Archivo del Autor: Guillermo Gabriel Valera Moreno

La soledad de Felipe

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Rosa daba un paseo en bote con Felipe. Le había conocido comprando gaseosa de un ambulante, camino a su trabajo. Derrepente, ella vomitó y se sintió desvanecer al ritmo de las breves olas que sacudían sus cuerpos.

No le caía mal el mar, lo disfrutaba, pero en esa ocasión los mareos se los produjo un recuerdo de amor. Se vio llena de cosas desagradables, en su imaginación errantes y perdidas, que prefirió arrojarlas a ver si se iban de una vez.

Felipe trató de calmarla pero sólo consiguió que Rosa derramara lágrimas que lo contagiaron. La abrazó, ¡te quiero! le dijo, la vida es compleja y hay que afrontarla, pero ¡te quiero! Para sí pensaba “por eso no quiero ofrecerte nada hasta estar seguros de nuestro amor”.

Varias gaviotas se acercaron y comían lo que podía resultar desagradable; otras efectivamente pescaban, dejándose caer en pleno vuelo al mar, para volver emerger entre su pico con un pez. Las gaviotas distrajeron a Rosa, quien tranquila ya acariciaba las caricias de Felipe, buscando entender lo que él le decía.

Ya en tierra, Felipe comentó sobre una mujer, Azucena, a quien conoció finalizando casi la Universidad, en la militancia política. Pelo negro ensortijado, sintió casarse tantas veces con ella como veces pudo atravesar sus dedos en sus cabellos; profesional, chambera, sencilla, alegre, cuantas cosas podían decirse.

Felipe recordaba cuanta ternura y generosidad puso en ella; pero el machismo de uno o el orgullo del otro; la falta de madurez de la relación; … qué sería? Lo cierto es que Azucena se casó con un joven que se parecía muy poco a él y éste prefirió quedar sólo un buen tiempo, dedicándose a su desarrollo profesional y a cultivar un grupo reducido de amistades.

Entre eso, sentía que no podía amar verdaderamente, lo cual no impedía que sintiera enamorarse de relaciones pasajeras. Se dio el caso que se enamoró de dos amigas al mismo tiempo; pasó el tiempo promedio de sus relaciones y se sentía más atraído a ambas. Una de ellas era Rosa, quien sabía de la existencia de Liz, aunque ésta no de la primera.

Rosa era recurrente en sus recuerdos de amor, particularmente de esa vez, cuando en la cama improvisada de un Hotel tuvo que avisarle a su querido acompañante “nunca lo hice”, cuestión que aceleró más el corazón de Felipe y que a ella la retorció de nervios y agitaciones en cada movimiento de penetración.

Fue un amor que se prolongó aún contra su voluntad, presionado por su conciencia, pero también ganado por su fuerte pasión. Felipe sentía que la quería, deseaba ya no separarse de ella y, sin embargo, era judío; su religión le ponía obstáculos (al menos eso decía), pero sobretodo le habían otorgado una Beca a Israel y viajó.

No supo más de él (hasta ese día), salvo la línea aérea y la hora en que se fue; dos amigos y una amiga le acompañaban.

Todo parecía que no hubiera tenido paréntesis alguno o éste se hubiera diluido al verse. Llegaron a la esquina de Saenz Peña, en el Callao, y tomaron apresurados una combi. Felipe había olvidado que quedaron en ir al cine con Liz y ya ella debía estarle esperando a la salida del trabajo. Avanzaron en el carro juntos hasta que en la esquina de Sucre y la Marina él se despidió.

Entró ligero hacia Pueblo Libre y estaba allí, leyendo los titulares de los periódicos, en la esquina indicada. Con cierto apuro tomaron un taxi para ir, en realidad, a un Hotel. De que tenían relaciones íntimas era lo único que nunca le contó a Rosa, porque ella le hubiera rechazado, no lo hubiera podido aceptar.

Liz estudiaba secretariado, provinciana, había trabajado haciendo limpieza, cuidando niños, vendiendo baratijas y así logró acumular para avanzar en sus cosas; le restaba el último ciclo y después trabajaría más de lleno para ayudar a sus hermanos menores y seguir ella también luchando por superarse.

Compartía un departamento con sus 3 hermanos en Comas, de condición bastante humilde para vivir en la capital, si bien en su tierra, en Carhuaz, sus padres tenían algunas hectáreas y ganado bien habido, con una cierta bonanza de recursos.

Los gemidos, los besos, las caricias y el sopor de la agitación parecía ser sólo una pequeña parte de la película de sus pretextos, película que cuando menos Felipe de todas maneras tendría que ver para contarle a Rosa y evitar sospechas.

Más tarde, en su cuarto, mientras transcurría una hora y media sentado, en la oscuridad, Felipe razonaba que seguía sintiéndose solo y que quizá debía cambiar de vida e irse a trabajar a Arequipa.

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Susana: esperanza y creatividad para Lima

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Arrancó la carrera de la gestión municipal en Lima y dura cuatro años… Pareciera como que habrá un tiempo holgado (pero no es mucho) para hacer un recorrido que convenza y, sobretodo, esté a la altura de cumplir lo prometido en sus cuestiones básicas: ordenamiento del tránsito, mejoramiento de la seguridad ciudadana, recuperación de la “costa verde” y del “río Rímac” como lugares más habitables y sanos, y varios puntos más. Pero, y sobretodo, la aspiración a otra forma de relacionarse con la población y de hacer de la autoridad un servicio.

Una de las claves en todo ello será el juego de equilibrios que se pueda establecer en diversos niveles. Uno primero es en la concertación de fuerzas que se tendrá que dar entre las fuerzas políticas a las que pertenecen los mismos regidores, donde la “desvanecida” confluencia que llevó a la Alcaldesa al municipio puede ser un problema latente (MNI, Tierra y Libertad y Lima para todos); también habrá que tomar en cuenta los propios liderazgos de la oposición perdedora, algunos de los cuales podrían ser confrontativos, tales como el de Altuve (“huevo duro” – Cambio Radical) y el de Salinas (ingresante por el PPC).

