Archivo por meses: septiembre 2010

Memoria y desafíos de la Mesa de Movimientos Laicales

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1. El pasado sábado 25 de setiembre 2010 realizamos una nueva jornada de la Mesa de Movimientos Laicales, la misma que se inició haciendo un recuento del trayecto recorrido por la MML desde su nuevo inicio e impulso en el año 2006. Resaltando, sobretodo, las iniciativas de formación realizadas y los procesos que marcaron la confluencia de los ocho movimientos que lo integran.

2. Después se abordó (con Pilar Arrollo) los desafíos más importantes de la realidad actual; destacó lo significativas que resultaban las próximas elecciones municipales a realizarse el 3 de octubre, ya que ponían en juego las propias elecciones presidenciales de abril del siguiente año. Destacó cinco cuestiones más gravitantes en la política actual, algunas de las cuales se indicaban como muy sensibles y tendientes a generar polarización:

a) Derechos Humanos: por ser un tema de constante recurrencia y que obtuvo nuevo relieve por la amnistía encubierta que se quiso dar a militares acusados de diversos asesinatos y otros, con el DL 1097. Se llamó la atención en los más variados intereses que confluyen en poner en cuestión estos temas: Keiko Fujimori y sus seguidores por la liberación de Alberto Fujimori; el Presidente Alan García, por los sucesos de los penales de 1986; el MOVADEF, movimiento promovido por Sendero Luminoso (SL) que busca la liberación de su líder Abimael Guzmán y otros dirigentes; Antauro Humala y los detenidos por los sucesos de Andahuaylas de hace unos años.

b) El llamado “rebrote terrorista”: sobre lo cual se cayó en la cuanta que SL nunca se habían ido de las zonas que les fue tradicional su presencia (valle del Río Apurímac y Valle del Huallaga). Si bien era un problema real, lo importante era manejarlo en su justo término y no magnificarlo. A partir de ello se aprovechó de mencionar la preocupación por la juventud sobre el conocimiento y memoria de lo recogido por la CVR, así como otros temas. Será importante tomar en cuenta la lucha ideológica a dar más adelante con SL.

c) Recursos Naturales: el cual nos remite al tema de las inversiones en el país, el crecimiento que se ha venido dando en los últimos años. Es clave plantearnos, a partir de ello, qué tipo de desarrollo queremos para el país.

d) Corrupción: tema que se pensaba era algo no muy tomado en cuenta por la población (por su sentido pragmático) y se ha visto que ya no es tan así. Ha aumentado el grado de intolerancia frente a ella, lo cual es una gran cosa para encaminar una afirmación sobre la dignidad de las personas y del país, poniendo de relieve valores como la honestidad y el respeto por el otro, abriendo un mayor sentido de esperanza para todos.

e) Inseguridad ciudadana: cuestión que ha recrudecido a todo nivel, especialmente en las principales ciudades. Nos pone en guardia respecto a otros temas como el narcotráfico.

3. La última parte se centró en establecer algunas pistas a tomar en cuenta para el accionar de la MML. Se presentó los aspectos trabajados en una jornada anterior (diciembre 2008), desde la cual se enfatizó y valoró la importancia de la Mesa de Movimientos y los esfuerzos de articulación de iniciativas diversas.

Se hizo una labor de grupos el cual centró la atención en priorizar temas principales y desafíos que nos ayudaban a crecer como ciudadanos y compromiso con el país. En ese sentido se enfatizó lo siguiente:

I. Sobre valorar la organización de la Mesa y lo que es y hace cada uno de sus integrantes

º Reproducir y promover la experiencia de la Mesa, buscando una presencia más efectiva de ella en nuestra Iglesia y en la sociedad.

º Valorarla como espacio de articulación, intercambio y memoria; de reflexión, diálogo y crecimiento espiritual.

º Contar con un Portal o boletín electrónico.

