro puede estar muerto, inutilizado. Algo de uno que vive puede estar, en efecto, adelantado a la muerte, sin necesidad haber descubierto la amputación. Están muertas cada una de esas células que han sido regeneradas por otras, que han sido reemplazadas. Reemplazo por alguno de los muertos, pero no puede haber reemplazo para todos. Entonces, así, menos se puede ser infiel y traidor. Si es solo de vida o muerte, de un bando tienes el cuidado, pero si te cambias, no tienes el cuidado de ninguno. Es bueno tener además de elección, decisión. Un desinteresado solo puede tener elección, decisión lo tiene uno a quien le importa. También, claro, se puede ser “víctima” de la desidia como víctima de las circunstancias. No tendrían que haber ni desidia ni elección, menos si hay otros a quienes también les incumba. Cómo matar lo que no has dado vida? Peor aún; cómo matar lo que has dado vida? No se puede tratar ningún viviente solo como objeto. Solo dice “no matarás”! Es que es ley solo para Hombres? No solo los Hombres mueren. Entonces? Porque aun así, para matar, tensos, malhumorados y marchando llevan una flor. A veces se les cae o a veces las sostienen para siempre. Pero nunca su arma o solo con el, para otro.