Archivo del Autor: Guillermo Gabriel Valera Moreno

¿Y qué fue de la izquierda política?

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Para muchos de quienes provenimos de una experiencia de izquierdas en la política peruana, la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI) en 1980 fue una frustración y la Izquierda Unida (UI) de esa década una realización inconclusa. Tantas posibilidades y esperanzas quedaron en el camino y pudieron tener una realización muy distinta y extremista si triunfaban opciones como las de Sendero Luminoso (SL) o el MRTA en la década de los noventas.

Sin embargo, la propia implosión de la izquierda legal entre 1989 y 1995 (reunida especialmente en IU) y la dispersa herencia que dejó; de otro lado, la captura en 1992 de abimael Guzmán (lider de SL); y el diluido gesto de Nestor Cerpa (MRTA) con la toma de la casa del Embajador de Japón años después. Todos esos hechos, pese a estar en genral inconexos entre si, dejaron como herencia la sensación de “tierra arrasada” o “tierra de nadie” lo que fue ese vasto campo de la izquierda que atravezó más de cuatro décadas en el país.

No hubo emercencia de nuevos líderes, aunque las nuevas o repetidas siglas pulularon entre pequeños círculos, con poco ánimo autocrítico y sin intentar dar respuestas consistentes a lo que cambió en el país, tanto con la experiencia del Velazquismo que derivó irónicamente (para buena parte de la izquierda peruana) en reconocer la democracia política, valorarla e incorporarla como parte de su discurso casi generalizado. Como también con la experiencia del Fujimorismo, cuestión que, por oposición, derivó a valorar la ética, la institucionalidad y la profundidad sociocultural del país que somos.

De hecho, la crisis de la izquierda fue parte de una crisis más amplia. Casi se perdió el sistema de partidos que predominaba en los años ochentas y se llegó a afectar hasta el sentido mismo de la política, perdiéndose en decencia, sentido de bien común y de país; llegándose a subordinarla a la propia lógica del mercado neoliberal. De allí que la recuperación de la democracia en el 2000 tuvo distintas posibilidades de personalización y terminó, sin estar libre de taras, encarnándose en el “Perú Posible” de Alejandro Toledo.

Más adelante, la fragmentación social y política volvería a traducirse en un resurgir contestarario de carácter nacionalista que Ollanta Humala pasaría a liderar confusamente, siendo éste un militar retirado con dotes más de caudillo que de estadista, aunque en la vida todo se puede aprender o desaprender.

La crisis de la izquierda en el país fue parte también de la imposición de un modelo económico neoliberal a nivel más mundial y del propio fracazo de los intentos de socialismo autoritario heredados del leninismo soviético. Ninguno de ellos calzó nunca con un sistema político democrático y, más bien, llegaron a poner en crisis el funcionamiento y viabilidad del propio sistema democrático.

Creo que ya hemos dado vueltas suficientes. Creo también que desde opciones democráticas y contestatarias progresistas debemos de forjar una nueva iniciativa política alternativa de cambio. Con las cuales hacer posible algo muy distinto a lo que tuvimos en la década de los 90s y que tenga la entereza de ir más allá de lo hecho en los dos últimos gobiernos nacionales. Porque podemos hacer algo distinto, mejor y creativo.

Guillermo Valera M.
Piura, 19 de febrero de 2010
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Ser creativos y dar lo mejor de nosotros en la política

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Hace unos días (8 y 9 de febrero) tuve la ocasión de participar en la reunión de verano del “bartolo”, la cual suele ser muy rica en encuentro de personas diversas, diseminadas por todo el país, haciendo cosas variadas, compartiendo una misma fe creativa y con mucho sentido de amor y de esperanza por nuestra Iglesia y nuestro Perú.

En ésta ocasión nos tocó reflexionar sobre “fe y política”, un tema tan simple y complejo a la vez, como lo es la vida misma y la relación entre las personas, especialmente cuando se pone en juego intereses, recursos económicos y capacidad de decidir sobre los destinos, todos los cuales afectan a la población en distintas direcciones.

A propósito de la política, a veces provoca hacerse la pregunta ingenua de ¿para qué se inventó el poder que tantas diferencias y divisiones suele generar? Volviendo al evento en mención, debemos decir que la manera de asumirse la conversación fue muy didáctica y con sentido permanente de hacernos sentir desafiados y motivados por estos aspectos, tan fundamentales a la vida de todas las personas. Más aún, cuando en el presente año tendremos elecciones municipales y regionales y el 2011 las presidenciales y de nuevo Parlamento.

Comparto especialmente algunos puntos (a modo de pregunta) que nos parecieron fundamentales y que requieren de seguir siendo trabajados y profundizados, especialmente con sentido creativo, horizonte de valores, unidad y articulación. Conducentes, ojala, a la generación de gestos públicos que nos permitan motivar y llegar verdaderamente a la población.