No señalamos al Apra (no tiene representación en el Municipio), pero al menos durante el primer semestre puede ser un incómodo vecino hasta el recambio presidencial, donde Alan García seguirá jugando a su propio caudillismo de conveniencia. Más ocultamente se encuentra el Arzobispo de Lima, Monseñor Cipriani, a quien le gusta hacer su propio juego político y en cualquier momento se puede esperar que intervenga sobre algún tema que le parezca o para dar su apoyo electoral a alguno de los candidatos en carrera para las presidenciales. Lo loable sería la generación de una armonía de trabajo y, de hecho, es todo un desafío.

En esos ámbitos se juega la capacidad concertadora de la Alcaldesa. Pero lo principal, no hay que perder de vista, estará en cómo logra la participación popular y de la ciudadanía en general en la toma de decisiones. En cómo se hace y construye una gestión participativa, la cual es la forma de traducir lo que muchas veces se llama o nombramos como democracia participativa. En ello serán muy importantes los mecanismos a establecer pero, más aún, el lograr concertar voluntades distintas (grupos de interés, sectores sociales, etc.) en aras a propósitos comunes.

Vinculado a ello, se encuentra otro equilibrio clave. El cual se da en torno a participación y tecnocracia. Cómo se establece confluencia entre el manejo técnico del municipio, en sus aspectos claves de gestión y, se hace parte de ello, el lograrlo con mecanismos adecuados de participación y consulta a la población. Susana Villarán ha mencionado ya dos cuestiones claves: el tener todos los sábados cabildos abiertos en distintos lugares de la capital, así como poner en funcionamiento el Consejo Metropolitano de Alcaldes Distritales. Habrá seguramente otros instrumentos más.

Otro aspecto de los equilibrios y que van en correspondencia con lo ya mencionado, es la necesidad de control sobre las decisiones claves de la gestión (lo cual exige un manejo centralizado y de control sobre ellas) respecto de la lógica de una gestión descentralista y participativa. Poner en juego ambos criterios en simultáneo es parte de los desafíos que darán un sentido mayor a otros aspectos (o pueden darlo); por ejemplo, sobre cómo gobernar una ciudad para todos y hacerlo además con atención especial a los más necesitados.

El sentido de gobernar especialmente para los más necesitados, supone un liderazgo muy firme. Porque involucra el tema de un gobierno honesto, donde no se quiere pedir aplauso por cumplir las funciones que competen por obligación y donde además se requiere hacer obras de desarrollo para los sectores más excluidos y pensar en la generación de empleo que es un tema que trasciende la labor de la alcaldía, aunque reclame de ella un compromiso por buscar que las políticas del país se orienten también hacia ello.

Algo que no se abordó explícitamente en la fase inaugural ha sido la dimensión de la cultura en el gobierno municipal. Aunque no sea explícito, habrá muchas iniciativas que ayuden a construir una “cultura de la vida buena” para todos e inclusiva; de derechos y camino de bien como sentido común. Parte de ello esperamos se vea más claro en los festejos próximos del aniversario de Lima, donde reivindicar a Arguedas será una de las piedras de toque.

Es una carrera de cuatro años la que toca como competencia y donde hemos podido ver que existe “talla deportiva” (dígase “talla de estadista”). Ella se correrá todos los días y en toda hora. Habrá lugar también para el descanso. Pero sobretodo, es una invitación a ponernos todos a trabajar (“a correr”). Como dijo Susana al público que se reunió en la Plaza de Armas para celebrar el inicio de sus actividades: no nos demoramos más con el saludo, porque necesitamos tiempo para trabajar. Que ese espíritu, esperanza y compromiso sea el que también emulemos cada uno de nosotros como ciudadanos, además de la alegría de saber que estamos en buenas manos.

Guillermo Valera Moreno
3 de enero de 2011
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Aprender de la historia para hacer historia

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Lo ocurrido en las últimas semanas con la trunca relación entre fuerzas de izquierda, en aras de buscar puntos de encuentro para su participación en los comicios presidenciales de abril 2011 y el desenlace que tuvo, especialmente con Fuerza Social, me ha hecho pensar (como ha muchos) en cuánto se ha avanzado en todo aquello que se ha denominado como “renovación de la política” y la búsqueda en generar un espacio nuevo desde la izquierda.

En principio, no se si todos los que actúan desde el espectro de la llamada izquierda (sea centro izquierda o más hacia la izquierda o lo que pudiera lindar con radicales de izquierda), puede decirse que buscan un proceso de renovación de la política. En todo caso, es una cuestión que no sólo es monopolio de la izquierda pero que podríamos decir que es desde donde se había puesto cierto interés y esfuerzo desde ya hace un buen tiempo, aunque todavía sin mucho éxito.

En realidad, lo podríamos identificar retrospectivamente, desde que la izquierda peruana redescubrió la “democracia” en los años 80s; la influencia que tuvo la posterior caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS; el efecto que causó la implosión (especialmente) de los partidos políticos de la izquierda en los 90s; más recientemente, podríamos aludir a la incapacidad que se tuvo para explicarse adecuadamente fenómenos como los del nacionalismo de Humala (quizás debida también a una falta de autocrítica de lo que fue la actuación de la izquierda en todo el periodo anterior). Sin embargo, todos esos hechos, y algunos otros seguramente, nos condujeron a intentos diversos de “renovación” de la izquierda y de la política desde la izquierda. Como vemos, no es algo tan nuevo. Lo nuevo siempre será la posibilidad de llevarlo a efecto en algunos aspectos adicionales a lo que ya se pudiera haber avanzado y de hecho se ha avanzado.

Por ejemplo, el tema de lo democrático es algo que se hizo sentido común en una izquierda que desdeñaba dicho concepto porque se creía más en la “dictadura del proletariado” como vértice del ejercicio del poder; paulatinamente el voto y las ánforas se valoraron no sólo tácticamente sino como una cuestión determinante para la construcción de una “nueva sociedad”. La cuestión democrática no sólo se asumiría como un tema de sistema político sino como intento de práctica interna de organización partidaria.

