Unonu

Dicen que no, que uno solo no podría ser tan maravilloso. No hay nada más simple que la unidad, que lo uno, pero esta simplicidad, extraída en sus dos únicas posibilidades, son lo simple suficiente y lo simple insuficiente. Lo primero es lo que puede sustentarse para luego sustentar a otros. Lo segundo si es que pudiese valerse por sí para sí, ya no para otros. Lo primero es lo que se refiere a lo útil y provechoso, del que se puede extraer toda la experiencia. Lo segundo es más referido a lo destartalado, lo que cojea. En qué medida lo simple es lo sencillo? Son lo mismo? Lo simple es lo que no requiere de muchas maneras, solo lo indispensable para explicarse y explicar lo que contiene. El último límite de la sencillez es la unidad, alguien de quien se puede decir íntegra o íntegro. No podrían llenarse más ni la sencillez ni la simpleza, se harían voluptuosidad que ni podrían controlar. Lo que es simple insuficiente, es lo que es desmedido, una unidad que no sabe sus inicios ni sus límites. El dos o cualquier otro número mayor, no se puede comparar con el uno, pero sí el uno con el que sea, ambos son una unidad. Pero cómo el simple hecho de estar a la izquierda o a la derecha, ser primero o posterior puede crear una afirmación distinta? En un momento, por estar más a la derecha o más a la izquierda, se puede morir o salvar de. Por ser más alto o más bajo en algún momento una bala pérdida. Se tiende para cualquiera de los dos, que al fin y al cabo, para bien o para mal, son una unidad. Lo suficiente y lo insuficiente, se pueden intercambiar por algo bello o algo no bello: lo simple bello o lo simple no bello. Participan ambos, para nosotros de lo bello, aun teniendo uno con negación de lo referido, pues lo feo es lo que no se entiende ni se comprende. Lo simple no bello o insuficiente, se podría no comprender y ser el vicio infinito, pero lo feo es solo el vicio sin siquiera cuantificación finita o infinita. Eso no bello, en lo viciado, tiene relación con lo feo. De lo infinito aun desconocido, se sabe que alguna vez tuvo un inicio, de lo que no se cuantifica no se puede decir lo mismo; podría no tener inicio, podría no tener final. Nos queda, que lo bello, entonces, es eso que se puede conocer, eso que es conocido, todo lo cuantificable. Obviamente es mejor un pastor que regresa con todas sus ovejas a uno que las pierde y deja que se las hurten o coman algunos rapaces. Cómo afirmar si el dos es la suma de unos o si es una entidad, aunque emparentada con la unidad, que se vale por sí misma, que es individual como lo podrían ser también los demás otros números? Si tengo dos y quiero hacerlo uno, una parte de éste tendría que desaparecer, desvanecerse. En cambio, en cuántas partes se divide el uno? Si se dividiera no podría faltarle ni sobrarle piezas. Todos los demás números después del primero, son esa unidad insuficiente, lo que es tosco y burdo, lo que tiene que haber para que haya y halle su contraparte lo bello. Pero como tienen algo de la unidad, tampoco son lo completamente burdo ni tosco, solo lo feo tiene para sí y por completo nociones como esas en su ser.

Cada halo de energía, como la única posibilidad de salvarse que tiene una gota antes de evaporarse si no se la une con más líquido, se absorben unas con otras y se difuminan. El magnetismo que se irradia de una masa con la energía suficiente, en cada corto instante, irradiándose, se aleja de donde provenía. Todo ese magnetismo arrastra a todos los pensamientos que hubo y habrán. Y cuán luminosa sería si fuesen todos solo positivos y edificantes! Opaco, por el contrario, por estar lleno solo de embustes e intrigas mal intencionadas. La contaminación producida y que se sigue produciendo no es más que el reflejo de lo mismo. Mas cuando se cope de toda la negatividad, que se expanda, es inminente y ya no sería solo contaminación con sustancias materiales, sino ya más sensibles y difíciles de volver a enderezar por lo mismo. Por sí misma se purga y expulsa sin compasión, pues no piensa, a lo que la quiere matar. En aire no entra más que aire y en roca roca, como agua en agua y fuego en fuego. Cuando ya por mucho tiempo entibiado, se dispersan y se juntan las cosas que no deberían, se van y se van obstruyendo y mal formando lo disperso hasta que explota. Como no todo se une con todo, sino cada elemento con sus semejantes, ese fuego los separa y los une.

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