No solo importa lo que digas, sino cómo lo digas: pautas para una comunicación eficaz

Las palabras pueden tener diversos efectos en nuestros oyentes. A veces, buscamos convencer a algún amigo para que elija un destino de viaje durante sus vacaciones o deseamos persuadirlo de que se inscriba a un curso de lengua extranjera durante el verano. Entonces, no solo esperamos ser escuchados, sino también pretendemos lograr un efecto positivo en nuestro interlocutor. Sea cual fuere la razón por la que nos comunicamos con los demás, el éxito o el fracaso de esta interrelación estará mediada por una serie de estrategias verbales que forman parte de una comunicación eficaz.

En toda comunicación subyace una intención, la cual puede referirse a la descripción de un problema, la exposición de un proyecto o la justificación de una nueva ley. Por tanto, la comunicación solo será eficaz si logra el efecto deseado en el oyente. Si deseamos conocer las pautas para transmitir eficazmente nuestros pensamientos, es importante que antes reconozcamos el contexto o situación en el que serán compartidos. Si se tratase de la firma de un contrato con inversionistas de un país vecino, el empleo del español estándar durante la conversación será la mejor decisión. Sin embargo, al redactar una carta comercial a un proveedor logístico, es probable que recurramos a ciertas fórmulas y frases propias de la correspondencia institucional. A continuación, presentamos algunas pautas para lograr una comunicación eficaz desde la perspectiva del buen hablante, el buen oyente, el buen redactor y el buen lector.

  1. En todo momento, se deben utilizar oraciones simples en voz activa y considerar los elementos de las oraciones según una estructura ordenada. Por ejemplo, complejizar innecesariamente lo expuesto a partir de construcciones oracionales poco claras o desordenadas sería ineficaz.
  1. Resulta fundamental esquematizar las ideas antes de una comunicación formal. Si el ámbito donde nos desenvolvemos es el académico, sería de vital importancia preparar esquemas de exposición y delimitar el tiempo de los mismos. De esta manera, se evitarían imprecisiones con el tiempo, el contenido y la organización.
  1. En la comunicación escrita, “es evidente que el tipo de letra, el soporte, los formatos u otros elementos gráficos o plásticos aportan valores significativos que van a integrarse en el lenguaje” (Ramírez 2002: 63). Del mismo modo, en una exposición oral, el lenguaje corporal es casi tan o más importante que el lenguaje oral. Por esta razón, los gestos, las posiciones corporales, la dirección de la mirada, los movimientos de las manos, los silencios e, incluso, la sonrisa son aspectos fundamentales que contribuirán a la eficacia del mensaje que se desea comunicar.
  1. Ser un comunicador eficaz, significa también, ser un buen oyente, así como ser un buen lector. Es decir, es importante entender al público objetivo. Entonces, se debe considerar en todo momento cómo se decodifica el mensaje, así como la reestructuración de la información sobre la base de los conocimientos previos de la audiencia o del lector. Además, será posible anticipar preguntas y fomentar el diálogo. Esta experiencia permite comprender la manera en que el mensaje transmitido es captado por el público. Así, se logrará una óptima comunicación.

 

 

Bibliografía

 

RAMÍREZ MARTÍNEZ, Jesús

2002         “La Expresión oral”. Contextos Educativos. La Rioja, número 5,                           pp.   57-72. Consulta: 14 de mayo de 2017.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/498271.pdf

 

Fuente de la imagen:

http://escueladehumanidades.unir.net/wp-content/uploads/2014/06/Sin-t%C3%ADtulo-1.jpg

 

Autores: Erika Aquino, Gaby Saito, Diego Márquez, Sebastián Canal y Óscar Gallegos

 

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