La escritura de un texto académico (como un artículo, informe, tesis, entre otros) exige que el investigador sea consciente de la importancia de buscar y acceder a fuentes de información acerca del tema que desea estudiar. No es suficiente basarse en el propio conocimiento, sino que debe consultarse, principalmente, aquel que se ha elaborado anteriormente. Al respecto, resulta pertinente recordar una declaración atribuida a I. Newton: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes” (Lozano 1988: 30). El científico sugería así que la recopilación de las ideas desarrolladas por otros autores se constituye como el eje sobre el cual el investigador debe contrastar sus planteamientos para validarlos o legitimarlos.
En el plano textual, dialogar con la información existente permite al escritor el uso de diferentes estrategias discursivas, tales como la definición de conceptos o la ejemplificación de algunas nociones abstractas, la comparación y confrontación de ideas con otros miembros de la comunidad académica, la constatación de las hipótesis planteadas, etc. (Blog de Redacción PUCP 2018).
Sin embargo, para asegurar la calidad de ese diálogo, se requiere verificar que dichas fuentes sean pertinentes y confiables. Cumplir con ambos requisitos puede resultar un reto. En este post, se presentarán algunas sugerencias para realizar búsquedas estratégicas a fin de obtener información adecuada.
Recursos en formato físico
Este tipo de fuente es el más tradicional. Los recursos en formato físico pueden ser libros, revistas, enciclopedias, periódicos, etc. Suelen encontrarse en las bibliotecas, archivos universitarios o gubernamentales, y su origen es bastante confiable. Algunas características que pueden ser consideradas al validar la información obtenida de un recurso de esta naturaleza son las siguientes: identificación del autor (nombre y filiación académica), identificación de la institución editorial, año de publicación, uso de citas e inclusión de bibliografía, estilo de redacción académica (PUCP 2019, CIDCE 2018).
Recursos en formato virtual
Desde la aparición de Internet, la cantidad de datos ha crecido de manera exponencial en el entorno virtual. No obstante, esta disponibilidad de información puede ser un riesgo, que el investigador debe saber gestionar. No toda fuente constituye, a priori, un material confiable para la elaboración de un texto académico. Al igual que las fuentes en formato físico, se pueden considerar los criterios señalados antes; pero, sobre todo, es importante verificar si el archivo consultado cuenta o no con el respaldo de alguna institución o centro de investigación.
Dentro del conjunto de los recursos en formato digital, es posible establecer la diferencia entre varios tipos de herramientas para buscar y acceder a fuentes (Biblioteca de la Universidad de Cantabria 2012: 39-43). En primer lugar, las bases de datos son espacios de información masiva que contienen registros (referencias), que describen brevemente documentos por medio sus datos principales (autores, título, fuente, editorial, fechas, idioma, etc.) y la exposición resumida de su contenido: materia, palabras clave, resumen (p. e. Scopus). En segundo lugar, los buscadores son robots que se ocupan del rastreo de la información ya existente en la web, sin ofrecer mayores detalles sobre los textos que son facilitados (p. e. Google Scholar). En tercer lugar, los catálogos son plataformas que indican la ubicación, en espacios físicos, de las fuentes, en formato físico, que se relacionan con un tema concreto (p. e. el catálogo del Sistema de Bibliotecas PUCP). Finalmente, los repositorios son espacios institucionales, de universidades o centros de investigación, que agrupan textos académicos de diverso tipo y que ofrecen acceso a ellos (p. e. el repositorio de Concytec Perú).
Figura 1. Principales bases de datos académicas (Servicio de Bibliotecas de la Universidad de Extremadura 2018)
Recomendaciones para la búsqueda de información
En principio, para encontrar la información pertinente, es necesario haber delimitado el tema de investigación y, consecuentemente, haber identificado los conceptos o variables que se relacionan directamente con él.
Tales conceptos se consideran palabras clave que orientan la búsqueda. Por ejemplo, si el tema es “El impacto ambiental de la minería ilegal en el río Ucayali”, las palabras clave serían “minería ilegal”, “impacto ambiental” y “río Ucayali”. En cambio, si el tema es “Los beneficios de la descolmatación de ríos”, se debe utilizar la palabra “descolmatación” en la búsqueda que se vaya a efectuar. Cuando la búsqueda efectuada no arroja los resultados esperados, pueden emplear términos equivalentes o sinónimos.
