Mes: septiembre 2012
Auto-destructividad
Tarsero
El problema o los problemas no sobrevienen sino solo por los deseos personales y particulares de cada quien. Unos tienen deseo de bondad y otros el del mero, aunque se lo vea como crecimiento, por ellos, ego: el hacer algo que a ellos y solo a ellos agrade y colme. Así como hay en unos, más bondad que en otros, en uno mismo, también, en momentos, hay bondad o maldad. Y no es sino uno mismo quien en verdad elije. A más allegado, más bondad: es más difícil castigarlo como se haría con cualquier otro. Este que no debería ser castigado, debería también poner de su parte, llegar a verdaderamente creer que no se debe ir en contra de los mayores ni de sus reglas establecidas, por ejemplo. Si hay alguien que castiga, hay entonces alguien a quien castigar; ninguno de los dos debería acabar sus límites hasta tener que llegar al verbo en mención, hecho algún moretón o cicatriz o insulto. Pero el otro problema es que el que debería guiar, haya errado ya el camino. Hay de los que sin ningún enojo, harán los que sus padres o tutores les ordenen, no por miedo sino por estar convencidos y de acuerdo; hay otros, también, en quienes su deseo tiene que ser el que prime antes que el de cualquiera. Este ser no estaría completo si es que eso que desea no es cumplido. Puede llegar a ser un auténtico pedido de justicia o solo capricho. Aun ellos mismos sabiendo que su deseo no sea de algo bueno y deseable, lo reprimen y prima en ellos solo su yo. Que conste que a lo reprimido llamamos el hacer bien, lo malo, de por sí, no conoce represión. Lo único que se reprime es lo bueno por algo malo, eso represión para lo bueno, es solo un obstáculo. En como es que actúan, el filtrarse y multiplicarse, es en lo poco que pueden semejarse. En su separación y meta, es cuando se sabe si era lo uno o lo otro. Así entendemos, también, la frase “por sus frutos los conocerás”. En una escala, alguna vez oí hablar de unos animales que por su sensibilidad al estrés, se golpeaban la cabeza en lo que más cerca y más duro que encontrasen, muriendo algunos y quedando heridos otros. A unos les gusta los flashes de las cámaras y otros se quieren matar por ello. Éstos, a diferencia de los humanos, no tienen los chantajes que los otros sí pueden idear. Solo les queda golpearse. Los otros tienen sogas, puentes, venenos, armas, etcétera. Pero en algunos casos cómo ganarle a la desesperación y al desconsuelo? Es muy difícil que lo que haga uno no afecte a otros. Lo privado no es tan privado.
Nosotros
Como primero dijimos que habíamos de esclarecernos a nosotros mismos, se hará algún intento. Habría que empezar diciendo que se es uno quien rehúye a lo que otros muchos buscan. El único problema de la soledad es la soledad misma; en cambio, con el tumulto y en el tumulto, aquello es lo abundante, eso que no escasea nunca. Te puede volver hasta huraño. Es resaltable también, que seguro puede pesar más una soledad en pobreza a una con las necesidades cubiertas, a una auto-infligida a una a la fuerza. A veces hasta preferimos a Sócrates o Platón o cualquier otro antiguo, cualquier otro moderno que a nuestra propia familia. Cuanto más es la preocupación, más es la sensación del tiempo que se cree vivir. Cuanto más sea el deseo de que algo se mantenga y no pase nunca, el tiempo y la verdad te dicen que ya no es su turno. Lo mismo como si se desease que pase rápido y que sólo sea olvido, la verdad y el tiempo dicen que es de otro modo al que querías. Con otro camino o ya sin ninguno, habrías de hacer alguno o morir. Como muchos, no podrían decir que son los que siguen de los que venían antes que ellos. Qué número de generación y de quiénes serían? Cómo se habría llamado? Tal vez para ese entonces no se inventaban las denominaciones, nombres. Sean de la última, la del medio o la del inicio, no