Neosaurios

Desde la era de los dinosaurios, y quizás mucho más antes, hasta el poder conseguir algún producto cárnico en alguna nevera de alguna tienda o supermercado, nada o muy poco ha cambiado. Los que pueden abusar abusan y matan. Por más o menos civilizados que se llamen unos y otros, por ser parte de una especie, es imposible que no tenga repercusión ni afecten a otros los actos horrendos, crueles, salvajes, etcétera, cometidos por un grupo o incluso un solo individuo. Mucho peor en un ser con al parecer mayor conciencia y razonamiento. Podrán ahora no ser enormes saurios, pero la sangre, la muerte y todo lo que se relaciona al trauma de herir y matar a un ser vivo es lo cotidiano, lo que aparece en páginas de internet, en televisores, en emisoras radiales y hasta en los periódicos. Podrá ya no ser solo la fuerza bruta con enormes bocas, dientes y colmillos, pues ahora es peor, son misiles hipersónicos con ojivas nucleares. Desarrollo, evolución y civilización, deberían ser orden y control, justicia. Que una especie, en el peor de los casos, no se asesinen entre ellos. No llego a ver qué es más utópico, si la anarquía racional en la que creo o llamar civilizado y desarrollado a una especie todavía cruel y vengativa; seres a los que la infausta frase “si quieres paz, prepárate para la guerra” les asienta y seguro respaldan aun siendo falaz. La paz debería ser para todos y no solo para el que tenga la fuerza bélica. Tal parece que el paso de un reino animal a uno de supuesta y relativa racionalidad nunca ha sucedido, y si ocurrió, fue un paso de un reino animal a uno incluso mucho más contaminante, salvaje y destructivo. Un mundo lleno de seres peores que ogros, ratas y serpientes disfrazados de homínidos; seres que usan la inteligencia para mentir y hacer solo maldad. Matarse por oler distinto, aunque se vean parecidos, y por ser de distintas fronteras. Aunque no sea el canibalismo la regla, es algo que seguro ha sucedido entre seudo inteligentes, lo que los vuelve nefastos. Para nada es evolucionar, si además de matar por matar, también se contamina con residuos tóxicos y de difícil biodegradación. Al final parece que no hay ni desarrollo ni evolución, sino solo una línea temporal continua de muerte y destrucción. Evolucionar debería ser conseguir la paz verdadera o al menos intentar encontrarla. 

Moderna infertilidad

Ahora parece que lo moderno se normaliza con lo infértil. No todo, claro, tendría que tender a evolucionar, prosperar. En uno u otro momento, sobre todo por errores propios, nos podemos encontrar con el estancamiento. Lo estancado es lo más cercano a la extinción. Cada uno en su momento tiene su propia señal de pare, su acmé. Para que algo se estanque y tal vez luego se extinga, debe ser porque no se adaptó y por ello perdió su oportunidad. El planeta mismo es una oportunidad para compartirlo de la mejor manera, explotarlo de la misma forma y poder algún día escapar; ya la palabra “explotar” de por sí suena grave y fuerte. Como cualquier cosa que se mal usa y se mal comparte se arruina pronto. De la más absoluta opulencia y fertilidad se puede pasar a la desaparición total. La oportunidad es para ser oportuno y aprovechar el momento, luego no hay más; al menos, en cosas relevantes y que de verdad importan, las oportunidades son escasas y hasta únicas. Vivimos rodeados de cosas que a cada instante se desvanecen, lo peor es acelerar ese desvanecimiento, colaborar con la desaparición. La idea es que todas las cosas, tengan o no vida, duren el mayor tiempo posible. Fértil no solo es lo que se reproduce, sino también lo que se mantiene a través del tiempo. Qué sentido habría en darle más años de vida a un ser malvado? Qué sentido tendría un mundo lleno de malvados? El único sentido de todos estos es la destrucción por la destrucción; de cualquier modo, en cualquier ámbito. Su sostén y refugio son el mantener ciegos, atontados y fanáticos a sus consumidores (seguidores) con lo “nuevo” de cada temporada. Si se supone que hay un Dios y ese Dios es todo, entonces ya no existe nada nuevo. Fuera de Él todo lo demás es pura y mera vanidad. Algo que creadores y buscadores de modas y tendencias jamás entenderán.  