II. Sobre fortalecer la identidad de la Mesa como factor de fe y esperanza en nuestra Iglesia

º Promovernos como referente de Iglesia para cada uno de nuestros movimientos y para otras entidades de la sociedad. Idear estrategias para dar testimonio, ser factor de coherencia y que la organización no se interrumpa.

º Ganar en Identidad fortaleciendo nuestros movimientos y nuestro sentido de pertenencia en la Iglesia. Nos identificamos como un laicado que promueve una Iglesia que opte por la vida y por los más pobres.

III. Sobre estar atentos y críticos a los signos de los tiempos desde la realidad de nuestro país

º Una Mesa atenta a las brechas sociales y desafíos que nos plantea nuestro país, siguiendo con atención la coyuntura política y el tratamiento de temas como recursos naturales y desarrollo humano; pobreza, trabajo y desempleo; migraciones; lucha anticorrupción.

º Promover iniciativas públicas: Ser voz pública común.

IV. Sobre prioridad a nuestra formación como laicos

º Es central el compromiso con la formación a todo nivel: estar debidamente informados; procesos de formación y auto formación; aprender a ser formadores de otros (dentro y fuera de nuestra comunidad); elaboración de materiales pedagógicos; uso de Internet.

º Promover más jornadas de intercambio y tratamientote temas de coyuntura política, derechos humanos, juventud, moral cristiana, ecumenismo, doctrina social de la Iglesia, entre otros.

Se apreció también que la Mesa de Movimientos Laicales nos desafiaba:

º Entendiendo que tenemos un rol como laicos dentro de la Iglesia, reconociéndonos cada uno como Iglesia y buscando tener una mayor presencia en la Iglesia.
º Se le siente como una bendición el contar con ella y como un espacio de comunidad más amplio, más grande. Nos hace sentirnos corresponsables de la Iglesia que queremos.
º Nos pone ante el desafío de saber congregar, de ver formas más atractivas para convocar a la juventud. De saber preocuparnos por el otro.

4. Como cierre, se reforzó algunos elementos a tomar en cuenta:

º ¿Qué nos desafía realmente? Tomar conciencia de lo que nos corresponde ser y hacer. Qué rol nos toca jugar en cada momento, en cada etapa. ¿A qué nos invita? Saber discernir y desarrollar la capacidad de hacerlo, sobre lo que nos acontece. Para saber orientarnos mejor al bien y a saber amar como Jesús nos amó.

º Ser factor de diálogo: ¿Cómo estamos acostumbrados a hacer las cosas? Normalmente nos imponemos unos a otros lo que creemos que es “mejor”; provenimos de una cultura autoritaria y machista. Debemos desarrollar la capacidad de escuchar, de empatía. Saber establecer acuerdos y entendimientos. Asumir el diálogo como actitud de vida y sentido de paz. Como lógica de construcción de institucionalidad a todo nivel.

º Vincular fe y vida: se trata de integrar el conjunto de lo que somos a nuestra experiencia de fe cristiana; a no vivir como compartimentos estancos; a saber potenciar todo lo que somos desde nuestra vida de fe y darle sentido a nuestra vida de fe desde todo lo que somos y hacemos.

º Orar la vida y vivir nuestra fe en comunidad de manera activa. No es algo accesorio sobre lo que podemos optar. Es parte consustancial y en lo que encuentra el sentido último. Orar como Jesús oraba con su Padre. Hacer de la experiencia comunitaria algo que da centralidad al conjunto de nuestra vida y ayuda a integrarla más plenamente.

º Actitud de propuesta, como sentido propositivo permanente en todo lo que hacemos.

º Sentido político y ciudadano: porque todo lo humano nos interesa y nada de lo político nos puede ser ajenos. Buscando siempre hacernos todos responsables de todos.

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La Tía regia venció al miedo

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Después de 20 años podemos sentir que se asiste a la posibilidad de un nuevo punto de partida que pueda significar la recomposición de un espacio político que se diluyó casi en la nada, me refiero a la izquierda peruana.

