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Saludos y buen año 2016 – CVX El Agustino

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Queridos amigos y amigas de CVX El Agustino, concluimos el año 2015 y empezaremos el caminar del 2016, año que viene signado por ser en la Iglesia el año de la Misericordia y en nuestro querido país un año electoral. Habrá que ver en ambos casos cómo tomamos en cuenta en nuestras comunidades pequeñas y como Núcleo su tratamiento, sus consecuencias para nuestras vidas y lo que nos invita a orar, discernir y hacer a cada uno.

Doy gracias nuevamente al Señor por todo lo que nos brindó en el presente año 2015, por tener el privilegio de ser parte de un proceso de compañerismo que se va tejiendo y ordenando en la convicción de ser comunidades porque nos gusta ser CVX, porque lo entendemos como el llamado personal que sentimos cada uno, donde nos motivamos a crecer, a ser mejores personas, a profundizar nuestra formación, nuestros sueños, acompañarnos, saber ser amigos/as…

A veces quisiéramos que todos pudieran ser CVX por lo bueno que significa a cada uno la experiencia. Sin embargo, no todos se motivan a ello, no todos se dan el tiempo, no todos pasan por las circunstancias personales que lo permiten, no todos logran compaginar sus tiempos y ocupaciones priorizando lo “comunitario”, la experiencia de ejercicios espirituales y algunas cosas más. Y somos los que somos. De alguna manera contamos con la gracia del Señor para acoger su llamado e identificar ese llamado como parte de la vida misma que nos toca a cada uno; a vivirla conscientemente en ello, siendo parte de ello. Ciertamente, ello también nos motiva normalmente a ser parte activa de nuestra experiencia comunitaria y a contagiar a otros en ello que no es otra cosa que colaborar en la construcción del reino desde un carisma tal.

Pero la vida también nos lleva por cauces diversos, cosas deseadas y algunas no tanto. Nos facilitamos o nos damos las facilidades para ser parte de una experiencia comunitaria como la CVX (o no necesariamente). Felizmente, no es un tema de que somos más buenos o mejores quienes estamos en CVX respecto a los que no lo son. Sin embargo, es una experiencia que vamos amando y sabemos que nos hace bien y nos ayuda a obrar un poco mejor el bien con nuestro prójimo, con los otros, especialmente con quienes a veces más nos incomodan, no se ríen de nuestras bromas o piensan diferente a nuestras limitadas ideas y buenos deseos.

No se trata de hacer muchas cosas, y es bueno por ello que sepamos identificar a qué le damos prioridad en nuestros tiempos de comunidad, en las actividades comunes de formación que nos damos; cómo preparamos y sacamos el mayor provecho de las Eucaristías comunitarias que podemos realizar. Como nos ocupamos de lo que ocurre con nuestros integrantes de comunidad, el modo como nos acompañamos y cómo nos hacemos parte especial uno del otro.

Integrando las diversas dimensiones de vida que nos corresponde, tanto en nuestro desempeño laboral / profesional (en lo que esta cada uno/a); en lo que es nuestra dimensión de vida familiar, muchas veces difícil, conflictiva, con algunas historias no tan gratas, etc., pero necesaria de integrar en nuestro procesos de vida.

Nuestra dimensión afectiva interpersonal y de proyección en el barrio del que somos parte, tanto en el distrito El Agustino como más allá de éste para quienes viven en otras zonas. Lo que es nuestra experiencia de iglesia, partiendo de nuestra pequeña vida comunitaria CVX, pasando por nuestra integración en las capillas locales de la Parroquia La Virgen de Nazareth, nuestra colaboración a la vida espiritual de ésta y lo que cada uno va construyendo como vocación de vida, integrando fe y vida.

