Gracias por valorar un poco más la vida

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Concluimos un año 2009 donde he aprendido a valorar un poco más la vida que tengo de manera gratuita, ciertamente con los esfuerzos que me supone trabajar, ser parte de una familia y un conjunto de relaciones que la condicionan, la enrriquecen y me hacen sentirme responsable de mis propios actos y posibilidades.

Puedo decir que he aprendido un poco más a apostar por el diálogo y el saber escuchar, a pesar de que no resulta ser mi principal virtud y tengo que seguir aprendiendo mucho de ello; saber hacerlo más espontáneo y fluido en el conjunto de mis ámbitos de vida. Pero me hice más sensible aún de ello por lo que sucedió con el “Baguazo”, porque me hizo más consciente de cosas que a veces damos como obvias y no lo son para nada. De hecho, unas cuantas sonrisas “oficiales” de fin de año no pueden atemperar los errores que se cometieron en ese y otros casos, como tampoco debemos tener en nuestros miedos, diferencias o negligencias a nuestros mejores consejeros. Al menos yo aprendí un poco más de la importancia del diálogo y de saber escuchar; no sólo porque es un valor importante, sino porque (y sobretodo) en ello se pone en juego un conjunto mayor de relaciones y, sobretodo, de vidas humanas que debemos saber respetar y valorar. Quizás el inicio del proyecto del Museo de la Memoria nos de una pauta distinta; es posible, nos alienta y esperaremos que así sea.

He aprendido a aceptar mejor mis limitaciones, lo que puedo hacer, así suene a resignación, que no lo es o no debe serlo. Ocurre que hay cosas que dependen de uno y hay que buscar obrarlas lo mejor posible y creo que he puesto bastante de mi parte, tanto en mi trabajo, formación y vida familiar; siempre hay más cosas que se pueden hacer y la cosa no esta en el número de ellas sino en cuánto pueden llenar de significado a la vida de uno y de quienes nos rodean. En ese contexto, agradezco de manera especial a personas amigas que les tocó dejar la vida terrena (gracias estimados Ángel y Taiti) y de quienes aprendimos mucho sin necesariamente estar muy de cerca. Agradezco, asi mismo, por aquellas relaciones más cotidianas de quienes han estado más en las cosas que a uno le toca hacer. Pues, siento que me abrí a un cauce que me va atemperando en la pausa debida, en la acción pertinente, en el aporte concreto, en el sentido de compromiso (aún sea más silencioso), en el buscar un sentido de servicio como propósito más permanente de ser y estar en la vida.

De hecho, no puedo estar satisfecho. Hay tantas cosas que se nos quedan en el tintero o no sabe uno encaminarlas o ayudar al propósito como sería necesario. Pero, es importante avanzar lo que se logra caminar a quedarse quieto. Con la mente despierta a los nuevos rumbos que tenemos que saber discernir para nuestra patria (mundo globalizado) y nuestra Iglesia. No de ja ni ha dejado de inquietarme ¿cómo estamos siendo profetas y cómo lo vamos ha ser en el contexto del 2010 donde tendremos nuevas elecciones? ¿cómo emparentar la política con el servicio, recurriendo a gestos adecuados y propuestas consistentes? En estas interrogantes pienso particularmente en los roles que nos podemos dar desde la CVX y la Mesa de Movimientos Laicales.

De otro lado, creo que es bueno que al terminar el año pida disculpas a cuantos pudiera haber ofendido (de tantas manera uno puede ofender). Creo que es bueno hacerlo como testimonio de nuestra falibilidad e incoherencia que siempre nos acompaña y de la cual también procuramos ir aprendiendo. De nuestras envidias y rencores, no necesariamente todas conscientes; de nuestros egoísmos y falencias afectivas que a veces pueden ser causa de ambigüedades y limitaciones propias; de nuestras subidas innecesarias del tono de voz en conversaciones diversas… Seguro que el 2010 no cambiará mucho de lo que digo pero lo tendré más presente, para reconocerme mejor en las limitaciones de los demás y saber ir mejor hacia delante. Felizmente, la alegría no me suele abandonar ni el sentido del humor, lo cual ayuda a darme una inteligencia singular de lo que soy y hago y la forma en que lo realizo.

Todo lo anterior puede parecer un tacu tacu terapéutico y podría tomarse así. Pero sería lo menos importante. Sobretodo, sentí ganas de expresar algunas ideas y cosas que me parecen importantes y que quiero tener muy presente en el año que vamos a empezar, sobretodo para mis momentos de oración y discernimiento, para profundizar desde allí lo que el Señor quiere de mi vida en éstos meses siguientes, como también lo puede sentir cada una de las personas que nos rodean y tú mismo ciertamente, estimado lector.

Gracias nuevamente a todas las personas con las que tengo la suerte de compartir por diversos motivos mi vida y, especialmente, por la de cada uno de ellos y de ustedes. Que nos ayude a crecer en fe, amor y esperanza, en capacidad de obrar el bien en todos y en todo. Hagamos que no sean palabras huecas sino fecundas.

Guillermo Valera Moreno

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