Lo que hacen unos pocos que además compete a otros de muchos pero muchos otros, y seguiría la cuenta por cada nacido que luego se hunde en los mismos vicios de estos muchos, muchos otros. Aunque lo peor no radica en ello sino en que a eso hasta le suelen llamar justicia y además que estos muchos, muchos otros ni siquiera oponen alguna resistencia; hasta un cordero es más rebelde. Si se los ordenara en fila ocuparían, como ellos, mucho pero mucho espacio, tal vez ni aunque pudieran verlo, estarían gustosos de ellos, llevaríanse carpas de campaña. Hay de los que, como los de alguna caverna que miraban solo sombras, se percatan que estas sombras enajenan a los otros, como si los tuvieran suspendidos, intentando copiar lo que se muestra en esas sombras y ya no solo contemplarlas, ya sea con sus manos, dedos, (quién no ha hecho la sombra del perrito con la mano y los dedos por ejemplo) moldeando su silueta, sus rutinas, algo que se parezca a eso proyectado que suspende a otros. Tal vez luego de percatados algunos de estos puedan darse cuenta que a esas sombras las dirigen, y es de las cosas que más empeora, por no decir entristece, la situación, de enterarse de que quienes proyectan dichas sombras son unos como ellos, aunque, claro, con más poder y más tiempo en el oficio. Los experimentados, que son los que dejan solo de contemplar, deben de sentir como un despertar, tal vez todavía haya algunos que duden y se desorienten y vuelvan solo a contemplar creyéndolo algo tabú, algo errado o de puro miedo. El que fuma tal vez haya olvidado su primera calada, el toser y sus pestañas como pesadas queriéndose cerrar, parpadeantes; no se cierra la posibilidad de la existencia de uno que otro precoz, excepciones a la regla. Hay primeras veces que con seguridad experimentan con más naturalidad un género que otro no, parir por ejemplo. Así, entonces, no se puede hablar de errores y usar de excusa a partir de ello. Tampoco tendría que ser necesario el probar en carne propia. La libertad y entre ellas la libertad de expresión se pueden usar de excusa y son muy buenas, armas de doble filo, Jano. No es tampoco que se diga siempre que se debe poner y qué no. Si ya alguno que diose cuenta de que quienes manejan las sombras son como él mismo, es seguro que los que manejan dichas sombras también sepan, y hasta con más anticipación, que hay uno que ya no está solo contemplando, tiene que hacerlo suyo o puede despertar a los demás. En el estadio anterior pueda que resulte más difícil, pues seguro están todavía más obnubilados. Los otros estarían en una encrucijada, aunque según otros hasta podría ser ventajoso que se tome parte del equipo ganador y se deje a los otros a su suerte, ser un malvado. Tal vez aunque no se termine siguiendo a quienes proyectaban las sombras, inclusive teniendo que huir o ser exiliado y no gozar de sus beneficios, por su propia seguridad no podrían y tendrían que dejar que las cosas sigan su curso. Quiénes pues a su costo sabiendo ya luego de reprimendas y hasta peores castigos tratarían de despertar a otros? Tal vez también hasta queriendo hacer bien terminen haciendo mal o haciendo que otros los odien, esos mismos a quienes querían ayudar. La cuestión no sería ahora si ser individualista o no, sino saber cuando serlo y cuando no; podría ser el por qué de algunos que no son fácil de amistad. Cosa que empeora aún mas es una generalización precipitada, pues por qué unos cientos hagan o se les identifique con algo en particular, no es que millones hagan lo mismo. Particulares haciendo particularidades que afectan a generalidades en su particularidad, ningún contrapeso, pero lamentablemente a veces suele suceder. Tiene algo que ver la justicia con la desproporcionalidad? Con fe a que siempre terminan juntas las cosas que de verdad se quieren. Tantos y tantos años y se siguen haciendo tonterías. Ni siquiera deberían leer esto, sean ustedes mismos siempre.