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Una tarde para amar

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Fue de un momento a otro, quería quedarme viendo un partido de fútbol y uno de mis hijos me dijo para ir a la Feria del Libro… no estaba mal, aunque hubiera preferido hacerlo el día anterior y no se dio. Fuimos almorzando algo rápido, había que alcanzar la presentación del libro de Fischman sobre algo de la inteligencia y ya no alcanzamos, pues el aforo del lugar no daba espacio. Sin embargo, había otras opciones y nos permitió compartir algo sobre poesía y nuevos poetas (al menos para mí), en este caso a Diego Martín Eguiguren.

De alguna manera me devolvió a la magia de las letras y de las tramas (y traumas) que acompañan normalmente a cada autor, lo cual siempre está rodeado de diversos misterios, empezando por cómo cada quien trata de entenderse a sí mismo y descubrir su propio camino en la vida. Cómo ello está rodeado de experiencias de soledad diversas, penas profundas aunque gratuidades de amor que permiten avanzar sin “tirar la toalla”. Sensibilidades que van permitiendo describir mundos aparentemente muy propios pero que no hacen otra cosa que comunicar lo que mucha gente quisiera hablar y no sabe cómo. Y logra captar y lograr una sintonía en la cual rápidamente alguna (o mucha) gente va identificándose. Pero, sobre todo, lo sabe hacer con ese arte del verso, con la pausa y el verbo que le da la lozanía necesaria para asentarse con la armonía necesaria.

Encontrando las palabras que, desde el mismo nombre del poemario lo expresan, como mencionar algo como las “luces dormidas”. Después coincidimos con Elid Brindis, a quien tampoco conocía realmente. Se trata de un mexicano que radica en Perú hace unos 7 años, por voluntad propia, cumpliendo un “autoexilio” como lo alude también el nombre de su libro (“Poemas del autoexilio”). ¿Cómo no apreciar la vida a través de autores que nos narran algunas dificultades propias pero que nos transmiten ante todo vida y valoración de todo lo que les rodea, casi sin darse cuenta? Resulta muchas veces contradictorio y es parte de una de las magias que transmiten los escritores. Se quejan del amor y te enseñan a valorar mejor el amor, desde tan diversas aristas y situaciones…

No podía faltar el cuento. Debo confesar que me jaló especialmente el tema del libro, pues decía “Mirar más allá”. Inicialmente pensé que se trataba de alguna reflexión filosófica o política (bien vendría). Fue grata mi sorpresa que se trataba de un cuento infantil, estando ya en el lugar, algo estrecho, en el que tocó este coloquio. Más gusto que la editorial a su cargo fuera Santa María, con quien tengo cercanías por otras labores. Personajes del cuento como Micaela, encierran una significación que nos ayudan a descubrir los retos de niñas y niños en su caminar diverso. Cuya trama se vive desde muy pequeños, porque es desde la primera infancia (incluso desde la propia barriga en que se gesta), el que se va haciendo cada persona. Donde la figura del padre marca un derrotero formativo desde la simpleza de sus enseñanzas, como decirle ”Micaela, aprende siempre a mirar más allá, pero sin tropezarte”. Así también, los escenarios de migración, el contraste cultural de ir del campo a la ciudad, la importancia de encontrar espacios como una ludoteca para encaminarse mejor en su formación y otra serie de detalles.

Entre poesía y relatos diversos me sentí como en una sesión maratónica de filosofía, despertando deseos de inspiración y ganas de amar más y mejor, de construir sueños y seguir queriendo hacerlos realidad. Empezando por mis hijos y mi esposa. Siguiendo por mi familia ampliada, mi comunidad CVX, mis compañeros/as de trabajo. Así tantas personas con las cuales he recorrido mi propio camino. Gracias a cada uno por todo lo que me aportan y me permiten compartir.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 29 de julio de 2017

Bailecito y política

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Volvió a practicar el bailecito en público, aunque esta vez sin la misma gracia, como ocurrió el año pasado con el inicio de su gobierno. PPK, sin embargo, apareció sobrio y sonriente, seguro aunque huérfano de aplausos en muchas partes de su discurso. No es de extrañar, pues su bancada es bastante pequeña y, si no se ayudaba de la plana ministerial presente en el hemiciclo, no hubiera contado con un mínimo de algarabía o eco.

No obstante, fueron importantes algunos detalles generales del balance del primer año de gobierno de PPK. Empezando por repartir impreso el detalle de su balance, lo cual permitió no entrar en demasiado detalle. Fue un gesto importante reconocer la labor cívica de peruanos de a pie, representado en varios invitados especiales, rindiendo un homenaje y situando la importancia de lo acontecido con la Emergencia vivida por el exceso de lluvias y desastres naturales derivados de ello, especialmente en el norte.

