Jurisdicción

29 Mar 2012 poes
El sofista está detenido. Homomensura. El hombre de las cavernas, el hombre político, el hombre demócrata, el hombre medieval, el hombre moderno, el hombre contemporáneo y los que puedan venir. El hombre como medida de todas las cosas, en los casos señalados en el muy cortísimo resumen, nos sirve solo hasta lo antepenúltimo, al menos en este caso. Luego de que otros hombres más aparezcan, el homomensura copará siempre solo hasta lo antepenúltimo. Solo estar repitiendo como loro y jamás intentar siquiera cuestionar no es necesariamente avanzar. En ese sentido el hombre queda solo de testigo aun siendo participe. Su deducción e inducción están igual de detenidas. Por ello, quien podría ser su contra-parte, podría ser visto como soñador, como otros podrían también llamar, idealista, filósofo. No buscamos conflictos y cada parte seguro hace lo que debe hasta donde sus posibilidades les den. En ocasiones ambas partes se pueden unir y convivir, luego, también, separarse y así sucesiva y cíclicamente. Quién se encargaría de lo cíclico y de unir y desunir las cosas? Los hombres saben cuándo y cómo prender una fogata o disparar un arma mejor que otros primates o animales seguramente. Los más cercanos a lo que podría ser un sofista en nuestro tiempo serían los abogados y los profesores. Ambos por saber algo reciben honorarios. Alguien quien se divierte con lo que hace y obtiene ingresos de ello debería ser doblemente feliz. Hacerlo por solo una de las dos opciones podría resultar hasta peligroso. Realizar algo solo por un salario y no disfrutarlo o a lo más haberse acostumbrado. Estar acostumbrados a algo y no salir de ello podría verse como feliz para algunos. El extremo de ello serían, entre otros animales, los pandas que necesitan cosas más especificas para sobrevivir. En cambio, se encuentran hombres en los polos, fondos marinos y espacio. Pero qué tendrían en común el hombre y otros animales? Lo común sería que se tiene la pulsión de vivir, con ello, con la más o menos inteligencia que se pueda tener, con la más o menos consciencia que se pueda tener se hace lo que se hace; algunos exageran y hasta hacen arte y cultura de ello. Hacer solo lo que a uno agrada así ello no genere ingresos. Lo que le agradaba podría volverse lo que lo agrede. Pero seguro para quien hace lo que le agrada y sepa que no sea lo que más lo beneficie, al menos monetaria-mente, debería haber pensando antes en ello, de otro modo estaría muerto o sería a lo que más cerca se encuentre. Morir haciendo lo que a uno gusta o vivir y morir forzado? Si eso que a uno gusta y de alguna manera forma y nutre, y que mejor si solo nutriera a otros aunque no los forme, a lo que algunos que realizan sus respectivas tareas de forma forzada, fuerzan, a su vez, a otros a imitarlos o de otro modo ser desterrados o muertos. Se puede hacer algo bien de forma forzada? Tal vez sí aunque se pueda empezar mal, de otro modo, sin lastre alguno, sería lo idóneo. Con cuántas cicatrices se deja de ser un ángel? En esto, como nacer, no se elije latitud, altitud, sangre, etcétera solo se nace. Lo idóneo e ideal sería que por algo que pueda resultar bueno no se cobre; es un bien cómo cobrar por ello? Además si lo hecho es igual de insuficiente y hasta perjudicial, cómo cobrar por ello? Aún menos seguramente. Un árbol como un libro no se movilizan solos, pero los precios pueden ser demasiado exagerados, y en algunos sitios se le exige a la gente leer. Una canasta familiar diaria con lo que podría costar un libro, sin salirse de la ley, en algunos lugares y hogares serían dos días o más de comida. Con intención o no, algunos no quieren que otros lean. De dónde pues es por donde se empieza a saber. Se monopoliza la educación se crean maestros, se monopoliza la justicia, se crean abogados y jueces. Ni enseñarle a pescar al pobre y no solo darle pescado aquí no parece cuadrar. El que está dando pescado ya ni sabe si es a un pobre o a uno que ya tiene más que suficiente de lo que se está repartiendo. Las institucionalidades como que pueden tener un buen fin, también pueden servir solo como formas de segregar. Las cosas implantadas, hechas por el hombre, poseen un doble filo. No se puede sin quitar en un lado menoscabar otro. Nepotismo. Pero si es en verdad quién merece el puesto y no otro? En principio, sin inconstitucionalidades ni jerarquías, no habría puestos que pelear. La institucionalidad de la iglesia católica, por ejemplo, nos parece una mejor forma de relegar el cargo. En un tiempo era así. Entonces es que la obediencia no pudo contra la rebeldía y se hicieron los que ahora se conocen como estados y países modernos? Los hombres no quieren solo a uno en el poder, además parece que solo uno no se puede dar abasto. Podría ser una necesidad el hecho de que se pase de una forma de gobierno a otro, aunque aún nos duele dejar las monarquías que todavía existen. Lo más ideal sería a no esperar a que uno muera para relegarlo, sino que tratándose de hombres libres y lo suficientemente racionales como para no dañarse entre pares nunca, regirse así e igual de libres y racionales. Tenemos, parece, una buena forma de comunicarnos y con ello sociabilizar, mas aún parece ser insuficiente. Además entre hombres libres y suficientemente racionales debería-se conocer mejor a quien es el que mejor pueda guiar, alejados de envidias y conveniencias grupales, mayoritarias o minoritarias. Es un hecho de que algunos delincuentes escapan y no pueden ser capturados solo por tratarse de otra jurisdicción, incluso, hasta en una misma ciudad. Entre un sofista y un filósofo parece también ser un problema de jurisdicciones, pero en estos quehaceres es más difícil delimitar a poner hitos o calles pavimentados.

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