Bárbaro extranjero

En el tiempo de los extranjeros conocían la sangre, sobre todo la sangre en vano, sangre de unos como ellos mismos, sus semejantes. En aquel tiempo se odiaban por sus diferencias, felizmente luego aprendieron a respetarse y quererse. La distancia, la que también llegaron a dominar, tal vez aquella los había hecho odiarse. Entre extranjeros unos para otros eran bárbaros, querían tener su razón, olvidaban su paso prestado por la tierra, sus cortos largos días en vida. Tuvo que suceder mucha guerra y con ella sus sangres derramadas, sus verdaderos y falsos héroes. Se abrieron las fronteras, despertaron al verdadero mundo, no uno extremadamente dividido por vanidades ni ceguera egoístas, ceguera de verdaderos bárbaros. Todo lo malgastado y desperdiciado en armas para asesinar a sus semejantes, a unos con quienes en toda la soledad al menos podrían dialogar, acompañarse, aprender uno de otro, alimentó más bocas, vistió tanta fría desnudez. Pobreza, guerra, racismo, todo lo que antes los dividía era solo historia, una triste historia. Si bien la muerte no desapareció, se hizo más larga, tarda, muy lenta. Se moría porque se tenía que morir y no por ninguna saña ni odio. Tal vez entendieron que los únicos quienes se podían aniquilar eran ellos mismos, entendieron más su fragilidad. Tanta, pero tanta muerte, tanto desecho habían desaparecido. Si ellos querían era verano, si ellos querían, invierno, el clima estaba más a sus pies. Con sus muertes vanas no hacían más que acelerar el tiempo y lo que ellos querían era detenerlo, hacerlo lento como a la propia muerte. No mataron al tiempo como al clima, pero empezaron a convivir mejor con él. Convivir mejor entre ellos, con su propio planeta, con su propia riqueza. Después de todo comprendieron que las armas, fuera de sus puños y dientes, era solo de cobardes. No solo el mejor podría quitar una vida, sino también el peor malo. Cualquier lelo podría convertirse en asesino y lo que ellos querían era conocer. «Extranjero, extranjero», jamás se volvió a oír en ninguna calle, en ningún lugar. Ninguno de sus vivientes, en ningún lugar, estaban fuera de su terruño. Ah, y los gobernantes, ellos mismo de sí mismos, de sus propios actos y responsabilidades. Unión, cooperación, cero lucha y competencia. Extranjero, bárbaro, enemigo, anacrónicos. Tal vez su único enemigo era su propia superación, retrasar al tiempo. No volvieron a olvidar la poderosa y misericordiosa mano que siempre los salvó y sustentó.


Gilís

Un momento. En un instante. Claro u oscuro. Nadie o solo muy pocos ven el único momento, un solo instante. Una sola hora. Un solo tiempo. Lo siento, pero si no pueden ver un solo tiempo en el entero mundo es solo por gilís. Jamás, al menos por estas épocas, en sus pequeñas cabezas, pueden entender todo el avance y desarrollo de una sola hora. Toda la evolución que implica. Nada más que por sus vanos egos y sus regionalismos ciegos. Por todas sus costumbres que son bultos que se arrastran pensando que son lo mejor. Más duro y bruto que cualquier sólido es la mente cerrada. Tendríamos que ser como una esponja que sabe absorber todo lo que le es útil y bueno, pero que también repele lo que no le sirve ni ayuda. La unidad comienza cuando uno, en el peor de los casos, se intenta conocer así mismo. Al menos solo intentar, a vivir como cualquier otro animal descarriado. Vivir sin autoridad, pero no por ser unos completos salvajes. Igual o hasta mucho más lejano y difícil es aún un solo idioma. Cómo intentar ir a otros planetas cuando no se habla en un solo idioma!? Qué lerdos! Qué tercos! Unificar, simplificar. Tal vez luego. Se puede lograr avances con taras. Seguro que mucha tragedia solo ha ocurrido por terquedad. Más cuando esa terquedad tiene alguna forma de poder humano, político, económico, etcétera. Qué dolor detener un solo día una fábrica, una maquinaría! No poder vivir libres. Desconocer la independencia. Parece, que no a todos los animales le gusta su limpieza por igual, a unos les debe de importar más o menos estar limpios o sucios. Lo que para seres que son menos animales estar más o menos limpios o sucios va más allá de manchar sus vestiduras o piel.  El lenguaje debe de ser alguna forma de clarificar una intención, lo que a veces no es necesariamente clara ni por uno mismo ni por quien lo intenta recepcionar. De ningún modo deberíamos alimentar la ambigüedad cuando podemos ser más claros. La ambigüedad linda con la maldad, es tener más de un momento, ser superficial. Es como la diferencia de encontrar en alguna carretera una piedra cualquiera a una pepita de oro. Ser duraderos. Todos, en cualquier sitio, un solo momento, un solo movimiento. Lo que permite que nos reproduzcamos sin importar ni color ni credo ni distancias ni cualquier otra diferencia que no sea realmente importante ni relevante. Basta de la palabra razas!, al menos para lo que entre humanos respecta. Humanos hay solo uno. El momento es toda la conciencia desde nacer hasta morir, cualquier otro tiempo son solo circunstancias. Nadie le puede quitar su humanidad a nadie. Real y bueno verdadero orden enteramente mundial. 