Fueron importantes las iniciativas de ley que se plantearon, poniendo atención en ayudar a resolver temas de informalidad o desorden que no siempre llegan a buen puerto. Temas como el desorden del tráfico en Lima y Callao es un pedido muy sentido, más aún, porque Lima es una ciudad que tiene que ordenarse si se quiere que funcione de la mejor para todos y nos agobie menos de lo que ya supone los tiempos que uno tiene que invertir para trasladarse de un lugar a otro. También por los accidentes frecuentes y las muertes.

A ello se sumó el tema de un mayor control en los temas de funcionamiento de negocios y calidad de trabajo. Aunque no va superarse estos temas con más leyes, algunas normas como las planteadas pueden ayudar en el propósito. También se podría aplicar a los temas de la regionalización que se requiere ajustar a una mayor eficiencia de funcionamiento y responsabilidad de sus diversos niveles de gobierno. Especialmente para encaminar grandes obras, pero también para garantizar una mayor efectividad en el desarrollo de los servicios básicos de educación, salud, agua y desagüe, seguridad, entre otros.

Ha sido importante que se mencione nuevamente metas como continuar con la reducción de la pobreza (llegar al 2021 a 15% y reducir la pobreza extrema al 1.5%), de la mano con el crecimiento económico, el cual, pese a dificultades internacionales y climáticas no se ha detenido, aunque ha bajado sensiblemente. Claro, uno siempre se pregunta, cómo es que alrededor de dicha meta o propósito nacional no se firma un pacto más agresivo de trabajo con todas las fuerzas políticas y la sociedad civil. El lado poco claro de ésta parte es que no se mencionó mucho alrededor de los conflictos sociales que se han seguido sucediendo en el país. Sobre todo, porque suele ser una situación recurrente con diversos orígenes. No es un mal sólo de éste gobierno.

Claro, se habla de dialogar, de tomar en cuenta mejor a la población en sus demandas. Pero no se ve una política clara en la dimensión de la concertación y de los mecanismos a utilizar para encaminar dicho propósito. Por ejemplo, al Acuerdo Nacional ni se le mencionó; tampoco se señaló el generar iniciativas concretas, más allá de cierto diálogo con algunas fuerzas políticas que ya se ha venido realizando, más por la presión de ciertos acontecimientos que de una voluntad política real. Especialmente la lucha anticorrupción debiera ser otro tema clave sobre el que podría tejerse algo al respecto. Sin embargo, más pesan los temores y la poca autocrítica.

Sin embargo, es cierto también que frente a gobiernos que no tienen una experiencia política acumulada, como han sido 3 de los últimos 4 gobiernos, se tiene que pensar en cómo se puede cooperar en las soluciones, con sentido muy crítico, pero con alternativas y disponibilidad técnica en lo que se tenga posibilidad de aportar. No podemos dar el lujo de perder otro lustro más “para el olvido”, donde la población no siente que crece su sentido ciudadano y que las cosas se siguen arreglando de manera distinta a lo que se prometió en las elecciones.

Una última cosa. El gobierno tiene que dar una imagen de capacidad técnica y buena gestión. Pero un gobernante es ante todo y debe cumplir su rol de gobernante (es decir, político), gestando un horizonte de hacia dónde se quiere dirigir y de cómo todos, de alguna u otra manera, nos podemos sentir parte de ello. Tiene que mostrar capacidad y voluntad política para las cosas que tiene entre manos. Por ejemplo, Perú una sola fuerza, tiene que ser más que un lema y un propósito. Tiene que marcar el conjunto de las políticas públicas y la gestión del gobierno.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 28 de julio de 2017

Familia agradable

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Hay amistades que se preservan en el tiempo, más allá de lejanías, continuidades, coincidencias, etc. Lazos que unen por diversos motivos, ya fuera la “tierra” (el terruño de origen), la familia y las amistades que se construyeron en algún momento, el sentido de agradecimiento hacia las personas que estuvieron en parte del camino de uno, la educación y formación profesional que se recibió en algún momento… Son diversas razones.

Era una postal de amor la que nos regalaron Fernando y Maruja, hablando – haciendo la homilía de la Eucaristía que celebraron por sus 25 años de matrimonio. Contando sobre algunas de sus experiencias en ese caminar de pareja, de hijos, de familia que les tocó vivir, desde un país vecino como Brasil que los acogió y les permitió acostumbrarse a él, a darse un rumbo, normalmente sin contar con un “plan B” en las decisiones que iban tomando, pero en las que supieron encontrar la voluntad de Dios en sus vidas, desarrollarse, sin olvidar sus raíces.

