2001 – 2014
Darío A. Núñez Sovero
El vértigo del motor me va indicando cómo el viejo vehículo en que me transporto va desatando intrépidamente los andes por imbricadas curvas de la ruta, cada una con mayor peligro que la anterior, y mientras un leve sopor va penetrándome los sentidos, advierto que estamos por llegar a San Mateo, pueblo que cobija, desde que tengo memoria, a cientos de mineros migrados desde los confines de dónde vengo.
Cuando la luz roja de un semáforo, instalado en la población, detiene nuestra marcha, la pegatina de una vieja pared llama mi atención. “RAICES DE JAUJA”, reza su contenido principal registrado en multicolores formas y anunciando la presentación de este original conjunto de mi tierra. Al leerlo una discreta arrogancia me ha invadido, conozco a los integrantes de este novel conjunto y me alegra que vayan regalando por do quier la magia de su arte y, aun cuando la rapidez de nuestro retomado viaje me llevó a buscar nuevos anuncios, los recuerdos fueron agolpándose raudamente en nuestra memoria para devolvernos a un tiempo auroral de este conjunto.
Entonces, es inevitable decir que estos jóvenes, cuando eran púberes, ya tenían registrados en sus genes ese comején que corroe sus espíritus y que todos llamamos arte. Ellos, el 21 de Agosto del 2001, decidieron agruparse para constituir un soporte artístico que ya tiene 13 años de vigencia, 13 años de caminos impensados recorriendo palmo a palmo nuestro extenso país y llevando el mensaje de nuestra espiritualidad. Pero es muy fácil decir “ellos”; decirlo nos podría empujar a caer en una generalidad anónima que quisiera evitar. ¿Quiénes eran entonces los fundadores?: Daniel Huaytalla Pomasunco, Moisés Gutiérrez Guerrero, Miguel y Vanessa Arzapalo Pomasunco. Este prospecto inicial se engrosaría inmediatamente con la incorporación de dos “púberes” más: Óscar Arzapalo Pomasunco, quién tenía 10 años, y Emerson Rodriguez Pérez.
Al término de nuestro cansado viaje y ya en la plomiza Lima, una inquietud perturba nuestra curiosidad, por ello es que, ya aposentados en nuestro domicilio, presuroso acudo a la computadora que en un abrir y cerrar de ojos me dicta que este conjunto jaujino tiene registrados millones de visitas en Youtube con sus diversos temas -resaltando la Tunantada, nacida en Jauja-, siendo que solo el tema “La Orquesta” tiene más de un cuarto de millón de visitas. ¡Asombroso récord de un conjunto, nacido en Jauja, integrado por jaujinos y portaestandarte de nuestra idiosincrasia xauxa!
“Raíces” ha calado hondamente en la alegría y el sentimiento de las colectividades donde se presenta llevando, en su característico tono de tunantada, las vivencias del hombre de Jauja. Quién crea que constituyen un grupo de los llamados de música latinoamericana se equivoca. Es más que eso. Con una natural sabiduría, ha podido combinar las vivencias del poblador de nuestra tierra con el compás gimebundo y lastimero que existe en el interior de cada tunantada y que le otorga calidad intensa y total al eros plural de nuestros pueblos. Ello explica la fértil cosecha de sus logros, pues además de su multitudinaria audiencia, en ciudades como Concepción, Ambo, Huánuco, Arequipa, Puno, Huancayo y Lima los reconocimiento han ido fluyendo con natural justificación: “mejor conjunto de música latinoamericana”, “grupo revelación”, “mejor agrupación”, son, entre otros rótulos, justos reconocimientos para una entidad que nació y creció en la humildad y ahora se recrea, igual de humilde, en la conciencia múltiple de sus ávidas audiencias.
El hoy respetable Grupo “Raíces”, es un valioso referente de los xauxas. Se han constituido en auténticos embajadores nuestros y saberlos programados en eventos de todo el país colma el orgullo de quienes somos sus paisanos. Demás está decir que la sociedad en general y las entidades que representan a nuestra provincia están llamadas a otorgarles el reconocimiento de rigor que, con justicia, se han ganado. Por lo demás, ellos ya tienen un lugar en el altar de nuestros espíritus, allí donde sólo nosotros sabemos por quién oramos quedamente.