Primero, se debe leer completo el texto original, ya que es importante que se tenga una visión general antes de empezar a resumir. Segundo, se debe subrayar la idea central –si ella es explícita– y las ideas principales. Ello le permitirá saber qué información debe ser rescatada y cuál puede ser ignorada. Tercero, se debe reescribir las ideas subrayadas parafraseándolas, es decir, escribirlas con sus propias palabras. Es recomendable expresarse con un lenguaje sencillo y claro, de modo que se facilite la comprensión. Cuarto, se debe revisar el resumen y contrastarlo con el original para asegurarse de que la información es la misma. Finalmente, se debe anotar la referencia a la fuente de donde extrajo el texto.

Los automóviles impulsados por motores de gasolina son máquinas muy ineficientes. Incluso en condiciones ideales, menos del 15% de la energía disponible en el combustible se emplea para accionar el vehículo. La situación es mucho peor al conducir en la ciudad porque hay que detenerse y avanzar a cada paso. Muchos mecanismos contribuyen a la pérdida de energía en un automóvil ordinario. Cerca de dos terceras partes de la energía disponible en el combustible se pierden en el motor. Esta energía va a parar en la atmósfera, en parte a través del sistema de escape y en parte a través del sistema de enfriamiento. Por otro lado, casi 10% de la energía disponible se pierde por fricción en la transmisión: el eje motriz, las ruedas y los cojinetes del eje, así como en el diferencial. Hay otros factores de pérdida de energía. La fricción en otras partes móviles disipa aproximadamente 6% de la energía; 4% se usa para operar las bombas de aceite y combustible y accesorios como la dirección motriz y el aire acondicionado. Por último, solo cerca del 13% de la energía se emplea para impulsar el automóvil. Esta energía se usa fundamentalmente para superar la fricción del camino y la resistencia del aire (Serway 1997: 190).

Si destacamos la idea central (subrayada y en negritas) y las principales (con subrayado simple) de este párrafo, obtenemos lo siguiente:

Al parafrasear las ideas subrayadas, se llega a lo siguiente:
Los automóviles cuyo motor funciona con gasolina son muy ineficientes. Menos del 15% de la energía del combustible se emplea para que avance el vehículo. La energía se pierde de varias maneras: cerca de dos terceras partes, en el motor; casi 10%, en la transmisión; etc. Al final, solo cerca del 13% de la energía disponible se emplea para impulsar el automóvil.

Este resumen es aproximadamente la tercera parte del original, pero el tamaño es menos importante que su valor informativo, que, ahora, está depurado de contenido secundario.

El resumen debe estar escrito con el lenguaje más simple posible. Los datos técnicos deben ser trasladados a un lenguaje llano. Una información como la siguiente: “El suero glucoso del paciente ha llegado a 240 mg.” puede ser trasladada a “El paciente tienen niveles altos de azúcar”. Por supuesto, si se sabe que los lectores del resumen van a ser expertos, no es necesario simplificar.

El resumen debe ofrecer un contenido autosuficiente de manera que el lector no necesite acudir al texto original para comprender las ideas básicas, sino solo para encontrar los detalles.

Los comentarios personales (como “en este interesante reporte” o “el autor acierta al proponer”, “el insigne profesor Terzagi”) deben ser evitados. Nada debe ser agregado al original si no es para aclarar brevemente alguna idea importante.

La concisión es vital, pero nunca debe sacrificar la claridad o la exactitud. El resumen debe elaborarse para que sea lo bastante corto como para ser económico, pero debe ser lo bastante largo para ser claro y comprensible.