Qué duda cabe que algo así lo lleva a uno a considerar ambos lugares (países en este caso) como lugares que uno aprende a amar. Me hace recordar mi propia experiencia (muy en pequeño) de haber nacido y vivido mis primeros 15 años en Piura y, después, haber estudiado y vivido ya varios lustros en Lima. Con un valioso paréntesis de 3 años en San Ignacio (Cajamarca) y la posibilidad profesional de recorrer mucho el país durante muchos de esos años. Uno va amando lo que conoce y se va entroncando en diversas circunstancias que pasan a ser propias.

Contradiciendo a veces algunos planes propios o deseados. Como Maruja y Fernando nos contaban, probablemente ella no hubiera deseado dedicarse a la educación o ser algo “gitana” y la vida le llevó a asumir algo de ello, hoy recogido con mucho sentido de agradecimiento. De entender que Dios (el “destino” podrían decir algunos) nos va llevando por caminos diversos y, en ellos, nos vamos dando la posibilidad de descubrir su presencia, presencia del significado profundo de lo que significa amar, el amor descubierto incluso en lo inicialmente no deseado. Más bien hoy se ha dedicado a estudiar una profesión complementaria como lingüística.

Para coronar éste tramo familiar, nos traían la noticia sobre Paulo, el mayor de los “chicos”, y el término de su carrera de Biología y graduación satisfactoria. En algo que nos pareció muy peculiar, una tesis sobre un juego para mejorar la metodología de enseñanza del curso de bioquímica, al parecer algo complicado para el común de los estudiantes que lo llevan. Me hacía recordar que el juego es un arma que no sólo funciona con los niños/as, es algo que debiéramos explorar más e incorporar a tantas dimensiones de la vida. Quizá haríamos menos estresantes nuestra sociedad, trabajo, estudios, familia y la vida en general.

Gracias Fernando, Maruja, Paulo y Thiago, familia agradable, unida, inspiradora de lo que Dios hace con nosotros de maneras tan variadas. Y lo hace con todos, tanto con quienes tienen un recorrido como el suyo, así como en quienes han seguido distintos caminos de familia, más integrados o no tanto. Todos son caminos de aprendizaje y donde Dios nos invita a seguir creciendo, más allá de las dificultades, errores que puedan haberse presentado, bifurcaciones… Todos son caminos de los que tenemos que aprender para cultivar y revalorar el sentido de familia en el mundo actual. Así como también tenemos que saber aproximarnos a las nuevas generaciones que traen novedad, otras modas o modos de situarse frente a la vida, a los problemas y a las soluciones posibles.

Son una invitación viva a valorar lo propio de la experiencia familiar. Con sencillez, alegría, haciendo frente a los desafíos diversos, no rehuyendo a los problemas, siendo acogedores y sabiendo celebrar también lo recibido, tanto bien recibido. Un abrazo a cada uno.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 23 de julio de 2017

Francisco nos invita a ser mejores personas, mejor sociedad

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Me preguntaba sobre qué debiéramos discernir los peruanos a propósito de la visita del Papa Francisco en enero próximo. Hay tantos temas de Iglesia, de país, cotidianos o más de fondo… que se podría recurrir a un inventario y no terminar de ponernos de acuerdo. Podríamos situarnos desde los temas que son más afines a la visita como la ecología; los jóvenes y la educación; o la problemática de la corrupción. Y temas más espinosos para la Iglesia como los casos de pedofilia o la situación de cuestionados movimientos laicos como el Sodalicio.

¿Será posible que podamos aprovechar la visita del Papa Francisco para intentar sintonizar algo mejor con sus mensajes? Estos mensajes se inscriben en horizontes amplios, de solidaridad con los más pobres y excluidos, de paz. De cuidado entre nosotros mismos o de la naturaleza; con las novedades que van surgiendo a partir de las diversas tecnologías inventadas por el hombre. Del llamado a un profundo respeto por los seres humanos y la búsqueda de condiciones de convivencia y de un desarrollo equitativo y para todos.

Tanto nuestra Iglesia jerárquica como nuestras autoridades políticas necesitan dar testimonio de mayor tolerancia, justicia, diálogo y solidaridad. Lo cual no es equivalente a generar iniciativas que pueden resultar arbitrarias, como el manoseo que se hace del indulto humanitario, a la medida de quiénes influyen más en los Poderes del Estado. Tampoco hay que negarse a explorar otros caminos de perdón y reconciliación en nuestro país que nos permitan trabajar de modo más acorde en el cierre de brechas que son dramáticas en nuestra sociedad, como la calidad de los servicios de educación y salud; la masificación digital; la pobreza extrema o la desnutrición infantil. Ojalá el Acuerdo Nacional pudiera jugar un papel más activo en ello, o que se lancen nuevas iniciativas desde la sociedad civil, los partidos políticos o los movimientos de Iglesia (por ejemplo, la Mesa de Movimientos Laicales).