º ¿Cómo hacemos para que la política tenga sentido para la gente y no se banalice en todo momento, especialmente por el manejo que se hace desde muchos medios de comunicación social. La política es importante para las personas y no puede quedar reducida a ninguna importancia porque se le asocia sólo al robo y a conductas públicas que se reprueban.

º ¿Cómo hacemos para relacionar la vida de los pobres y de los jóvenes con la vida política nacional y mundial? Si hay dos sectores desde donde nos debemos o tenemos que debernos de manera generalizada en la política son ellos. Unos, los pobres, porque nos invitan a una solidaridad gratuita y de crecimiento de nuestra humanidad ¿podemos vivir tranquilos mientras haya gente que se muere de hambre o no tiene donde atender su salud o educarse? Otros, los jóvenes, porque nos invitan a la creatividad, al riesgo, al dinamismo y al descubrimiento, entre tantas cosas que supone una juventud que siempre nos renueva y esta renovándose; más aún en los tiempos de cambio que nos ha tocado vivir en medio de revoluciones tecnológicas sucesivas.

º ¿Cómo construimos un discurso de radicalidad crítica del sistema actual, a la forma de organización de nuestra sociedad. Enlazándola a propuestas, agendas e ideas que venimos desarrollando o son factibles de encaminar, desde cuestiones muy pequeñas a otras más visibles. Lo importante es que necesitamos recrear una serie de conceptos, una serie de maneras de aproximarnos a la realidad y de relacionarnos. Donde la búsqueda del bien común, el servicio y la solidaridad sean los elementos centrales de toda propuesta y discurso.

º De qué gestos debiéramos valernos para encaminar procesos creativos, innovadores y movilizadotes, revalorando lo político, levantando el sentido ético que tiene ésta (o debiera tener) para todos los ciudadanos y ciudadanas, promoviendo diversos mecanismos de participación democrática, aún sabiendo que pueden haber muchos descreimientos, frustraciones y cansancio de experiencias anteriores inconclusas o no tan positivas y otros. Pero, estamos llamados y se nos invita también desde Vaticano II, la Cristifidelis Laici y Aparecida a ser una Iglesia Samaritana y abogada de los pobres, promoviendo desde la política todo lo que ello nos pueda significar.

Estamos llamados con esperanza a construir liderazgos, a sumar esfuerzos, a gestar el “arte de lo posible” como signo de creatividad y no de resignación, a poner lo mejor de nosotros en la construcción de un Perú nuevo y una Iglesia nueva.

Guillermo Valera M.
16 de febrero de 2010
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¿Cómo construimos nuestra libertad?

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La independencia de una persona puede tomarse como el proceso normal de crecimiento y maduración que tenemos a lo largo de nuestra vida, especialmente desde que nacemos hasta que aprendemos a valernos por nosotros mismos, sin requerir de nuestros padres o de un adulto que nos guíe.

Es llamativo que los animales demoren tan poco (a veces inmediatamente después de nacidos) lo que para un ser humano demora alrededor de un año, como es el hecho de aprender a caminar. O el aprender a conseguir los alimentos, después de pasar por el proceso de amamantarse con leche (cuando se trata de animales mamíferos). Hecho eso, cada uno pasa a vivir por su cuenta.

Podemos crecer en autonomía, independencia, libertad… el asunto es que nunca puede tomarse ello desligado de la capacidad de convivencia. No es sólo el hecho de que nuestra libertad termina donde empieza la de los demás. El asunto es mucho más profundo. Estamos llamados a construir esa autonomía y libertad de manera creativa cada uno con nuestra vida y siempre en relación con los demás.

La libertad no consiste en qué tanto tengo yo capacidad de vivir aislado de los demás si no de valerme por mí mismo para relacionarme adecuadamente con los demás. Porque si no nos volveríamos ermitaños y terminaríamos huyendo de nuestras realidades, cada uno la suya y su propia historia.

La ausencia de libertad no estaría tampoco en que uno comparta la vida con los padres o dependa económicamente de ellos si así la situación lo requiere, especialmente en los primeros 18, 21 o 25 (o más) años de nuestra vida. En desligarse de los padres no esta necesariamente la lógica de independencia si es que uno aprende a convivir adecuadamente con las personas del hogar y se respetan los propios espacios en forma recíproca y solidaria.

Otras situaciones son las que supone la unión matrimonial, donde el mote establecido sobre que el “casado casa quiere” puede ser importante para un crecimiento propio como pareja que forja una familia y decide también aprender a convivir bajo su propia responsabilidad. Puede ser lo más recomendable, siempre en un plano de hallar formas propias y mejores de convivencia.

Podríamos recurrir a diversas imágenes y situaciones. Lo importante en la presente nota es llamar la atención sobre el hecho de que los seres humanos estamos llamados a entender la libertad y la independencia a partir de la construcción de relaciones de convivencia, sean éstas más cercanas o no de acuerdo a los contextos en los que nos toque vivir. Y quizás no solo eso.