          Si es que hay algo que pueda ser nuevo o moderno, solo podría ser lo verdadero bueno. Lo malo es todo el estancamiento, destrucción e involución. Algo destructivo no puede hacer ni crear nada nuevo. Mucho peor que querer normalizar la infertilidad es querer hacer ver lo malo como bueno. Como llamar trabajo, un acto en toda su esencia bueno y positivo, a actos tan deplorables como despreciables como el asesinato, el secuestro, la extorsión, el robo, la estafa y la violación. Salvando todos los tiempos y distancias, quizás la sociedad en general en un futuro acepte y adopte sus propias “hienas”, esa gente, varones, pagada por mantener relaciones sexuales con féminas púberes en algunas zonas y pueblos de Malawi. Me ha tocado ver y oír comunicadores en sus noticieros (de diversos países) que llaman trabajo a todos esos actos más que repudiables, con excepción al de violación. Es parte de esa indignación estás líneas. Tal vez algún día se normalicen las “hienas” en todos los países del mundo y esto escrito quede desfasado. Como es una “cultura” y costumbre se la tendría que respetar. La violación como trabajo…

Radical

Por qué las personas se pueden llegar a radicalizar? Lo más obvio sería que lo hacen por oposición, porque hay algo que detestan, algo de lo que no quieren saber nunca más en sus vidas. Si a la radicalización de una persona se le puede considerar cuanto menos negativa, mucho peor que ser radical sería ser un radical inconsecuente. Tendríamos que pensar primero en nuestro modo de vida, luego en lo social del que uno forma parte. En principio, porque lo más cercano que tenemos a nosotros mismos es nuestra propia mente para poder intentar descifrar. Partimos siempre de un individuo y su pensar, su razón y su mente. Recién después de haber intentado con uno, incluso a medias, podría intentar conocer e influenciar a otro, ser conocido e influenciado por otros. Sin ser mojigato ni puritano, entre otras cosas, el sexo es algo demasiado extendido en nuestra sociedad. A la idea de: “de todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir”, se le debería agregar que aparte de los demás animales, el hombre es el que más sexo tiene sin la necesidad de. Bueno sería que quienes quieren eliminar esa liberalidad, esos radicalizados sobre todo de Oriente Medio, no anduvieran también violando a la primera oportunidad que encuentren o esclavicen mujeres y niños en estos siglos. Porque se puede ser la persona más bella del mundo; pero, de qué vale si se hace lo mismo que el resto, lo mismo que cualquiera? Está extendida también la desigualdad, la extrema riqueza con la extrema pobreza. Super extendido con ello está también la obstinada obsesión por el alcohol, de diferentes marcas y precios, cuando hay gente a las justas tiene para pan y té. Un alcohólico también es un extremista. Con demasiado tiempo libre se pueden hacer o buenas o malas acciones, desgastar, desgastarse o ahorrar. Zapfs, Mujicas y algunos otros como aquellos, que si fuese verdad como es que ellos ven y viven la vida, como aquellos necesitamos muchos, pero muchos más y este mundo, sin temor a equivocación, sería muy distinto y para bien. Más sencillez, sobriedad, no más de lo necesario. Lo repetitivo, copiar lo que otros hacen es lo fácil. Lo constante, conseguir entender la mente de uno mismo y luego la de otros es lo difícil; aunque repetición y constancia se pueden parecer no son lo mismo. Quién no tendrá errores, pero también existe demasiada vanidad y lujo. Como no pensamos en el planeta, tampoco pensamos en el otro, es solo la silueta de una persona a los lejos, mero parte del paisaje. Para vivir en edificios de departamentos se necesita, y mucho, pensar en que hay otros, en que quizás hay algunos que no quieren ruido y cómo afecta esto a la persona. Ruido, lujo para los oídos. La glotonería también es algo demasiado extendido, otro desbalance. La burocracia, la falta de apreciar más el silencio, la poca simplicidad y la mucha complicación. Fluido no es la bulla ni siquiera el sonido, fluido es el silencio. El mejor muro es la distancia, porque no puede haber muro más grande que la distancia ni con agujeros de gusano. Tiene que haber más números que cosas. Cómo podrían copar los objetos que se deshacen a los números eternos? Existencia de cosas no contadas? De los sonidos quizás los números y luego tal vez las almas y finalmente todo el silencio. En el peor de los casos uno se ha contado a sí mismo, incluso sin saber contar. Para un extremista hay otro peor y para ambos todo el infinito silencio vacío. 