La visita del Papa Francisco no es una varita mágica, ni cosa por el estilo. Sin embargo, tiene que inspirarnos a que es posible situarse de otro modo frente a los problemas que nos afectan. Que es posible ser mejor sociedad. Por ejemplo, no sólo contentarnos con descubrir que tenemos una de las mejores culinarias del mundo sino comprometernos a que este logro pueda ser disfrutado por todos los peruanos; no podemos contentarnos con que ello sea sólo un producto para circuitos turísticos. Podemos sobresalir en muchos deportes, pero no queremos que sean sólo chispazos que se presentan como “flor de un día”. Ello tiene que ser trabajado de modo sistemático y serio; convencernos de que se requieren esfuerzos colectivos más amplios a la de un simple o gran gestor.

Tenemos algunos meses para pensar sobre qué nos toca cambiar a cada uno. Cómo aprovechamos la oportunidad para crecer un poquito más como seres humanos, descubriendo la enorme riqueza de ser distintos, singulares, todos necesarios e inigualables. Por tanto, responsables unos de otros, con caminos de bien siempre factibles de ser convergentes. Nuestro querido país nos lo recuerda cotidianamente con su enorme diversidad geográfica, de personas, de expresiones culturales, de niveles tecnológicos y generaciones… Tenemos que poder aceptarnos unos a otros, aprender a acogernos entre cholos, serranos y “chunchos”. Entre “blanquitos”, indígenas, “chinos” y una morenada muy amplia.

Esperemos que en cada Parroquia, en cada municipio (al menos los más directamente implicados), en todas las congregaciones religiosas; en cada familia, en los movimientos laicos y en todas las comunidades cristianas y de diversa índole, nos planteemos ese discernimiento de cómo ser mejores personas y mejores ciudadanos, aprovechando la visita del Papa Francisco. Mejores padres o hijos/as; mejores trabajadores o emprendedores. Mejores constructores de nuestro propio destino de modo solidario.

Guillermo Valera Moreno
Publicado en “La periferia es el centro” (20 de julio)

Hechos y reacciones

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Entre la política y los accidentes que nos enteramos, bien se podría escribir muchas cosas, en una realidad que a veces nos asombra por sus tintes surrealistas, por sus matices de novela, porque quisiéramos que fueran sólo fantasías que nos imaginamos… Pero en verdad, suceden, nos golpean la cara, el corazón y ojala las entrañas, el cerebro.

Como siempre, corremos el riesgo de acostumbrarnos a “hechos límite”, sucesos tan contradictorios como que un Contralor de la República (Edgar Alarcón), encargado de fiscalizar el buen uso de los recursos públicos, sea quien hizo su carrera aprovechando todo resquicio a su favor y lucrar al menor descuido. Corrupto como él sólo. Por cierto, cubriendo lo mejor posible sus espaldas, recurriendo a audios y otras prácticas ilegales para chantajear a sus críticos, no sería extraño, en alianza con las redes aún existentes del Montesinismo.

Resulta que al contralor Alarcón, todavía hay que “probarle” que sus delitos son delitos con todas sus letras y en mayúsculas. Para poder proceder a botarlo, porque esperar que renuncie sería como confundir un árbol con un poste de cables telefónicos o de electricidad. En ello, como en muchos temas, el Congreso de la República (y otras instancias), tendrían que actuar de oficio y agilidad, pero no contamos con políticos probos y la mayoría actual que la gobierna sólo tiene interés en que el actual gobierno fracase. Sin darse cuenta que dicho fracaso sería también su propio fracaso.

El incendio en la zona de las Malvinas ha sido otra muestra de las catacumbas en las que nos movemos (o aún nos asfixiamos). Esperemos que los hechos de muerte que se generaron puedan abrir no sólo nuestros ojos al dato de lo ocurrido. Esperemos que se hagan conciencia más sustantiva de cómo queremos vivir. No es con la explotación al máximo posible del trabajo de las personas; no es con el engaño de la falsedad de marcas de un producto que se ofrece (qué más da si son focos de electricidad o leche evaporada, salvo por cómo afecta a nuestra salud). No es con el lavado de dinero de diversas modalidades como vamos a desarrollar.

En situaciones calientes hay que poner paños fríos se dice. ¿Será el indulto a Fujimori un paño frío realmente? ¿No tacaría más bien resistir a la tentación de dar marcha atrás en la dignificación de la política, honrando los pasos que ya se han dado y evitando que, más bien, se desate un fuego mayor? Aunque no lo parezca, es una fortaleza mantener la rectitud de las decisiones ya tomadas en la experiencia de los últimos 3 lustros.