Recuerdo que cuando adolescente, yo quería tener “mi independencia” y era un rebelde en casa. Me tocó la oportunidad de venir de Piura a Lima a estudiar en la Universidad y de hecho terminé viviendo sólo en una pensión, con personas que recién conocía. Fue una experiencia de autonomía y de aprender a crecer bajo mis propias circunstancias y objetivos, sin tener a nadie diciéndome lo “que tenía que hacer”.

Sin embargo, era un nivel de libertad que no dejaba de estar mediado con el hecho de que mis gastos los pagaban mis padres. Cosa distinta fue la que experimenté cuando, terminando mis estudios universitarios, fui a San Ignacio (Cajamarca), donde viví en una pensión sustentada ya con mis propios ingresos. Allí pasé a experimentar lo que se puede hacer y encaminar de acuerdo a lo que uno puede generar como ingresos, pero sobretodo, a partir de mis propias motivaciones e ideales que eran lo mismo que me habían llevado hasta esas zonas “bastante alejadas” como entonces me parecían.

En resumen, a lo que voy es que libertad – convivencia – ideales o sentido de vida son tres cuestiones que van sumamente unidos o que en todo caso nunca debemos de desvincularlos al hablar de éstos temas y para darles la riqueza que pueda corresponder al hablar de casos prácticos que queramos aludir.

Guillermo Valera M.
15 de febrero de 2010
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Algunas impresiones personales sobre el trabajo laical en la Iglesia

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Hay muchas cosas que se pueden apreciar en la labor de la Iglesia con relación a los laicos; son muy diversas las experiencias y algunas hasta se podrían apreciar como contradictorias. A continuación comparto algunas valoraciones hechas más desde mi experiencia con los Jesuitas, a quienes considero profundamente amigos y compañeros.

Desde Vaticano II, pienso que la relación (y su valoración) entre laicos y religiosos se ha ido haciendo más positiva en cuanto maneras de relacionarse más horizontales y cercanas. Sin embargo, tengo la impresión de que ello no basta o no ha sido suficiente, puesto que también se requiere ir a terrenos más estructurales de nuestra Iglesia, así como a los procesos de formación que se brinda a los nuevos sacerdotes.

Una cosa es cómo se tiene presente a los laicos y se les aproxima mejor; cómo se logra una relación más de compañeros, tanto en las obras de Iglesia como fuera de éstas. Pero en el mundo de hoy también se requiere formas y mecanismos para sentirse partícipe de las decisiones y derroteros que se busca como Iglesia y actuación en el mundo. Por ejemplo, convendría decir “en voz más alta” que son insostenibles estructuras organizativas tan medievales en nuestra Iglesia, donde muchas veces se tiende a ejercer la autoridad de forma feudal, cuestión que se reproduce en las parroquias, en las diversas jurisdicciones eclesiásticas (Vicariatos, Prelaturas, Diócesis, Arquidiócesis, etc.) y demás ámbitos de desempeño. Aunque con muchos matices, creo que la CJ no deja de ser ajena a ello.

Sin embargo, hay cuestiones que ayudan a valorar grandemente el espíritu de muchos religiosos en la Iglesia (jesuitas también ciertamente), tales como su carácter siempre abierto, amplio, flexible, sin renunciar a principios o cuestiones claves, pero sin encerrarse en los dogmas. Especialmente cuando nos forman en la creatividad y nos abren a nuevos caminos, impulsándonos a iniciativas interesantes, innovando compromisos con la vida de la gente y, especialmente, cuando nos motivan a nuevas maneras de ser y de pensar los retos actuales y de la nueva etapa histórica que está naciendo.

Sin dejarse llevar por la tentación del activismo y sin perder el sentido del compromiso. Ello suele dar mucha cercanía, apoyo y confianza entre religiosos y laicos. Ojala, también se acompañaran de mayores canales formales o institucionales, desde los cuales se pudiera llegar a acuerdos y líneas de acción común, agendas, procesos de formación, gestos públicos, etc.

De otro lado, si miramos actualmente la composición de muchas obras promovidas por congregaciones religiosas (también las obras jesuitas), se observa una buena presencia de laicos asumiendo responsabilidades en los diferentes sectores (especialmente, si nos aproximamos a obras de carácter social). No obstante, se puede apreciar una disociación entre un discurso positivo y que anima a fortalecer la colaboración y limitados canales de coordinación y falta de claridad en los modos cómo ésta se da.

Esta realidad nos sugiere una amplia experiencia práctica de colaboración, a la cual debiera agregarse un mayor trabajo planificado que permita construir con más claridad ésta relación (entre laicos y religiosos). Sobre todo en espacios de reflexión y búsqueda de una direccionalidad común y mejor compartida.

Guillermo Valera M.
13 de febrero 2010
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Lluvias que no controlamos

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Quispicanchi es una provincia al sur de la ciudad del Cusco, camino a Puno. Es una de las zonas que ha sufrido los problemas de lluvias y desbordes de ríos.