Ígneo

En el lugar de Ígneo tenían un fuego enorme y vivo en un hoyo en el centro de sus plazas principales. El agujero era de dos veces y media la estatura de un hombre y en el que podían caber parados seis a ocho adultos con un codo de distancia entre ellos. Todos sus habitantes colaboraban para que la llama no se apagara y la alimentaban de tiempo en tiempo. No solo por el temor a que cayeran ahí por accidente, pero no era un espacio para niños hasta el punto de estar prohibido que los acercaran. En algunas ocasiones, muy lastimosamente, su llama era más intensa y trabajaba. Cansados de sus batallas y guerras decidieron pelear solo frente a la maldad misma. Todos gobernaban, todos tenían voz. La única diferencia que reconocían entre ellos eran la de niños y adultos. Cuando hay equidad y se está bien, qué sentido habría en desear el mal a otros. Todas esas malas excepciones que a veces se presentan terminaban en el foso ardiente. El deseo, como no es solo de riqueza, ocasiona problemas en todos los ámbitos, que incluso pueden llevar hasta la muerte; tal vez no habría que culpar solo al mero deseo, sino al mal deseo, al deseo irracional. Qué perdón podría tener un supuesto inteligente y racional que provoca tanto daño y dolor a alguien que sea inocente en todo el sentido. Quizás solo un animal salvaje, un incivilizado total, alguien que no conoce la palabra familia podría tener algún perdón. Es posible que ni a la primera ni a la segunda ni a la tercera vez de un crimen el culpable sea descubierto, pero es imposible ocultar para siempre sus viciosas maldades. Tarde o temprano en un paso en falso eran descubiertos y a las llamas se las volvían a avivar. Como entre iguales, a diferencia de los animales, no se pueden comer, no queda más remedio que el ardor de las llamas. Sucesos así en Ígneo pasaban una o dos veces en un quinquenio, por lo general era un lugar tranquilo y pacífico. Hasta antes de encontrar cierta paz solo luchaban por sus espacios, por sus egos, por sus futuros que veían distintos. Si en algún planeta hubo algunos llamados espartanos, los ignitas eran cuanto menos diez veces más fieros y belicosos que estos. Su misma belicosidad mermó su población, sin conocer ninguna enfermedad morían solo a consecuencia de guerrear. Salvaron sus vidas gracias a entender que lo externo a ellos no debería ser causa de aniquilarse. Ígneo era un planeta entero y todo lo indeseable que quizás no merecía llegar a hacerse cenizas estaba en una isla alejada. Su propia perversa naturaleza hacía que entre ellos mismos se aminorasen. Como Carontes, solo una familia de generación en generación era la encargada de transportar a los desterrados, pues eran gente de tierra que aborrecían los grandes cúmulos de agua, ríos, lagunas o mares. 

En la madrugada

A quién ladra,
de madrugada,
si no hay nadie;
solo a sí mismo.

Quizás para no estar solo,
acompañado de su “guau, guau”
Para abrigarse y no volverse sordo.