Si otros personajes tuvieran que pasar por juicios equivalentes, en buena hora. Institucionalicemos mejor nuestro accionar, en el sentido del cumplimiento de la ley y del Estado de Derecho. Seguir por ese camino será la mejor forma de honrar nuestro cercano bicentenario. Necesitamos una reconciliación en nuestro país pero que se entienda basada en la justicia y la dignidad. Que reivindique con autenticidad nuestra independencia y nuestros ancestros mayores.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 1 de julio de 2017

Maneras de querer la vida

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Salir a correr de modo interdiario, un par de vueltas a buena parte del parque González Prada, unos 2,500 metros, es de las cosas más agradables que disfruto en los últimos meses. Pese a que me cuesta hacerlo, vencer a veces perezas, resistencias y simulacros de cansancio durante el trote o sudar a chorros en la fase final de la carrera, cuestión que me favorece para eliminar toxinas diversas. Termino con un baño que me reconforta y me deja muy relajado. Ha sido un gran redescubrimiento.

Pareciera que hubiera reemplazado a mi alicaído estudio del inglés, el cual he venido realizando de modo continuado y con diversas dificultades hasta llegar al Intermedio 10 en el ICPNA. Buena institución, muy profesional, más allá que a veces le toque a uno cierto profesor/a poco cabal o en quien puede más el dar consejos que poner atención en su clase. Con todo, he hecho un paréntesis en el último trimestre, por razones varias, aunque espero recontinuar el siguiente mes, aunque sea los sábados y a paso más lento. Pero no lo dejaré. Me abrió un campo de aprendizaje muy variado y cultural, además de valorar en mí la capacidad de dominar una lengua distinta a la de mi origen. Tan presente lo tengo que recién me encontré con un chinito compañero de clases que se encargó de recordármelo con su sola mirada en confluencia con mis buenos deseos de ello.

Conversamos en comunidad sobre la Eucaristía. Siendo su centro el compartir y recordarnos cada vez que participamos que estamos invitados a compartir con los demás lo que tenemos y lo que somos, empezando por compartir el pan, cuestión que se resume en la comunión, como modo simbólico de compartir el pan en la vida toda. Desde allí adquiere sentido mayor el conjunto de otros símbolos que se ponen en juego, a través de expresiones tales como el servicio, el perdón, la resurrección, el pecado… Haciendo memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesús y de su vida más amplia recogida en los evangelios especialmente. Lo importante de participar de ella en forma regular, sintiéndonos parte de la Iglesia más amplia de Jesús, con diversas expresiones y una misma espiritualidad. Como modo de agradecer “tanto bien recibido”. Como manera de alimentarnos y reciclar nuestra experiencia de vida en Jesús.

Me inscribí a una 5K, organizada por la Sociedad Peruana de síndrome down. Segundo año que lo hago, esta vez con el compromiso de participar más activamente el 2 de julio en el llamado “Pentagonito”. No sé por qué, desde niño siento mucha cercanía por los down, quizás porque en Piura (donde nací y viví mis primeros 15 años) había una entidad que promocionaba su atención y tomó mi atención sobre su problemática. También porque suelen ser personas muy afectivas y humanas. He tenido ocasión de conocer a varias personas así. Lástima que en dicha fecha se cruce la maratón con otra actividad que desarrollan las CVX en El Agustino. En ésta última no podré estar, pues, ésta vez, estaré con los down y a correr.

A mi esposa le debo diversas disculpas por ser tan “trejo”, como dice ella. Le compraré algunas flores y algo rico que le guste. Sé que ella me dirá que para qué gasto en esas cosas, por gusto… Pero lo haré, como una manera de hacer algo distinto con ella y porque también la quiero mucho, por cierto.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 23 de junio de 2017

Horizontes educativos en CONSIGNA

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CONSIGNA es un espacio de confluencia de las diversas labores educativas que se promueven desde los Jesuitas en Perú. Una experiencia que tiene ya más de tres lustros promoviendo una reflexión y apuesta sobre la calidad educativa que deben de contar todos los niveles de educación que se imparten en nuestro país y la necesidad de que ésta no se condicione a los niveles de ingreso de la población, preservando especialmente su gratuidad en la educación básica, aunque no únicamente.

CONSIGNA reúne de modo especial a la red de colegios de Fe y Alegría (80); a los colegios privados (4) que son directamente gestionados por la Congregación; las dos universidades vinculadas (UARM y U. del Pacífico) y la red de ONGs de educación popular (5) que tienen un recorrido de varias décadas. Todos esos años han sido útiles, entre otras cosas, para constatar posibilidades comunes de colaboración e intercambio, valorar las distintas opciones que se desarrollan y las sinergias que se han podido generar, así como comprender mejor el llamado “continuo educativo” por el que pasa normalmente una persona en su proceso de formación, tanto formal como extracurricular y social. Arañando el deseo inconcluso de promover políticas educativas e incidencia sobre el Estado y las esferas de decisión en los temas vinculados.