Hay distintas emergencias que se puede establecer entre las afectadas, como también están hoy diversas zonas de Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Puno.

Ponemos atención en la zona de Quispicanchi por estar vinculada a la red de obras jesuitas con las que tengo relación, tanto por cuestiones laborales como por mi vínculo con la CVX (Comunidades de Vida Cristiana). La idea sería que podamos contagiarnos de deseos de solidaridad con los que hoy se ven afectados por diversos embates de la naturaleza, como también nos han movido situaciones como el triste terremoto de Haití.

Aunque no es nada supuesto, es importante acompañar con distintas maneras de oración, reflexión y fe las acciones concretas que pueda tomar nuestra solidaridad.

Algunos canales que se viene promoviendo si se desea colaborar son:

Donaciones materiales para los damnificados del Cusco: frazadas, ropa de abrigo para niños y adultos, pantalones, zapatos de campo, alimentos no perecibles, colchonetas, etc. Para ello, la Compañía de Jesús en Lima ha organizado tres lugares de acopio que estarán a su disposición hasta el lunes 8 de febrero:

Miraflores
Parroquia Nuestra Señora de Fátima
Dirección: Av. Armendáriz 350 (a dos cuadras de Larcomar)
Teléfono: 446-4465 / 446-0707
Persona de contacto: Sra. Amada (encargada de la tienda)
Horario: 9am – 12pm / 4:30pm – 7pm
Nota: Fuera del horario de atención, dirigirse a la puerta posterior (estacionamiento de la Parroquia, frente al Malecón) y entregar la donación a alguno de los vigilantes que atienden de 9am – 9pm.

Santiago de Surco
Colegio de la Inmaculada
Dirección: Calle Hno. Santos García 108 – Urb. Valle Hermoso
Teléfono: 275-1000
Persona de contacto: P. Marvin Quispe SJ
Horario: 9am – 9pm
Nota: Dejar la donación a los vigilantes de la portería.

El Agustino
Parroquia La Virgen de Nazaret
Dirección: Renán Olivera 249
Teléfono: 327-0483
Persona de contacto: Sra. Sonia Romero / Sr. Pedro Morales
Horario: 4pm – 7pm

Donaciones económicas: Otra forma de ayudar a los damnificados es depositando una donación en las siguientes cuentas de la Parroquia Santiago Apóstol de Urcos:

Banco de Crédito de Perú
Ahorros soles: 285-18201623-0-44
Ahorros dólares: 285-18201626-1-47
Código interbancario: BCPLPEPLXXX
(Nota: una vez realizado el depósito por favor escribir a omorellisj@gmail.com)

De otro lado, el P. Oscar Morelli SJ, superior jesuita de la comunidad de Cusco y Urcos, nos comparte algunos videos donde podemos apreciar el impacto que están teniendo los fenómenos naturales en la vida de los pobladores. Se trata de “videos que hemos colgado en You Tube. Son videos aficionados realizados por el personal del CCAIJO (obra jesuita de la zona) al día siguiente del desastre”. Para acceder a ellos se puede ir a los siguientes links:

Acopampa: http://www.youtube.com/watch?v=9QEr_c67NkE
Huacarpay: http://www.youtube.com/watch?v=m5QrxA4Mjpg
Piñipampa: http://www.youtube.com/watch?v=OPwwyuo4S2c

(Fuente: Oficina de Desarrollo y Procura (ODP) de la Provincia del Perú)
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Los pobres y el proceso de nuestra CVX

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En el último boletín del Consejo Mundial CVX (Proyectos 144) se nos invita a reflexionar en la “Opción por los pobres en la identidad CVX”, preguntándonos ¿dónde están los pobres en la CVX? Esa es una cuestión vital que puede ayudar a centrar el sentido de misión y cuerpo apostólico que busca tener la CVX, la misma que en nuestro caso vino discerniendo en los últimos años a modo del PAN (Proyecto Apostólico de Núcleo).

Como dice el propio documento “La Opción Preferencial por los Pobres está en el corazón del mensaje cristiano, porque Jesús mismo se identificó con los pobres (Mt 25, 31-46).” No es algo aleatorio o un aspecto del mismo. Se trata de hacer cada uno una reflexión desde el propio proceso comunitario, intentando una reflexión sobre ¿quiénes son los pobres entre nosotros y en nuestro entorno? Si Jesús hiciera parte de mi comunidad ¿por quién se interesaría? ¿Cómo es mi relación con los pobres de nuestro mundo? ¿A cuántos pobres conozco por su nombre? ¿Cuántos de ellos son mis amigos?

Dicha reflexión sería bueno que la vinculásemos, por ejemplo, con lo que en nuestra CVX Perú abordamos en el proceso de preparación de la última Asamblea Nacional (noviembre 2008), recordando lo que sus Núcleos y comunidades formularon y se recogió sobre 4 temas: Crecimiento apostólico; Formación y liderazgo; Nuestra experiencia de vida comunitaria; y, Relación CVX – Compañía de Jesús e Iglesia.