La caída del llamado socialismo real nos permitió aprender que no podía centrarse la acción política en la existencia o no de “faros” (del “pensamiento correcto”) del socialismo o de la revolución y que cada experiencia debía hacer creativamente su propio camino y experiencia, contando por cierto con las enseñanzas de otros procesos ya vividos. Vinculado esto a la democracia, la revolución se va a visualizar como la plena y participativa democratización de la política, la economía, la sociedad y la cultura.

La disolución del sistema de partidos en los noventas (durante la experiencia de Fujimori), como se verá, no sólo afectó a la izquierda, pero ésta tuvo mayor dificultad de recuperarse. De hecho, hasta hoy no lo ha conseguido, salvo algunos sueños de ilusión y espejismo que nos dan triunfos circunstanciales, como los ocurridos con FS en Lima o en algunas regiones del país. Un triunfo no hace a un partido, creo que eso queda más claro; incluso, puede establecer el riesgo de afianzar prácticas caudillistas sin que sean lo deseable o proponerse conscientemente. Es lo que se puede ver en muchas zonas del país, al punto que podríamos decir que se han descentralizado los caudillos pero no se ha superado prácticas de dicha naturaleza.

El hecho ya posterior, del casi triunfo de Ollanta Humala en las elecciones del 2006, recompuso el panorama político peruano. Se podría decir que levantó nuevamente las expectativas de que una fuerza “antisistema” era posible (y la izquierda siempre se propuso en sus orígenes como “antisistema”), aunque estaba incubada desde otros intereses, muy distintos a los tradicionales de la llamada “izquierda histórica” (es decir, de sus partidos más conocidos); por eso la izquierda en esa fecha (2006), en un extremo de miopía, tuvo sus propias tres candidaturas que –sumadas- no alcanzaron ni el 1.5%. Ese coctel de resultados llevó a varios sectores izquierdistas (de los pocos que fueron quedando) a la inacción; otros realizaron sumas simples y vieron que era posible influir desde adentro; en otros casos, se siguió en la búsqueda de nuevas opciones (mostradas como débiles aún), en un contexto donde la izquierda había desaparecido del escenario político oficial y social.

Un aspecto adicional que habría que recordar es que, ya en la experiencia con Toledo, algunos otros sectores de izquierda se habían subsumido en su gobierno (2001-2006). No se si en mérito de ello, pero quedaron huellas que años después también fueron marcando las apreciaciones políticas. Una de ellas fue la de pensar (excesiva y muy tempranamente), en que sólo el Cholo era capaz de actuar como el “mal menor” del 2011, con la idea de que nada cambiaría (o podría, con voluntad política, cambiar); el razonamiento era que de lo que nos debíamos “cuidar” era del peligro de Keiko y la posibilidad de que saliera electa, cuestión que sólo hacía notar un profundo pesimismo y poca capacidad de hacer política distinta. Por alguna razón, Humala siempre estuvo descartado de antemano.

Un panorama como el triunfo de Susana Villarán y Fuerza Social en Lima se veía imposible (de hecho, era poco probable). Sin embargo, se hizo realidad; es cierto, acompañada de algunas circunstancias algo fortuitas, pero así también es la política, cierto azar y manejo en el escenario que puede terminar soplando favorablemente, más aún en un contexto donde no hay un consistente sistema de partidos y existe un cierto cansancio de que se de “más de lo mismo” y donde no sólo se quiere ver “caras nuevas” sino sentidos, confianzas, aspiraciones y sueños posibles, que permitan creer en nuevas posibilidades. Y la gente se termina animando, motivando y termina apoyando cosas así.

Pero no se crea que ello es automáticamente algo muy consistente, sino se le acompaña de voluntad política, organización y de generar procesos que puedan ayudar a consolidar los nuevos caminos que se abren. Allí se pone en juego la renovación de la política, en cómo se hace para traducir en nueva utopía y organización las oportunidades que se plantean.

Quizás más que quejarnos de nuestros errores, aunque sí hay que hacer balance de ellos (junto a los aciertos tenidos), de lo que se trate sea el de empezar debatir en serio que queremos traducir como renovación política en los siguientes cinco años (y treinta años), en lo que se refiere a aspectos tan significativos como la institucionalidad democrática; el liderazgo, los actores y el sistema de partidos; los caminos de la construcción de ciudadanía; la cultura política que queremos desarrollar; la organización partidaria que debe acompañar ello. Aspectos que debieran servir para identificar los gestos políticos que correspondan y centrar una mirada encarnada desde nuestro proceso político como país.

Guillermo Valera Moreno
26 diciembre 2010 Sigue leyendo

Hechos que nos descubren y nos llaman

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Hemos tenido una semana signada por la premiación del escritor Mario Vargas Llosa con el Nobel de Literatura, cuestión que podríamos recoger como un hecho político y cultural para nuestro país. Porque se configura que es posible marcar el acontecer de nuestra república con hechos no sólo positivos sino que labren nuestra conciencia y ayudan a diluir mezquindades y desafectos que pudieron darse en otros contextos.

Ciertamente “nadies” somos seres perfectos pero un reconocimiento justo enaltece y hace brotar actitudes similares en otros niveles y contextos. Cómo quisiéramos que quienes ejercen cargos públicos (presidente, congresistas, alcaldes y otras autoridades) y todos, nos pudiéramos contagiar algo más de un sentido mayor de justicia y verdad, potenciando mejor nuestras facultades, actitudes, sencillez y coraje.

Desde las responsabilidades que a cada uno le toca. Por ejemplo, señalo el caso de Franco Navarro en la final del futbol peruano (León de Huánuco versus U. San Martín), donde él toma la opción de no colocar a un jugador (Rodas) que había sido expulsado en el partido anterior e inexplicablemente absuelto de sanción. Pudo hacerlo jugar (era “legal”); además se trataba de un jugador clave; pero se optó por lo digno, más allá del resultado que al final tuvo el partido.