A quién ladra,
en fría helada.
Falto de molicie
y ningún cinismo

Tal vez para su consuelo,
olvidar su dolor y no más “alálau”;
para soliviantarse, no verse acabado

A quién ladra;
Tal vez algún alma,
a Su propio fantasma.
A la noche, a la luna, al frío

Posible que nadie sepa
su propia cólera y su soledad.
Para llamar a otros que ya no están

A quién ladra;
quizás una lágrima,
alimentar a su calma;
obviar su destino y martirio.

Después de ladrar aquella noche se quedó aullando hasta cansarse.

ΧΡ

Hay un Hombre, que si bien ya hace mucho tiempo caminó por la tierra, podría hacerlo de nuevo a su pleno antojo cuando quisiera: tal es su grandioso poder. Sería una tristeza y decepción que muchos quienes dicen creer en su Santo Nombre piensen que está muerto como cualquier otro simple mortal; por otro lado, también, es entendible sus debilidades, temores y su naturaleza humana. No se puede engañar a quien conoce cada punto y cada coma de cualquier lenguaje, cada producto, suma, resta o división. Él es el mismísimo tiempo quien pone las cosas en su lugar. Podría haber eliminado en un parpadear a sus captores, hacerlos polvo, mas se dejó martirizar y sacrificar para salvar a todo su pueblo. Les volvería a pegar una oreja más de una vez. Seguro que más difícil que vencer a la humanidad fue vencer a la muerte y al infierno y en tres días salió victorioso, glorioso, nuevo, renacido. Todo para no volver a morir jamás, sino para vivir eternamente. Quién capaz de ordenar a la muerte que le regrese a alguien y se cumpla! Su única culpa tal vez debió ser la ira contra cambistas y mercaderes, tan difícil como creer que si no se pecara no se moriría. Cómo no perdonar una culpa ocasionada por la sed de verdadera piedad y justicia, pedir algo tan básico como el respeto a lo sagrado. Es difícil, por no decir imposible, encontrar en la humanidad alguien con toda la libertad y potestad de matar, pero que en su lugar elija perdonar en todos los casos. Como al centurión, quien sin ser ni de su cultura ni religión, salvó a su querido sirviente. En dos mil años y más, la humanidad ya debería haber aprendido, sin embargo, los errores son ni más ni menos los mismos de siempre. Idolatría y excesos. Tendrá que llegar un hartazgo, el cordero volverse león y nadie podrá juzgarlo por lo que haga. Para alguien de quien ni la historia ni los pensamientos más íntimos de todos quienes viven y vivieron se le escapan, le es más sencillo y justo su juicio. Lo de, “ustedes tienen contados todos sus cabellos”, no solo es una simple alegoría ni eufemismo. Por más diversos calendarios que pueda haber, el que impera, rige y regirá es el “después de Cristo”. Quien hace nuevas todas las cosas.