Lo decimos así porque la implosión que se dió de los partidos políticos durante la década de los 90s con el Fujimorismo fue un “golpe” muy grave que afectó -más en general- a la política en su conjunto. No fueron los discursos contra la “partidocracia” lo que triunfó sino el vacío de propuestas de renovación frente a los cambios de época que nos tocó vivir en el mundo (y, por ende, en el Perú).

Además, la izquierda se tiñó de la propaganda y relación que se hizo de ella con el terrorismo (nacional e internacional); en nuestro caso, Sendero Luminoso y el MRTA fueron el factor de esa conjunción violentista que se codeaba con las románticas aspiraciones a “hacer la revolución” como un acto de magia y de fe poética, a partir de la cual se resolverían problemas fundamentales. El circuito de la Unión Soviética (pero también lo que fueron las experiencias de las fascismos y nazismos) nos hicieron dar cuenta que el binestar para todos no podía ser obra de una imposición, por más benéfica que ella fuera. Una cosa es autoridad para encamiinar propósitos loables, otra autoritarismo o totalitarismos para imponer puntos de vista.

De allí que siempre que se trata de opciones de izquierda, con mucha facilidad se le quiere asociar al terror, a la violencia, al conflicto social, al desorden… como si la derecha se olvidara que en sus canteras hay un largo rabo de paja violentista del cual debiera dar cuenta. Si no preguntemos a nuestros vecinos por Pinochet o Videla por no mencionar la misma experiencia del Fujimontesinismo o de dictaduras como la de Odría o los tiempos de Sanchez Cerro que supusieron persecución Aprista (para algunos de sus militantes muy olvidada).

Pero querer hacer de la izquierda una horda de terror para generar miedo ya no puede ser un argumento, más aún cuando es algo de lo cual hay que ser todos autocríticos en varios sentidos. Más aún, porque se tiene la posibilidad de la experiencia y la capacidad técnica de poder gobernar un municipio pero también el país en su conjunto. Más bien, la izquierda peruana viene rezagada respecto a otros países del continente, con experiencias variadas y donde campea aún lo autoritario, como es el caso evidente de Chávez en Venezuela. Sin embargo, tampoco creo que sea un elemento determinante que nos permita trazar líneas divisorias. El tema es sobre qué liderazgos construímos hacia adelante, tomando en cuenta la historia vivida (la propia y ajena). En ese sentido, Susana Villarán nos abre a una posibilidad nueva. No sólo de darle un nuevo impulso y esperanza a la izquierda en el país, sino como posibilidad de renovación y liderazgo para la política en su conjunto. Por ello y muchas cosas más, nunca estuvo tan bien puesta una chapa como la de “tía regia”, y saber que se consolidará este domingo su derrota al miedo; continuación digna del esfuerzo que hizo Alfonso Barrantes, el “tío Frejolito”, con la izquierda de los años 80s.

Con confianza y responsabilidad, tenemos mucho de que ocuparnos con el nuevo cuadro político que se configure éste domoingo 3 de octubre, irónicamente, días de la “revolución peruana” que inició Juan Velazco 32 años atrás.

Guillermo Valera M.
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Susana en Lima

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Es muy singular el proceso electoral que estamos viviendo en Lima. Prácticamente ha absorbido la atención y diluido lo que puede estar ocurriendo en las distintas regiones, quizás por reiterar una vez más el peso que tiene Lima como “ciudad desenlace” de la política nacional en el Perú. Más aún, cuando hay conciencia en la clase política de que el resultado final de las votaciones municipales y regionales (3 de octubre), quiérase o no, será bastante influyente de lo que venga como proceso electoral para las presidenciales de abril 2011.

