Etimológicamente, se entienden al texto como un tejido: En el Diccionario de la lengua española, se precisa el origen: “del lat. textus; propiamente ‘trama’, ‘tejido’”. (RAE 2020). Por tanto, un texto podría ser una hermosa manta andina. Sus hilos serían oraciones y las figuras que forman, párrafos. Estos, como dibujos de flores, hojas o ramas, se entrelazarían de distintas maneras para conformar un solo elemento, cuya existencia dista de terminar en aquellos colores que captan la atención. Para que exista, la manta necesita nudos que aten los hilos y den consistencia al tejido. Un texto, igualmente, necesita de elementos que generen esa unidad: los conectores.
Al igual que los nudos, los conectores, suelen pasar desapercibidos. Esto sucede, muchas veces, porque carecen de significado referencial por sí mismos. Aislados, los “porque”, “por ello” o “entonces” parecen palabras irrelevantes de la lengua. Sin embargo, entre dos oraciones, pueden convertirse en elementos centrales del significado. Por ejemplo, “ella lo ama, porque es bello” no significa lo mismo que “ella lo ama; por eso, es bello”. Potencialmente, las ideas y la información se encuentran en las oraciones, pero, aisladas y sin un orden que las clarifique, estas carecen de sentido.
El párrafo expositivo y la estrategia causal
El propósito del párrafo expositivo es explicar, por ejemplo, un problema de manera objetiva y ordenada a partir de datos verdaderos y verificables (científicos). Por un lado, para redactar un párrafo expositivo, es necesario referirse a un tema específico y contar con la información que se planea desarrollar en él. Por otro lado, antes de iniciar la escritura, es necesario planificar la estructura que se piensa seguir. Esto es muy relevante, pues la manera en que se organiza la información favorece la comprensión por parte de los lectores.
Habitualmente, los párrafos expositivos se estructuran a partir de tres tipos de ideas: idea principal, que plantea el tema que se desarrollará; ideas secundarias, las cuales señalan los componentes o aspectos del tema; y las ideas terciarias, que, finalmente, aportan los detalles de manera exhaustiva.
Esta estructura puede ejemplificarse en un párrafo que se refiera a las causas y consecuencias. En este caso, un tópico central se delimita en, al menos, dos causas, las cuales funcionan como ideas secundarias, que son luego precisadas hasta hacer explícito y claro el vínculo de estas con el asunto principal. A partir del esquema que se presenta enseguida, se puede construir un párrafo de desarrollo que aplique la estrategia de causa y consecuencia.
1. Causas de la contaminación ambiental
1.1. Uso de combustibles fósiles en las industrias
1.1.1. Emanación de dióxido de carbono
1.1.2. Carencia de áreas verdes para contrarrestar el dióxido de carbono
1.1.3. Acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera
1.2. Excesivo uso de plásticos
1.2.1. Uso excesivo de plástico en productos cotidianos
1.2.2. Tiempo de descomposición del plástico
1.2.3 Acumulación de plástico en los océanos
Como puede notarse, el tema principal de este párrafo está planteado como un problema con varias causas. Es importante delimitar de esta forma la idea principal, dado que esto aclara el modo en que debe entenderse la relación de las ideas secundarias con ella. Asimismo, es posible observar cómo las ideas terciarias particularizan el subtema de la idea secundaria y lo reconducen hacia el tema central. El esquema, entonces, tiene una estructura adecuada, pero ¿cómo se realizaría la redacción?
Para expresar relaciones de causa y consecuencia, se puede recurrir a dos tipos de elementos. Por un lado, es posible utilizar conectores lógicos. Por otro lado, se pueden utilizar verbos y referentes para construir expresiones causales o de consecuencia. Ambos elementos son pertinentes para la construcción de un párrafo, si bien algunos establecen necesariamente subordinaciones entre oraciones, mientras que otros pueden iniciar una oración.
El siguiente es el párrafo correspondiente al esquema propuesto anteriormente.
Las principales causas de la contaminación ambiental en todo el mundo son dos. En primer lugar, este problema social es provocado por el uso excesivo de combustibles fósiles. Estos productos, que provienen de la fosilización de los seres vivos, requieren ser encendidos para producir energía. En consecuencia, emiten una gran cantidad de dióxido de carbono (CO2), un gas sumamente dañino para la mayoría de los seres vivos. En cantidades pequeñas, estos gases pueden ser contrarrestados por los árboles y las plantas. Sin embargo, el excesivo uso de este combustible en todo el mundo y la carencia de áreas verdes han generado que este se acumule cada vez más rápido. En consecuencia, su acumulación en la atmósfera, en la actualidad, es tanta que es una de las principales responsables de enfermedades respiratorias en todo el planeta, ya que deteriora rápidamente los pulmones. En segundo lugar, otra causa de la contaminación ambiental es el uso excesivo de los plásticos. Este material, hoy en día, es uno de los más usados por la gente dada su versatilidad. Por ello, se lo puede encontrar en todo tipo de objetos de uso cotidiano. Sin embargo, una característica de este material es su largo tiempo de descomposición. En efecto, el plástico tarda muchos años en degradarse. Por ejemplo, una bolsa demora 150 años en descomponerse totalmente, mientras que una bolsa puede tardar 400 años en desaparecer. Esto ocasiona que, durante todo este tiempo, el plástico se encuentre contaminando la atmósfera. Además, solo un porcentaje muy reducido de los objetos elaborados con este material logra ser reciclado, lo cual implica que la mayor parte del plástico se elimine de forma inadecuada. Es así que toneladas de desechos plásticos terminan acumulados en los océanos, lo cual produce, aparte de la contaminación del ecosistema marino, la pérdida de numerosas especies de flora y fauna.
Este párrafo emplea conectores lógicos y expresiones para comunicar con claridad la relación de causa y consecuencia entre las distintas ideas. En otras palabras, el párrafo resultante muestra cohesión entre sus oraciones: se asemeja a un tejido. Esto confirma que recurrir estratégicamente a estos elementos en la redacción de un texto facilita la comprensión e interpretación de la información por parte del lector.
Bibliografía
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE) | |
2014 | Diccionario de la lengua española. Vigésimo tercera edición. Madrid: Espasa. Consulta: 30 de noviembre de 2020.
https://dle.rae.es/texto |
Elaborado por Junior Alca y Ximena Cáceres.
La imagen ha sido tomada de https://es.dreamstime.com/foto-de-archivo-tela-de-lana-de-la-flor-hecha-mano-peruana-image91016112.