Qué contraste con la lógica del “todo vale” o la de dársela de el “más vivo” en situaciones de las cuales se puede sacar ventaja grosera. Qué contraste en un medio donde acusamos ingentes situaciones de pobreza que alguien como nuestro primer mandatario razone que “la plata llega sola” desde un cargo como el que esta ejerciendo (y compensar así su salario). O que diga y repita en distintos tonos que él puede impedir que alguien gane las elecciones si se lo propone (y todo indica que tiene un plan contra alguno por lo menos de los candidatos).

Con las próximas elecciones generales que se vienen y que cada vez se va configurando más claro el panorama que tocará como competición, al menos podemos empezar a visualizar que no habrá una dispersión tan grande de candidaturas presidenciales como en lides previas. Esta vez se esperaría que no sean más de 7, donde 4 son alianzas y 3 se encaminan como partidos políticos. ¿Qué habría que hacer para que los ejemplos que ponen de relieve nuestra peruanidad (o la que aspiramos) sea lo que prime, emulando tantos buenos ejemplos que se encarna en personajes como nuestro laureado novelista; el equipo de tabla campeón mundial y poco reconocido; Gastón Acurio y su perfomance en la culinaria nativa (junto a tantos); César San Martín y la revaloración de la Justicia (tarea titánica); entre otros?

Más allá de los porcentajes (a veces engañosos) que, por el momento, tiene cada aspirante al “sillón de Pizarro”, otra pregunta que uno se hace es si no sería conveniente (posible) que se pudiera configurar puntos comunes sobre los cuales se tendría que establecer compromiso. Una suerte de nuevo Acuerdo Nacional con horizonte al 2021 cuando menos, en temas como la desnutrición infantil, el empleo, educación y salud, anticorrupción, inversiones y tributos, responsabilidad social y medio ambiente, seguridad, cultura, entre otros. Por mencionar algunos de los temas que debieran ser materia de convergencia y no estar signados por intereses subalternos. ¿Es posible comprometerse con el país y su población en lineamientos básicos comunes?

Cada organización política no puede autosometerse a “lo propio”, a su propia postura o manera de mirar las cosas. El llamarse “partidos políticos” quizás genera equívocos. No porque sean la “parte” de un todo (cosa muy real), sino porque cada quien se queda en la parte y nunca termina de asumir el todo, cuestión que es a la que debemos aspirar si hablamos del ansiado bien común o interés general, si aspiramos a hacer realmente actividad pública y no llevar sólo “mis intereses” a la esfera pública para lucrar también con el favor del Estado (y encima muchos se declaran “liberales”, al menos en lo político).

Hagamos política mirando lejos y con los pies muy situados en tierra. Sepamos dar los pasos adecuados para avanzar y, en todo caso, detectar los errores a tiempo para corregirlos y aprender de ellos. Pero a todos nos toca poner de nuestra parte. Para ayudar a emerger nuevos liderazgos (no caudillismos); para ayudar a la renovación de la política (que es sinónimo de amar a nuestro Perú y Latinoamérica por extensión), para generar los compromisos que sean y correspondan, más allá de las opciones por las que terminemos simpatizando cada uno.

Guillermo Valera Moreno
12 diciembre 2010
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Algunos apuntes sobre la Mesa de Movimientos Laicales y las CVX

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La Mesa de Movimientos Laicales (MML) es la reunión de diversos grupos y comunidades laicales (hoy somos 8: CHC, CVX, JOC, EDOP, MIAMSI, MPC, MTC, UNEC), la cual se ha impulsado en diversos momentos, en las últimas décadas, con el propósito de coordinar, intercambiar experiencias, inspirar una corriente de opinión sobre temas de interés común, generar iniciativas de formación compartidas, orar juntos, entre otros.

Especialmente en iniciativas de formación, se han hecho algunas actividades recurrentes, desde las cuales se ha buscado afirmar el sentido de una Iglesia laical; la preocupación por la política, sus procesos y la coyuntura del país; Vaticano II y los Celams (Aparecida en particular); pistas y desafíos para sus integrantes y como Mesa. Con ello se ha aportado modestamente a la formación de laicos, cuestión que es confluyente con las iniciativas de formación que se viene buscando cuajar como PAN en cada Núcleo y comunidad CVX.

En ese sentido, creo que es un espacio que bien valdría reforzar, colaborando con los esfuerzos que se hacen desde la labor del CEN CVX. De hecho, actualmente participan en las reuniones de la MML David Uzcata y mi persona. En mi caso, lo he hecho más apoyando las iniciativas de formación que se han venido haciendo y a través de cosas escritas que he compartido por la red (Internet).

En particular, en el 2010 se tuvo tres momentos más intensos a modo de actividades de formación e integración: (1) Curso “Una Iglesia abogada de los pobres: Responsabilidad política del laico(a)” (24 al 26 de mayo). Llamados a aprender lo que es la política hoy en nuestro medio; los grupos de poder con los que se tiene que lidiar, la sociedad más compleja que existe hoy, el saber nadar contra la corriente. Donde nuestro cristianismo nos brinda una serie de claves significativas para humanizar el mundo, la vida y la propia política. Haciendo que la desconfianza y la pérdida de valores tengan formas de recomponerse y darnos sentido de esperanza; valorando lo que somos y hacemos, sabiendo utilizar nuestros tiempos y haciéndolos más productivos; abiertos a la novedad y creativos.

(2) Jornada “Memoria y desafíos de la Mesa de Movimientos Laicales” (29 setiembre), donde se remarcó sobre saber tomar conciencia de lo que nos corresponde ser y hacer, ser factor de diálogo, vincular fe y vida, orar la vida y vivir nuestra fe en comunidad de manera activa; sobre saber tener siempre una actitud de propuesta y sentido político y ciudadano.