(1) Crecimiento apostólico:

º Claramente nuestra actividad es más pastoral que social, las áreas más comunes en nuestro trabajo apostólico son: jóvenes, sacramentos y espiritualidad.
º La opción preferencial por los pobres se entiende de diverso modo, sobre todo el servicio a los marginados; en general los pobres aparecen como destinatarios de la acción apostólica.
º Solo ocho núcleos tienen definidos sus PAN de los cuales solo cinco los tienen en ejecución. Los otros Núcleos todavía están en discernimiento.

(2) Formación y liderazgo:

º La mayoría considera los EE.EE. como un espacio privilegiado para la formación y el crecimiento, así como las propias reuniones regulares.
º La mayoría de núcleos se apoya en una plataforma institucional (Parroquias o Centros Loyola). Los que no lo tienen deben de ingeniárselas o buscar espacios alternativos.
º Han ayudado y ayudan la participación de integrantes en cursos como Magis y Minimanila.
º La mayoría cree que el liderazgo debería inspirarse en los valores evangélicos desde la perspectiva ignaciana. Todos debemos ser líderes en todos los espacios de participación.

(3) Nuestra experiencia de vida comunitaria:

º Todos reconocen la comunidad como el espacio para compartir la fe y la vida, alegrías y penas. Algunos núcleos explicitan que la revisión de vida les ayuda mucho.
º Varios plantean que tienen dificultades para reunirse por el ritmo de vida o se ven afectados por el traslado de sus miembros (por trabajo, estudios o salud).
º En general no se percibe que se haya incorporado profundamente la dinámica DEAE (discernir – enviar – acompañar – evaluar).
º Hay mucha variedad de reuniones. Algunas siempre mantienen un esquema; otras lo varían según el tipo de reunión que programan. El ritmo de reuniones suele ser semanal y/o quincenal.

(4) Relación CVX – Compañía de Jesús e Iglesia:

º La mayoría de núcleos sí tienen relación con la Compañía; ella se da vía parroquias u obras. Además, a través del acompañamiento y del apoyo de actividades diversas.
º Se percibe una relación cercana y fraterna

Todo lo anterior puede ser importante de profundizar en nuestros Núcleos y comunidades, preparando la celebración de nuestro siguiente día mundial CVX (25 de marzo). Intentando ser fieles a Cristo también en la manera cómo él se hizo un pobre más, se solidarizó con los pobres, se comprometió con los pobres.

Guillermo Valera M.
24 de Enero de 2010

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Representación, sistema de partidos y elecciones: fortalecer el sistema político democrático

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Considero de especial interés que, en los procesos electorales que se avecinan, los aspectos de “ingeniería” electoral para el funcionamiento adecuado de las instituciones políticas se hagan muy conscientes. Parto de la pregunta (o preocupación) sobre en qué medida el desarrollo de mecanismos de inclusión y concertación en la modalidad de participación política electoral favorece la gobernabilidad y la posibilidad de configurar un sistema más estable de partidos.

La manera de aproximarme a dichas inquietudes puede darse de manera conceptual, normativa o desde la realidad del proceso político del país. Sin embargo, en ésta breve aproximación, nos parece importante resaltar los aspectos siguientes:

a) El tema de la representación política es algo que puede abordarse de diversos ángulos. En particular, es interesante apreciar cómo se construye ésta desde la intermediación que desarrollan los partidos políticos a través de procesos electorales que concluyen convirtiendo votos en escaños. La representación política que emerge desde las elecciones y que delega la función de gobierno de un espacio y población determinada en manos de unos “representantes”.

b) Un sistema de partidos políticos es de suma importancia para el funcionamiento de un sistema político y la posibilidad de que se desarrolle una capacidad adecuada de gobierno, agentes políticos consistentes y reglas de juego aceptadas por todos. Este no se desarrollará si no se genera capacidades de competencia entre grupos políticos diferentes que pueden dar lugar a sistemas de distintas características, particularmente los conocidos como sistemas bipartidistas y los sistemas multipartidistas. La realidad de nuestro país ha estado marcada principalmente por una aproximación a un sistema multipartidista.

c) Los sistemas electorales tienen como característica principal el procedimiento que se sigue de manera pública para convertir votos en gobernantes, haciendo uso de mecanismos que establecen proporción o desproporción entre los votos emitidos y los representantes que son elegidos. En forma general se alude con ello a sistemas electorales mayoritarios y sistemas proporcionales. De acuerdo a la historia de cada país se suele haber configurado los actuales sistemas de elección de los gobernantes. En el caso del Perú nos caracterizamos por un sistema que comparte elección por mayoría absoluta (para el caso del presidente) y elección por sistema proporcional para el caso de la elección de los representantes al Congreso. En éste último caso también se da diferencias de acuerdo tipo de circunscripciones con las cuales se ha procedido para la elección (distrito electoral único y distrito electoral múltiple).

