“Faites”

En el primer año de secundaria, orgullosamente de un colegio estatal, nos solíamos retar a tumbadas en la parte del fondo del aula. Esto sucedía cuando había alguna reunión de profesores o algo los retrasaba y, por ello, no estaban impartiendo clases. Éramos entre cinco y seis parejas compitiendo; los ganadores se enfrentaban entre sí y los que perdían hacían lo mismo entre ellos. También se enfrentaban los que querían probarse unos con otros o retar a los que solo se quedaban mirando. Los que más sufrían las caídas eran los uniformes plomos, “gris rata”. De trece secciones de primero, las primeras cuatro eran solo para chicas; luego recién venían las secciones de chicos. Por encima de la nuestra había cinco secciones más. Cada sección tenía entre treinta y treinta y cinco alumnos, a quienes nos agrupaban por edad. Entre todos los que nos retábamos a tumbadas en el fondo del aula, sobresalía uno que, en estatura, era uno de los más pequeños. Aunque no era común llamarlo por su apelativo, le decíamos Faites. Lo más habitual era llamarnos por nuestros apellidos. Él, a pesar de su tamaño, tumbaba a todos. Obvio que también me medí con él y, aunque resistí un poco, terminé en el piso. Hasta ese momento no sabía bien por qué, a pesar de la diferencia de estatura, era el que vencía en los retos. Tiempo después no recuerdo bien si fue ese mismo año o un año más tarde, mientras paseaba por la calle, por el lugar de mercado callejero donde se venden frutas, verduras y tubérculos en general, me lo crucé. Nos saludamos con una movida de cabeza y una sonrisa de mi parte; él también me miró y se rio. Sonrisa cómplice de quienes comparten tiempo en un aula y colegio. Mi promoción, mi compañero Faites llevaba un saco de papas a sus espaldas. Saco que pesaría, calculo, entre cuarenta y cincuenta kilos. Algo que yo nunca tuve que hacer. No tendríamos más de trece años.

Pesadilla despierta del futuro

Muchas advertencias fueron dadas en sueños, las cuales al principio no entendía. En un futuro, por un sueño, su conciencia reaccionó a lo que le rodeaba. Lo que antes veía como normal se le hizo una carga difícil de llevar. Entre otras situaciones, como el así llamado “trabajo” más antiguo del mundo, ahora se acompañaba con animales. Preferentemente canes, aunque estaban presentes más especies en su lujuria. En ese tiempo, ya estaba normalizada la zoofilia. Se habían equiparado los derechos humanos con los derechos animales. Todas las mascotas recibían un trato como si de un humano se tratase: fiestas de cumpleaños, herencias, uso de vestidos, pañales, funerales y entierros. Como tantos otros que intentaron reaccionar ante tales hechos, se les ridiculizaba y, si seguían en su empeño, se les reprimía; luego se los criminalizaba. Porque no había ninguno que no participase en sus costumbres: como un inmoral queriendo dar ejemplo a un amoral, o viceversa. Otra de las “normalidades” era la normalización y sindicalización de quienes, antes, eran criminales. Los perros y los delincuentes ahora eran los preferidos; no se les podía tocar para educar e intentar enderezar a ninguno. Ser encarcelado se veía hasta como honroso, pues de él se salía menos “sano”, más avivado con nuevas mañas. Los malhechores en la calle tenían su cuota de hacer sus maldades, pero, claro, no podían sobrepasar sus malas ganancias; estaban controlados por el Estado, que desde siempre tuvo el monopolio del poder. Como los criminales estaban sindicalizados, pagaban sus impuestos, su cuota del “mercado” de la “labor” delincuencial. Era lo único que no había cambiado: el Estado, el primer abusivo y ladrón. Lo aborrecible de la zoofilia no era únicamente algo de “trabajadores” del sexo; también era avalado en las neo-familias, incluso con matrimonios con sus animales de su preferencia. Era una sociedad inmoral en camino a la completa amoralidad. 

