Prescindencia

18 Dic 2013 poes

A diferencia de lo que puede ser lo determinado y lo indeterminado, lo que es prescindible y lo que es imprescindible nos son más cercanos y por ello, al menos deberían, ser más sencillos de distinguir. De lo primero en el peor de los casos solo se puede tener un intento de predicarlos de la mejor  manera, ya que el hombre no ha sido testigo presencial por ser mucho después. Lo segundos al ser de cosas que los hombres necesitan por sus mismas existencias y por las que deben y pueden optar, no podrían ser un problema más difícil que los primeros. Los segundos no por ser menos complejos que los primeros están exentos de sus propias complicaciones; a los problemas que vienen con ellos mismos, se les agregan los que estos hacen aun haciendo bien o haciendo mal; antes del hombre no habían problemas del hombre. Aun haciendo bien o haciendo mal debido a que no pueda poner en un lado sin quitar en otro; no se podría decir de otro ser en el planeta que la haya modificado más que el hombre. Siempre será claro y mejor que se trate de hacer el bien aun pudiendo hacer mal, pero para problemas que implican a más de un grupo de personas, hay a algunos con poder a quienes conviene que esos problemas sigan sucediendo. Problemas de unos, sustentos de otros. Lo prescindible es cercano a lo que le permite al hombre vivir y hasta sobrevivir. Prescindible para sobrevivir y prescindible para vivir. Lo imprescindible es luego de que el hombre pueda decir que vive y ya no solo sobrevive; así también nos parece que aun sin saber todavía cuales son las cosas prescindibles y cuales las imprescindibles, que estos últimos no pueden estar antes que los primeros. Aunque se puedan haber tornado tanto la diversión como la educación de imprescindibles a prescindibles para el hombre, está en cada individuo el saber sopesar el tiempo y el interés que le da a cada una de las dos. Nos parece también que la educación es algo más solitaria de lo que es la diversión y además de solitaria menos prescindible que la diversión; otros animales no humanos aunque no se eduquen como se puede educar un hombre, al menos muestran señales de divertirse también, unos, claro, menos que otros. Tanto la diversión y la misma educación no podrían ser más prescindibles que el respirar, beber agua y alimentarse. Quedándonos solamente en esta última prescindibilidad en poco estaríamos diferenciados de animales nada o muy poco educables, aunque entre quedarnos así y entre usar eso aprendido para hacer el mal, podría hacernos dudar de qué puede ser lo mejor y el hombre aun así intenta. También como a los demás animales le es necesario pasar del solo vivir a tener que defenderse, así no puede solo quedarse en lo prescindible sino que tiene que buscar lo imprescindible por haber fuera problemas que tiene y que debe resolver. No son acaso los carnívoros los más problemáticos porque su gusto implica cortar el futuro a otros? La educación que le debería ser prescindible se le hace imprescindible, ya no es solo un animal salvaje, aunque, a veces, como éstos, no les importa eliminar a otros así sean de su misma especie o no. Ese mismo coste es su responsabilidad, así como los convencionalismos con los que tiene que lidiar, parece que siempre unos más necesarios y más consecuentes que otros, unos más obligatorios con razón o no que otros. No se ha quedado, aun pudiendo para solo vivir, pues los demás animales muy poco o nada tecnológicamente han mejorado desde que son lo que son, con sus armas de piedra, sino que ha buscado al metal y a los átomos, a esos puntos brillantes en el cielo. Ha dejado a lo prescindible por buscar lo imprescindible. El problema de estos imprescindibles es que hay unos que son necesarios, positivos y buenos y otros que no son más que imprescindibilidad en toda su magnitud. La primera persiste gracias a su utilidad y la otra persiste más por su rentabilidad que por su utilidad. Es seguro más conveniente la rentabilidad que da a unos pocos el vender una falsa utilidad barata a muchos, así por estos muchos, a menos cambien, los otros van a preferir la rentabilidad que obtienen por encima de la utilidad que puedan dar.

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