d) En el Perú tenemos una realidad configurada por la baja continuidad de regímenes democráticos y por la predominancia de gobiernos autoritarios y dictatoriales, especialmente marcados por el caudillismo militar a lo largo de nuestra historia republicana, al punto de que sólo un tercio de ésta fue gobernada en democracia. Ello fue algo de lo que también se “contagió” el liderazgo civil, el cual devino también en un accionar caudillista, siendo alrededor de lo cual se dio forma a la experiencia de los partidos políticos, muy ganados por lógicas patrimonialistas Ello también fue incentivado por las características del sistema de gobierno, el cual ha sido predominantemente presidencialista, aunque jalado por algunos rasgos semipresidenciales o propios de un sistema más parlamentario (mecanismos de censura, voto de investidura del gabinete, etc.). Sin embargo, el presidente siempre ha mantenido la calidad de jefe de Estado y jefe de Gobierno.

A partir de esas características principales será importante observar y participar en los procesos electorales que se avecinan, sabiendo o siendo conscientes de la influencia que ejercen los mecanismos de elecciones existentes sobre los resultados que posteriormente se vayan a producir. De hecho, será muy importante cómo se mantiene la continuidad de la renovación democrática, así como el desafío de cómo se fortalece un sistema de partidos (superando el descalabro que se produjo en los años noventa), discerniendo las pistas que pueden conducirnos a fortalecer mejor el sistema político.

Guillermo Valera M.
23 de enero 2010
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La educación religiosa de los hijos

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Puede parecer una tarea poco abordada o cada vez menos importante el hablar de religión a los hijos/as. Sobretodo si lo vinculamos con el sentido que muchas veces tiene en los colegios de catequizar e inculcar una religión como creencia. Pero educar religiosamente a los niños no debiera significar sólo hablar de Dios o de prácticas doctrinales o de catecismo. Ante todo debiera significar el cómo ayudamos a nuestros hijos a situarse en la vida y hallar sentido a su crecimiento y desarrollo como personas.

Desde pequeños un niño o una niña tiene que aprender a descubrir y amar la vida de manera gratificante e integradora de su ser, la misma que normalmente se va a apoyar en el modelo de los padres o de quienes son las personas más cercanas al menor. De allí que el ejemplo de vida que puedan aportar éstas personas (especialmente los papás) es clave para el crecimiento y sentido de vida de ellos.

Saber distinguir entre el bien y el mal de manera sencilla; crecer en el amor; afirmarse en la orientación hacia el bien como propósito de vida; cultivar la verdad como cual luz que ilumina nuestro andar; y varios aspectos más… Todos ellos, serán mejor posibilitados si se aprenden a través de la vida de las personas más cercanas. No decimos necesariamente los padres directos, porque en nuestro mundo actual, donde se dan muchos casos de separaciones diversas o familias rotas, tenemos que contar con ese y otros aspectos no tan positivos como datos de la realidad y con los cuales tenemos que saber convivir y construir.

Es muy necesaria la comunicación en el hogar para poder entenderse y compartir con todos los integrantes de la familia. De todas las formas posibles que permita sentirse cada uno parte de los otros y del conjunto, así como que se es parte importante para los otros y se cuenta para el conjunto. Aún así, desde los contextos patriarcales y machistas de los que somos herederos, tenemos mucha dificultad para sintonizar en ambientes donde no prime expresiones autoritarias y de división del trabajo familiar con roles muy todavía marcados entre varones y mujeres.

Como fuera, nos parece necesario que en la familia no se pierda el sentido de lo que corresponde como educación religiosa de los hijos, sin pensar que ello es tarea que ya se cumple en el colegio o la parroquia local, porque ello puede ser un engaño muy grande. Más aún, cuando los cursos de religión pueden resultar repetitivos y con poca significancia para los chicos/as, si es que no resultan cursos de relleno para completar las horas de los profesores, sin darle la importancia necesaria; más aún, si no se trata de un colegio religioso. O, de otro lado, puede haber poca relación con la parroquia local o ninguna.

El tema es que, aún habiendo una buena orientación religiosa en otras instancias, los padres de familia debemos de hallarle importancia cualitativa a la educación religiosa de nuestros hijos (o de los niños en general), en cuanto creación de sentidos adecuados y debidamente fundamentados sobre la vida y lo que pueden descubrir como vocación en ella, pensando en ayudarles a ese descubrimiento y desarrollo de su propia vocación. Podemos estar más o menos preparados pero nadie se debiera exceptuar de ayudar a caminar a otro y de aprender a dirigirse hacia un norte determinado.

