Programa emitido en TV Perú
Gracias Sonaly Tuesta, excelente reportaje.
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Gracias Sonaly Tuesta, excelente reportaje.
La familia jaujina en pleno y, en especial, la familia de la institución tunantera Centro Jauja están de duelo. La muerte, siempre inoportuna e impía, se llevó a Violeta Camarena Saravia, una dama en toda la extensión de la palabra y una madre dignísima que hizo de su vida un permanente ejemplo de abnegación y amor al prójimo. Encima de ello, una jaujina que demostraba cada dia cómo se debe querer a esta Jauja que hoy, transida de dolor, llora su prematura partida.
Quienes con especial reverencia la recordamos no podremos olvidar la manera tan sencilla de sus gestos, la facilidad con la que solía iniciar sus largas pláticas y el calor que sabía imprimir a quienes solían acercársele para pedir consejo alguno. Dueña de una asombrosa generosidad y espontaneidad que le agregaban valor a su persona, Violeta era una impenitente amiga preocupada por los problemas de quienes más estimaba y, si se trataba de su familia, sabía dispensarle el amor que toda madre sabe entregar. Por ello es que con su partida todos perdemos y, en especial, pierde Jauja, ciudad con la que estaba vinculada indisolublemente, pues aquí es donde ella nació.
El “Centro Jauja-Erasmo Suárez Zambrano”, institución tunantera de la que ella era conspicua socia todavía no sale de su asombro. Violeta se va señalando un rumbo: querer a su institución, ser solidaria con todos sus integrantes y, fundamentalmente, afrontar las responsabilidades que se desprenden de esta militancia. Ella sólo continuó el derrotero que le encomendó Guido, su amado esposo que le antecedió en la partida final. Nadie sabrá si, interiormente, la urgía reunirse con él, lo cierto es que ambos ya están juntos velando desde el éter el acontecer de quienes los estimábamos en vida.
La vida de Violeta Camarena Saravia será siempre un ejemplo para las generaciones sucedáneas de cómo debe actuar una mujer jaujina, por ello es que desde aquí le pedimos a sus deudos resignación y fortaleza para afrontar estos duros momentos y a ella la despedimos con el más grave de los silencios y el más grande de los respetos. ¡Paz en su tumba!