Archivo de la categoría: Jauja Cultural

Promueven patrimonio y potencial turístico de Jauja con libro de colección

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Jauja

Lima, dic. 21 (ANDINA). Jauja, pedacito de cielo es el nombre de la publicación presentada por la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Junín, la cual presenta en 160 páginas información sobre la historia, cultura, patrimonio, tradiciones y potencial turístico de la provincia, la primera capital del Perú.

El documento, promovido por el gobierno regional de Junín, es una edición de colección que muestra las vivencias de los jaujinos y cómo ellos tratan de recuperar tradiciones y costumbres a fin de ser reconocidos a nivel nacional e internacional.

La obra consta de ocho capítulos. El primero se denomina “El paisaje de Jauja”, a cargo del escritor Edgardo Rivera Martínez, quien refleja el paisaje natural de la provincia y su influencia en el comportamiento de la población.

El segundo capítulo se llama “Jauja, epicentro turístico del centro del país”, a cargo del titular de la Dircetur – Junín, José Luis Álvarez Ramos, quien describe el patrimonio cultural inmaterial y material de la provincia y su beneficio en favor del desarrollo turístico del departamento.

El tercer capítulo: “El proceso histórico de Jauja” y el cuarto: “El patrimonio arquitectónico y artístico de Jauja” fueron escritos por Carlos H. Hurtado Ames, y Nicolás Hinostroza y Hebner Cuadros, respectivamente.

El quinto capítulo: “Jauja, universo de tradiciones populares” es un informe de Manuel Ráez Retamozo, catedrático de la Universidad Pontificia Católica del Perú, en el cual se aborda el tema de las danzas, gastronomía, costumbres y tradiciones de la provincia.

En el sexto capítulo denominado “Crónica del amor crónico: Un relato sobre Jauja”, el literato Sergio Castillo Falconí cuenta cómo el ciudadano de Jauja -por amor a la tierra donde nació- rescató su patrimonio (danzas, folclor y otras tradiciones).

“Recorrido hacia la selva de Jauja”, a cargo de Carlos H. Hurtado Ames, es el sétimo capítulo, mientras que el octavo y último capítulo es un calendario festivo de la provincia.

El titular de la Dircetur – Junín señaló que la publicación forma parte del proyecto denominado “Puesta en valor, recuperación y conservación de la zona monumental de la ciudad en Jauja”, cuya primera etapa considera una inversión de seis millones de nuevos soles.

Los primeros trabajos –dijo– consisten en la recuperación de la iglesia matriz, la capilla de Cristo Pobre, la peatonalización del jirón Junín, así como la refacción de fachadas de 12 casonas.

A la ceremonia desarrollada en el auditorio de la Comisión de la Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú) asistió Vladimiro Huaroc, ex presidente regional de Junín; Pedro Olivera, representante del Ministerio de Cultura; así como los profesionales e investigadores que participaron en la edición de la obra.

Fuente: Andina

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Jauja: Pedacito de cielo

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Presentación de libro

Jauja - Peru

La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo del Gobierno Regional de Junín, a través del Proyecto Jauja Monumental, tienen el grato honor de invitar a usted y familia a la presentación del libro: Jauja: Pedacito de cielo. Dicho evento tendrá lugar en el auditorio de PROMPERÚ, Av. Jorge Basadre 610, San Isidro-Lima, el martes 21 de diciembre a las 11 horas.

El libro es una edición de colección que recoge información sobre la historia, cultura, el variado patrimonio de Jauja y su potencial como destino turístico. En el volumen participan connotados profesionales e investigadores de la realidad jaujina.

La presentación estará a cargo del celebrado escritor jaujino Edgardo Rivera Martínez.

La Comisión Organizadora agradece su asistencia.

Jauja, diciembre del 2010.

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Asociación de Tunantes ‘Centro Jauja’ – 1956

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Centro Jauja

Julio César Dávila-Mendiola W.