(3) Una última actividad fue la Eucaristía compartida el domingo 5 de diciembre (10 am), en el colegio de Jesús, a propósito del Adviento y como motivo de reflexión sobre el proceso político que vivimos en el país e Iglesia. Fue bastante participada y momento importante de integración. Se reunió también diversos productos y regalos en razón de donarse por la navidad a un Asilo de Ancianos.

Para los próximos meses se tiene en mente desarrollar alguna actividad vinculada al proceso de elecciones que tendremos en abril para elegir Presidente y Congresistas. Entre el 1 y el 3 de marzo del 2011 debemos desarrollar un taller de debate sobre temas centrales en los cuales veamos posibles de comprometernos más directamente a construir y fiscalizar con quien salgo elegido.

Guillermo Valera.
08 de diciembre de 2010
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Cuánto hemos aprendido de Barrantes, Paniagua y otros

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Diversos sectores han recordado en estos días a Alfonso Barrantes Lingán, ex Alcalde de Lima (1983-85), y a Valentín Paniagua, ex presidente del país durante el gobierno de transición (2000-01). Personalidades ambas muy significativas en el liderazgo de la política y el ejercicio del gobierno a distinto nivel. Es bueno poner de relieve dichos aspectos dado el nivel en que todavía se mueve nuestra política local, donde figuras de relevancia muy poco asomo tienen y se prefiere muchas veces medrar en la mediocridad y el conformismo.

Una de las expresiones que confirman nuestra afirmación es la propia identificación que la población hace de la corrupción como el principal problema a atender en el país, pese a que ya pasaron 10 años desde que se destapó las experiencias de corrupción más graves que pudieran conocerse en el manejo del Estado peruano, encaminados por el llamado fujimontesinismo.

Quizás el último proceso electoral (municipal / regional) abonó a favor de que dicho tema terminara posesionándose en la agenda pública y en la mente del ciudadano, aunque dicha percepción ya venía de atrás. Quizás, en el presente gobierno aprista de Alan García, la cosa tendió a evidenciarse más por la serie de casos de corrupción que se fueron conociendo y la poca o ninguna voluntad política que García tuvo para afrontar dicho problema. Todos los organismos de lucha anticorrupción terminaron siendo una finta para justificar el eslogan de “no importa que robe mientras haga obra”.

En la misma línea de lo que empezamos señalando, podemos hablar de la elección del Dr. César San Martín Castro, como Presidente de la Corte Suprema, teniendo en su haber el ser responsable de la justa condena a Alberto Fujimori por crímenes de lesa humanidad. Cuestión que rema en el mismo sentido de buscar adecentar las instituciones del Estado y a tratar de que la Justicia en nuestro país pueda escribirse con mayúsculas y ser una posibilidad real para todos los peruanos.

Podríamos seguir mencionando otros nombres de importantes personalidades, como factor de inspiración al proceso político que empieza a calentarse de cara a las siguientes elecciones Presidenciales y Congresales. De hecho, van emergiendo alianzas novedosas (como la denominada “alianza para el gran cambio”, encabezada por un ex ministro de economía Pedro P. Kuczynski) o más esperadas (como la protagonizada por el ex presidente Alejandro Toledo con Perú Posible). Otras candidaturas han venido ya predeterminadas desde hace algunos años atrás por distintos intereses convergentes, tales como la de Luis Castañeda L., Keiko Fujimori y Ollanta Humala.

Particularmente nos detenemos en Humala, porque en las presidenciales del 2006 fue objeto de una alta votación (de hecho ganó en la primera vuelta, aunque perdió en la decisoria segunda vuelta). Puede ser que ese hecho, le otorgara al líder del Partido Nacionalista una cierta autoridad como candidato en una siguiente contienda (como la que ahora se avecina). Puede ser que estamos tan acostumbrados a un manejo caudillista de los liderazgos en los partidos y en las candidaturas que podía darse como sobreentendido que era un candidato “natural”. De hecho sigue teniendo una cierta aceptación en el electorado (sobretodo de provincias).

El gran problema es que no se tejió una adecuada convergencia con otros sectores y se pensó que las cosas se podían manejar pidiendo que todos se alineen detrás de su liderazgo, poco consensuado. Al surgir otro liderazgo alternativo y de otras características como el de Susana Villarán en las últimas elecciones municipales, se genera un cambio de la situación y de la relación de las fuerzas de izquierda y su vínculo con el nacionalismo. Eso, al parecer, nunca se ha terminado de valorar suficientemente por el sector humalista, como para poder ponderar más adecuadamente el cómo había que seguir construyendo, en forma unitaria, el espacio de la izquierda, de la centro izquierda y del nacionalismo.

De otro lado, en las filas de Fuerza Social se produce lo que yo llamaría un exceso de confianza (no lo llamaría triunfalismo) de lo que se puede hacer con “perfil propio” desde el triunfo Municipal en Lima. Creo que es justo que toda fuerza política pretenda construir su propio proyecto (y su propio perfil), buscando encarar en el plazo que pueda ser la opción de ser gobierno. Sin embargo, siento que se esta forzando dicha figura. Porque nada hace ver que, al menos en el corto plazo, unas elecciones internas primarias vaya a resolver el tema del liderazgo que se evidenció con Susana Villarán y pueda ser “sustituido”, “reemplazado” o “endosado”. Eso no pasa de ser otro espejismo más y podría no ir mucho más allá de la figura de candidaturas de “vientre de alquiler”.

No quiero ser muy duro y me parecen muy loables los esfuerzos de democratización interna que se intentan dar. Pero creo que nuestra responsabilidad como fuerzas políticas no sólo está en como sacamos la mejor ventaja política en cada coyuntura sino que nos corresponde mirar mucho más allá si queremos emular los ejemplos de grandes personalidades políticas como la de Barrantes o Paniagua. Es obvio que se puede tener puntos de vista muy discrepantes y quizás el mío no tenga mucho eco. Pero me parece que la responsabilidad de Fuerza Social está con el conjunto del espacio de la izquierda peruana y no sólo con el de “centro izquierda”, espacio que también habrá que seguir forjando y acumulando.