Recordar que vamos haciendo un camino deseado. Algunas experiencias se inician, otras continúan y otras pueden también concluir. Hay comunidades pequeñas que se desarrollan y no necesariamente permanecen (o tienen que permanecer) indefinidamente en el tiempo. Lo cual no quita el valor que tuvieron o la referencia importante que pueda tener para muchas personas. Lo importante es cómo nos disponemos a seguir a Jesús; cómo discernimos su llamado y ponemos los medios adecuados en consecuencia.

Celebremos la llegada de un nuevo año. Con la mejor disposición, esperanza y en la confianza que estamos creciendo como Núcleo CVX. Desde la vida que a cada uno le toca y el discernimiento necesario que pueda hacer de ello. Buen año 2016. Un abrazo para cada uno/a.

Guillermo Valera Moreno
Asistente Eclesiástico CVX El Agustino
31 de enero de 2015

Buen año 2016

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Querida comunidad, vamos concluyendo el 2015. Un año con muchas cosas qué recordar, varias por continuar, algunas que nos hubiera gustado quizás cerrar y se mantienen, otras para olvidar… Todas siendo parte de nuestra vida. Lo cual nos invita a pensar en cómo las hemos vivido, ya que sencillamente nos toca vivir a fondo lo que nos viene dado pero también lo que nos es posible construir más de cerca o lo que está más en nuestras manos y posibilidades de decidir, de cambiar, de encaminar… discerniendo o aprendiendo a hacerlo (una vez más) en el camino.

Gracias a cada uno lo que es como persona. Lo que nos aporta de modo cercano o indirectamente; lo que nos significa de tan variadas tonalidades, porque todos nos significamos unos a otros y qué bueno que así sea, que así lo podamos vivir y sentir. Gracias por poner el acento especial de lo que cada uno hace con su participación en la comunidad. Gracias por sentirse libres de participar en ésta experiencia que significa ponerse en las manos de Dios a través de los compañeros que hacemos la comunidad, centrada en Jesús, en Dios amor, en ese Dios hecho hombre y que hemos recordado vivamente hace tan poco con la Navidad.

Gracias por ayudarnos a hacernos responsables de nuestra vida importándonos lo que pasa con cada uno y cada una. Porque la partida de un ser querido siempre es triste, a pesar que comprendemos racionalmente (y sobre todo por la fe) que vamos hacia algo mejor en Dios. Porque la enfermedad o la salud debilitada nos afecta a todos, pero es más delicado en quién lo padece más de cerca, del modo que sea, aún sabiendo que Dios nos acompaña o a veces nos resulta incomprensible ciertas cosas al respecto.

Gracias por hacernos un poquito más solidarios. En lo que damos como comunidad nacional CVX, en los acompañamientos tan diversos en los que colaboramos (y que a veces no los visibilizamos del todo o los consideramos) o en causas más amplias. Ya sea en acciones como el REMA, en el Instituto de Altura, en el Cerro Candela, en responsabilidades más directas con la CVX, en acciones de formación con jóvenes (o no tan jóvenes), en el impulso de sacar adelante una pequeña empresa (por ejemplo de galletas “Lupita”), en ese fervor por aportar a la educación en el país desde esa condición de maestro o maestra, en nuestra condición general de profesionales que cada uno ha desarrollado y aporta de modo específico con responsabilidad, así como en nuestro ámbito familiar, ya fuera en el rol de padre / madre, de hija/o, esposo / esposa u otras.

El 2016 nos puede invitar a muchas cosas, ya que se nos abre un año de la Misericordia como Iglesia y un año electoral como país. Será muy bueno aprovechar de profundizar nuestras capacidades de discernimiento, nuestra vocación y profundidad en ello. Para obrar de la mejor manera lo que Dios nos puede pedir y estar a tono con los “signos de los tiempos”. Cada uno tiene la palabra sobre lo que le corresponde crecer, acentuar, mejorar, mediar de la mejor manera para intentar y crecer en esa invitación a ser felices que nos incluye a todos, sin excepción, a todos.

