Alocución

Pocos minutos antes de embarcar para desembarcar. El capitán a sus subalternos. Caballeros! Que no haya la idea errónea que merodee entre ustedes. Pensar que porque nos tocó estar en la vanguardia, es nuestro día de mala suerte. Se cayera aquí o no, nuestros camaradas detrás cuando esta playa este desierta por el enemigo y cubierta por los nuestros, tendrán igual que luchar. Es inevitable que las vanguardias se vayan intercalando y reemplazando a medida que crecen las bajas; claro es también que la acción de cada soldado se distingue por sí misma en la batalla. Así como uno no es hombre sin haber tenido un día cansado de trabajo, menos aun ningún hombre está completo sin haber estado en alguna guerra, siéntanse, pues, honrados y demuestren ese honor ante sus soldados. El hombre como al casarse como en la guerra deja cosas detrás, pero detrás de la guerra y demás cosas esta primero ésta para este. Es probable también que de muchos sea nuestro primer, único y último trabajo; qué mejor suerte y honra pues. Procuren acabar al número de enemigos que deben e incluso más, no dejen de recordárselo a quienes los siguen y están a sus ordenes. Así ya haya sido derrotado el adversario, debería dar gusto y tener siempre por preferible, que aunque no siendo uno, sean de los nuestros en pie. Lo común que tienen los soldados incluso adversarios, es que tendrán que luchar, además de con el enemigo, con el frio, el calor, la extenuación y el hambre. Afortunadamente los que aquí estamos somos todos voluntarios, se espera más de nosotros que de uno levado. Si ustedes mueren yo muero y si ustedes matan yo mato. Deberían estar pues ya dispuestos a morir. Lo último que un soldado quiere es ver a un oficial desertando. El soldado solo tiene que ser bruto, sus oficiales serlo pero no demostrarlo, pues somos quienes los guiamos. En guerra no se va ir buscando sutilezas tampoco. La finura y única sutilezas suyas se notan en sus pistolas y en lo que puedan hacer sus valentías guiadas por sus inteligencias, sus armas no son como las armas toscas que necesitan los soldados y además de solo seguir ordenes. Vean pues la diferencia entre mandar y ser mandado. Prosigan y que el dios de sus padres vele por ustedes. Solo se tienen a sí mismos, sus botas, a sus armas y a sus camaradas.

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