De todos modos, ha habido sucesos que van haciendo de éste proceso algo peculiar. Lo primero, fue la polarización con la que se inició el calentamiento de la contienda electoral. Cuando Lourdes Flores del PPC – UN se lanzó al ruedo electoral municipal, demarcando una línea entre la decencia y la corrupción (para referirse con esto ultimo a la candidatura de Alex Kouri, vinculado implícitamente al Fujimorismo). Las dos candidaturas eran las que prácticamente cubrían lo principal del espectro electoral, ambas vinculadas a la derecha política, seguido por una serie de siete candidatos menores que aspiraban a hacerse de un espacio propio. En particular podemos destacar entrellas las candidaturas de Susana Villarán (Fuerza Social) y Humberto Lay (Restauración Nacional), quienes habían sido candidatos a la presidencia en las elecciones del 2006.

Recuerdo que, hace unos meses, conversando con un amigo de Fuerza Social, veíamos lo difícil que sería para Susana Villarán tener una buena performance y, sus seguidores, apostaban a un 10 – 12% como resultado significativo. Veíamos que una clave para hacer crecer sus posibilidades electorales sería el radicalizar el discurso de la decencia y la lucha anticorrupción, ya que Lourdes tenía algunos límites que no la harían del todo consecuente con dicho discurso. Creo que no nos equivocamos por el vínculo nunca desechado de Lourdes Flores con el señor Cataño, acusado de narcotráfico y otros delitos.

Un segundo momento fuerte del proceso en Lima se produce con la “inocente” tacha que se presentó contra Alex Kouri. En realidad, casi todos pensamos que ello no pasaría de un formalismo que sería desechado, más aún por tratarse de uno de los candidatos “favoritos”. Sin embargo, contra todos los pronósticos, vinieron los fallos en primera y segunda instancia del Jurado Electoral y se tachó la candidatura. Debo reconocer que estuve entre los asombrados de que la institucionalidad funcionara en este caso y de manera totalmente válida. En realidad, nos hizo nacer un profundo sentido de esperanza, casi como cuando los jueces a cargo de los juicios del ex Presidente Fujimori no dudaron en aplicarle el peso de la ley correspondiente. Lo cual nos hace pensar que no todo, en los poderes del actual Estado, está digitado o sujeto a “movidas” corruptas.

Ese hecho recompuso el panorama político en Lima, coincidente con cierto repunte que empezaba a tener Susana Villarán, curiosamente iniciado desde los sectores sociales más altos (A/B) y que después se expandiría a otros sectores. Susana, es una mujer sencilla, serena, entusiasta y con capacidad de sintonizar con la población que iba visitando de “a pié”, así como con capacidad de propuesta (gracias a un excelente equipo técnico que la acompaña). No debemos dejar de decir que su base también se sustentaba en amplios sectores de izquierda que intentaban hacer un nuevo esfuerzo de recomposición, incluyendo a los propios vinculados al Partido Nacionalista de Humala. Sin poder hablar de una alianza propiamente, se generó una convergencia que allanaba el camino a una posibilidad de centro izquierda liderada por Susana. Lo importante en esto ha sido el rol jugado también por ella misma de ir construyendo un liderazgo que se empieza a reconocer con mayor madurez.

Un tercer momento, se da con la manera cómo se va llenando el espacio dejado por la salida de Kouri. Dicha situación pone de mayor relieve las incoherencias del discurso de Flores (lucha anticorrupción sin deslinde claro con Cataño); sufre descolocación respecto a la polarización inicial con la que inició su campaña (y que intenta erróneamente trasladarla contra Susana, bajo el cuco de vínculos con la “ultraizquierda”); y su poca voluntad de escuchar otras voces críticas (por ejemplo, Jaime Bayly se convierte en uno de sus duros contendores). A ello habría que agregarle (por lo después sabido de audios telefónicos) su poca voluntad política de realmente ganar la alcaldía limeña.

