La conocías, lo conocía. Decía que era otro, decía que era otra. Pero dicen que nadie quiere ver lo que conoce, que las verdades duelen. Tanto dolor y cuántas tumbas de su amor. Acaso era peor desconocerlo conociéndolo? Decir que no se habían visto, que no existían los ojos. A partir y a parir de cuántos se volverían a ver? No se hace más que esperar. Nacer, morir, y lo que haya dentro de ese lapso. No hay nada más que esperar.
Estaba seguro que algunos le dirían a pesar de que él les dijese -Soy yo- no le reconocerían. Cómo culpar entonces a unos que aunque solo sabían a oídas de quien sería el que debería venir y negarlo. Cuán asustados podrían estar. Si fallasen, tal vez el miedo innato, los aniquilaría. Tontos, hubo varios días de desierto. Tanto pan y que aún hay. Si se matase a algunos más por diversión y evadiendo pena matarse luego. Resarcir, existe eso? Existe un árbol? Preguntas cerradas o abiertas, vanas o bellas. Morir por no tener pan, morir de viejo. A todos se les acaba las tardes. A quiénes se les da otras? Fornicar, amar a tu esposa ver otras épocas en otros.