De la duda al silencio

El escepticismo es un término mal entendido tal vez por una gran mayoría de personas. No puede haber algún escéptico que niegue algo, pues negar ya es una confirmación sobre ese algo, lo que un escéptico haría es dudar. Si se niega o afirma algo ya se toma una postura, lo que un escéptico seguro evitaría, más si no tiene pruebas suficientes. Suspender el juicio no es tomar partida sobre cuestión alguna. La suspensión del juicio tal vez esté más ligada al famoso: “Wovon man nicht sprechen kann, darüber muss man schweigen”. Suspender el juicio tal vez en algún modo sea callar, pues uno puede pensar solo para sí mismo, razonar y replantear su postura. Lo cierto es que nadie puede llegar a saber todo, por ello no puede tener toda la verdad. La clásica frase resumida en, “ἕν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα”, debe ser la mejor expresión para tener una idea de las eternas dudas que aquejan al hombre. Tal vez el único silencio debiera ser el silencio hacía los otros, pues uno mismo no puede, o tal vez no debería, estar en silencio con sus pensamientos. Para los enemigos, si los hubiese, tal vez sería coherente la duda con su silencio, en cambio, para los amigos, para los verdaderos amigos, parece más idóneo la duda, pero sin silencio. Dudar, a diferencia de negar, todavía piensa y repiensa las cosas, el que ha negado, para bien o para mal, ya está fijado en una idea (en este punto deberíamos recordar que nadie sabe todo). De manera objetiva hay cosas que el hombre todavía no ha llegado a conocer, ni quizás nunca conozca, pero en su subjetividad puede tener algunas certezas. Por conocer una parte no se puede decir que se conoce todo, si bien es un inicio, el hombre no conoce todo ni de su particularidad ni de su generalidad. En el peor de los casos uno se debería esforzar por conocer y perfeccionar su subjetividad, lo que se podría resumir en la célebre y sabia frase “γνῶθι σεαυτόν”, de la que, incluso, no se sabe a ciencia cierta su autoría. Algo relativamente próximo como más o menos dos mil quinientos años provoca debates y dudas, qué más complicación debe de ser algo que nos aventaja millones, lo que para unos puede ser realidad, para otros todavía es una ilusión. Lo que para algunos es ataraxia, para otros puede ser una tortura. Tal vez podamos llegar a conocer y tener alguna idea de lo que puedan ser el número uno o siete o diez millones, etcétera, pero está claro que no se puede llegar a conocer todos los números (aunque tenga o no practicidad conocerlos a todos). Los decimales de pi siguen y siguen para acercarse a lo que idealmente pueda ser un círculo, pero algo completo y perfecto debe de estar por encima impidiéndole, como a todas las demás otras cosas existentes, que roben su corona de perfección, que lo sobrepasen. A todo lo demás solo le queda intentar emular lo perfecto, pero ni por temor ni por callar ni por dudar se debería de seguir intentando buscar preguntas y respuestas.

Democracia mucho más que directa I

El tiempo tiene un gran peso en las costumbres de las personas, crea ataduras que dificultan cualquier avance. Tal vez en otros tiempos de menos comunicación era necesario elegir representantes para llevar un país. Aunque tal vez no sean todos, debe ser una gran mayoría que posee un celular en estos tiempos. Cada decisión de un país debería estar en ese celular y en cada persona con su respectiva identificación. Ahora, claro, retirar a los representantes atornillados en sus generaciones y constituciones es el problema principal. Si se fuera uno de esos representantes medianamente racionales, por iniciativa propia debería pedir su eliminación, dar paso a la verdadera elección de las mismas personas en sus futuros. Preparar un cambio a algo que sea mucho más cercano a lo que pueda ser democracia, dar de verdad voz y voto a la ciudadanía. En tiempos en los que ni siquiera existían telégrafos sería demasiado pedir, más con tecnología a la mano se vuelven anacrónicos. Es parte de la libertad poder decidir y qué mejor sobre sus propios futuros. Las mayorías o minorías congresales o parlamentarias son una burla para los millones y millones de personas que podrían decidir de forma directa, de ese modo crear unas verdaderas mayorías o minorías para saber con qué se trabaja. De otro modo estos señores representantes solo hacen su parecer y conveniencia y muy poco en favor del ciudadano. En algún momento esos padres de las patrias deberán convertirse en abuelos y posteriormente y de forma natural morir. El ejecutivo en sus órganos debería preparar toda la información objetiva e idónea para que el público pueda participar y decidir. Ni siquiera tendrían que votar todos los ciudadanos habilitados, pero con que voten un par de millones es mucho más representativo a que voten por ellos unos doscientos. Son las mismas personas y también, por qué no, el ejecutivo en sus órganos quienes puedan presentar y proponer iniciativas de ley. Debates públicos generales. Más difícil que implementar un sistema informático para que cada ciudadano pueda decidir, es que los ya muy vetustos y anacrónicos representantes dejen sus curules. Todo parlamento, senado, recinto de congresos o edificio similar en algún otro lugar deberían ser solo museos. Qué mejor que la misma población para controlar y limitar a un presidente y sus ministros. Todo voto tendría que ser público por todos los medios de comunicación posibles y en tiempo real. Todos tendrían que saber las propuestas y sus autores además de quienes apoyaron tal o cual propuesta con sus votos. Gran parte de ser responsable es ser también transparente, tener las cuentas bien claras. El voto secreto suena a cobardía e irresponsabilidad, lo mismo que el voto forzado con sanciones económicas. Sin representantes los partidos políticos también llegan a ser desfasados, lo que no implica ser descartados, ya que queda a libre decisión de cada persona pertenecer a alguno o no; pero quién querrá unirse a uno si ya se podría participar de manera directa en el gobierno sin representantes de por medio. La unión en partidos políticos sería de manera espontánea y únicamente por la semejanza en las ideas, ya no por ganar un voto con algún regalo o devolución de favores; así menos habría transfuguismos.