Según nos relata don Nery Orihuela Miguel, en un artículo publicado en la Revista El Tunantero III, pp. 125-126: (…) en el año de 1853, del pasado siglo XIX, existían ya dos cuadrillas de tunantes, que se organizaban para bailar recorriendo las principales calles de la ciudad, acompañados de una orquesta especial, compuesta por un arpa, vihuela, violín y bandurria, algunas veces por una chirimía, que interpretaban yaravíes, mulizas y huaynitos, obedeciendo a la influencia telúrica del medio andino. Posteriormente entre los años de 1870 y 1875, un grupo de amigos y simpatizantes deciden unir la amistad, el cariño y el sentimiento por la música vernacular, para formar lo que hoy en día es la Asociación de Tunantes “Centro Jauja”. Serían 18 años después, cuando reaparece la figura de don Pablo Suárez Núñez, quien bailaba como Príncipe en el barrio de Huacllas, junto a sus amigos y cobarrianos de su época, como don Manuel Quintana, los hermanos Minaya, Kiche Guerrero, Rachi Bravo, Pedro Ramírez, Albino Calderón, entre otros, fundan definitivamente la Asociación. En el año de 1937, don Pablo Suárez, emprende el viaje sin retorno y serían sus dos hijos quienes acepten responsabilidades en la dirección de la institución, primeramente Guillermo y luego, Erasmo. La presente fotografía corresponde al lado occidental de la plaza, en la esquina de los jirones Grau y Ayacucho; vemos aquí a don Guillermo Suárez Zambrano, apodado cariñosamente “El Lunarejo” (al centro, con sombrero, sobretodo y paraguas, todo un caballero jaujino), lo acompañan: Juan Contreras Sosa, y más al fondo, al costado del segundo portón, Alejandro “Huayhuar” Artica, un amigo común, Isaac Limache Castro y, Erasmo Suárez Zambrano con su sombrero en alto.

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Primera Edición, Junio del año 2006.
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Un Balcón de estilo Barroco

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Balcón en Jauja

Julio César Dávila-Mendiola W.

Este hermoso Balcón de estilo barroco que existía hasta inicios de los años 50′, en la esquina de los actuales jirones Bolognesi y Junín (antes calle del Carmen) y que según el gran artista Wenceslao Hinostroza, quien con toda la autoridad la de haber registrado pictóricamente más de cien balcones limeños, asegura que fue el único en el Perú. Además, menciona también que dicho Balcón se encontraba adherido a un muro de factura incaica, cuyas piedras labradas posiblemente fueron traídas de Xauxa-Tambo, de los restos del Templo del Sol.

La presente imagen es una copia fiel del original, pintada al óleo por el artista plástico Hugo Espíritu Escobar y registra toda la belleza de dicho Balcón. Aquí funcionaban en la primera planta -entre otros, en distintos períodos y de diferentes propietarios- las tiendas comerciales del Sr. Juan Primo y de la Sra. Yolanda de Umemoto y en las demás instalaciones, el legendario Hotel “Roma”; aquel fue un famoso lugar, en donde se pronunciaron importantes discursos en favor de acciones comunitarias y de bien social. Reconocidos intelectuales coinciden en que sería interesante reconstruir dicha esquina, incluyendo una réplica de este inigualado Balcón.

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Esquina de los jirones Grau y Ayacucho – 1925

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Esquina Jiron Grau y Ayacucho en Jauja
Julio César Dávila – Mendiola W.

Típica escena costumbrista jaujina, una madre campesina retorna al hogar, luego de media jornada en el campo, llevando la chala en su burrito tabanero. La presente fotografía corresponde a la esquina de los jirones Ayacucho y Grau (antes Mercaderes y Progreso). La casona de dos pisos, con techo a dos aguas y su balcón republicano con vista a los dos jirones, pertenece a la familia del señor Juvenal Caro, aquí funcionaba una próspera fábrica de velas, con distribución a todo el Valle. Según testimonios de fuentes orales, dicha casona fue demolida de un momento a otro, por el año de 1977, para dar paso a una construcción moderna de fierro y ladrillo, y hoy la vemos, aquí funciona un conocido Hostal. Dicha construcción es una de las que fractura la armonía arquitectónica en la plaza de armas; según los entendidos en arquitectura para ciudades sostenibles, consideran que para enriquecer su identidad visual, requiere de una urgente remodelación.

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Domingo Olavegoya Iriarte

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Domingo Olavegoya

Julio César Dávila – Mendiola W.

Distinguido hombre público y filántropo, hijo de don Demetrio Olavegoya y de doña Manuela Iriarte; el 16 de abril del año de 1916, en actitud filantrópica dona la cantidad de 100,000 libras de oro para la construcción del sanatorio de la ciudad. El año de 1918 se comienza la construcción del referido sanatorio, aquel visionario y hombre de gran fe, no llegaría a ver concluída la obra de sus sueños. Y es por su esposa, de ascendencia francesa, doña María Lacroix de Olavegoya -con su espléndida generosidad y destinando fondos adicionales, pues el presupuesto para la construcción sobrepasaba el monto donado-, que se aperturó el 5 de enero de 1921 dicho sanatorio al servicio público con el nombre de “Sanatorio Olavegoya”; importante institución de salud, cuya administración y mantenimiento dependía de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima hasta el año de 1964. Es importante destacar la exquisita arquitectura francesa en su construcción, en gran porcentaje de madera y adobe, todos los pabellones de un nivel y techo a dos aguas. Sus árboles, considerados en su momento como valiosos ecosistemas, fueron furiosamente talados, en distintos periodos, por directores que tenían el corazón deshidratado; le daban un toque especial en ambiente de alegría sinigual .