También resulta de mucha ayuda el empleo estratégico de los delimitadores de búsqueda.
a) Los operadores booleanos servirán para combinar las palabras claves de las siguientes maneras:
Figura 2. Operadores booleanos (Biblioteca de la Facultad de Odontología, UNC 2012)
— AND: Este operador une dos palabras claves y delimita la búsqueda a resultados que posean ambas palabras. Si se necesita buscar resultados sobre “minería ilegal”, que además contengan información relacionada al “impacto ambiental”, se utilizará este operador. Otras formas de este operador pueden ser “Y” o “+”.
- minería ilegal AND impacto ambiental
— OR: Este operador, en lugar de delimitar la búsqueda a resultados que contengan dos o más palabras claves, amplía los resultados a los que contengan determinada palabra clave u otra, y ambas simultáneamente. Si no solo se necesitan encontrar resultados sobre “descolmatación”, sino que también se requieren aquellos que hablen sobre “desborde de ríos”, se empleará este operador. Otra de sus formas es “O”.
- descolmatación OR desborde de ríos
— NOT: Este operador excluye todos los resultados que contengan el término que sigue al operador. Por ejemplo, si se requiere documentos sobre “acidificación”, pero que no contengan información sobre “lluvia ácida”, este término será excluido con el operador NOT.
- acidificación NOT lluvia ácida
b) Los truncadores, por su parte, son elementos que limitan o amplían la búsqueda según su uso. Estos son algunos importantes:
— Comillas
Se utilizan para buscar una frase específica y exacta en los resultados, como la frase compleja “acidificación de ríos”, en lugar de buscar “acidificación” en general.
— Asterisco
Los asteriscos se insertan para sustituir una letra o fragmento de la palabra clave para, de este modo, buscar información relacionada a esta. Por ejemplo, si se propone una búsqueda amplia, se puede escribir la palabra acid*, con un asterisco final. Los resultados serían acidez, acidificación, acidificante, etc.
En síntesis, la investigación y la escritura académica requieren el diálogo con fuentes de información confiables para construir el conocimiento en relación con ellas. El investigador debe ser consciente de ello y, además, contar con criterios para identificarlas, bien en formato físico o en formato virtual. Además, en los entornos digitales, debe realizar búsquedas estratégicas en las bases de datos y similares. Por ejemplo, es necesario que, tras delimitar su tema de interés, defina y emplee las palabras clave como orientadores de búsqueda, y que amplíe o acote su búsqueda según sus fines, para lo cual emplea los operadores booleanos o los truncadores.
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOTECA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA, UNC | |
2012 | Operadores booleanos [cuadro]. Consulta: 4 de abril de 2019.
https://blogs.unc.edu.ar/bcafo/2012/02/24/operadores-de-busqueda-en-internet/ |
BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE CANTABRIA | |
2012 | Cómo buscar información académica y científica. Consulta: 4 de abril de 2019.
https://www.uv.mx/personal/jomartinez/files/2011/08/como-buscar-en-internet_2.pdf |
BLOG ARJÉ O RAÍZ COMÚN: FILOSOFÍA PARA TODAS LAS EDADES | |
2017 | “A hombros de gigantes – Newton (1° Bach)” (imagen). En Blog Arjé o raíz común: filosofía para todas las edades. Consulta: 4 de mayo de 2019.
https://arjephilo.com/2017/10/23/a-hombros-de-gigantes-newton-1obach/ |
BLOG DE REDACCIÓN PUCP | |
2018 | “¿Para qué se insertan citas en un texto académico?”. En Blog de redacción PUCP. Consulta: 30 de marzo de 2019. |
CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN CULTURA Y DESARROLLO (CICDE) | |
2018 | “Sesión 2. Fuentes de información en la investigación”. En Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo. Universidad Estatal a Distancia. Consulta: 5 de abril de 2019. |
LOZANO, Juan Manuel | |
1988 | “Los gigantes de Newton”. Ciencias. México D. F., número 12, pp. 30-35. Consulta: 5 de abril de 2019.
https://www.revistaciencias.unam.mx/images/stories/Articles/12/CNS01204.pdf |
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ (PUCP) | |
2019 | “Cómo encontrar y utilizar información: recursos y tips”. En Sistema de Bibliotecas PUCP. Consulta: 5 de abril de 2019.
https://guiastematicas.biblioteca.pucp.edu.pe/formacion/inicio |