Respecto a lo anterior, creo que sería mucho más constructivo que se hiciera algún intento de primarias más amplias entre las fuerzas de izquierda. Si eso no fuera posible (cada vez lo parece menos por los plazos), creo que las elecciones primarias que prepara Fuerza Social debieran servir sólo para establecer la elección de listas parlamentarias en todos los departamentos del país. Buscando que alguno de los dos postulantes a “presidente” en Fuerza Social (Nano Guerra García y Manuel Rodríguez Cuadros) pudieran ser quienes encabecen finalmente la lista congresal de Lima por dicha agrupación.

Creo que si se trata de preservar lo mejor posible el espacio de la izquierda en esta coyuntura, las cosas debieran pasar por una alianza activa de todos sus componentes o de no evidenciar la falta de acuerdo que hoy se pone en forma más visible. Por eso, creo que lo conveniente debiera ser el sólo establecer listas parlamentarias si no se tiene capacidad de aportar o de ponerse de acuerdo en una sola candidatura presidencial desde la izquierda.

Guillermo Valera Moreno
5 diciembre de 2010
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Armonía de vida

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Como pudiéramos hacer
que la vida se oriente,
como los girasoles
al sol,
hacia el bien, la verdad y
la justicia
encarnados en cada
vida humana.

Tendría sentido la eternidad
no tendríamos que
preocuparnos de la muerte
la felicidad sería
un camino y no una meta
el amor
el sistema nervioso
de todo cuanto haríamos.

Nos equivocaríamos
sabiendo que es una forma
de aproximarnos a lo mejor
y no con la conciencia
de ser un deleznable error
cambiaríamos de opinión
como derecho de ejercitarnos
en la búsqueda de la verdad
sin sentimientos de culpa
o sensación de traición.

Cuánto sabemos vivir la vida
libremente
sin arbitrariedad
como nos place mejor
menos caprichosamente
buscando crecer
uno mismo y el entorno
caminando sabiendo
que podemos volver sobre
nuestros pasos
aunque será siempre
un caminar nuevo.

Amar lo que somos
ilumina la vida y
cual flor
da color, belleza, mirada.
Amar el entorno
hace justa la vida
cual universo
lleno de estrellas
que se ordenan
y relacionan
en un todo
complejo, simple, verdadero.

La armonía de la naturaleza
es tan necesaria
como la relación
de humanidad
en cada persona;
saber cuidar de ella
es como el beso
que a cada paso
dos enamorados se expresan,
en algún lugar del mundo
en bella
significación que todo
esta hecho para realizarnos
y es motivo de verdad.

Gabriel / 27 Nov 10 Sigue leyendo

Ciclo de proyectos y gestión

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El ciclo de proyectos puede ser una buena secuencia para precisar los roles que corresponden no solo a la gestión de un proyecto determinado sino que puede ser muy útil para situar la gestión de una oficina dedicada a procesar proyectos diversos.

Aunque existen diversas aproximaciones para hablar de un ciclo de proyectos podríamos concordar que, con ella, se hace referencia frecuente a la secuencia de Identificación – Diseño y formulación – Búsqueda de recursos – Gestión de la ejecución – Evaluación. Cinco fases que tienen su propia importancia y que, desde una oficina dedicada a dichos menesteres, puede ser que ponga énfasis distintos en cada una de ellas.

Por ejemplo, normalmente una oficina de proyectos puede estar más preocupada por el diseño y formulación de proyectos, así como en la búsqueda de los recursos que se requieren para la ejecución de los mismos. Dicha circunstancia puede conducir a relativizar mucho la forma de identificar los proyectos o la gestión cabal que pueda corresponder en el monitoreo y seguimiento de las propuestas. Incluso, cuanto más grande la entidad encargada de ello las cosas pueden aparecer como subordinadas a la dinámica de las demandas que se establecen por las entidades financiadoras de proyectos.

Por lo tanto, puede ser recomendable el establecer un FODA (Fortalezas – Oportunidades – Debilidades – Amenazas) respecto a cada una de las fases para tomar conciencia de cómo uno se desenvuelve en cada una de ellas. Corroborando los énfasis de las labores que uno desarrolla en cada una de ellas; será interesante que se pueda decidir qué papel se quiere jugar en cada una de las fases, entendiéndose que su tratamiento específico no sólo ayudará a precisar mejor los roles de trabajo e intervención sino que permitirá intervenir de manera más consciente y con los énfasis necesarios que pueda corresponder.

Quizás pueda ser difícil que una misma entidad (u oficina de proyectos) pueda procesar el conjunto de labores que pudiera corresponder a cada una de las cinco fases en referencia, pero nos permitirá establecer las mediaciones que puedan ser más adecuadas. Por ejemplo, cuando más compleja es la intervención en proyectos de una oficina como tal, quizás la parte referida a identificación o a la evaluación de proyectos sea mejor procederla a través de terceros, ya sean éstos los ejecutores directos o echando mano de consultores encargados más especializadamente de abordar dichos procesos (especialmente para las evaluaciones).

En lo que se refiere a la búsqueda de recursos, es necesario que se aborde de manera muy diferenciada de lo que es el diseño y formulación de los proyectos o la gestión de los mismos. Muchas veces se mezclan estos aspectos, lo cual puede conducir a equívocos diversos. La búsqueda de recursos supone un tratamiento con donantes que normalmente tienen distintos orígenes (sean agencias de cooperación, empresas, personas individuales, entidades del Estado, etc.) y, en la complejidad de las relaciones que se van tejiendo, deben significar y conducir a tratamientos distintos, más sistemáticos y especializados.

Saber ubicarse desde las cinco fases del ciclo de proyectos para la gestión de una oficina correspondiente, nos dará posibilidades de concordar mejor las posibilidades de trabajo institucional y definir los énfasis de tratamiento, siendo conscientes que en cada una de ellas siempre se debe de incorporar una labor pedagógica para con los beneficiarios (e intermediarios de los beneficiarios directos) y respecto a los donantes con los que uno logra encaminar posibilidades de financiamiento estables o esporádicas.

