Un correo electrónico es un texto que sirve para comunicarse en distintos contextos, ya que combina la inmediatez de la comunicación oral y el empleo de un soporte escrito (Garret y Dennis 2002: 95). Por estas razones, se emplea en ambientes laborales: las empresas, por lo general, suelen tener su propia red de mensajería para comunicarse de manera interna y, en ocasiones, externa. Asimismo, también se recurre a este tipo de texto en los espacios académicos e, incluso, en los de índole personal. Sin embargo, esta útil herramienta puede tornarse poco efectiva si no se considera la importancia de cada una de las particularidades que ofrece este formato para la organización de la información.
El uso cotidiano del correo electrónico ha generado que, con frecuencia, se cometan errores en su elaboración, errores que se relacionan, sobre todo, con su semejanza con la comunicación oral, como se ha señalado; es decir, se escribe como se habla. Por ello, se tiende a escribir este tipo de textos de manera, en ocasiones, muy coloquial. A continuación, se presentarán una lista de fallas comunes que se cometen al redactar este tipo de textos.
1) No se considera la intención y situación comunicativa:
En muchas ocasiones, el correo se redacta sin tener un propósito claro. Es decir, el mail debe plantear una intención comunicativa clara: informar, persuadir, convencer, etc. De lo contrario, el receptor no comprenderá, en su totalidad, qué es lo que se quiere lograr con la comunicación iniciada. También, es importante saber a quiénes se dirige el correo. No es lo mismo escribir solo a los compañeros de trabajo un mail para avisar que habrá una reunión que escribirle, también, al jefe (de ser pertinente; se debe recordar que hay que evaluar siempre con cuidado a quiénes se les copia o no el correo). El registro deberá ser más o menos formal dependiendo de la situación comunicativa.
2) No se coloca el asunto de manera clara:
El “asunto” del correo debe estar escrito en una frase nominal corta y clara. La comunicación se complica si no se plantea adecuadamente cuál será el tema a tratar, en especial cuando el destinatario no es una persona que se conozca previamente.
3) El saludo y la despedida no son planteados de manera correcta:
Al escribir un correo, es de suma importancia saludar y despedirse cordialmente. En una comunicación formal, lo recomendable es comenzar con la frase “Estimado señor/profesor/doctor” (el título puede variar dependiendo del contexto). Asimismo, es necesario cerrar el correo con la frase “Saludos cordiales” o “Atentamente”. La firma debe añadirse al final del mensaje. Se debe recordar, además, que la puntuación en las fórmulas de saludo y despedida son las siguientes:
Correcto |
Incorrecto |
Estimada profesora: | Estimada profesora, |
Saludos cordiales, | Saludos cordiales. |
A continuación, se presentan dos modelos de correo electrónicos. El primero de ellos es una versión con errores; en el segundo, estos han sido solucionados: es la versión correcta e ideal.
Imagen 01:
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Imagen 02:
Elaboración propia
Imagen 03:
Elaboración propia
Bibliografía
GARRET, Paula y Steve DENNIS
2002 La comunicación escrita en los negocios. Madrid: Prentice Hall-Pearson Educación S.A.
Elaborado por Claudia Duharte, Armando Alzamora, Ronald Gonzales, Victoria Mallorga y Yuri Sakata
Buen blog felicidades,
preciso, estuve indagando sobre el “saludo y despedida” de un correo ,
utilizacion de los signos de puntuación, sali de las dudas.
¡Nos alegra tu comentario! Seguiremos escribiendo.
Estimados señores:
tengo serias dudas respecto al uso de la coma (en vez del punto) en la despedida del correo con el “Saludos cordiales”. Yo nunca he usado una coma en un renglón aparte solo dedicado a la despedida de una “misiva”.
Atentamente.
Armando Varas de la Jara