Nos preguntamos en este tiempo, ¿qué identificamos como nuestro aporte a la sociedad? Por cierto, existe una voz casi unánime de reconocerlo en la educación y formación integral que se busca desarrollar desde las organizaciones con las que se trabaja, apuntando a que ella sea de calidad y sólida en valores. Se pone especial atención en cultivar la reflexión crítica, el conocimiento de la realidad, el manejo de la interculturalidad y llegar a todos los sectores de la sociedad, sin exclusiones de ningún tipo, buscando siempre una especial atención a los sectores menos favorecidos. En esa misma línea, preocupa el compartir inquietudes y realidades diversas de los alumnos (y participantes o beneficiarios directos), sus familias y la gente en general. Se percibe como un aporte el propio trabajo en red que ya se realiza; el crecimiento de los que intervienen como educadores (su constante formación) y la necesidad de aportar al desarrollo de mejores políticas públicas en los diversos niveles del Gobierno, tanto nacional, en las regiones y en los municipios.

De otro lado, indagando en las debilidades o desafíos que encontramos en la labor educativa que se realiza, de modo general, hemos podido constatar que se percibe como debilidades al menos dos cuestiones: (1) La existencia de contextos bastante marcados por la corrupción, la violencia, el machismo y el relativismo de valores. Son cuestiones que se debe tener presente en todas las acciones educativas que se realiza o en las que se quiera dar lugar, procurando un tratamiento sistemático. (2) Un limitado desarrollo (de nuestra parte) de las labores en comunicación e incidencia que son tan necesarios para encaminar y lograr cambios más sustantivos en nuestra sociedad y con proyección de más largo plazo.

En lo que se refiere a los desafíos, hemos recogido el deseo o propósito de sintonizar mejor la labor (y propuestas) de formación e identidad que se realiza con niños y jóvenes y el contexto (o realidades) correspondientes en cada caso. Poner mayor atención en el buen uso de las tecnologías, así como lo correspondiente a las diferencias o brechas generacionales que hoy se plantean. Así mismo, es necesario poner atención a aspectos más específicos como el ámbito de la educación intercultural, las familias, el género, las habilidades especiales. Por último, mejorar la gestión y la sostenibilidad como cuestiones claves para un desarrollo más autónomo y de calidad.

Por último, pareció pertinente plantearse ¿qué se podría hacer juntos para asumir los desafíos planteados? Dentro de la diversidad de aproximaciones, una cuestión que se va convirtiendo en lugar común es la apuesta y una mejor atención al trabajo en redes para la labor educativa y el desarrollo de sus diversas iniciativas. De hecho, la última Congregación General de los Jesuitas (36 CG) también lo recoge como un punto de especial atención y trabajo en el mundo actual. Otro aspecto fue la necesidad de plantearse más en serio la labor de colaboración y la forma de abordar lo que comúnmente se llama la “misión común”, poniendo todos los medios que pueda implicar. Así mismo, tener una mayor atención a todo lo que ayude al desarrollo de sinergias y propuestas, desde una lógica de servicio y crecimiento. Con especial atención a los temas de violencia y necesidades de los alumnos/as o beneficiarios de los procesos educativos diversos en los que se interviene.

Sobre todo lo anterior toca discernir mejor lo más adecuado para nuestro presente, nuestro mayor compromiso y para intentar darnos una labor educativa con más profundidad.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 14 de junio de 2017

CVX: una invitación a crecer

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“I want water… where can I find water?” Nos decía Alwin Macalalad, compañero Filipino del ExCo mundial de la CVX, al final del primer día de la asamblea LA – CVX, ya que tenía sed y sobre la mesa de la sala en la que nos encontrábamos sólo había botellas de licor o gaseosa compartidas por los diversos delegados que habían llegado a participar de la Asamblea Latinoamericana de CVX. Meche Paredes, representante por Perú, tuvo que subir hasta el segundo piso de la casa porque el comedor ya estaba cerrado…

El mismo Alwin estuvo en la presentación en la Parroquia de Fátima con Herminio Rico SJ, nuestro vice asistente mundial CVX. Aunque no entendía mucho el español, se acompañó de un traductor amateur que le ayudó a seguir la reunión, hasta que se animó a intervenir. Fue muy importante su experiencia de CVX y la relación con los jesuitas en su país. Pues nos dijo algo que también Herminio Rico SJ lo corroboró. Hay un poco de todo en la participación en CVX. Quienes se involucran un poco más, los que se limitan a las reuniones y los que lo hacen más externamente.