Inspirémonos mutuamente en éste 2016. Amémonos (y amemos) un poquito mejor lo que somos y lo que nos corresponda hacer, cada uno en lo que le corresponda, discerniendo (siendo libre) en lo que se encamine y decida, en lo que escuche, dialogue, concerte y practique.

Lo anterior lo digo pensando en nuestra comunidad, aunque me es imposible no hacerlo pensando en la comunidad de El Agustino en especial, ya que (como ustedes saben) he venido siendo el asistente eclesiástico de ellos en los últimos cuatro años y medio. Como también lo hago consciente de que somos una comunidad nacional y mundial de la cual me siento parte y espero que todos aprendamos a sentirlo así también.

No termino ésta palabras que ya se hicieron largas sin agradecer muy de veras al equipo de equipo de Coordinación que tuvo a su cargo facilitarnos la vida en comunidad en éstos dos últimos años, en especial a Armando como cabeza central. Un abrazo siempre con admiración al Cholo (que disculpe si lo “choleo” mucho), más aún por el nuevo libro sobre discernimiento que nos ha brindado recientemente.

Buen año 2016 a cada uno, para sus familias, amigos y para aquellas personas que quizás no nos gustan tanto o sentimos distancias.

Guillermo Valera
Coordinador CVX Siempre

Gratitud y sorpresas

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Concluimos un año que se comportó como la vida, un tanto sorprendente, con algunas cosas algo incomprendibles. También muchas cosas gratas, en fin.

Mi familia y yo, por ejemplo, estuvimos por Ayacucho unos días, a propósito de la Navidad, de modo sencillo y muy grato, conociendo un poco más el campo de esas zonas, en especial de Cangallo. Fue un compartir diverso, con personas que no alcanzábamos a entender porque buena parte habla quechua y no lo sabemos mucho.

Nila, mi esposa, muy impresionada con la pobreza de varios de los pueblos, por los adultos mayores con los que tuvimos ocasión de alternar, algunas de las cuales nos invitaban de modo insistente a su chacra, a disfrutar de sus productos locales, de su hospitalidad.

No exento de problemas al paso, ya que una cañería indebidamente abierta ocasionó algunos perjuicios pasajeros a una vecina donde nos alojamos, o lluvias que empezaban a asomar en los soleados campos de la zona, favorables a la agricultura pero que llenaron de lodo los caminos de trocha. Cosas diversas que nos ocurrieron a diario, pareciendo tan comunes como para darles la importancia del caso o pensarlas de modo más concluyente.

Una vez más, podemos decir que tenemos paisajes de envidia en nuestro gran país que desconocemos o no nos damos tiempo y posibilidad de aproximarlo. En cada zona que podemos visitar. Y Ayacucho no es la excepción, más allá de Huamanga como ciudadela arquitectónica y gente amable. Qué decir del pueblo de Quinua, donde se han esforzado por convertirla en una pequeña joya artesanal y muy acogedora.

Volviendo al inicio de nuestra reflexión, podemos decir que tuvimos un anunciado fenómeno del Niño que no terminó de manifestarse, al menos en éste 2015; esperemos que en los siguientes meses no haya muchas sorpresas. De otro lado, se configuraron las candidaturas presidenciales que tentarán ganar las elecciones en el siguiente mes de abril; creo que nada está dicho de modo definitivo y esperemos que hayan sorpresas mejores que las de algunas candidaturas y su número (19!!).

De ello, me ha significado una grata noticia que. Alguien como Alan Fairle, docente de larga trayectoria en la Universidad Católica, vaya como 2do Vicepresidente del Frente Amplio de Verónica Mendoza. Con él fuimos compañeros de estudio, de militancia universitaria y me da gusto saber de su nueva perfomance y derrotero.

