A los ogros no les gusta que se hable de ellos. Alguno que pudo haber habido y que haya aceptado que se lo trate de describir de alguna manera, debe de haber sido de uno como de esos objetos rarísimos, un ogro de la quinta generación. Ese raro objeto que debe haber empezado a sentir la pena de algo que no tiene pero que debería tener. Este último síntoma es el que nos hace creer que debe ser un ogro más moderno, uno verdaderamente veterano, ya tuvo que haber tomado lo que quería del que quería. Estos suelen vivir de algo que antes era de otro, obviamente sin ningún permiso ni que haya sido obsequiado. En su poco hablar, comunicarse, a menos claro, que ya sea uno que ha tenido que ver a otros no como él en sus usos y costumbres; gran extrañeza le debe haber provocado hasta el punto de tocar contagiarlo. Ahora estos últimos, con sus riquezas, pagarían por que se les enseñe algo de las artes de oratoria, alguna que otra ciencia. Claro que para estos, no sería por el querer ayudar a otros, si no el obtener sus propios intereses. Por estos tiempos otros animales, por ya no estar habiendo el mismo espacio libre para todos, le vienen a reclamar espacio al humano, y a veces, como uno de los que tratamos de detallar, le muestra toda su miseria, los colmillos o las armas. Se ha auto-impuesto su reino y sus tierras por lo mismo; y como una forma de que lo anterior no se vea tan ambicioso sino hasta caritativo, a algunos espacios se les llama “reservas naturales”, sitios intangibles; y a ver hasta cuánto les dura su naturalidad e intangibilidad, más, si en sus suelos se enterasen que hay oro y tesoros: “tierras vírgenes”. Solo el que sabe que tiene algo lo llama como quiere. La mala noticia en todo esto sería el que los ogros viven más años. El contradecirlos es lo que más fuera de sí los pone, pero de uno que no sea ogro, es hasta una broma para ellos, mas no por eso menos castigable, por ello es que no pueden convivir con los de su misma estirpe. A los otros hasta los tienen de sirvientes, asalariados al mínimo, casi propina. El ogro trata y logra hacer que todo lo que se haga lo beneficie, aun sea algo verdaderamente repudiable para otros. No podría haber solo ogros, éstos tienen que tener de quien vivir y aprovechase, obviamente no de un ogro mismo. El gran misterio siempre será el saber cómo se reproducen. No se puede pasar por alto el que les agrade ver todo limpio y arreglado, ensuciar y desarreglar, y no volverlo a como estaba. Por ellos podrían vivir en la inmundicia, pero como saben que hay otros que acomodan y limpian, igual les da. Los ogros son lo más a-sincrético que pueda haber, desde cómo se hacen, cómo nacen y cómo mueren. Los ogros no se enferman.