Π y Τ

Todo es pero no todo está. Hay cosas que son y están y hay cosas que solo son. Lo que es es en todas partes y lo que está está en algún lugar. No se puede estar sin ser pero sí ser sin estar. No se crea que son mejores las cosas que son y están, al contrario son las más engañosas. Su estar se tendría que haber vuelto tan parte de su existencia para ser ser y ya no solo estar; para que algo sea su existencia tiene que ser eterna o en el peor de los casos muy duradera como para escapar a la memoria de los hombres y a cualquier otro ser inteligente que pueda haber; lo que está es algo menos duradero. Son bellas las cosas que tienen sus nombres desde siempre y para siempre. Es antes el ser porque no necesita devenir como el estar. Qué sería del ser si fuese incompleto o alguna vez dejase de serlo. El estar es alguna parte del ser. La teoría, para cualquier inteligente, es practica antes de serlo; sino que hable el hombre que ha nacido sabiendo. Hay cosas que el hombre no ha creado aunque sí se sirva de ellas y tal vez diga que las ha inventado. No es lo mismo inventar que descubrir. La cosa inventada no puede ser inventada a partir de cero, una fórmula sin números… Por incógnitas o por constantes, al número se le hace letra. Nadie les dice, a menos el calor natural hable, a los metales o a las rocas que se separen o que se unan, pero si hay algunos que las unen con su calor creado. Lo descubierto no es que no haya estado por todavía no ser descubierto. Como π a práctica es a estar y τ como es a teoría es a ser. La práctica se hace en algún lugar y la teoría en un único lugar. Sobre todo τ es más difícil de alcanzar que π, aunque tampoco algunas prácticas son para todos, unos para una cosa y otros para otra. Tiene que sacrificarse el zapatero porque tal vez no siempre pueda confiar en otro con otra dedicación. Pero el zapatero tampoco podría hacer solo todos los oficios, tendría que elegir solamente algunos con los que quedarse. Quien pueda ser zapatero a su zapato no podría quedarse solo en aprender su labor, sino también una interiorización a la que se pueda decir (llamar) aprehensión. Es entonces que π se aprende y τ se aprehende? Si la ignorancia es muy grande siempre será mejor ir al menos aprendiendo, tal vez hasta sea todavía más grande todo lo que se tiene y se debe conocer. En la noche no todo es oscuridad aun sin el hombre, aunque hay noches más oscuras que otras. Si ya estamos tenemos que ser. No saben qué son estrellas. No saben que son estrellas. No son cosas distintas tal vez sí lejanas.

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Mono con ropa sin cola

Podría ser mejor no decir las palabras que no se deben decir por ser solo arregladas, si no las fuesen, sería mucho menos tiempo perdido. Seguro el viejo aprecia su tiempo más que el joven. No hay que ser sinceros a veces? Es que también puede que haya formas de sinceridad y unas no calcen bien con otras, aunque tampoco es que no pueden soportarse del todo, pero no se llevan de una forma en que otros sí se llevan. No necesariamente por ser mentiras esas palabras arregladas, aunque se puede dar el caso, pero cada dicho tiene sus efectos, unos atraen, otros repelen, otros no causan ningún efecto. Cómo se controla el olvidar qué decir en un momento dado? Si no es por olvido, callar por ser ya la misma respuesta. No hemos sido ni hemos querido ser lo que otros querían que uno sea, aunque también siempre hemos sabido dar excepciones para con uno mismo y como para con otros y de seguro esos otros para con uno. Sin saber que sea solo personal o de mucho otros más, el monopolio de las excepciones siempre las tiene uno mismo, su ego que puede estar tornándose ya en egoísmo. Los celos son pues egoísmo, que otro ni mire ni toque ni hable, hay grados de celos también seguro, de lo que al menos parece a uno pertenecerle de algún modo en algún grado. También habrá quien diga y quien piense que los celos son celos y el egoísmo es egoísmo, cosa que podría ser hasta más correcta que lo nuestro. De viejo, al menos eso parece que debiera ser, uno se va haciendo quien más es o como quiere ser. Y pues alguien que no gusta de problemas, y a quién habrán de gustarles, es también alguien que trata de no hacer problemas a otros; parece hasta una cuestión lógica. No se puede obviar el que haya quienes disfruten más de su adrenalina que otros, lo que por las mismas fuerzas y paso del tiempo no podría no mermar; aun así hay quienes tienen que ir a buscarlos a esos que por buscar su diversión han tenido algún percance, el solo hecho de tener que rescatar el cuerpo. No es que necesitemos de un grupo todavía para romper vidrios de cabinas telefónicas de la calle, pero muchos rompen muchas más seguro. Tanta envidia de los pingüinos o de alguna otra movilización que pueda llamarse justa, reivindicativa! Y hay tanto todavía en pie que no debería estarlo, que faltan por romper. Si se puede sufrir por uno mismo, por algo de fuera o algo del propio interior de cada uno, seguro más se sufre por dos, por tres y así sucesivamente hasta donde uno puede decir que quiera y que otros digan que lo quieran. A uno que aunque no esté completamente en pie y que todavía se balancee por una cola, tal vez a estos si se les cortase eso que los equilibra los forzaría o a quedarse siempre o más tiempo de pie o más tiempo en cuatro patas. Aunque nadie se las corte, sino por su propio empeño, forzarse siempre a estar de pie y así perder la cola ellos mismos, ya no necesitarla para equilibrarse. Ha ganado estar de pie, pero ha perdido una linda cola, con ella tal vez su única verdadera inocencia. A un animal que no sea humano que haya matado a un humano no tiene otra pena más que la muerte, si se matan entre humanos todavía parece que tienen juicios. Necesitar de ademanes para que lo que uno quiera decir pueda tener más énfasis, alguna forma de escrito poemático. Llegar a olvidar que aunque unos crean que es la libertad de expresión algún fin último, es mucho antes que ella la libertad de elección de cada uno la cual intentan comprar y barato. Es mejor un profesional a un no profesional?, depende? Las palabras (letras) son para unos más y para unos menos.