             Se remordía de las aberraciones que había hecho y veía hacer, quería hacer algo contra ello, pero estaba controlado. Habría que intentar ser todo lo antisocial, paria, ermitaño y asceta que se pueda; de otro modo, se sería un salvaje empoderado, un delincuente déspota ilustrado. No había confianza, si la traición, la mentira era lo común. Ser marginado por hacer lo correcto. Tal vez los sueños eran el único espacio real. Recurrir a las pocas obras literarias que se podían conseguir como contrabando. Sí, los libros en ese mal futuro eran solo de gente con poder y dinero. Todo lo demás era basura y aberraciones. Un mundo donde se era “adulto” desde las más tiernas infancias. A nadie le importaba ninguna condición más que la de su propio placer. Estaban muertos solo para morir de nuevo.

Cintia

Qué no sería una mirada sino una señal? Uno no mira, sobre todo por mucho tiempo, algo que no le gusta; salvo que también sea solo por obligación y a la fuerza. Y me mirabas. Me hacía y todavía, al recordar, me hace sentir especial. Una mirada de existir un poco más. Ser algo menos finito dentro de lo infinito. Tal vez nos hubiéramos hecho más viejos juntos. Jamás hubiese querido dejar de mirarte. Tampoco se puede hablar sin antes mirar. Ciego, pero dicen que es ciego. Felizmente, no es también mudo, sería muy triste no poder mirar algo que nos gusta ni poder hablar (escribir) de ello. Me hubiese muerto por ti, hubiese sido otro. Que me mires y mirarte me daba un temor, pero temor del bueno, de quitar el maquillaje y encontrarme a mí mismo. Y hablamos, muy poco, pero lo hicimos; pena que, como para todo lo bueno, nunca es suficiente cualquier tiempo. Creo que pude haberte hablado más y así pude haber muerto un poco más de nuevo. Un cadáver contento y realizado. Ya no hubiera sido solo yo, sería una cadena. Dos manos entrelazadas, un caminar compasado de cuatro pies. Y no te miraba tanto como quisiera por temor a incomodar. Una falta de no tener alguien que me mirase como me mirabas. Ahora estás en mis pensamientos, y tal vez así sea mejor. Parece que todo lo que es, es lo mejor. Tendríamos que haber caminado hasta que se acabe la avenida y, si fuera posible, inventar otras. Hacer otras calles, lugares nuevos, otros futuros. Hubiese querido hacer contigo una historia como la de Dante y Beatriz, hacer otra nueva Vita Nuova. Pero al final fui tan yo, queriendo e intentando no ser como los demás animales. Y el tiempo pasó, lo dejé pasar. Al menos sé que has existido y tu nombre.

 

 

Innecesidades

De las primeras y mayores cosas que más detesto y que tendría que nombrar, sería la brujería. Esta cortoplacista y facilista acción es preferir lo oscuro y el engaño a la verdad y a la claridad. Este muy vergonzoso acto debe ser lo más cercano a la mentira de forma concreta; sea como sea que se le quiera maquillar, magia blanca o negra o del color que sea, son igual de tristes, estúpidas y banales. No representan otra cosa más que una traición a su Creador. Luego en la lista podría venir el desperdicio de alimentos. Se pierde toda la esencia de la comida al ser vistos y transformados en objetos lúdicos, juguetes de concursos de televisión. Reniego cada vez que me ha tocado ver el desperdicio de harina y huevo en la cabeza de alguien por celebrar un cumpleaños o final de un ciclo escolar. Aunque a veces se me olvida o es que quizás trate de ignorarlo, no me gusta ir a restaurantes para no ver toda la comida sobrada (desperdiciada) en el plato de alguien. Me parece que hay que ser demasiado tonto para no saber qué y cuánto se come para no tener que desperdiciar. Les deseo a todos esos que si alguna vez hubiese hambruna, tengan que comer pasto o tierra. Muy ligado a eso está el desperdicio de agua y el desperdicio en general. También habría que ser otro lelo como para no saber llegar a la hora, sobre todo cuando uno mismo es quien fijó el momento. Aunque esto último podría ser un poco más excusable, pues pueden haber motivos de verdadera fuerza mayor. Despotrico también de los criadores de canes irresponsables que no recogen sus excretas y peor de quienes sus bravos y amados perros ataquen a algún anciano o niño. A esos desalmados quienes los abandonan, lo que ya imcumbe a otra clase de mascotas en general. Detesto asimismo el apego casi ya fanatismo e idolatría al alcohol, y aunque en algún tiempo derroche algo de dinero y tiempo en ello, ya no lo hago más. Y dentro de todo esa locura consumista, detesto la usura. Crear necesidad en las personas, necesidades innecesarias. Adicción. Jamás me va a cuadrar la idea (excusa) de “la oferta y la demanda”; por sobre todo tendría que primar la razón. Todo fuera de la razón no son otra cosa que ilusiones, mentiras. La inteligencia y la razón no pueden estar ligadas en ningún sentido al desperdicio, a lo fútil. Nunca será mejor destruir que crear.