           Otra desidia política es un mundo separado todavía; además, también basado en el orgullo vano en sus costumbres (tradiciones) regionales. Qué tan difícil puede ser generalizar que el mundo sea un solo país, aunque con diferentes Estados. Todas las personas con los mismos deberes y derechos en cualquier lugar del globo. Nadie tiene que imponer ni sus ideas ni sus costumbres, pero no se puede evitar la unidad. No se tendría que esperar a estar al borde de la autodestrucción y extinción para entender la humanidad de todos y buscar su unión. La existencia de autoridades en general son la demostración de que una civilización todavía no está desarrollada, son como simples rebaños necesitados de ser arreados a las buenas o a las malas, amenazados por multas, cercos o barrotes. Seguro que al planeta le queda por ser mucho más cosmopolita todavía. Sin ser partidario de nada, la globalización es un proceso irreversible; a menos una gran nueva guerra mundial o alguna catástrofe natural que arrase con lo avanzado. O quién sabe, tal vez sigamos con monarquías para el año tres mil.

Animalia

La primera ciencia que se debe aprender es la que trata sobre la moral. De nada serviría ser un neo Euclides o algún otro gran matemático si con esa ciencia aprendida se suele engañar. Lo mismo que nada sería ser un buen lingüista y orador si solo se busca mentir. En general ninguna ciencia o arte o técnica sin moral en sus principios es ayuda para el desarrollo de cualquier sociedad. Con poca moral abundan la duda, la desconfianza y el temor. Justamente de dónde nace y se alimenta lo amoral es del miedo. Por qué acapara sin reparos un corrupto todo lo que puede mientras ocupa un puesto de confianza, sino es por el miedo a perder su poco o mucho poder momentáneo? Un problema es que uno podría ser una persona amoral incluso sin saberlo, causar un mal al intentar hacer el bien. En la primera línea dice “aprender” y no “enseñar”, pues uno mismo tendría que ser el de la iniciativa a, por lo menos, tratar de aprender. Sea cual sea el pensador o pensadores con sus ideas. Es contraproducente el solo hecho de intentar querer enseñar algo a alguien que en principio ni desea. Tal vez para algo haya sido creada la niñez, para poder en ese tiempo moldear lo mejor que se pueda a una persona, enderezar una rama o un tronco; al menos esa etapa es una oportunidad. Un amoral, en general, debe ser algo así como una persona que no razona y si lo hace, lo hace para lo negativo, lo que lo vuelve un inmoral. El único pensamiento de un amoral no debe ser otro que sí mismo, cómo sacar provecho a la más mínima oportunidad para su propio beneficio y goce. La lógica y el comportamiento amoral debe ser lo más cercano a lo animalesco, aun con vestimenta de humanos. Dejar de lado lo amoral, si es que eso fuera posible, sería dejar todo rastro de animal en uno. Como cualquier enfermedad y la misma muerte, lo amoral no se condiciona a ningún tipo de estatus. Lo que en un lugar pueda ser inmoral, en otro puede ser algo cotidiano; lo amoral es amoral en cualquier momento y lugar. Por su falta de mayor razonamiento e inteligencia un animal no podría ser inmoral, distinto a lo que sucede con un supuesto racional que piensa y actúa de manera salvaje. Cualquier mentira hace de uno un amoral. 