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Jaujinitas – 1920

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Jaujinitas

Julio C. Dávila Mendiola W.

La dama jaujina con su señorial porte, alegre y carismática, festiva y laboriosa, encantadora para retratarse ante la cámara del poeta y artista plástico, don Wenceslao Hinostroza Quintana. Obsérvese la manera coqueta de posar, la pulcritud en su vestir del día y la típica manta jaujina. Hinostroza Quintana, gustaba de plasmar en hermosas pinturas las distintas actividades cotidianas de la mujer jaujina.

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Concurso de Dibujos de Jauja

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El Gobierno Regional de Junín premió a los ganadores

Concurso
Dibujo ganador de educación secundaria. Alumna: Liz Roxana Torres Ortega, del Colegio San Vicente de Paúl

Con mucho éxito culminó el concurso de dibujos organizado por el Gobierno Regional de Junín, entre los escolares de Jauja. Al respecto, pueden apreciar todos los dibujos finalistas en el blog de la Zona Monumental de Jauja.

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Cortamonte en el barrio de Yauyos – Jauja

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Cortamonte 1920

Julio C. Dávila Mendiola W.

Esta importante muestra visual del año de 1920 aproximadamente, refleja un momento histórico en la evolución del Cortamonte en el Carnaval Jaujino. En el entonces barrio de Yauyos, en su plaza antigua y en todos los demás barrios de Jauja, el baile se ejecutaba en una ronda multicolor, alrededor del árbol y tomados de la mano, varones y damas, jóvenes y adultos, bailaban y cantaban las alegres melodías de las mulizas y los típicos huaynos de carnaval. Indistintamente salía a hachar el árbol, invitado por el Padrino, un varón, al cual le elegían una pareja al unísono. Obsérvese también para esos años, la ausencia de espectadores, que hoy en día es numerosa.

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¿Quiénes eran los Xauxas?

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Tunanmarca

Carlos H. Hurtado Ames

Los Xauxas fue el grupo étnico que tuvo centro de poder en el valle de Yanamarca y en la parte norte del valle del Mantaro en la actual provincia de Jauja. Cronológicamente se les puede incluir dentro del llamado Intermedio Tardío o Segundo Regionalismo, entre los 1000 a 1460 d. C. Fue el grupo étnico más importante de la región que se suele denominar como del Mantaro, lo que se comprueba al ver los centros arqueológicos que han quedado en la actualidad y que marcan una clara diferencia de desarrollo con los grupos étnicos del sur del valle del Mantaro, conocidos como Huancas, y con los Taramas, de Tarma.

1. Aclarando las confusiones

Durante mucho tiempo, Xauxas y Huancas han sido confundidos constantemente, tanto en la literatura arqueológica como histórica, principalmente por la similitud observada en su cultura material, como la construcción de estructuras de piedra de planta circular como viviendas, la localización de sus asentamientos en cumbres de cerros y partes elevadas sobre el valle y el uso de géneros similares de cerámica. Sin embargo, todas las informaciones históricas y las investigaciones arqueológicas indican que se trata de grupos distintos.

Esta construcción histórica local ha tenido importantes repercusiones en la memoria histórica de la región. Un ejemplo es la muy difundida idea de un denominado “Reino Huanca”, que supuestamente sería el gran antecesor antes de la llegada de los incas a la zona. Se trata de una inventiva que tiene un punto de partida en los trabajos del historiador Waldemar Espinoza Soriano, quien formuló la idea de un grupo étnico denominado como los huancas común a toda la región, que habría tenido una capital y un rey, con poderes omnímodos y cuyo nombre se ignora. Debido, quizás, a que se trataba de un argumento que se adaptaba perfectamente a las necesidades explicativas de una colectividad en crecimiento y formación, como lo era Huancayo en la década de los setentas del siglo XX y, por ajustarse, además, a ciertos intereses políticos de ese lugar, la idea caló hondo. Un ejemplo son las frases de “Nación Huanca” o “Construyendo el futuro de la Nación Huanca”, derivaciones directas de esta construcción del pasado. Como es evidente, ello ha creado una serie de malos entendidos y falsas lecturas del ayer y tergiversaciones que aquí no dilucidaremos, pero que conviene diferenciar de lo que realmente ha sido el pasado prehispánico en la región.