Guillermo Valera Moreno
18 de noviembre 2010
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Mesa de Movimientos Laicales invita a Eucaristía 5 Diciembre 2010

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Lima, 13 de noviembre de 2010

Comunidades y Movimientos integrantes de la Mesa de Movimientos Laicales (MML):
Presente.-

Estimados amigos y amigas:

Estamos próximos a las fiestas navideñas y a su antesala, el adviento, el mismo que es propicio para renovar nuestro sentido profundo de esperanza y alegría por la venida de Jesús. Alguien que hizo, del misterio de la encarnación de Dios como persona, una realidad. Alguien que se hizo novedad en la revelación del amor del Padre. Alguien que vino a ponerse al servicio de todos y cada uno de nosotros, creyentes o no creyentes.

Ese contexto, de tan profundo significado para nuestra fe y nuestra Iglesia, se teje hoy con el proceso de país que estamos viviendo, donde diera la impresión que están surgiendo signos de esperanza y renovación en la política y en las aspiraciones de cambio que crece de manera muy válida entre la población.

En nuestro Perú, durante el 2010, hemos vivido varios hechos de los que tenemos razones para estar alegres, celebrar y también orar. Tres de ellos los podemos identificar en los éxitos que ha tenido nuestra gastronomía a todo nivel, y es motivo de acción de gracias a todas las personas que se dedican a ello, en especial, a uno de sus principales promotores, Gastón Acurio. Otro hecho lo hemos vivido en la designación del Premio Nobel de Literatura 2010 a nuestro escritor Mario Vargas Llosa, cuestión que nos ha llenado también de orgullo internacional y muy justificado. Lo tercero tiene que ver con el hecho de la continuidad democrática que se ha expresado en las últimas elecciones municipales y regionales, cuestión que ahora se proyecta a la renovación del Congreso y Presidencia en abril del 2011 siguiente.

Sobre esto y muchos hechos más tenemos razones para hacer eucaristía, para dar gracias, para motivarnos a cosas mayores y también para orar profundamente. Porque necesitamos hacernos más parte de procesos que nos ayuden a crecer como país e Iglesia. A ser mejor testimonio y a establecer un mejor compromiso con los más necesitados y débiles en nuestro país, nuestra Patria Latinoamericana y el mundo globalizado en el que vivimos.

Es en ese espíritu, reconociéndonos hijos de un mismo Padre y cercanos a los más necesitados, que queremos celebrar nuestra Eucaristía. Compartida con todos los integrantes de la Mesa de Movimientos Laicales (MML) y amigos en general que se identifican con éstos propósitos y aspiraciones. Para contagiarnos de una misma inspiración y sentido profético. Para renovar nuestra opción por la vida, las personas, el cuidado de la tierra, la convivencia, el bienestar de todos y la felicidad. Sintiendo que es tiempo de renovación de nuestro sentido de amar y de sentirnos amados. Es tiempo de gratuidad y esperanza. Es tiempo de mayor compromiso con los destinos de nuestro país.

Por tanto, los esperamos el domingo 5 de diciembre de 2010, a las 10 a.m., en el Colegio de Jesús (altura de la cuadra 24 de la Av. Brasil, en Jesús María). Para ese día, cada comunidad o movimiento de la Mesa (MML) debe de traer lo siguiente:

a) Una petición para el momento de la Homilía, vinculada a la reflexión de las lecturas del día y el proceso político del país. Designar una persona en cargada.
b) Una ofrenda que exprese lo más significativo de su quehacer realizado en el presente año. Designar una persona en cargada.

Además se solicita que todos los asistentes puedan traer algún objeto que se pueda donar a una gran canasta navideña. El objeto puede ser algún producto alimenticio, ropa, juguete, libro u otro que se considere pertinente. La canasta navideña será donada a una institución benéfica.

Reciban nuestros fraternos saludos, atentamente,

Mesa de Movimientos Laicales
CHC, CVX, JOC, EDOP, MIAMSI, MPC, MTC, UNEC
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Ángel, ese nuestro viejo asesor…

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º “El que a veces yo me sienta un camello no significa que yo sea un camello”. Palabras de Ángel Palencia sj cuando, en alguna entrevista personal, se le hablaba sobre los vaivenes de la vida de uno y de cómo uno se podía sentir por las circunstancias que pudiera estar atravesando. Ángel era muy figurativo en las cosas que quería expresar y se dejaba entender de manera meridiana.

º Sus explicaciones en detalle sobre alguna estrofa del evangelio, al momento de la homilía, en la misa dominical comunitaria, era otra de las características de Ángel. Nos daba toda una cátedra sobre teología-historia-biblia-lenguaje-sociología-antropología… todas juntas. Era una manera de aprovechar también la misa, dentro de los espacios comunitarios, para brindar formación en los aspectos que se identificaba que había más falencias entre los participantes.

Realmente aprendíamos muchas cosas en esos 20 – 30 minutos (solo de homilía) que se tomaban para dicho propósito. En algún caso hasta mapa se incluyó en tales gratas explicaciones. Es muy probable que ello le diera pauta al mismo Ángel para trasladar esas inquietudes (que profundizáramos en la biblia) hacia aspectos o medios más masivos dirigidos hacia la gente más en general. De allí sus programas en la radio, los cuales tomaron aspectos más variados, pero igualmente de información básica y de interpretación útil sobre dichos temas.

º Tenía una mirada muchas veces descansada. En realidad su mirada mostraba y decía mucho de su estado de ánimo. Era bueno conversar con él teniendo al frente su mirada de paz, signo de comprensión, de cariño, de persona que se disponía a escuchar y a gozar de la vida que podía ser compartida con él. Realmente disfrutaba adentrándose en la vida de uno, la de todos los que se envolvían con su maestría para el eco. Porque le hacía sentir mejor las resonancias más significativas de la propia vida en uno mismo y a saber deducir con más inteligencia lo que podía ser mejor para uno o la necesidad de decidir por uno mismo lo que podía corresponder, incluyendo la posibilidad del error.