Las mimosas, ladridos y edificios

La otra vez, casi después de tres décadas, pase por un parque. De niño, en vacaciones de verano, a veces solía ir junto a mi madre y mi bisabuela. Al mes iríamos unas tres o cuatro veces y si no, dábamos vueltas por las calles y otros parques. Está como a seis cuadras de donde nos quedábamos y a menos de tres cuadras del malecón. La hora de ir sería entre las tres y la cinco de la tarde, cuando el sol ya no quemaba tanto. A diferencia de los otros, en este uno se podía recostar.  Ambas se recostaban y se quedaban así tal vez cerca de una hora o un poco más. Mientras tanto, no muy lejos, andaba mirando hormigas o a qué árbol de mimosa se podría subir. También estaba atento a que pase al señor que vendía helados en su clásico triciclo. Ahora en los alrededores hay más edificios de departamentos de veinticuatro a veintiséis pisos. En ese tiempo solo había casas de a lo más dos pisos o hasta tres con el semisótano incluido. En todos esos altos edificios lo más seguro es que haya muchos con canes como compañía. Pusieron bancas alrededor y dentro de sus vías, lo que antes no existía. Del parque, que es triangular, hay un espacio de al menos una décima parte del tamaño total, destinado, concretamente, a los que emiten ladridos. Tener ese espacio tampoco garantiza que esas mascotas estén únicamente en ese lugar, pues se les puede encontrar en cualquier parte del espacio total. Bien por los buenos criadores de perros quienes de forma responsable recogen las excreciones de sus animales y las depositan donde se debe. Lo más seguro es que no todos son lo suficientemente responsables. Ahora es difícil encontrar un lugar donde estar recostado, no hay seguridad de encontrar un espacio limpio de heces y orinas. Se hace forzoso usar las bancas. En todo estos cerca de tres decenios, como ya lo dijimos, y no solo en ese lugar, los grandes edificios de viviendas han aumentado, pero no con ellos el tamaño de los desagües ni alcantarillas. Tal vez, en algún momento, de tanto estar sobrecargados, colapsen y exploten hasta llegar a generar una crisis de salud pública. Alguna vez, quién sabe, el virus de la rabia evolucione, se vuelva más agresivo. Y qué penoso, por otra parte, depender de algún animal para tener emociones medianamente estables. Hasta lindar con la idolatría. A ese ritmo, los parques ya no serán para las personas. Y el mar, qué será del mar.

 