También ello se podía trasladar al nivel de conocimiento de lo que es la CVX, donde no pocos tienen una percepción cercana y fluida de ella. También se mencionó en relación a los roles que se dan en su labor de acompañamiento, donde se oscilaba entre jesuitas que muchas veces se hacen más protagonistas en la vida de la comunidad (incluso al punto de querer “dirigirla”), pasando por otros que básicamente se diluyen en todo lo que viene como iniciativa del grupo y otros que mantienen un equilibrio mayor de acompañar sin imponerse sobre la dinámica que pueda proponer el mismo grupo

Este punto resulta ser muy importante de situar (y de procesar en cada caso), porque se trata de cómo hacemos crecer un acompañamiento comunitario (y personal) necesario, sin sustituir roles; más bien, enriqueciéndolos y potenciándolos en lo que corresponda en cada caso y momento. Especialmente para hacer crecer el sentido de la vocación laical en cada integrante y como comunidad en conjunto, ya que se trata de construir comunidades laicales.

De otro lado, en el proceso de crecimiento en CVX y el caminar en ella, hubo un momento en que Alwin (como Herminio Rico SJ) nos planteó la siguiente reflexión. Primero, apostamos a que la CVX nos de centralidad en nuestra vida, no se trata de un grupo más, al estilo de un club al que se pertenece. Segundo, queremos que sea una experiencia para toda la vida, no sólo para momentos de nuestra experiencia; queremos madurar en ella y desde ella. Tercero, al integrar nuestra fe y vida, la comunidad nos va haciendo crecer en el discernimiento y viceversa. Ello nos induce a crecer con un especial carisma y espiritualidad.

Por tanto, la CVX nos invita a vivir una experiencia de compromiso y seguimiento que hacía decir a Alwin: por eso la CVX puede ser para cualquier persona, de profesiones muy diversas. Porque no importa que alguien sea un banquero, un panadero, un payaso, un ingeniero, un emprendedor… Lo importante es qué tipo de banquero, panadero, payaso o educador somos. En ello se marca la diferencia y la podemos ir construyendo individual y comunitariamente desde los Ejercicios Espirituales, la oración, el acompañamiento y, por cierto, nuestra participación y presencia en CVX.

Teniendo conciencia que pasamos por diversas etapas en la vida y tenemos que saber adaptar nuestra CVX a nuestras posibilidades, aunque con la claridad de que supondrá dedicarle tiempo, exigirnos en buscar respuestas a nuestras búsquedas, saber darnos profundidad y no quedarnos en la superficie de las cosas, trabajando nuestra propia formación y todo lo que nos ayude a crecer apostólicamente en la misión, en lo que nos sintamos llamados.

La CVX es un caminar y una invitación constante a descubrirnos y desafiarnos en ese descubrimiento de la presencia de Dios en nuestra vida, situada desde nuestra vida cotidiana; la solidaridad y el compromiso en el que nos vamos haciendo; como experiencia sencilla de amor y de fe vivida y reflexionada.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 9 de junio de 2017

Integrar nuestra vida

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Fue una conversación muy significativa la tenida con el P. Herminio Rico, Vice Asistente Mundial CVX, aprovechando su presencia en Perú. En una dinámica de preguntas / respuestas se abordaron diversas inquietudes sobre la CVX, la vida espiritual y el seguimiento de Jesús.

Fue interesante sintonizar con las búsquedas de la CVX Latinoamérica, recogiendo esas inquietudes planteadas en la Asamblea que recién concluyó (2 al 5 de junio 2017, en Lima). En ella, nos compartió, abordaron diversos aspectos vinculados a la organización de la región, el cómo vincularse y trabajar en redes, haciendo un mejor uso de internet y otras tecnologías. También se detuvieron en el vínculo CVX y Compañía de Jesús, la colaboración jesuitas – laicos y cómo vamos entendiendo mejor la misión de Dios.

En ese contexto, nos habló de modo especial acerca de la vocación laical. Vista como una invitación a integrar de modo más profundo y pleno nuestra propia vida y la vida toda, en esa significación y vínculo entre fe y vida. Integración que crece en la relación de nuestra fe y los diversas ámbitos en los que nos movemos y vivimos, como son la familia, el trabajo (o estudios), la iglesia (y comunidad pequeña desde la que participamos), como ciudadanos, nuestro barrio, etc.

Es muy importante vivir cada uno la vocación laical en nuestra vida, saberla descubrir. Como una forma de “afectarnos” más en nuestra experiencia de Dios que sólo se entiende desde el compromiso con la vida, la naturaleza y las personas, especialmente, las que pueden tener mayor necesidad. Por si acaso, dicha vocación no se refiere a sentidos de contraposición Laicos – religiosos, o sólo a un sentido de bautizados en la iglesia pero no “religiosos”. Intenta recoger sentido y centralidad para la vida de cada uno.

De allí que una propuesta como la CVX es una invitación a vivir dicha vocación en profundidad, de modo discerniente, como “contemplativos en la acción”, “amigos en el Señor” y llamados a vivir una “fe en comunidad”. Sabiéndola adaptar a las circunstancias de cada etapa de la vida y proceso de maduración. Con sentido de responsabilidad.