Sacrificio

Busco el silencio y, a veces, para encontrarlo, tengo que hacer ruido. Porque cada uno con su bulla está contento y esa bulla es su silencio. La calma está muy por encima de la revuelta, aunque ésta crea que está primera. Lo calmo, si no es la paz, es seguro lo más cercano a ella. Cómo algo alocado, algo que no sabe lo que quiere, que no sabe lo que busca, puede ser mejor que algo que ya se ha encontrado. La violencia es algo que todavía se está cociendo, moldeando. En los términos mortales algo terminado se podría arruinar, romper, deshacer; es lo natural para ellos. Ningún mortal podría eliminar cualquier equis número. Ni menos tampoco habría necesidad de eliminar algo que verdaderamente es útil. Formamos parte de lo dañado. Es cuestión de cada uno poder recuperarse. Si se dejó dañar no fue por ninguna debilidad, sino para mostrar la maldad que existe entre la gente que vive con miedo. Poder salvar a su pueblo y no solo a sí mismo. Desde el pasado, desde el futuro, por siempre. Lo inocente y bueno no teme a nada. El que sabe que la justicia, y no la del hombre, existe, no teme a nada. El que sabe que la justicia existe la busca. Quién podría negar que la violencia está más cerca de la muerte que de la vida, aunque veamos y sepamos que un animal de presa muchas veces cumple su cometido, poder subsistir junto con los suyos. Pero qué tanto de perdón sabrán los animales que menos conocen de las sutilezas! Una forma de mejorarse es desechar las apariencias, lo superficial. Buscar el verdadero silencio, lo que está más cercano de la paz. Aunque vivamos no sabemos de la vida, lo que es peor, a veces ni la de la propia; así cómo podrían importarnos otros seres, el planeta mismo. Si la injusticia no es la violencia, tan lejanas no están una de otra. El calor, sino es el fuego, es una de sus partes o alguna de sus formas en las que se presenta. El mejor de todos los fuegos es el que no destruye, aunque también lo pueda hacer.

            Hace dos o tres meses o quizás medio año todavía vivías, te movías, te nutrias. Espero un día no tengan que morir nunca más. En el peor de los casos reducirles en todo lo posible sus sufrimientos. De los argumentos más “fuertes” de los carnívoros, que sean sobre todo creyentes, es el que se refugia en el alimento como un don de Dios; y no es que no lo sea. Pero también, parece, todavía, podemos tener al menos una mínima noción de lo que podría ser la compasión. Quizás si Pilato lo hubiese defendido con sus legiones, aunque no necesite ayuda alguna de ninguna legión, pues de un solo soplo podría eliminar a todas, aun así, ese solo gesto podría haber cambiado todo. Lo que tal vez se recuperó con Constantino. Siendo mejor esto último, pues a todas luces es mejor un emperador a un prefecto o procurador. La compasión son todas las gotas de los actos sinceros de cada uno y los ríos y lagos están hechos de la unión de todas ellas. En algún momento, en cualquier lugar, una gota más o una gota menos podría hacer la diferencia. Toda la materia existente concentrada en un solo punto. Volver a rehacernos. Recomenzar.