En este sentido, una lectura cuidadosa de las fuentes históricas muestra el panorama real de las situación que se vivía en la zona antes de la llegada de los incas, sumado a los aportes realizados por la arqueología y la lingüística, a partir de lo cual se puede establecer que los xauxas era un grupo totalmente distinto de los huancas. Por ejemplo, una observación inicial del cronista Pedro Pizarro indica que: “Estos naturales de Xauxa son dos parcialidades, unos llaman Xauxas, y otros Huancas (…) Los Xauxas traen unas fajas coloradas alrededor de las cabezas, de anchor de una mano; los Huancas las traen negras”.

Por su parte, los informantes que respondieron al interrogatorio hecho por Andrés de la Vega en 1582, y que se conoce como la “Descripción de Xauxa”, contenida en las Relaciones Geográficas de Indias, señalaron que:

“[…] antes del Inca, nunca fueron sujetos a nadie, más de que en cada uno destos repartimientos tuvieron y conocieron por sus señores á los indios más valientes [y] traían guerra unos con otros por adquirir más tierras, y no salían fuera deste valle á pelear, sino era, dentro del valle, los de la una banda del rio que por él pasa con los indios de la otra […]”;

La sugerencia a un clima de fragmentación en esta última fuente es clara. El Inca Garcilaso de la Vega da cuenta de una situación similar: “[…] con ser todos de una nación, tenían bandos y pendencias sobre las tierras de labor y sobre los términos de cada pueblo […]”; e indica que por ello, los incas dividieron la región en tres parcialidades, que fueron Hanan Huanca, Lurin Huanca y Hatun Xauxa, con el fin de poner fin a estas disputas.

Como es de suponer, este clima de división en los pueblos del valle era una realidad cuando llegaron los españoles, por lo que es claro que ello era parte de una situación anterior a la presencia de los incas. De acuerdo a estas fuentes, al menos como se aprecia en la “Descripción de Xauxa”, no hay evidencia de ninguna unidad política traducida en la figura del un reino. Más bien, como se ha visto, por lo menos hubo dos grupos de importancia, que eran los Xauxa y los Huanca.

La investigación arqueológica también va por este sentido. Por ejemplo Terence D´Altroy (1992), señala lo siguiente:

Contrariamente a los reportes de un reino Wanka unificado [se refiere a las afirmaciones de Espinoza Soriano], los datos arqueológicos señalan la existencia de un conjunto de numerosas unidades políticas en competencia dentro de la región. Lo que ocurre es que, simplemente, una identidad étnica común no implica necesariamente una unificación política. El poder sociopolítico en la sierra central en el Intermedio Tardío estuvo dividido entre numerosas unidades políticas autónomas, aunque las sociedades de la región se estaban volviendo cada vez más centralizadas y estratificadas.

Como ya se ha dicho al inicio, los Xauxas se habrían ubicado en el actual valle de Yanamarca y en la parte norte del valle del Mantaro. Los restos arqueológicos que han quedado de este grupo étnico, hacen pensar que se trataba del más importante de los grupos humanos existentes en la región cuando llegaron los incas. Debido a esta importancia, han merecido el interés de uno de los proyectos arqueológicos más importantes y de más largo aliento que se han realizado en el Perú, tal como es el caso del Upper Mantaro Archaeologicas Research Project (UMARP), quienes han realizado uno de los trabajos más serios hasta ahora existentes sobre esta parte de nuestra historia, estableciendo una periodificación regional sobre la base de las distintas fases arqueológicas que lograron identificar, con la denominación de “Wanka”. Parte de sus investigaciones se han difundido, últimamente, a partir del importante volumen editado por el Centro de Estudios Históricos “Julio Espejo Nuñez” denominado Los Xauxas, territorio e historia (2010), de los profesores Lucio Villanes, Henoch Loayza y Luis Cáceres.

2. Organización política y vida cotidiana

Los sitios de ocupación que han sido examinados por este grupo de investigación son varios, casi el medio centenar, y se ubican entre los 3500 y 3700 msnm. y en las partes altas o puna, por sobre los 3700 msnm. Es en la denominada fase Wanka II (1350 – 1460 d. C.) que los asentamientos de las partes altas toman mayor dimensión. De todo el conglomerado de asentamientos, en esta fase, al parecer cuatro fueron los centros de mayor rango o cabecera: Tunanmarca, de 25 ha.; Hatunmarca, de 73 ha.; Llamap Shillon, de 20 ha. Estos centros regionales mayores habrían tenido una serie de comunidades satélites, entre las que se encuentran, por ejemplo, Chawin, de 6 ha.; Umpamalca, de 14 ha.; Huajlasmarca, de 4 ha.; etc.