por ello serían menos o más importantes. En sus primeros tiempos había mucho espacio, que alguna hectárea o más, era tan despreciable como tener cinco más Pongos como sirvientes. Todos estos como debería haber sido, son libres aunque con deudores. Ah! Y si no podían con los ánimos de sus patrones, cuánto golpe o decirles pecadores. Esas cinco o más generaciones ahora tienen otros derechos que antes no. Patricios o Apus era una nación antes que ellos o las rejas. Es contradictorio para nosotros mismos el comer cadáveres acuáticos y obviar los terrestres. Claro que eso es hasta bien visto y saludable el devorarse una presa. Esperamos alguna vez dejar total y conscientemente los cadáveres. Más valor seguro tenía el cogerlos por sí mismos y sentir su sangre caliente a cogerlos de alguna refrigeradora de supermercado. El bailar es lo que ahonda lo social, la camaradería, el hacerlo no por no caer mal a algunos, el hacerlo por caer bien a otros. Al hombre le duele la muerte sólo porque es cuestión de años o decenios; no es necesario que alguien no despierte para extrañarlo tanto, de todos modos, muerto, hasta da igual. Deberíamos pues, olvidar toda danza si ésta acaba alguna vez entonces. Danzar sólo cuando se nos llame; pero cuándo entonces es el tiempo exacto de danzar? Por tenerla o perderla? Evitarla como evitar los perfumes, brazaletes, collares algo que sea más extenso que la conformación natural. En algún tiempo lo hacíamos, tener las muñecas y el cuello con algo que brille, que “adorne”, que nos recuerde a algo o alguien; en algún otro tiempo, nos auto-convencimos de que no eran ni hacían alguna diferencia para ser el que uno deseaba llegar a ser, recordar a quien se debería recordar. Tal vez todo a excepción de uno que otro tatuaje, una expansión color azul eléctrico en la oreja izquierda. Pensar que por llevar uno que otro aroma y bisutería, podríamos hacernos de algunos que tal vez no debamos ni queramos, de unos que no nos lleguen nunca a enseñar algo. Tener que equipararnos cual robot, pasar horas por ver qué vestir y qué lucir. Sin antes conocerse el intentar luego conocer a otros, podría llegar a ser peligroso e hiriente. Si tuviese que ser así, tal vez nadie debiera conocer a nadie, como de otras cosas sólo se tiene intentos. El no tener herederos y el no tener con quién hacerlo, para otros podría ser preocupante. No mirarla queriendo. Otros, como nosotros, podrían pensar que no parece lógico tener descendencia si ésta algún día desaparecerá. Hacer nacer a otros para que luego se mueran, no tener lo suficiente que heredarles, traerlos al valle de lágrimas. Comer para luego ir al baño. En verdad eso es querer? Esta la parte que cumpliría los caprichos de quién debería ser la copartícipe en la reproducción, pero está también el otro lado que alguna vez, de hacer lo que normalmente haría, terminen saliendo y dejar de cumplir algún capricho produciendo esto rupturas. Es que en verdad no le importa. Se habrán acabado esos que morían por un rey? Se morirán los que mueren por una patria? El hombre debe dejar de alimentar caprichos, sobre todo más, los que provocan muerte aun así sea por amor. Por nosotros, sin amor, se podría acabar la creación.
Cuando estés muerto, tendrás que pensar que no lo estás, de otro modo, la locura, que es el arrepentimiento, no parará de decirte lo que tuviste o no tuviste que hacer. De vivo puedes pensar cualquier cosa, la máxima desesperación, el suicidio, es pensar en lo que tal vez es lo único en que no deberías. A aquello llegas también, por haber o no haber hecho algo que deberías. Estar metido en casa como con arresto domiciliario y estar contento de ello, querer más, escribir. Descubrir eso que te gusta hacer. Todas las formas de música que pueda haber. Dormir y despertar cuando se quiere y no por algún deber, más en invierno. Vicio. Vida.