In-sipiencia

Si lo que sucede se da sumamente despacio, notar su resultado puede ser demasiado tarde. Si lo que sucede se da demasiado rápido, como lo anterior, notar su resultado puede ser muy tarde. Nos damos cuenta únicamente cuando ya está todo consumado. En esencia no podemos capturar ni lo rápido ni lo lento. Poder evitar cualquiera de esas dos situaciones es meramente circunstancial, cuestión de suerte. La ciencia es una vela encendida dentro de todo el universo, una vela que quiere alumbrar algo que no puede alumbrar, al menos no completamente. Alumbra solo lo que tiene que alumbrar y lo que puede alumbrar. La ciencia es de los mejores intentos de la humanidad, un intento en pleno progreso y desarrollo, pero jamás crean que es toda la solución, ese es un error garrafal. La ciencia es un camino el cual recién se está transitando, no es nada ya concluido. “El que dice que sabe es alguien que ya no piensa”. Tratar de abrir los ojos en un mundo de ciegos cuesta y hasta puede llegar a ser penoso y doloroso. Nadie diga este es uno que escribía y era de tal o cual nacionalidad, las patrias son cosas de ciegos, de los peores. Si de verdad tanto aman la ciencia, ya deberían haberse olvidados de sus patrias, de sus trapos de colores que lo único que hacen es dividir, hacer que se mueran personas a causa de ellas. Si amaran la ciencia, amarían a las personas antes que a cualquier otra cosa, hacer que se maten unas con otras no es amar la humanidad. La misma idea resulta con lo pequeño y con lo grande, no se tiene control de ninguno de las dos. Lo mejor que se puede hacer en los casos mencionados es ser un mero observador. Estaría solucionada la física cuántica como estaría resuelta la cosmología, ya no habría nada que estudiar ni nada más que conocer. Lo peor que podría pasar es que en nombre de lo científico uno se vuelva un obtuso, un obcecado. Absolutamente nada funciona sin libertad, todo lo demás es pura hipocresía. No hay mayor contradicción ni pesar que haya una tiranía de la ciencia. Lenta es la crecida de los mares, el derretimiento de los polos y a ver cómo detenemos aquello. Rápido es un meteoro o cometa y a ver cómo los detenemos con nuestra “gran” ciencia. Si bien la ciencia no es la que gobierna los países y si la usan es sobre todo para fines bélicos, deberían enfocarse en buscar una paz mundial verdadera en base de su conocimiento. Ni que decir de las ciencias humanas, son cuadros preciosos y valiosos pero que solo están de adorno. Si el defecto de la ciencia, aun con su mejor intento, es no poder dar todas las respuestas, más grave es que se la desoiga. De eso modo la ciencia no es más que un tonto útil para los países y gobiernos. Tal vez algún día, en cualquier momento. 

A CBAV


Tiempos

Hora, dónde te has ido hora.

Han clamado todos los vientos direcciones,

todos los sollozos de las más mínimas conciencias.

 

Como si empeorara, 

en vez de tener más amaneceres,

todo ese tiempo humano con todas sus horas. 

 

Quién podría atarte y así menguarte!?

Han pasado ya todas las vidas y sus suspiros, 

lo que es peor, han pasado los seres todos con su muerte.

 

Violento calentarse, calmo el enfriarte.

Micra por micra, núcleo a núcleo nos morimos;

aun y aún ha sido toda la dicha que me ames y amarte. 

 

En ese momento sollozo, 

de alegría y nada más que alegría. 

El completo instante de estar solos de a dos.

 

Sufrimiento con su gozo,

maldición no vernos día tras día.

Estamos tras los horizontes, tras los vacíos. 

 

He estado vivo incluso antes de nacer,

todos, todos con su cuerda propia, larga o corta.

Nos matamos nosotros mismos para tal vez ya no renacer.