Guillermo Valera Moreno
17 enero 2010 Sigue leyendo

Lo religioso como sentido permanente en nuestra experiencia

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El fenómeno religioso nos sitúa en aspectos y preguntas sobre lo que, normalmente, está más allá de la experiencia inmediata de las personas, sobre lo que ayuda a explicar el sentido de su existencia y la reflexión sobre lo que acontece a su alrededor. En nuestra evolución histórica se podría decir que hemos vivido, en general, un desplazamiento de tener como centro a lo divino para pasar a tener como centro a la persona humana

Tener como centro lo divino, tendió a situarse desde la explicación de fenómenos naturales más elementales hasta situaciones más complejas de supervivencia y su interacción con otros grupos o pueblos, lo que muchas veces se tradujo en una experiencia de Dios “tapahuecos” o buscando situar una idea de lo que podía ser lo sobrenatural y explicaciones en torno a lo que pudiera demostrar, con pruebas o argumentos lógicos diversos, la existencia de Dios. En ese sentido, la cuestión clave de Dios, fue caracterizada como lo absoluto, lo inconmensurable, lo inefable. Bien sería resumida por San Anselmo (prueba ontológica) en esa frase que aproxima a Dios como “aquello mayor que lo cual nada puede pensarse”. San Agustín hablará de pruebas existenciales y Santo Tomás de pruebas cosmológicas y teleológicas.

De todos modos, se trató de hacer de Dios un objeto de indagación que permitiera dar respuestas al origen de los pueblos y los derroteros a los que estaban llamados, muy centrados en ritos, preceptos y manera de organizarse para vivir. Dios se sitúa como un algo o alguien externo al mundo y a las personas que busca marcar una pauta o pautas de convivencia y de creencias.

La manera de interpretarse siempre estuvo sujeto a mediaciones culturales desde las cuales se procesaron dichas experiencias, donde la propia vivencia de quienes administraron los sistemas de creencias correspondientes condujo a establecer los límites de lo sagrado y de quiénes se establecían dentro de ellos y los que no. Hoy se reconoce que ello ha sido (y lo continúa siendo) factor de violencia y desmesura en la manera de abordar el factor religioso. Amenaza latente incluso de fundamentalismos que han derivado en situaciones de conflicto y guerra, para algunos planteada como confrontación entre “civilizaciones”.

La reacción a que conduce y el paso a tener como centro a la persona humana (y ya no lo “divino”) va a replantear también las imágenes de Dios preexistentes. Se irá por la ruta de averiguar por los orígenes de la religión y explicación sobre el por qué de las creencias religiosas. Por qué tendieron a constituirse en moral normativa y a castrar muchas veces la vida y la libertad del individuo; a generar una institucionalidad signada más por los dogmas y los ritos, o en entender al pie de la letra las experiencias de Dios reveladas históricamente en los llamados libros sagrados (Torah, Biblia, Corán, etc.), entre varios aspectos. Conduce a diversos replanteamientos sobre cómo debemos abordar lo religioso con un sentido integrador, desde la profundidad de la vida, asumiéndola con plenitud y dándole sentido de profundidad (p.e., Tillich) en la vida de las personas.

Es resaltable lo planteado en el siglo XIX por Feuerbach en su identificación de la conciencia (nos distingue de los animales) y la proyección que hace el hombre de Dios como figura de sí mismo (pensar la esencia humana y autoconocerse), en tanto abrirá cauces de un tratamiento de nuevas significaciones que se corresponderán también con aproximaciones que se harán desde Marx, Nietzche y Freud. Con ellos, aunque prescinden de Dios, se va a recuperar un sentido más personal de la fe (dimensión subjetiva), una lógica más relacional (de cómo ella se puede ubicar en el crecimiento de las personas y de la sociedad), cuestionando también desde la ciencia una mirada más autónoma de las posibilidades de realización de las personas.

Una importante cuestión, a mi modo de ver, será cómo retomar un sentido de lo religioso en la vida de las personas más allá de su asunción como sentido de costumbre cultural y de campo normativo en la sociedad. Para plantearse como sentido constitutivo de toda persona más allá de la religión que ésta abrace o se plantee en términos de ritos religiosos propiamente dichos. Toda persona tiene impulso a lo trascendente. Pero, más que demostrar la existencia de un Dios como válido, la cosa se plantea más en cómo se hace posible que nos realicemos todos como personas, con un sentido digno reconocido como válido para todas las personas

El sentido de Dios se propenderá a reconocer desde su propia inserción en el mundo y en la historia, en su semejanza con el ser humano, en su compromiso con el destino del propio hombre, llamado a construir una realidad de mundo habitable, con sentido de servicio entre unos y otros y con capacidad de abrirnos a la felicidad a todos los hombres.

Guillermo Valera Moreno
(Procesado para un curso en la UARM, Filosofía de la Religión, con el profesor Rafael Fernández Hart sj) Sigue leyendo

Gracias por valorar un poco más la vida

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Concluimos un año 2009 donde he aprendido a valorar un poco más la vida que tengo de manera gratuita, ciertamente con los esfuerzos que me supone trabajar, ser parte de una familia y un conjunto de relaciones que la condicionan, la enrriquecen y me hacen sentirme responsable de mis propios actos y posibilidades.