A una patria de un antipatria

Este país, si no fuese por todos sus políticos corruptos que tuvo, sería una maravilla. No es que no lo sea, con todos sus paisajes, restos arqueológicos, gastronomía y cultura en general; pero siempre se pudo y se podrá haber hecho más. Preferir el enriquecimiento personal, teniendo una responsabilidad mayor para con sus conciudadanos, no puede ser más que un acto deplorable, traicionero. Porque todo ese dinero podría haber sido para hacer más y mejores obras, unas que duren y no se caigan a pedazos en menos de un par de años. Todos ustedes innombrables corruptos me volvieron un antipatria. Felizmente soy alguien quien gusta de hacer lo contrario, si me desprecias alguna verdura de la sopa o segundo, aprenderé a terminar todo el plato sin dejar nada. No voy a desperdiciar la comida. Para mí no existe ni existirá nunca la bien conocida “hora Cabana” y es más la detesto. Cuando te vea y oiga chovinista, más querré a toda mi patria, la que no es solo esta. Porque ya aprendí a quererla y eso hace que quiera más, que quiera a todo mi continente. Mientras todos ustedes solo piensan en lucrar, más creeré y me apegaré en Baruch y en su riqueza solo como medio y nunca como fin. Ahora solo pensar en algunos que te quieran dividir, con sus banderas estrafalarias multicolores, anacrónicas y sin sustento o con sus banderas de falso enlutamiento, hace que mi odio se encienda y se irrite más. Esos seres traidores olvidan que ya has sido suficientemente recortada, de ti no se debería perder ningún pedazo más. Igual o peor que algún despreciable corrupto, es algún cualquiera que te quiera dividir. Si no fuese por todos tus malditos políticos corruptos, tendrías igual o más que el gran país de las murallas, rascacielos y trenes de alta velocidad. Sin ninguno de esos felones corruptos se podría caminar de madrugada sin temor de ser robado, de ser asaltado, incluso asesinado. Todo ese daño le han hecho ustedes incivilizados seudo “líderes” políticos, por más traje o corbata o sombreros y títulos académicos que puedan tener. Han pensado egoístamente solo en sus intereses. Aquí tendría que entrar un buen hache de pe para todos ustedes. Solo han pensado en robar. Espero puedas despertar, espero que algunos te quieran de verdad. Espero no llegues a creer de nuevo en mentiras adornadas de ni ningún encantador de serpientes. Por más bandera negra que pueda enarbolar, voy a desear que seas más grande, más desarrollado, de verdad libre. Ojalá sigan así de mentirosos y sinvergüenzas en sus fechorías, que no encuentren arrepentimiento, para que acaben en el infierno. Ustedes son peor que delincuentes comunes porque roban, además de la riqueza, el futuro de toda una sociedad. 

IHS

Dos años, para Él solo han pasado dos años. Todos estos dos mil y veintitantos años para Él solo fueron como setecientos treinta días. Tal vez todos también alguna vez podamos vencer al sueño y, en su Santísimo Nombre, ser luz y nada más que luz. Podrían haber sido dos y hasta un solo año, un solo día, pero nos da mucha ventaja como su misericordia. Salvador desde el principio. Dos mil años de tantas matanzas y nada ha cambiado. Cuántas enseñanzas desdeñadas, traicionadas! Los podrías haber destruido, mandar a tus ángeles y que los eliminen de mil en mil, de diez mil en diez mil y no quedaría nadie; mas los perdonaste! Podrías haber hecho que los elementos de la naturaleza los destruyeran, de nuevo lluvia de azufre ardiendo aunque esta vez a todos, pero tuviste lo que no tuvieron contigo: compasión! Les diste una nueva oportunidad. En todo este tiempo no existiría ninguna ley, cuento ni menos palabra y todo es solo porque así lo permites. Como tener la conciencia consciente, el alma encendida y brillante, en todo tiempo y momento y prevalecer, incluso, en la muerte y hasta en el infierno; claro, sin haber merecido estar en ellos pero salir victorioso igual. Y seguro rescataste todas las almas ya perdonadas de los tuyos! De algún modo en cualquier momento tendría que acabar lo malo y a este solo lo acaba lo bueno. Verdadera justicia solo la puede impartir alguien que ve en el pasado, presente y en el futuro, en el interior de cada ser con algún atisbo de consciencia. Ningún no existente o muerto puede salvar, solo salva alguien que Es y vive, alguien que ha vencido desde el inicio. No salva ni menos da vida algo que nunca ha existido, algo que no se puede salvar ni a sí mismo. Verdadero salvador solo puede ser quien tiene su propia vida en sus manos, solo el que ha vencido puede salvar y perdonar. Todos los demás simples mortales solo somos dependientes, como se dice formalmente, contingentes. Pasas como un viento por sobre todos y ya nos ha conocido, ya nos ha juzgado. Y no hay nadie más justo que Él. El Único quien no puede ser burlado, nadie que pueda decir, «me ocultaré y jamás seré hallado». Primer Único Viviente Rey y Señor en y de todas las dimensiones.