Plástico

Esta situación se podría resumir con la frase popular que reza: “barrer debajo de la alfombra”. El uso masivo de plásticos se encuentra soslayado, pues el enfoque se basa solo al uso de bolsas de compra y no se toma en cuenta en ningún momento todo el plástico que se usa en los empaques en los que vienen la mayoría de productos que se expenden. Es incluso hasta más ingente todo el desecho plástico usado en lo mencionado que en las bolsas destinadas al uso para compras del cliente. Nos resulta desesperanzador y hasta imposible que grandes empresas cambien sus costumbres implantadas a lo que esta contaminación respecta. Desesperanzador también las costumbres, prácticamente inamovibles, de las mismas personas relacionado a este tema. No es más que un engaña muchacho todas las campañas en contra del uso de plástico, aunque es mejor que nada. Se requieren cambios más profundos en toda la cadena industrial, cambios que muy pocas compañías seguro están dispuestas a realizar. Pareciera que creen que la capacidad del planeta es ilimitada o es que simplemente no les importa y solo piensan en los beneficios diarios. Tal vez a una persona de a pie le cueste verlo, pero resulta difícil creer que les cueste lo mismo a personas encargadas y con puestos importantes y decisivos en cada una de sus empresas. Cómo desconocer todo el tiempo que demora la degradación de los diferentes tipos de plásticos existentes y que no nos llegue a importar ni preocupar. La sencillez y la practicidad les son meras ilusiones, cuando en sí son los que harían mucho menos contaminación de la que hay y de la que habrá. Los productos en unidades vienen en bolsas que a su vez vienen en paquetes más grandes los cuales también están empaquetadas en más plástico. Es tal vez solo una estrategia de ventas toda la pompa de las bolsas biodegradables para enmascarar los demás desperdicios que demorarán más de cien años en degradarse. Por la poca cultura de reciclaje, lo que varía dependiendo de cada país, agrava el daño irreparable causado al ecosistema, daño a otros animales que nada tienen que ver. El en fondo no es la misión de los directivos empresariales velar por el medio ambiente, sino las ganancias que se puedan obtener. A nadie le importará hasta que nos hayamos convertido en muñecos no de trapo sino de plástico. Cuando ya sea demasiado tarde para reaccionar. Seres mucho más insensibles con árboles artificiales por naturales. Vidas vanas y plásticas como nuestros propios desperdicios. El plástico no alimenta por más que lo ingiramos en peces u otros animales.


Ego: primitivo

El pensamiento más necio se encubre en su corto estar para saciar sus más primitivos impulsos. Más bien por ese mismo corto estar es que deberíamos ser mejores. Esos primitivos impulsos son los que en la vida real contaminan, hacen desechos, mal gastan. Primitivo impulso que no nos hace más que pensar en uno mismo, en su grupo más reducido. Como si por modificar su reloj modificarán la hora de todos. El peso de la materia nos hace a todos así, lerdos, necios, imprudentes. Olvidamos nuestro propio pensar. Toda esa ingente materia que nos rodea también nos nubla o por bello o por horripilante. Nos hace olvidar que las ideas son mucho más. No puede ser jamás la materia infinita. Lo primitivo solo le incumbe a la materia. Primitivo es toda nuestra superpoblación. Primitivo es que todavía existan delincuentes. Primitivo es el Hombre, pero un primitivo que puede llegar a ser una idea. Cuesta, la consecuencia cuesta, pero no es imposible. Todos los verdaderos troncos solo soportan el peso que pueden soportar ni más ni menos. Los Hombres solemos cargar con cosas que ni podemos ni vemos aunque nos pueda pertenecer. Uno o dos centavos, una u otra parte de otra parte que nos sobra. Nada diferencia a humanos de simios al entrar a un supermercado y coger todo lo que puedan, tal vez solo poder usar coches y tener que pagar, lo que también es solo en algunos casos, quizás la mayoría, dependiendo de la situación. Nuestro mal ego es lo primitivo. La razón tendría que ser el buen ego de cualquiera. Para que algo se acerque a lo que se pueda llamar moderno tendría que dejar, sino todo, al menos la mayor parte de su pasado atrás. Y los errores del Hombre son los mismos de siempre. Olvidarse de su único Dios y preferir la pura y vana vanidad. Son primitivos los que no tienen más dios que su propio ego, aunque se crean los más libres y felices del mundo. 


