Darío A. Núñez Sovero
Hoy, 8 de Junio del 2022, se cumplen cincuenta años del fallecimiento de un pro hombre de Jauja. Uno de aquellos que, sin haber nacido en nuestra tierra, le dio un giro capital a la vida de la provincia que lo cobijó por decenas de años y cuya impronta se mantiene incólume a través del tiempo.
Ese hombre se llamaba Francisco Carlé Casset, un sacerdote francés, miembro de la Congregación Religiosa de los Canónigos Regulares de la Inmaculada Concepción, cuyo arribo a nuestra ciudad ocurrió el año 1914, para desempeñar un apostolado religioso y social que marcó la vida de estas tierras casi a lo largo de todo el siglo XX. “Tayta” Pancho, como original y amorosamente lo llamaba la feligresía de estas tierras, empezó su gran tarea el año 1924 en que fue designado como Párroco de la provincia. Consciente de que debía preservar la fe cristiana, no dudó en iniciar la tarea de trabajar para la niñez jaujina y para quienes fundó con admirable constancia la biblioteca parroquial y la sala de proyecciones cinematográficas, obras que gozaron de generalizada aceptación. A la par se preocupó por remozar el local de nuestro principal templo religioso, la Iglesia Matriz, convirtiéndola tal cual lo vemos ahora –hermosa, arrogante y digna del cielo azul de Jauja, ante la cual se yergue soberbiamente-. Se dedicó, también, a mejorar las condiciones de la salud del pueblo para lo cual gestionó la dotación del agua potable para la ciudad y, para los distritos, se preocupó por fundar capillas por doquier y abrir caminos comunales en toda la provincia. También, con extraordinaria visión futurista, puso en marcha la fábrica de asfalto de Paccha y, preocupado por mejorar los accesos a la región, juntamente con notables de aquel tiempo como el Director del Sanatorio Olavegoya, Dr. García Frías, y el Dr. Virgilio Reyes, Alcalde de la ciudad, idearon impulsar lo que es hoy el Aeropuerto Regional “Francisco Carlé”, entonces inaugurado como aeropuerto Jauja-Tambo. Para esta megaobra –de aquel tiempo- fue el principal convocante desde su púlpito para que la ciudadanía de Jauja y sus distritos trabajen en numerosas faenas comunales, para luego entregársela al país como un valioso legado patrimonial fruto del esfuerzo colectivo de la ciudadanía jaujina.
La ejemplificadora y estimulante obra de “Tayta” Pancho fue desplegada a lo largo de 40 años que duró su autoridad como Párroco, los que lo conocimos tenemos el orgullo de mencionarlo como un altísimo referente de laboriosidad y fe. Hoy, que recordamos su gran tarea, no podíamos sumarnos a ese insoslayable velo de olvido para quienes forjaron ciudadanía y amor por lo nuestro. Por ello queremos felicitar el gesto de las integrantes de la Promoción del Colegio El Carmen 1972 “Francisco Carlé” y de algunos religiosos que todavía evocan, con solidaria lealtad, el reconocimiento para un hombre que luchó denodadamente por mejorar nuestros destinos y engrandecer a Jauja. Religiosos como él han tenido un rol principal en el desarrollo de la historia de nuestros pueblos, recordemos nomás que fue el cura apatino Estanislao Márquez quien obró como Secretario de Actas en las gestas de la proclama de la independencia de Huancayo y Jauja el 20 de Noviembre de 1820 o el valioso y heroico concurso del Fray Bruno Terreros en ls Campaña de la Breña.
Por ello, con devota y callada emoción terrígena decimos: ¡Loor a la memoria de “Tayta” Pancho!