Comunista, consumista (el orden no importa)
Creemos que ni el más acérrimo comunista podría prescindir de tener capital aunque eso tampoco lo haga capitalista. Por más mínimo que sea su capital, lo necesita para sus necesidades básicas, a menos haya un valor definido para poder llamar a un monto capital. Por lo que comunismo nos parece se precia de dicha palabra, entonces lo que tal vez más se quiera sea otro tipo de capital, capital humano o capital destinado al común o con preferencia a. Por lo que capitalismo nos parece se precia de dicha palabra, entonces lo que tal ves más se quiera sea capital solo monetario y solo eso, aunque la palabra misma sea general, se debería precisar a qué tipo de capital es a lo que algún sistema político y económico es a lo que le da preponderancia. Tampoco podríamos tener solo población abundante, capital humano, pero para ellos, como gobierno, sin tener cómo poder sustentar algún mínimo bienestar para quienes se gobierna. Como alguien que quiere ser neutral, hemos notado que ambos caminos en su exageración, mal uso y mala guía, no hacen más que adormilar, por no decir embrutecer, a sus propios gobernados. Uno está sumido en comunismo y el otro está sumido en consumismo. No nos parece razonable que pensando solo en comunismo se olvide del sustento que ya se ha hecho casi necesario e imposible de obviar para el hombre desde que se lo ha inventado: el dinero. Tampoco nos parece razonable que pensando solo en consumismo se haga diferencias sociales abismales entre personas en una misma ciudad, en un mismo país, en un mismo continente y en un mismo planeta; así, ambos, no hacen más que llenar agujeros sin fondo, dinero que se “pierde” y que nadie sabe a dónde va. Un país con alto déficit e inflación. Cómo pues puede ser posible que haya capitales privados que tengan más capital que algunos países? No es el caso tampoco que se pida una igualdad ideal y que todas las personas anden como reos en alguna cárcel con una misma vestimenta, con un mismo auto, etcétera, pero las diferencias existentes son de personas a las que simplemente nos les importa, desde los gobiernos, capitales privados y personas comunes con verdadero poder adquisitivo. Parece que no se dieran cuenta de que ni el dinero ni ellos mismos son eternos o es que también lo saben pero no les importa. Como debe haber algún embrutecimiento en las clases bajas, con seguro muchas honrosas excepciones a las reglas, también las debe haber en las clases altas y clases “reales”, embrutecimiento que hace que no les importe y vivan solo su momento. Tal vez también demasiada empatía sea algo malo, algo que se debe combatir con aversión a otro aunque hable nuestro idioma por tener más o menos dinero, por tener otro tono de color de piel o cosas hasta más banales que esas. Pero no, al contrario del comunismo o capitalismo, creemos que la exageración de empatía no podría traer consecuencias negativas, además de ser completamente un acto voluntario y no bajo algún régimen que tenemos que heredar y aceptar de nuestros padres aunque no queramos (tampoco obviamos ni olvidamos la hipocresía o mero interés disfrazados de empatía). Lo que entendemos por capital, cosa tan preciada para los hombres, es el dinero lícito que se haya podido obtener, por el contrario no consideramos capital al dinero ilícito aunque haya quienes tengan esas costumbres y deba haber mucho capital ilícito moviéndose como lícito. Otra forma de reconocer al capital es como bienes en general y algo mal habido no puede ser un bien, una utilidad. No nos parece ilógico tampoco el hecho de que una persona natural o juridicidad quiera y hasta deba requerir de ingresos para subsistir, pero lo persistente es siempre el abuso que se dan de las cosas. Ilógico es querer cortarle al hombre algo que ha hecho desde hace mucho tiempo y bien: comerciar. El capital monetario, aunque sirva para sostener un capital humano, no es que nos pueda dar capital humano. El capital humano se hace a sí mismo y es éste también es el que crea al capital monetario. No se troque pues ni se tenga por preferencia algo que puede comprar una cosa pero que en esencia no es la cosa en sí, eso es solo un engaño. En el peor de los casos dinero siempre como medio y nunca como un fin. No se pueden desligar a alguien a quien se le pueda llamar un acérrimo capitalista con ser también una persona consumista; de otro modo para qué querría capital si no fuera para comprar y comprar? Tampoco, es seguro, que no hayan comunistas que no sean consumistas, pero uno de los dos debe de estar más cerca a lo que es solo consumir. De entre comunista o consumista, bajo nuestro criterio y opinión, nos parece más sospechosa la que tiene una ese demás. Y reconocer que alguna vez creíamos del lado del que está el corazón.