Rey Universal

Cómo un Rey Universal podría ser pobre, o lo que para otros podría resultar lo mismo, vivir con lo necesario? Lo que lo enaltece y lo ennoblece más es que siendo un rey de tal magnitud pueda y sepa vivir con lo poco, usar lo justo. Lo práctico y sencillo hecho persona. Todo lo extremo y contrario de algunos quienes incluso se endeudan por mantener su vanidad u algunos “líderes” que roban a su propio país. Porque si de este Rey son todas sus tierras (planetas), entonces quedamos en ella y de esa forma también es dueño de uno; la tierra que somos uno mismo. Qué sería de cualquier mundo lleno de vicios y despilfarradores? Encontrar a alguien que escoja y prefiera el ayuno pudiendo alimentarse con todos los manjares posibles. Quién sería el que a pesar de poder tener esclavos y esposas a sus pies elija dejar libres a todos y preferir la castidad!? Un Ser cuyas únicas posesiones son una túnica y un par de sandalias. Para poder al menos intentar vencer a la muerte sería bueno y mejor primero intentar vencer a uno mismo; poder vencer a la vida! Todas las cosas le pertenecen al que vive más tiempo, a un inmortal, el mismísimo dueño del tiempo; todos los demás solo cuidamos lo que creemos poseer, nuestra ilusión de que algo nos pertenece. Tal vez solo a alguien que ha demostrado que puede desprenderse de todo se le puede dar eso mismo. Si uno desea apagar un fuego no se lo alimenta con más combustible. 

            Pobreza puede ser un término muy relativo, pues lo que para unos es un sencillo, propina, para otros es toda la paga de un mes. Como el menú de más de un salario mínimo. La economía tendría que ser siempre un medio y nunca un fin, como que ya no le puedes sacar más líquido a algún objeto seco. Si se ve a algo como un fin no importa si se desgasta, depreda, exprime y elimina todo su contenido; en cambio, al ver algo como un medio, se lo mantiene, protege, se lo toma como un escalón para otro fin mucho mayor. No es el objetivo mayor de cualquier viviente que su especie se mantenga en el tiempo y no se extinga? Con excesos es muy difícil mantener y sustentar lo que es finito. Si todos siguiéramos los pasos de un rey glotón, bebedor, mujeriego y vicioso en general, a la larga, terminaríamos con hambrunas y deformes por la endogamia. Guerras por agua y comida. Pareciera que su planeta les parece grande, y en cierto modo lo es, pero ni grande ni inmenso son sinónimos de infinito. Porque tal vez en el fondo lo que vista y alimente a alguien no sea ni su sudor ni su dinero, sino lo mismo que nutre y abriga a los campos y demás animales en general. A todos los demás quienes morimos nos envuelven las circunstancias. Tener la potestad de hacer de alguien no un caballero, sino un ángel verdadero.

Contraextinción

Qué podría diferenciar a la ciencia del mero conocimiento? Más allá de cómo es que se adquiere y retiene lo que podemos llegar a saber, lo cierto es que todos sabemos algo. Partes de algún saber que deberían cooperar en lugar de pugnar. Desde lo que podría ser lo rudimentario y básico, hasta lo que puede llegar a ser más complejo, es posible llegar a aprender y a crear. De una mascota entrenada y de la que se puede decir que sabe reconocer señales y órdenes, resulta difícil poder decir que tal animal tenga consigo ciencia. De igual forma de algún ser que sepa y pueda crear un arma (herramienta), por más maravillosa e ingeniosa que sea, con el solo fin de dañar, incluso a sí mismo, es complicado reconocer en ello algo científico. Qué ciencia puede haber en la mera destrucción!? Tal vez se tendría algo más de ciencia si con algún conocimiento se hicieran cualquier tipo de obras con el fin único de edificar, de sanar. Qué sería de un médico que engaña a sus pacientes y, peor aún, se engañe a sí mismo al creer que puede salvar una vida, cuando no es así, o creer a una vida perdida cuando tampoco es así; recetar medicinas equivocadas! Si se pudiese hacer alguna ciencia de la política, qué de científico habría en realizar, avalar, y enmascarar actos de corrupción!? Porque su problema no es su ideología, sino la falta de consecuencia con sus valores y su historia. En ese sentido, si hay algo que se pueda llamar ciencia, tendría que ser todo lo opuesto a la destrucción, a lo corrupto y más bien luchar contra ello; encontrar un antídoto a la entropía. Cómo podría la verdad destruir y la mentira construir? Esto sería solo en el caso de una vida llena de vicios y malvados, un mundo invertido. En un mundo ideal lo único que la verdad destruye es la mentira. Cómo podría ser la mentira parte de la ciencia? Un conocimiento orientado a la maldad no podría hacer otra cosa sino solo destruir, todo lo opuesto al fin primero de la sapiencia que, en el peor de los casos, intenta y desea dilucidar, esclarecer. Al contrario de dar luces las mentiras solo oscurecen, en ningún sentido podrían ser sustento de ninguna construcción. Como desear alumbrar el camino con oscuridad, seguir solo sombras. Para casi todo lo demás existe el diálogo excepto para lo falso. La “ciencia” de la concupiscencia.