          Desde el inicio, quién diría que no sabe lo mucho y lo poco, todos los secretos. Un humano ha muerto, tal vez su alma y solo su alma recuerde. Uno que muere y renace con su mismo cuerpo a su antojo tiene todo el tiempo y no solo el suyo sino también el de todos. No es poca cosa vencer a la muerte. Quiénes pocos de verdad con Él! Tener la ayuda de ángeles y arcángeles, ser ellos mismos. Cuando la vestidura está blanca, a la más mínima mancha se contrasta. Cuando ya tienes todo el traje sucio no importa qué más te pongas. Como a algunos animales ya poco o nada les importa ensuciarse, es más, viven conformes en la inmundicia. Descender de lo celeste a lo sucio, incluso preferible sería desaparecer por completo. Vivir por toda la eternidad con la vergüenza de traidor. Solo en el reino animal, fuera del Hombre, debería existir el hecho de que para sobrevivir otro tenga que morir. Para seres con un supuesto pensamiento desarrollado lo anterior debería ser cosa más que del pasado. 

Ruteros

Tendría que ser ya muy sabido que, lo que tiene que ser, siempre se abre paso. Sabido es también que dentro del Hombre conviven lo perfecto y lo imperfecto. Cada uno de sus órganos y partes, como cada lesión y hasta alguna pequeña verruga. Su perfección de nacer, su imperfección de morir. Sus buenas y malas en su vivir. Su bondad y su maldad. Por sus actos, por la falta de ellos. Aun con sus dos o quizás más caras, que podrían ser también máscaras, el Hombre no deja de ser una unidad. Después de todo, todo es una unidad. Un todo con partes, no partes con todo. La humanidad tendría que ser más unidad todavía, dejar todas sus caretas, sus falsos egos de mortal. Si hay dos caminos, no se puede ir por ambos a la vez. Mucho peor si no se sabe en dónde acaba uno ni el otro ni cuán lejanos son. Tendrías que ir por uno y si es el incorrecto, tener que regresar y recomenzar; algo de tiempo desperdiciado. Luego un solo camino, al menos por mientras. Si es cierto, dicen que solo algunos santos pueden estar en más de un lugar a la vez, ubicuidad, bilocación. Tal vez porque sus destinos ya lo entregaron en algún momento y por completo, así, se les enseña su propio camino y ubicación e incluso hasta la de otros. No tener que recorrer más caminos, sino quizás solo por el mero placer y gusto de ayudar. Ayudar que fácilmente podría ser caridad. Ni como individuo ni en conjunto el Hombre escapa a sus máscaras. El Hombre se aferra a lo que cree que es y como tal acaba. Los más recordados son los que menos tenían, Jesucristo, Sócrates; qué santo era acaudalado!? Materia y nada más que materia. Tal vez para algunos sea un camino con un final, mientras, para otros, es uno interminable. Retrasos, casi siempre existen retrasos y hasta cambio de planes al último momento. Se puede tener más de un camino como se puede no tener ninguno o uno muy corto. El Hombre tiene un poco más su camino que su meta, pues no siempre llega a ella. Avanzado el camino, este podría tener bifurcaciones y así y así a más distancia. Bifurcaciones, dudas y decisiones para llegar a la meta, al objetivo, a un fin; qué tantos más rumbos y metas podría haber en este planeta!? Una época antes de los satélites, naves espaciales, antes de los plásticos con todas sus variantes y sus nombres. Poder circundar todo el sistema solar es una meta y otra viajar todo el universo.