Estos grandes centros regionales mayores no tuvieron parangón en la parte sur del valle, es decir con los Huancas, cuyos restos arqueológicos no presentan el tipo de complejidad y tamaño de los asentamientos Xauxa, lo que sugiere que se trataba de sociedades de menor importancia. Indudablemente, los Xauxas se hallaban en un proceso de crecimiento y complejización que hubiera devenido en un gran señorío, de no ser que fueran conquistados por los incas.

Uno de los Centros Regionales Xauxas que más se ha estudiado es Tunanmarca, que al parecer era el más importante. De acuerdo a las investigaciones del Proyecto Alto Mantaro, se sabe que su ocupación fue entre los años 1280 y 1425 d.C. Todas las edificaciones eran multifuncionales, pues algunas servían como cocina por la presencia de fogones y abundantes restos de ollas, mientras que otras habrían sido dormitorios o depósitos aunque también se han identificado áreas de almacenaje en los patios, hacia algunas esquinas o espacios encerrados en medio de dos construcciones circulares. De igual modo, se sabe que la basura era acumulada hacia algunas de las esquinas del patio o detrás de las viviendas. En su mejor momento debió tener una extensión de 23.1 hectáreas que albergaron entre 7,955 y 13,259 habitantes.

Siguiendo las conclusiones de este mismo Proyecto, Manuel Perales indica que la ciudadela tiene dos murallas defensivas, una que la rodea casi totalmente, y la otra que protege sólo su lado sudoeste. Contiene mayormente recintos circulares agrupados en lo que se denomina como complejo de patio, que se agruparían en dos barrios, acorde con el sistema dual andino en general. Un corredor de diez a treinta metros de ancho separa ambos barrios; éste, a la vez, tiene dos grandes plazas contiguas. La ciudadela tiene un promedio de 174 estructuras circulares por ha., lo que hace un total aproximado de cuatro mil estructuras (Hatunmarca, otro centro regional mayor, sólo tiene cincuenta estructuras por ha.) Ahora bien, la dieta de los habitantes de Tunanmarca era relativamente variada, presentando mayor incidencia en el consumo de maíz, talhui, quinua, papa, oca, olluco y mashua, los cuales eran complementados con la carne de llama, alpaca, cuy, perro, vicuña, guanaco, taruca, venado, ranas, aves silvestres y peces de la zona. Evidentemente, esta imagen puede proyectarse a los demás centros regionales y aldeas satélites, lo que nos da una idea de cómo era la vida cotidiana de los Xauxa.

Ahora bien, cada uno de estos centros regionales era gobernado por “los indios más valientes que hubo”. En el caso concreto de los Xauxas, la “Descripción de Xauxa” menciona a Auquiszapari y Yaloparin. A pesar de que culturalmente eran una unidad, que denominamos como los Xauxas, no lo eran políticamente, por lo que cada centro regional se comportó de manera distinta ante la llegada de los incas. Unos se avinieron pacíficamente y otros se enfrentaron. Hatunmarca es ejemplo de lo primero, mientras que Tunanmarca de los segundo. Salvo en el caso de Huajlasmarca, que se mantuvo incólume hasta la época del virrey Toledo (1570) y amerita un estudio aparte, todos estos centros regionales fueron abandonados cuando los incas los sometieron, mismo que trasladaron el centro del poder a la parte norte del valle del Mantaro, al fabuloso centro administrativo de Hatun Xauxa.

3. Palabras finales

A pesar que hay una especie de discurso histórico oficial que dice que fueron los Chancas quienes ofrecieron la máxima resistencia a la expansión imperial cusqueña, arqueológicamente no hay prueba de ello; no se ha encontrado ninguna evidencia de enfrentamientos ni de que esta sociedad estuviera en condiciones de poder resistir a los incas. La idea de que Pachacuti derrotó a los “aguerridos” Chancas con ayuda de las piedras es una construcción mítica antes que una realidad, lo que era usual en la discursividad histórica que de su pasado hacían los incas. Esto viene a colación porque todos los indicios arqueológicos hasta ahora reportados, parecen indicar que desde su expansión, fue con los Xauxa donde los incas encontraron la principal resistencia. Se trata de un hecho que indudablemente merece un mayor análisis, pero que de ser así, debería ser parte de una reinterpretación de lo que han sido los Xauxas en la historia peruana, hasta ahora ignorados, confundidos y pasados, injustamente y arbitrariamente, a segundo plano en la historia regional y nacional.

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