Ese proceso seguirá en las dos semanas siguientes, donde se produce un acelerado repunte de Susana Villarán, la misma que llega a ponerse a la cabeza de las preferencias electorales (33%, Ipsos – APOYO, 12 setiembre). Cuestión que coincide con manifestaciones de arrebato de la candidata Lourdes Flores (audios telefónicos por ilegal “chuponeo”) que serán rebelados y pondrán en evidencia aspectos de una crisis seria sobre su misma candidatura y del propio proceso electoral (en tanto atenta contra el conjunto de la institucionalidad democrática). El debate público televisado de todos los candidatos (organizado por la Asociación Transparencia), actuará como mecanismo que ayudará a normalizar el proceso electoral y a cerrar filas en contra de prácticas manipulatorias como la rebelada.

Podría darse la apariencia que la “mesa esta servida” para la candidata Villarán. Sin embargo, no todo esta resuelto y sería fundamental que todos los candidatos pudieran establecer puntos de acuerdo mínimos sobre lo que debiera hacerse en la Alcaldía para los próximos 4 años, tanto para iniciativas más vecinales en torno al reordenamiento del tránsito vehicular, de la policía para garantizar mayor seguridad, el desarrollo de iniciativas de emprendedurismo, la mejor planificación del gasto municipal en cada distrito, entre otros. Así como cuestiones de mayor envergadura que involucran al gobierno central, en torno a iniciar un subterráneo (“Metro”), cómo resolver el tema de los grandes colectores de aguas servidas que van al mar, cómo encaminar el turismo en Lima y el mejor aprovechamiento de sus áreas verdes y playas, el tema de la educación y la juventud, entre otros.

En paralelo a lo mencionado, creo que todo debe pensarse sobre la base de ayudar a fortalecer la institucionalidad democrática y el sentido ciudadano en todas las personas. Aunándonos todos a compartir la responsabilidad que significa el logro de un mejor bienestar de los vecinos en cada municipio del país (tanto de Lima como del interior del país).

Cada vez me convenzo más sobre lo clave de estar de acuerdo en ese camino y de atenerse a dichas reglas de juego para todos sin excepción. Incluyendo de la mejor manera a todos aquellos que pueden jugar a desestabilizar la política, ya sean sectores de izquierda radicalizada o sectores sociales no atendidos en sus demandas; situaciones o hechos de corrupción; reiteración de prácticas “montesinistas” (como los diversos “chuponeos”); decretos solapados a favor de la impunidad y violatorios de los derechos humanos; personajes como Rafael Rey, Giampietri, Xavier Barrón u otros similares.

Para terminar, en el caso de Lima no niego mis simpatías por la candidata Susana Villarán y creo, como muchos, que la izquierda también puede ser una buena alternativa de gobierno, cuestión que, en el municipio limeño, ya lo demostró con Alfonso Barrantes Lingán entre 1983 y 1986. Nada de lo cual la hace inmune a posibles errores y limitaciones. Pero podemos afirmar sin equivocarnos que estamos ante una nueva esperanza para el pueblo y debemos todos colaborar a que sea algo mucho más que “flor de un día”.

Guillermo Valera Moreno
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Más sobre Piura: ¿podemos estar todos mejor?

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Conversábamos en una reunión en Piura, en la hermosa casa de un amigo, sobre el acontecer de las cosas en la región. Me hablaban del importante dinamismo económico que viene alcanzando la zona en los últimos años y lo significativo que resulta seguir impulsando la inversión privada y dar más flexibilidad al tratamiento de algunos puntos como el de la minería.

De hecho, la concesión que se ha hecho del puerto de Paita al sector privado y la consolidación de la carretera interoceánica del norte que debe conectar Paita con el río Marañón (y de allí hasta el Atlántico), son dos aspectos de una misma proyección. De hecho, la expansión en la agricultura se viene dando de manera vertiginosa que ya se habla del “nuevo latifundismo”.