Sin embargo, no sólo su mirada, podía cambiar ante situaciones de tedio / adversas / de injusticia (o que para él podía sentirse como tales). Y se transformaba -de pronto- en un iracundo y altisonante reclamador sobre algo que no cuadraba en su manera de ver las cosas. Por ejemplo, una vez llegábamos a la casa de una buena amiga para celebrar su cumpleaños. Venía Ángel con nosotros en la movilidad de otro amigo. No terminábamos de estacionar cuando un vigilante particular nos avisa que no era posible hacerlo allí sino que debíamos hacerlo en otra parte. Claro, se trataba de una vía pública, por lo que era un tanto arbitraria dicha indicación. Pero Ángel no sólo reclamó brevemente como el conductor de la movilidad.

Él montó en cólera y con voz elevada hizo retroceder la “orden” que se nos había dado, validando que estábamos bien en lo que habíamos hecho (el carro no se movió ya del lugar escogido). Al bajar del vehículo, teníamos a medio vecindario asomado en las ventanas de sus casa, tratando de averiguar sobre el “escándalo” que acababa de producirse, mientras nosotros entrábamos medio sorprendidos (Ángel más bien molesto y colorado) a la celebración que nos esperaba.

º Ángel era ante todo una persona que obraba con rectitud, con principios y que deseaba mostrarse de modo coherente. Contrastaba ello con su actitud personal más bien tímida y reservada, pese a que le gustaba gozar de los chistes y se reía de modo extendido cuando lo ameritaba una situación agradable. Algo podíamos intuir de sus condiciones para influir en los demás, especialmente a través de la constancia y ánimo pedagógico en los distintos aspectos de su vida. Sin embargo, no dejó de ser una sorpresa el descubrir (de modo muy positivo) que nuestro viejo y querido asesor había sido alguien muy destacado en condiciones de liderazgo, cuando su etapa escolar. El que hubiera sido delegado de su salón y tan apreciado en sus distintas características personales por los compañeros de su aula. Quizás en el fondo no debió de extrañarnos mucho pero lo fue así porque su proactividad y don de gente se diluía demasiado en su timidez.

º Darse cuenta por uno mismo de las cosas que puedan corresponder, como forma de hacerse responsable por lo que transcurre en la vida de cada uno y la de los demás. Era una de sus tantas ideas fuerza para con nosotros. Seguramente porque era una manera de saber descubrir la voluntad del Padre en discernimiento. El discernimiento lo tenía como uno de los componentes claves para una formación ignaciana y en tal efecto se insistía en cuanto espacio temático pudiera plantearse con él, ya fuera la reunión comunitaria, la eucaristía, los ejercicios espirituales, la asamblea. Ocurre que cuando se trata de un tema tan fundamental, la repetición y la recurrencia al mismo es clave para hacerlo vida cotidiana y procesarlo como sentido común, cuestión sobre la que, sin embargo, normalmente hay que volver y enriquecer.

º Ángel era una persona que daba a mostrar poco sus sentimientos más primarios con relación a lagrimear por algo. Más bien, era fácil verlo a veces triste por algo o sentido por alguna situación. Quizás algo deprimido y se mostraba porque se descuidaba en el corte de su barba. Era alguien que se obsesionaba de algo que podía “tocarlo”. Pero me impresionó mucho verlo llorar en el entierro del hermano de alguien que había tenido síndrome de Down, tanto que parecía que había fallecido su propio hermano o su madre. Realmente me hizo sentir lo que podía ser la compasión, el sentido humano y la gratuidad, expresadas en una vida que se había apagado y que para muchos quizás podía haberse visto como una vida de menor valía a la de las personas con todas sus facultades normales. Cuánto aprendí de esa noche, de esa celebración eucarística, de esas lágrimas que me hicieron llorar todo mi interior y cambiaron algunas pautas en la perspectiva que tenía de la vida.

º “Sólo resisten hasta el final los valientes”… síganme los buenos… No es literal pero frases como esas se escuchaban de los labios de ángel cuando se trataba de evitar que se quedara la comida después de habernos saciado (¿suficiente?) o se trataba de repetir el plato y tener poca vergüenza de hacerlo. Se tomaba un poco de aire, algo de líquido si era necesario, nos cerciorábamos un tanto de que fuera factible el paso a dar y, adelante, hasta que no quedara nada. Era cosa de “caballeros” evitar que se pudiera desperdiciar los alimentos… y también había algo de capacidad instalada para hacerlo. Algunos le secundábamos en tal proeza cuando se podía. Desde esa óptica, me venía la idea que Ángel podía haber gozado mucho en zonas rurales, donde le tocó estar menos tiempo (creo que sólo tuvo esa posibilidad en Yamak Entsa, Amazonas, y en Huamanga, Ayacucho, más parcialmente). De buen diente y buena disposición para alimentarse.

º Encargado de darnos sentido de realidad en las cosas que hacíamos o nos proponíamos hacer. Nos ayudó a circunscribir mejor nuestros sueños y a delinear mejor los caminos y medios que podían hacerlos realidad o el saber llegar a la conclusión de que mejor era desecharlos. De hecho, su primera aproximación al Grupo Siempre, alrededor de los ‘80s, nos permitió encaminar y proyectar una comunidad “con los pies más en tierra”. Soñar con los pies bien puestos en tierra fue quizás algo que coincidió con diversas maneras de procesarse en distintos momentos de nuestra historia comunitaria.

Tantas cosas que podemos conjugar de Ángel Palencia, ese sacerdote jesuita amigo que nos enseñó tantas cosas de la vida, encarnado en tantos procesos de historias personales y comunitarias con los que podríamos tranquilamente llenar varias hojas y gozar con ellas. Por ahora, nos detenemos para otros menesteres.

Guillermo Valera Moreno
14 de noviembre de 2010
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