En éste tiempo, creo que a todos se nos invita a vivir con gusto y a realizarnos como personas. Será interesante que el nuevo año 2016 y las elecciones generales que se avecinan nos ayuden a ponerlo debidamente en juego y a ser activos y conscientes protagonistas de lo que nos puede conducir a ello. Más que juzgar ciertas conductas puede ser importante mostrar mejores prácticas.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 29 de diciembre de 2015

A todos nos toca

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Iniciamos el Adviento con una marcha a favor de nuestro medio ambiente, como parte de una serie de acciones que a nivel mundial también se han realizado con dicho propósito, preparando lo que será el inicio de la llamada COP 21 en Francia, donde se abordará éstos temas y, se espera, se logre avances reales en los compromisos (políticas públicas y orientaciones a diverso nivel) para controlar mejor todo lo que atenta contra nuestra madre tierra, la casa de todos.

Fue grato compartir dicho gesto, además muy familiarmente, como lo fue también la Eucaristía del día anterior de CVX, desde El Agustino, recordándonos todos algunas palabras del Papa Francisco sobre la encíclica “Laudato Si” y el tiempo de preparación a la que nos invita el Adviento, para vivir la encarnación de Jesús desde María su madre. Tiempo de espera activa en nuestra oración y en todo lo que nos corresponda a cada uno hacer para que asumamos más conciencia y propósito en la construcción de la paz en el mundo, sobre la base de la justicia, el diálogo y el descubrimiento conjunto de la verdad.

Por cierto, mirando a la naturaleza, a todas las formas de vida, y lo que hemos venido haciendo como humanidad de todo ello. Cómo nos invita también ha hablar de la paz en el mundo, incluso sin tener que referirnos a los aniquilamientos de personas civiles, bombardeos en represalia, fanatismos y terrorismos diversos, carreras armamentistas y varias cosas más muy equivalentes. Porque los despropósitos diversos que empezamos a reconocer con la naturaleza constituyen también formas de violencia que nos terminan afectando a todos.

Si ello es así, qué podemos decir respecto a lo que atenta sobre la vida de las personas, más allá de la “suerte” o el azar que hayan tenido de nacer en una familia u otra, en un país u otro, en un estrato social u otro… Finalmente, nos importamos cada uno porque somos personas humanas. No tanto por lo que pensemos, lo que creamos o la “suerte” de nuestro origen. Hay una cuestión básica de concertación que supone establecer concordancia para todos sobre nuestra aceptación del otro, de todos los otros, de todo lo humano, de todos los humanos, para poder convivir.

Si seguimos pensando que alguien sobra o es posible desechar a personas (o grupos de personas), será difícil ponerse de acuerdo. Peor aún en construir una casa común o cuidar de ella. Y todo ello tiene que hacerse sin relativizar que tenemos muy diversas aproximaciones y que todas son importantes de ser tomadas en cuenta para poder implicarnos y sentirnos parte. ¿Nos lo permitirá el Dios dinero y todo el poder que emana? ¿Es posible pensar con lógicas más humanas?

En esa dimensión, es fundamental vivir cada día preguntándonos cómo construimos la paz, desde lo pequeño, desde lo cotidiano. Desde lo que cada uno hace. Algo distinto tenemos que ir recreando y dando lugar. ¿Qué cosas de las que hacemos nos conducen a situaciones de violencia no razonable, aunque suene extraño decirlo así? ¿Es posible vivir tomando en cuenta mejor el perdón en lo que hacemos, más que la represalia o el castigo? ¿Es muy ingenuo hablar así?

Pues el tiempo de adviento nos puede ayudar a reflexionar sobre la paz que podemos ayudar a construir. De que es posible crecer en el amor un poco más, descubriendo otros caminos, prácticas cotidianas, maneras de proceder, actitudes… políticas públicas, gestos más amplios. Algo así como cuando conversamos sobre la defensa del medio ambiente y necesitamos traducirlo en prácticas más concretas, como reducir el uso de plásticos, del agua o de energía eléctrica de modo innecesario. A todos nos toca.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 29 de noviembre de 2015