A seis meses de tu dolorosa partida
Como la luz que desaparece en la oscuridad, como el día que es aplastado por la lobreguez de una aciaga noche y las tinieblas que te hunden en una insondable soledad, la inesperada y súbita partida tuya nos lanzó a una desnudez abrumada de lamentos y ayes que hasta ahora no alcanzamos a comprender.
Darío Vladimiro: piedra engastada en el afecto nuestro, sentimiento tatuado en la estima de quienes te queremos; nos dejaste prontamente y un silencio arropado de crespones nos envuelve en una interminable avenida de lamentos quedos. Imposible explicarnos tu huida, indescifrables los fonemas que explican tu ausencia.
Cada vez que te evocamos un halo de sombras se anida en nuestros corazones y un callado llanto va creciendo en nuestras pesarosas y raídas almas.
A seis meses de tu muerte es necesario que sepas que nosotros siempre negaremos tu muerte y que la nada nunca abrazará tu presencia siempre amorosa, alegre y festiva.
Como pasa el tiempo, ya son seis meses sin ti querido amigo. No pude asistir a tu misa por razones de trabajo pero déjame decirte que estaré de días libres para el 02 de noviembre, ese día iré a visitarte. Nos tomaremos unas copas acompañado de unos cigarrillos escuchando una canción que a ambos nos gustaba tanto (Tom Petty – Learning to fly )