Pseudohumano

Tal vez todos de recién nacidos deberíamos ser conocidos únicamente como seres vivientes, pues no toda persona es necesariamente un humano. Una bestia cruel por más que pueda hablar y sumar no es un humano. Tendríamos que ganarnos la denominación de humanos por más mediocres que podamos ser, pero no por cometer crímenes tan crueles, horrendos y hasta salvajes en todo el sentido de la palabra. Es también lamentable que haya algunos quienes después de llegar a merecer la denominación la pierdan nada más que por sus muy malas decisiones y acciones. Tendríamos que distanciarnos de toda crueldad, tanto hacia nuestros semejantes como a seres de otra especie, al punto de parecer tan salvajes como quienes asesinaron a otros sin el más mínimo arrepentimiento. La poca humanidad que podría recibir alguien tan inhumano tendría que ser una muerte rápida. Es más que irrisorio, que luego de tanta crueldad, ensañamiento y tanto dolor provocado salga en libertad como si nada hubiese pasado. Cómo nos presentaríamos como especie frente a otras, si las hubiese, y hasta más inteligentes? Acaso con que somos unos seres buenos, correctos, dueños de alguna tecnología y sapiencia y demás virtudes, pero que entre ellos existen unos que asesinan incluso hasta por placer indiscriminadamente a niños, mujeres, ancianos, en fin, quien tenga la mala suerte de cruzarse en su camino. Si existen en el mundo quienes están con una condena perpetua no es más humano eliminarlos a tenerlos encarcelados? La vida humana y en general cualquier tipo de vida, por ese solo hecho de existir, ya merece algún tipo de respeto y consideración, pero lo pierde por completo cuando se provoca sufrimientos a otros sin ninguna justificación sino más que el mero abuso. Absolutamente nada podría justificar asesinatos que hayan provocado mucho dolor y sufrimiento. Nos llega a parecer muy pusilánime la espada de justicia (de todas o muchas de las justicias del Hombre) a la hora de hacer frente en defensa de quienes verdaderamente han sido víctimas de abusos sin nombre. Pusilánime porque si hay todas las pruebas que sindican al autor o autores de crímenes tan bajos y desalmados, dejarlos todavía respirar y poder vivir aunque encarcelados a gente que de verdad ya no vale la pena, es totalmente injusto; aunque haya luego otros que a sabiendas de una pena máxima cometan crímenes tales, aun así sin ser la cura, hay quienes ya no deben de existir. Quienes los condenaron, al dejarlos vivir, en algún cierto grado y modo están de parte de esos crueles malnacidos y malvivientes. Toda vida seguro importa, pero no se puede estar de lado de quienes buscan eliminar a otras por motivos tan vanos, por llamarlo menos. Además de muy roma la espada, debe de estar completamente ciega para no ver todo el dolor que no tiene ningún reparo. Ciega por una venda o ciega de nacimiento. No se puede ser tan general sin obviar los casos que se tienen que descartar sí o sí. No es dejar vivir a quienes en verdad no valen la pena más bien un incentivo a que otros cometan aberraciones semejantes? Alguno de aquellos a quienes nada les importan otros podría pensar: “lo hago, no importa, aunque me encierren de por vida”. Alguien que piense así, tendría que pensar antes en que si lo hace ya jamás podrá a ver la luz del sol ni menos respirar. Y ni hablar de la balanza, debe de estar muy desequilibrada o quizás también ya se la robaron.


Hora

Después de todas las guerras, tal vez cansados por ello mismo, cambiaron. Es posible también que después de ser miles de millones y descender a solo un par de millones, asustados y hasta traumados por el miedo a desaparecer por completo, se haya producido el cambio radical de dirección. Ya no conocían, mas que como historia, los años, meses y días. Qué miércoles, qué domingo u otro de los llamados días, en cualquier idioma, eso ya no se usaba más. Su medida de tiempo era el cumplimiento de los objetivos propuestos. Cada meta lograda, otra era, aminorar las distancias. Los segundos y las horas eran meramente referenciales, pues estaban en un solo momento hasta cumplir con su plan. Mucho menos si ya no había días ni años, menos había fronteras, por fin una sola sociedad. Qué leyes podría haber para una especie que está literalmente al borde de la extinción, mas que o la ley de la selva o la ley de la razón. Razón que fácilmente podría ser también amor. El mismo planeta en el que vivían cambio de nombre, pasó a llamarse Hora en honor al tiempo. Otra razón para el cambio fue, porque de lo que era, quedaba solo una parte, entre contaminación nuclear, zonas áridas, así como inundadas; cómo podría mantener su nombre cuando el cambio era más que catastrófico. Además de un clima extremo, totalmente rudo, cambiado e inestable, hacerse la guerra unos con otros fue la peor idea. Tuvieron que achicarse los espacios para entender que una natalidad no puede ser descontrolada, hacer del exceso la regla. Tuvieron que desaparecer ingentes cantidades de otras especies, ya por sus manos o las de la naturaleza, para verse más solos en todo ese espacio. Cómo siendo adultos mayores, supuestamente racionales, podrían necesitar de gobiernos, de no civiles con capacidad de portar armas, de otras personas que los ayuden con su propia psique y relaciones interpersonales, de excesiva riqueza en un puñado de personas, ahora en Hora cada uno era responsable de sí mismo y de los que en verdad podía hacerse cargo. Si existía eso llamado riqueza era para cada uno de los que vivía y de los que vivirían luego, para cumplir sus objetivos como una sola fuerza. Riqueza que no sirve para adquirir lo que realmente importa, así se convirtió enteramente en una herramienta, en lo que como otras que poseían, pasaron a dominar de una mejor manera. Qué podrían hacer mejor juntos que divididos y más siendo pocos, por qué tendrían que ponerse trabas entre ellos mismos, si tenían que progresar y sobrevivir. En Hora, en cualquier parte del globo estaban en el mismo tiempo, no importaba con la luz de su estrella a su favor o en su contra en algún cualquier lugar. Era inadmisible que algo que debía, sino estar a su servicio, al menos estar más controlado; no dejar que algo como el tiempo los dividiese. Cómo podrían dividir las matemáticas! Le pusieron el nombre de lo que también ya habían perdido, pero para mejor.