Se tendrá que obrar con rigurosa inteligencia cómo dicho dinamismo económico se condice con un proceso sostenible de generación de empleo y capacidades productivas colaterales, resguardando mínimos de estándares medioambientales y de reinversión en el desarrollo local que no puede quedar reducido al sólo pago de impuestos y canon. Tiene que ponerse en juego un sentido de responsabilidad social empresarial que apueste por el desarrollo regional y local de manera más integral e integrada.

Decimos ello porque algo que no dejamos de preguntarnos (y lo comentábamos con algunos en nuestra reunión) es sobre cómo se entiende tanto dinamismo económico que no se traduce en tener una ciudad más o menos “presentable” y bien tratada. Porque lo que es la ciudad de Piura sigue pareciendo un “pueblo grande” (aunque ya existe el nombre de Tambogrande, algo así). Se puede decir que los “fenómenos del niño” la han maltratado demasiado, puede ser; pero el último ocurrió hace ya 12 años, tiempo suficiente para que se hubiera recuperado alguito más y la verdad que no se ve, no se oye padre.

Mi preocupación se torna mayor porque leyendo el último Informe sobre Desarrollo Humano (IDH), Perú 2009 – “Por una densidad del Estado al servicio de la gente” (PNUD), uno puede identificar cifras comparativas entre 1993 y el 2007 en las cuales la idea principal es que Piura retrocedió en los índices de IDH; no sólo ello, también se retrocedió en lo que significa la presencia del Estado (“índice de densidad del Estado” – IDE como se menciona en dicha publicación).

Entonces, claro, uno empieza a razonar ¿qué pasa con el dinamismo económico en Piura o se equivocan las estadísticas? Porque incluso la provincia de Piura aparece como deficitaria en atención del Estado en lo que se refiere a servicios de agua y desagüe, servicios eléctricos y documentación de identidad de las personas (DNI / partida de nacimiento). En conjunto, la provincia de Piura aparece por debajo de otras provincias que podríamos considerar como más pobres en ello, como son Huamanga – Ayacucho, Puno, Huancayo, Huaraz, Cajamarca o Chachapoyas, por no nombrar a provincias costeñas como Tumbes o Chiclayo.

Qué no decir de las provincias de la sierra de Piura, Ayabaca y Huancabamaba, las cuales aparecen entre las 15 (de 195 en todo el Perú) que tienen los índices más críticos, tanto en IDH como en IDE. Esto último lo señalo porque la preocupación creo que no sólo se centra en la ciudad y aledaños de Piura sino en el conjunto del departamento (al menos). ¿Es posible el desarrollo de nuestra región desde lo que se hace en Municipios y Gobierno Regional? ¿Se puede pensar en una mirada especial al desarrollo regional tomando más en cuenta nuestra sierra piurana, tan agradable dicho sea de paso? ¿Nos damos cuenta que es una responsabilidad no sólo del Estado sino también de la sociedad civil y del sector económico empresarial? ¿Es posible pensar en una misma dirección lo que se deba de hacer sobre la base de nuestra Constitución Política, el ejercicio de derechos para todos y el respeto a acuerdos y manejo de estándares internacionales en todo lo que se tenga que hacer? ¿Podemos estar todos mejor? Es para seguir tratando éste y otros puntos, por nuestra querida Piura…

Guillermo Valera Moreno
5 de setiembre 2010
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Unos días por Piura

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A propósito de la celebración de los 35 años de mi promoción de colegio (“Juan Pablo Vizcardo y Guzmán”, del colegio San Ignacio de Loyola – Piura), estuve unos días por Piura (entre el 27 y el 30 de agosto 2010). Doy gracias el habernos dado el espacio de encontrarnos los que pudimos hacerlo. Fueron unos días muy agradables por esa tierra que me vio nacer y todo lo que pudimos compartir entre amigos de “vieja data”. Desde el brindis del viernes por la noche que para algunos supuso animarnos a cantar un rato a ritmo de karaoke (con el entusiasmo de Koki Trelles y la revelación de Ricky Cruzado), pasando por la visita que dimos al parque en Miraflores donde se inauguró días atrás un busto en homenaje a San Ignacio y terminar cerca de las 5 am comiendo hamburguesas en un restaurante (casi) al paso.

