Preservar el patrimonio histórico
Uno de los proyectos más importantes formulado por Manuel Pardo La valle en 1860, estando, años antes, este visionario sanándose de tuberculosis en nuestro bello y prodigioso valle de Jauja, fue la construcción del ferrocarril trasandino de Lima a Jauja.
Pardo, quién llegó a ser presidente entre 1872 – 1875, estaba convencido que el transporte ferroviario era la herramienta estratégica para incrementar la productividad, la integración y el desarrollo del país. Restablecido de su mal por su estancia en Jauja, estuvo también persuadido, de que su clima era la salvación de miles de tebecianos, era el antídoto de esta enfermedad y de otros dolencias no menos graves.
Con una clara perspectiva del futuro puntualizó “un camino Lima a Jauja tiene mucho que hacer a nuestro juicio. Una vía férrea de la Capital de la República al departamento de Junín, sería el medio más fácil y rápido el más seguro para colonizar las montañas del Perú.…póngase a Jauja a seis horas de Lima… Un ferrocarril que une la insalubre costa del pacífico con el valle de Jauja produciría resultados higiénicos de incuestionable valor para la educación de la débil y macilenta juventud de Lima“.
Cabe recordar que hasta antes de la construcción del ferrocarril los viajeros y comerciantes del valle de Jauja para llegar a Lima y viceversa hacían una larga y penosa travesía durante veinte días a un mes, con riesgos de coger enfermedades y la muerte.
Refiriéndose a la tuberculosis en Lima Pardo nos relata “¿ Que familia no tiene alguna prueba más o menos dolorosa de los terribles estragos que en los húmedos climas de la costa ejercen afecciones pulmonares?…contra los cuales son impotentes la ciencia médica….No exageramos en decir que la juventud de Lima de ambos sexos es diezmada por la tisis…y otra enfermedad reinante que produce fuertes estragos, la disentería…El ferrocarril a Jauja modificaría muy favorable las funestas consecuencias de ambas enfermedades”.
No esta demás acotar que el mayor índice de mortandad en la costa de aquella época era la tuberculosis y la disentería, ambas enfermedades causaban el 42% de fallecimientos en Lima.
El sueño de cruzar los andes por un ferrocarril trasandino de Lima a Jauja demoraría varias décadas, hasta 1908 cuando llega a nuestro valle el tren, año en que se construye la actual estación ferroviaria. El arribo de la locomotora a vapor pudo haber sido antes, la guerra contra los usurpadores chilenos interrumpió la construcción del Ferrocarril Central.
La construcción del ferrocarril y la edificación de la estación de Jauja, una de las cinco estaciones principales del FC del centro, es el símbolo más emblemático de la modernidad. La locomotora a vapor, este producto tecnológico vanguardia de II Revolución Industrial, generó una activa vinculación de Jauja con Lima, e intensificó el intercambio de las culturas andino y costeño.
Como se sabe a través del tren llegaron también muchos de nuestros ancestros de diferentes ciudades del Perú y de otros continentes en búsqueda de sanidad. Las estaciones ferroviarias de Lima y de Jauja se convirtieron en puntos de partida y destino final para una mejor prosperidad de muchas familias. El ‘País de Jauja’ no fue un sueño sino una esperanza hecha realidad para todos aquellos enfermos que lograban vía el tren arribar a la Primera Capital del Perú.
No cabe duda que este nuevo desplazamiento humano enriqueció más el mestizaje Jaujino, y acrecentó su tradición de ciudad acogedora y cosmopolita. En aquellos tiempos Jauja era una ciudad más occidentalizada y andina a la vez del centro del Perú, una ciudad con más encuentros que desencuentros culturales.
Asimismo, esta mayor movilidad social, que devino con el servicio ferroviario, amplió el paso a un mayor conocimiento y desarrollo intelectual, un creciente acceso a las universidades y a nuevas opciones laborales que ofrecía la urbe limeña.
Para la construcción de la estación ferroviaria de Jauja en 1908 se tuvo que adquirir un terreno de 17,400 m2. de propiedad de Gregorio Yupanqui, 7,225 m2. de Pablo Bonilla, 6,000 m2 de A. Huatuco, 1,086 m2. de María N. de Vera, 840 m2. de Enrique Suárez, y 705 m2. de J.M. Calderón. El diseño arquitectónico de esta estación es de tipo industrial, sus planos sirvieron también para construir la estación de Huancayo.
El Instituto Nacional de Cultura (INC) el 10 de diciembre de 1991 declaró a la estación ferroviaria de Jauja como monumento histórico por el gran valor arquitectónico que posee y por el significado histórico que representa, y el impacto social y cultural que hemos expuesto.
Al concesionarse los ferrocarriles al sector privado, las empresas operadoras y concesionarias del Ferrocarril Central han demostrado no interesarle ó ignorar del valor histórico de muchos de los inmuebles ferroviarios, al haber sub arrendado muchas de ellas a terceros, por su parte el estado tampoco posee un plan de gestión de estos recursos considerados específicamente como patrimonio industrial del Perú, salvo el reciente interés del MTC a través del Vice Ministro de Transportes de apoyar la protección del Patrimonio Industrial Ferroviario del Perú.