Antenas

Se dice, se supone, que cada uno de nosotros es una especie de antena. Antena, como cualquier otra, la cual, debido a ensuciarse, provoca recibir mal las señales. En principio, descuidado y ensuciado por uno mismo, luego, producto de otras influencias externas malas y negativas, se termina por enturbiar y hasta arruinar. Al dormir los órganos del cuerpo también entran en otro estado, en otro ritmo. No son lo mismo los sueños de despierto que de dormido. Los sueños tal vez sean pantallazos con alguna animación y movimiento, pantallazos de nuestras propias experiencias y de todo lo que nos rodea, aunque no lo veamos. Por ejemplo, no nos damos cuenta de la energía del sol hasta estar con insolación y tostados más que bronceados. Tampoco es lo mismo un cerebro dormido que uno despierto; sin ser uno mejor que el otro, sus ondas están en distinta frecuencia. Seguro también no es lo mismo un cerebro despierto o dormido que un cerebro en una profunda meditación. Las sinapsis por muy pequeñas, aunque no tanto como los quantums, tal vez sean un puente hacia ese mundo. Aunque muy grande la diferencia en las dimensiones, todas esas ínfimas corrientes están seguro más cercanas a una realidad más ideal y sublime que a lo meramente bruto y pesado. Cómo podríamos no estar relacionados con todo por muy lejano o por muy ínfimo? Es la meditación solo un falso invento? No se podría negar que todo está conectado de confín a confín en el universo material, pues si no se tocasen de alguna manera, habría más universos, cada cosa estaría separada muy aparte. Mucho menos los números y las personas interactuarían, no se sabrían en ningún caso. Si buscamos cualquier número éste viene a nosotros, de cualquier manera, en cualquier forma; si buscamos lo hueco y vacío, lo irrelevante, también seguro se acercan a nosotros. Si no se sabe en dónde están todas esas partículas cuánticas, podrían estar en cualquier parte, en el pasado o en el futuro, en cualquier instante. Ni que decir de la antimateria, además de toda la llamada materia y energía oscuras. Soñamos y más relajados esas sinapsis tal vez atrapen todas esas señales arrojadas a través del tiempo. Se hacen sueños e ideas. Energías diminutas con algún sentido. Información en esas minúsculas energías arrojadas por uno mismo, arrojadas por seres más sapientes de tiempos pasados, presentes y futuros. El ADN con cerca de tres nanómetros de seguro está más cerca también de toda la información que nos rodea. No podría estar desperdigado a su suerte ni menos perdido ni desperdiciado todo el conocimiento. Las cosas básicas que nos permiten seguir viviendo de forma biológica están al alcance de todos, mucho más al alcance de todos está la sabiduría. Lo bueno y bello no podrían perderse ni desaparecer. Pero si es uno mismo quien aleja lo bueno ya quién nos podría ayudar. Toda antena necesita su propio mantenimiento, su propia constancia y consecuencia.