Horas después, el sábado, nos tocó la “agenda” más cargada. Como estaba previsto fuimos a los cementerios donde rendimos recuerdo cariñoso a nuestros 3 compañeros que ya partieron (Carlos A., Manolito Raigada y Ricardo Díaz) y, de allí, pasamos al Colegio San Ignacio a la clase del recuerdo y la Eucaristía. Lo primero estuvo más a cargo del Hermano Dorado y del profe Coronado; ambos nos hicieron notar la importancia de la educación jesuita y la identidad ignaciana en nuestra formación; en la Eucaristía un Jesuita joven (Lalo Vizcarra sj, arequipeño) tuvo a cargo la misma; fue un momento de meditación y agradecimiento por toda la promoción, recordádonos ese sentido de ser “hombres para los demás”. Sencillo pero con mucho mensaje. La cosa fluyó de manera muy agradable.

De allí, ya nos tocó la secuencia de las comidas que compartimos en casa de Miguelato Alarcón (almuerzo) y de Julio Castagnino (Cena). La verdad que se “rajaron” como buenos anfitriones. Fue todo muy agradable y bien servido que a todos nos hizo sentir “como en casa”. Con bromas de distinto calibre y algunos chifles de más (jeje), pero digno de un profundo agradecimiento; faltó poquito para que nos comiéramos al gallo pero estuvo bien resguardado. Fue importante también el podernos comunicar por skype con varios de ustedes, convirtió las reuniones en una presencia más amplia.

Además de los comentarios que ya se han ido deslizando sobre las distintas actividades, quisiera llamar la atención sobre algunas personas que estuvieron. Una de ellas fue la de Hugo la Rosa, quien estuvo de lo mejor, sin muestra de que hubiera tenido problemas de salud como los que conocimos en el último año y medio (al parecer, Miguelito Parra tiene algo que ver en ello); relamente para mí fue algo digno de agradecimiento y que esperemos siga recuperándose todo lo más posible, así como hacerse de un nuevo espacio laboral en ésta nueva etapa de su vida. Otra de las personas que me llamó la atención fue el Nino Ibarra, pues no le conocía esa vena artística que comentó y una de cuyas obras es justamente el busto de San Ignacio (el del parque de Miraflores); qué bacán me pareció… derrepente no sería mala idea que pudiera hacer un busto de Vizcardo y Guzmán (habría que ver los medios).

No dejó de llamarme la atención nuestro compañero Zapata, quien es un activo militante del Apra (entiendo que hay otros tantos también), quien con orgullo contaba lo que había sido su proceso y lo importante para él de dicha experiencia. Aunque la política esta muy venida a menos, no deja de ser significativo que haya preocupación por lo que acontece a ese nivel y la necesidad de que se pueda renovar esos ámbitos y hacer posible caminos de gobierno (a distinto nivel) que sean más justos y menos corruptos.

En fin, otros podrán comentar otras anécdotas. De todos modos, nuevamente doy gracias el buen talante de todos los que estuvimos y ver que, pese a los años transcurridos, podemos sentirnos muy cercanos. Especialmente a todos los que colaboraron en que las cosas salieran bien, pese a que algunos tenían otros compromisos que se cruzaron de manera inevitable.

Debo añadir que, en mi caso, tuve doble reencuentro. Ocurre que por coincidencia varia gente de mi barrio (Urb. Santa Isabel), decidieron hacer una reunión el domingo y fue un agradable motivo de reconocerme con muchos/as que no veía hacía mucho tiempo. Así que ese día también nos dimos un buen bailetón y varias cervecitas demás. Además, fue motivo de ver a mi madre y hermanos que viven por Piura y es siempre motivo de alegría.

Guillermo Valera M. Sigue leyendo