Fue especial detenerse en los jóvenes. Una invitación especial a trabajar con ellos y a saber proponerles caminos de crecimiento espiritual, discernimiento e integración de sus opciones fundamentales de vida desde la vivencia de la fe en Cristo. Entendiendo que debemos saber abordar de modo específico y adecuado a los jóvenes (y adolescentes), ya sea cuando están en la escuela o cuando están en la universidad y los espacios en los cuales se mueven de modo más común. Siendo la propuesta CVX más propia para quienes se sitúan en momentos de definición de vida profesional, trabajo y familia (o vocación religiosa).

Han sido diversas invitaciones a “ver”, sentirnos desafiados y afrontar lo que parece imposible para convertirlo en realidad. Como la escena de Jesús con sus discípulos frente a la multitud de gente que lo había estado escuchando y les dice “denles ustedes de comer”. Seguramente Pedro casi se cae de espaldas… ¿cómo lo vamos a hacer, son demasiados…? Y lo que parecía imposible se realiza, y quedaron todos satisfechos e incluso recogen varios canastos de sobras.

Como el P. Herminio Rico no estuvo sólo sino con Alwin Macalalad, compañero Filipino del ExCo mundial de la CVX, volveremos sobre ello.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 8 de Junio de 2017

Tejiendo con libertad nuestro propio llamado

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El “espacio abierto” es una metodología muy dinámica y participativa que suele aplicarse a escenarios complejos o muy diversos, para intentar extraer algunos puntos en común, propósitos que pueden irse configurando de manera confluyente y que no requieren de ser “aprobados” porque siempre se trata de momentos de trabajo e iniciativas que van situando los temas de interés más de fondo.

Ello se aplicó en el trabajo del segundo día de labores de la reunión Latinoamericana, donde se encuentran muchos desafíos y posibilidades para nuestra CVX. No me adelanto en mencionar lo que todavía es un proceso de trabajo que arribará a sus conclusiones posteriormente. Lo que sí es real, son la buena disposición, compañerismo y deseos de marcar pautas más precisas en un caminar propio como región, poniendo en juego el sentido de la colaboración jesuitas – laicos y el sentido de compartir una misma misión de Dios.

En la Eucaristía tuve ocasión de conocer a Álvaro Zapata, delegado de Bolivia, persona muy jovial y comunicativa. Recordamos a algunos bolivianos cevequianos de anteriores jornadas, en particular a Limbert, con quien nos conocimos en eventos anteriores, aunque también por razones laborales. Intercambiamos la preocupación común (y necesidad) de contar con una labor de equipo en los Consejos de cada país, buscando siempre piezas de recambio que permita que diversos integrantes vayan asumiendo responsabilidad. En forma similar, en las labores de acompañamiento de las diversas comunidades y núcleos de CVX, más aún cuando se tiene dificultad creciente de contar con jesuitas en ello.

Constatamos también como un desafío el ver cómo se enamora (o se sigue enamorando) a la Compañía de Jesús en cada país y se puede hacer más dinámica la mutua colaboración en las iniciativas que puedan inspirar un trabajo más en común y de corresponsabilidad. Ciertamente, ello supone poder llegar a todos los niveles en cada “Provincia”, empezando desde los noviciados mismos de formación. Por cierto, desde CVX tenemos que saber darnos profundidad en nuestro compromiso, en nuestra formación y en el desarrollo de capacidades y liderazgos.

Conversando en otro momento con Mauricio López, presidente de nuestra CVX mundial, compartíamos la consternación por los atentados terroristas sucedidos en Londres. José Luis Gordillo SJ lo mencionó al inicio de la Eucaristía que ésta vez le tocó presidir. Orar por la paz en el mundo se hace cada vez más actual, porque nos importa también lo que sucede a muchos kilómetros de distancia, porque lo sentimos como parte de nosotros mismos también. Dejarnos amar fue la invitación que nos hizo José Luis; dejarnos amar para saber mejor amar y que ciertamente lo necesitamos por tan diversas razones.

Porque el amor nos predispone al perdón. Nos hace más sensibles a la justicia. Nos permite encontrar riqueza en las diferencias y en la diversidad. Nos hace abrirnos al otro, a saber escuchar, a ser más receptivos. A saber ser tolerantes, reconocer la paja en el propio ojo, a saber ser humildes y fuertes en lo que corresponde. Esa actitud es la que tiene que marcarnos en nuestro caminar y seguramente se reflejarán en las conclusiones que posteriormente se cuaje. Sigue el caminar y la experiencia.

Guillermo Valera Moreno
Magdalena del Mar, 3 de junio de 2017