Súplica
Un rencor que nace en algunos corazones, nace a partir de lo que se piensa “si se nos ha creado para qué luego morir y ser ahogado por sus aguas, quemado por sus fuegos, asesinado por un hermano?” El que se pregunta aquello, seguro concluiría para sí “no hubiese sido mejor que no se nos crease?” A eso mismo, también, algunos llaman egoísmo: al primer y último creado, se les consultó si querían serlo? Parece que la naturaleza no tiene que consultar lo que vaya a hacer en el futuro y nosotros solo somos una resultante, parte de ese todo al que le toca nacer y morir como seguro sucede con otras criaturas. El que señala a lo que podemos llamar como lo bueno y a lo que podemos llamar lo malo, es el castigo. Se castiga a lo que no va como debería y al que no hace lo que debería. Tanto los buenos como los malos tienen potestad de castigar, seguro unos por un motivo y los otros por otro. Si el malo castiga, parece no haber nada de raro en ello; en cambio, si lo hace el bueno, es que empiezan las dudas. Se tiene que castigar para corregir y no hay otro modo? Tanto quería a Lucifer o a cualquier otro rebelde como para no eliminarlo por completo? Es que así es como tenía que ser? Como se habla del alma y cosas espirituales y fuera de experiencia, tal vez sea que no haya eliminación, sino a lo sumo, el castigo y la regresión, tener que volver a empezar, reencarnar. Tal vez el morir no sea verdaderamente el final.
Huaycha
Pirámide
Eran los que tenían que ser y de quienes deberían haber surgido otros, mas lo mató. Qué pensaría? Tal vez como reza la frase, “la vaca no recuerda cuando fue ternera”, se olvidó de cuando embobado también deseaba verla, la madre de su hija. Lo pensaría inferior, sí, tal vez sea eso, no era, para él, él que la merecía; a ella la vería tan suya y tendría que ser su progenitor mismo quien debiese establecer con quien ella debería unirse. Al hacerlo, atarlo, olvidó a su hija y a él, cualquier hombre. La pensaría, obvia e indiscutiblemente, como con su mujer, como objeto y pertenencia suya, su esfuerzo de crianza, su futuro. Pensaría evitar que lo que tenía que ser no sea, haber hecho alguna especie d justicia o ajuste. Ella, en otra carne como él, tal vez otro tiempo y otro espacio, pero ellos, terminarían haciendo lo que deberían: hacer ser. El asesino, aunque muera de viejo, demorará tener un cuerpo, si es que lo llega a tener. Ser ahora quien tenga que esperar por otro que hizo lo mismo o peor. Cuáles de sus sueños se les quitarían ahora? No los debiera conocer.
Estaba él parado por la acera de siempre, por donde sabía que vendría. Desde un auto, que ni su mujer sabía que existía y con el cual también en algunas ocasiones la había seguido y seguía todavía, la espiaba también. ya lo había visto, o mejor, los había visto. Él la miraba e intentaba hablar, ella parecía también desear lo mismo. Su cabeza no pensaba en otra cosa más, sino en que no debería suceder y en que debería evitarlo. No le importo que su hija lo presenciara, tal vez así, haría saber quien era el que mandaba.
Unonu
Cada halo de energía, como la única posibilidad de salvarse que tiene una gota antes de evaporarse si no se la une con más líquido, se absorben unas con otras y se difuminan. El magnetismo que se irradia de una masa con la energía suficiente, en cada corto instante, irradiándose, se aleja de donde provenía. Todo ese magnetismo arrastra a todos los pensamientos que hubo y habrán. Y cuán luminosa sería si fuesen todos solo positivos y edificantes! Opaco, por el contrario, por estar lleno solo de embustes e intrigas mal intencionadas. La contaminación producida y que se sigue produciendo no es más que el reflejo de lo mismo. Mas cuando se cope de toda la negatividad, que se expanda, es inminente y ya no sería solo contaminación con sustancias materiales, sino ya más sensibles y difíciles de volver a enderezar por lo mismo. Por sí misma se purga y expulsa sin compasión, pues no piensa, a lo que la quiere matar. En aire no entra más que aire y en roca roca, como agua en agua y fuego en fuego. Cuando ya por mucho tiempo entibiado, se dispersan y se juntan las cosas que no deberían, se van y se van obstruyendo y mal formando lo disperso hasta que explota. Como no todo se une con todo, sino cada elemento con sus semejantes, ese fuego los separa y los une.