      Si al final de sus días el así llamado sapiens sapiens solo consiguió depredar, contaminar y autodestruir su ambiente, será porque nunca jamás en su existencia conoció lo que puede llegar a tener la denominación de ciencia. Será también porque jamás se sintió parte de lo que le rodea y más bien lo trató como a su peor enemigo. Mal y demasiado rival se habría buscado el simio sin cola con ropa, pues la naturaleza seguro destruye a lo que la quiere destruir. Cualquier criatura autodenominada inteligente, por el solo hecho de llegar al borde de la extinción, sería debido a que en su existencia solo alcanzó a tener un conocimiento egoísta que lo mantuvo en estado de sobrevivencia. Solo una bestia desquiciada podría ir de forma alocada y violenta hacía la muerte sin que nada más le importe. Qué de inteligente o científico puede tener y haber en un ser que lleva a la extinción a otras especies y a sí mismo?

Manzana tóxica y podrida acaramelada

Hay una falacia, que, si bien en algún tiempo medieval pudo haber sido lícita, en la actualidad no es más que un mero prejuicio; en el peor de los casos, ya debería ya ser uno de tantos. El sesgo relacionado con las prendas que alguien pueda vestir reza: “como te ven, te tratan”. Se olvida en ese momento que la diferencia entre la vestimenta de alguno de la realeza y cualquier vasallo en alguna época pasada seguro era mucho más marcada, mas parece que algunos quedaron atornillados en ideas de épocas ya históricas. Tal vez esta ya mala frase podría conservar vigencia si no hubiera los famosos ladrones, corruptos de cuello blanco; más bien ahora se hace común los delincuentes con camisa. La vestimenta sobre todo y con mayor razón en estos tiempos no hace más que enmascarar a un pillo y estafador como una persona de bien. De qué vale usar la mejor y más cara marca de ropa si se es un delincuente? En una época antigua no cualquiera tenía uno o más de un corcel y su carruaje con su respectivo cochero ni menos a alguien encargado de que lo vista y desvista. Por más de no saber qué pueda ser la hermenéutica ni la exégesis, debería haber algún mínimo sentido común que nos diga que no se puede mirar con ojos actuales las costumbres y comportamientos antiguos. Solo a uno sin vida y con muchos resentimientos y complejos le importaría qué marca y modelo de zapatos o zapatillas calce alguien, así como cualquier otra prenda. El principal y gravísimo problema, en algunos casos relacionados a la creación de vestimenta, es la explotación, la mano de obra que linda con la esclavitud. Otro grave problema que acompaña a este prejuicio es todo el montón de desperdicio, incluso tóxico, que se genera desde la fabricación, como tintes arrojados a ríos, hasta la contaminación de todas esas ropas como cerros de basura al ser descartadas. Ni hablar de los problemas a la salud pública por contaminación de metales como el plomo, cadmio entre otros provenientes de tintes baratos que se usan en la fabricación. Ropas prohibidas en unos países que se venden libremente en otros. Sería bueno que los prejuicios y falacias de algunas frases y expresiones, sobre todo antiguas, quedaran, además de en su tiempo, en algo teórico, sin embargo, se convierten en abuso hacía otras personas, además de hacer campos y aguas contaminadas en la realidad, en la naturaleza. Así como superficial puede ser la idea de alguno, así con esa misma idea superflua juzga a otro, lo que es un grave error. Lo que importa de una persona jamás de los jamases radicará en lo que traiga puesta.