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Prescindencia

A diferencia de lo que puede ser lo determinado y lo indeterminado, lo que es prescindible y lo que es imprescindible nos son más cercanos y por ello, al menos deberían, ser más sencillos de distinguir. De lo primero en el peor de los casos solo se puede tener un intento de predicarlos de la mejor  manera, ya que el hombre no ha sido testigo presencial por ser mucho después. Lo segundos al ser de cosas que los hombres necesitan por sus mismas existencias y por las que deben y pueden optar, no podrían ser un problema más difícil que los primeros. Los segundos no por ser menos complejos que los primeros están exentos de sus propias complicaciones; a los problemas que vienen con ellos mismos, se les agregan los que estos hacen aun haciendo bien o haciendo mal; antes del hombre no habían problemas del hombre. Aun haciendo bien o haciendo mal debido a que no pueda poner en un lado sin quitar en otro; no se podría decir de otro ser en el planeta que la haya modificado más que el hombre. Siempre será claro y mejor que se trate de hacer el bien aun pudiendo hacer mal, pero para problemas que implican a más de un grupo de personas, hay a algunos con poder a quienes conviene que esos problemas sigan sucediendo. Problemas de unos, sustentos de otros. Lo prescindible es cercano a lo que le permite al hombre vivir y hasta sobrevivir. Prescindible para sobrevivir y prescindible para vivir. Lo imprescindible es luego de que el hombre pueda decir que vive y ya no solo sobrevive; así también nos parece que aun sin saber todavía cuales son las cosas prescindibles y cuales las imprescindibles, que estos últimos no pueden estar antes que los primeros. Aunque se puedan haber tornado tanto la diversión como la educación de imprescindibles a prescindibles para el hombre, está en cada individuo el saber sopesar el tiempo y el interés que le da a cada una de las dos. Nos parece también que la educación es algo más solitaria de lo que es la diversión y además de solitaria menos prescindible que la diversión; otros animales no humanos aunque no se eduquen como se puede educar un hombre, al menos muestran señales de divertirse también, unos, claro, menos que otros. Tanto la diversión y la misma educación no podrían ser más prescindibles que el respirar, beber agua y alimentarse. Quedándonos solamente en esta última prescindibilidad en poco estaríamos diferenciados de animales nada o muy poco educables, aunque entre quedarnos así y entre usar eso aprendido para hacer el mal, podría hacernos dudar de qué puede ser lo mejor y el hombre aun así intenta. También como a los demás animales le es necesario pasar del solo vivir a tener que defenderse, así no puede solo quedarse en lo prescindible sino que tiene que buscar lo imprescindible por haber fuera problemas que tiene y que debe resolver. No son acaso los carnívoros los más problemáticos porque su gusto implica cortar el futuro a otros? La educación que le debería ser prescindible se le hace imprescindible, ya no es solo un animal salvaje, aunque, a veces, como éstos, no les importa eliminar a otros así sean de su misma especie o no. Ese mismo coste es su responsabilidad, así como los convencionalismos con los que tiene que lidiar, parece que siempre unos más necesarios y más consecuentes que otros, unos más obligatorios con razón o no que otros. No se ha quedado, aun pudiendo para solo vivir, pues los demás animales muy poco o nada tecnológicamente han mejorado desde que son lo que son, con sus armas de piedra, sino que ha buscado al metal y a los átomos, a esos puntos brillantes en el cielo. Ha dejado a lo prescindible por buscar lo imprescindible. El problema de estos imprescindibles es que hay unos que son necesarios, positivos y buenos y otros que no son más que imprescindibilidad en toda su magnitud. La primera persiste gracias a su utilidad y la otra persiste más por su rentabilidad que por su utilidad. Es seguro más conveniente la rentabilidad que da a unos pocos el vender una falsa utilidad barata a muchos, así por estos muchos, a menos cambien, los otros van a preferir la rentabilidad que obtienen por encima de la utilidad que puedan dar.

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