El uso de la estación ferroviaria de Jauja por sus actuales arrendatarios esta poniendo en peligro esta herencia histórica a tal punto que se ha venido convirtiendo en depósito de papas y vehículos. Hace dos años se destruyo parte de su estructura física y estética con la apertura de una nueva puerta, felizmente una acción rápida y vigilante de la Promotora Museo Ferroviario del Perú PROMUFER ante la dirección nacional del INC se logró que el daño sea remediado.
El 2008 este monumento histórico y la llegada del tren al valle de Jauja cumplirá 100 años y los Jaujinos y toda la región Junín tenemos un poco más de un año para rescatar y restaurar este bien nacional y darle valor y un uso productivo compatible con su edificación y un cuidado por profesionales en gestión de patrimonio cultural.
El proyecto que formulé e hice entrega el 2002 a la municipalidad de Yauyos para hacer de la estación ferroviaria un Complejo Cultural de la Identidad Jaujina y conservar este monumento arquitectónico, esta vigente. Como antecedente cabe saber que dicho municipio no llegó a interiorizar el sentido y el valor de la Estación de Jauja como patrimonio histórico cultural industrial y por otra parte carente de recursos económicos y humanos no tuvo la capacidad de recuperar ni rehabilitar este monumento histórico, no obstante se logró disponer dicho bien para el uso de actividades culturales.
Este hecho nos revela que la cultura en general permanece siendo la cenicienta en el país y en particular el patrimonio histórico cultural industrial prácticamente es ignorado por los organismos de gobierno. Esta misma ausencia se evidencia en los planes regionales y locales.
En el caso de Jauja el patrimonio industrial tangible de bienes históricos muebles e inmuebles, además de las cuatro estaciones ferroviarias, son: la Hidroeléctrica de Muquiyauyo, el complejo alcoholífero del fundo Roma en Monobamba, la industria minera en Llocllapampa, Canchayllo, Curicaca. Parco y las maquinarias y herramientas de estas actividades.
En el entorno de estas herencias históricas industriales existe un importante componente intangible, formas de vida, costumbres, memoria colectiva que en su conjunto forma parte del testimonio vivo, del rico patrimonio cultural jaujino, pero que permanece en el anonimato.
Esto se pudo observar en las agendas de la municipal de Jauja y sus 34 distritos y en las ofertas de los aspirantes a las alcaldías, al comprobar que no incluyeron esta necesidad de promover, proteger, revalorar e investigar el patrimonio industrial de Jauja, lo que evidencia que no están comprendiendo que este es un medio educativo de gran valor para conocer nuestro pasado y que a través del turismo cultural se convierte en un importantísimo recurso económico para el desarrollo local, para la generación de empleo juvenil y mejora de calidad de la vida.
Frente a esta situación urge la necesidad que la sociedad civil se plantee tareas inmediatas para salvaguardar el patrimonio histórico industrial:
1) Lograr la transferencia de la Estación Ferroviaria de Jauja y sus áreas componentes: patios, jardines, viviendas a una institución promotora de la conservación del patrimonio industrial de Jauja.
2) Nombrar una Comisión Ad hoc. para formular un plan de recuperación y conservación de la Estación ferroviaria y elaborar un programa para conmemorar el centenario de la Estación y la llega del tren a Jauja.
Adicionalmente a la estación de Jauja, las estaciones ferroviarias de Pachacayo, Llocllapampa y Tambo, también han sido declaradas como monumentos históricos y deben ser consideradas en el plan de recuperación del patrimonio industrial de Jauja.
3) Hacer un registro de sitios y objetos de valor histórico cultural industrial de toda la provincia de Jauja para que sea declarado como patrimonio histórico.
FNG/ Enr.2007/
Versión Final
Enviado por: Halckon Editores
Más datos:
– Youtube: La Historia de la Estación de Monserrate – Perú (1 de 3)
– Youtube: La Historia de la Estación de Monserrate – Perú (2 de 3)
– Youtube: La Historia de la Estación de Monserrate – Perú (3 de 3)
amigos sabemos que las estacion de Huancayo ya fue vendida en parte a una empresa transnacional. En Jauja lo que queda de la estación ferroviaria según la informacion que tengo esta declarada como patrimonio histórico. Pero quiza al igual que el caso de Hyo. ¿será mas el poder del dinero?.
No debemos perder este patrimonio.
TODA INFORMACIÓN ES IMPORTANTE Y ME PARECE INTERESANTE PARA CONDIRAR TU ARITUCLO EN LA PROXIMA EDICIÓN EVISA SOMOS TU GUIA, CUYA PUBLICACIÓN SE REALIZARÁ LA PRIMERA SEMANA DE SETIEMBRE. ME GUSTARIA CONTAR CON SU AUTORIZACIÓN.