Puedo decir que he aprendido un poco más a apostar por el diálogo y el saber escuchar, a pesar de que no resulta ser mi principal virtud y tengo que seguir aprendiendo mucho de ello; saber hacerlo más espontáneo y fluido en el conjunto de mis ámbitos de vida. Pero me hice más sensible aún de ello por lo que sucedió con el “Baguazo”, porque me hizo más consciente de cosas que a veces damos como obvias y no lo son para nada. De hecho, unas cuantas sonrisas “oficiales” de fin de año no pueden atemperar los errores que se cometieron en ese y otros casos, como tampoco debemos tener en nuestros miedos, diferencias o negligencias a nuestros mejores consejeros. Al menos yo aprendí un poco más de la importancia del diálogo y de saber escuchar; no sólo porque es un valor importante, sino porque (y sobretodo) en ello se pone en juego un conjunto mayor de relaciones y, sobretodo, de vidas humanas que debemos saber respetar y valorar. Quizás el inicio del proyecto del Museo de la Memoria nos de una pauta distinta; es posible, nos alienta y esperaremos que así sea.

He aprendido a aceptar mejor mis limitaciones, lo que puedo hacer, así suene a resignación, que no lo es o no debe serlo. Ocurre que hay cosas que dependen de uno y hay que buscar obrarlas lo mejor posible y creo que he puesto bastante de mi parte, tanto en mi trabajo, formación y vida familiar; siempre hay más cosas que se pueden hacer y la cosa no esta en el número de ellas sino en cuánto pueden llenar de significado a la vida de uno y de quienes nos rodean. En ese contexto, agradezco de manera especial a personas amigas que les tocó dejar la vida terrena (gracias estimados Ángel y Taiti) y de quienes aprendimos mucho sin necesariamente estar muy de cerca. Agradezco, asi mismo, por aquellas relaciones más cotidianas de quienes han estado más en las cosas que a uno le toca hacer. Pues, siento que me abrí a un cauce que me va atemperando en la pausa debida, en la acción pertinente, en el aporte concreto, en el sentido de compromiso (aún sea más silencioso), en el buscar un sentido de servicio como propósito más permanente de ser y estar en la vida.

De hecho, no puedo estar satisfecho. Hay tantas cosas que se nos quedan en el tintero o no sabe uno encaminarlas o ayudar al propósito como sería necesario. Pero, es importante avanzar lo que se logra caminar a quedarse quieto. Con la mente despierta a los nuevos rumbos que tenemos que saber discernir para nuestra patria (mundo globalizado) y nuestra Iglesia. No de ja ni ha dejado de inquietarme ¿cómo estamos siendo profetas y cómo lo vamos ha ser en el contexto del 2010 donde tendremos nuevas elecciones? ¿cómo emparentar la política con el servicio, recurriendo a gestos adecuados y propuestas consistentes? En estas interrogantes pienso particularmente en los roles que nos podemos dar desde la CVX y la Mesa de Movimientos Laicales.

De otro lado, creo que es bueno que al terminar el año pida disculpas a cuantos pudiera haber ofendido (de tantas manera uno puede ofender). Creo que es bueno hacerlo como testimonio de nuestra falibilidad e incoherencia que siempre nos acompaña y de la cual también procuramos ir aprendiendo. De nuestras envidias y rencores, no necesariamente todas conscientes; de nuestros egoísmos y falencias afectivas que a veces pueden ser causa de ambigüedades y limitaciones propias; de nuestras subidas innecesarias del tono de voz en conversaciones diversas… Seguro que el 2010 no cambiará mucho de lo que digo pero lo tendré más presente, para reconocerme mejor en las limitaciones de los demás y saber ir mejor hacia delante. Felizmente, la alegría no me suele abandonar ni el sentido del humor, lo cual ayuda a darme una inteligencia singular de lo que soy y hago y la forma en que lo realizo.

Todo lo anterior puede parecer un tacu tacu terapéutico y podría tomarse así. Pero sería lo menos importante. Sobretodo, sentí ganas de expresar algunas ideas y cosas que me parecen importantes y que quiero tener muy presente en el año que vamos a empezar, sobretodo para mis momentos de oración y discernimiento, para profundizar desde allí lo que el Señor quiere de mi vida en éstos meses siguientes, como también lo puede sentir cada una de las personas que nos rodean y tú mismo ciertamente, estimado lector.

Gracias nuevamente a todas las personas con las que tengo la suerte de compartir por diversos motivos mi vida y, especialmente, por la de cada uno de ellos y de ustedes. Que nos ayude a crecer en fe, amor y esperanza, en capacidad de obrar el bien en todos y en todo. Hagamos que no sean palabras huecas sino fecundas.

Guillermo Valera Moreno Sigue leyendo