Las variedades lingüísticas se refieren al uso de una misma lengua (en este caso, el castellano) de acuerdo a la situación geográfica, la situación comunicativa y el contexto sociocultural del hablante. En primer lugar, si se presta atención, se podrá notar que las personas en España se refieren a los automóviles con la palabra “coche”, mientras que en Perú le denominamos “carro”. Esto manifiesta que dos personas pueden hablar una misma lengua, pero encontrarán variaciones con respecto al lugar en el que residen. Es notorio, por ejemplo, cuando escuchamos hablar a una persona que viene de Argentina. Nos podremos dar cuenta que usa palabras distintas o tiene una entonación diferente para algunas palabras. En segundo lugar, es muy importante tomar en cuenta la situación comunicativa, es decir, el contexto en el cual se encuentra el hablante. Realicemos juntos un ejercicio muy simple. Imaginemos que vas a tener una reunión con el rector de la universidad. Probablemente, estés pensando qué vas a decir y cómo lo vas a decir. Esto se debe a que ese contexto amerita el uso del lenguaje formal. Este también es conocido como la variedad estándar en la que tampoco se pueden notar expresiones propias del lugar en el que vive alguien o expresiones vinculadas con su edad, género u ocupación. Esta variedad es la que se impone y se habla en las instituciones académicas como los colegios y la universidad. Es necesaria para homogenizar la lengua de tal manera que los hablantes del castellano podamos entendernos. Para ello, se siguen las pautas de la RAE. Otras situaciones comunicativas, como el hablar con tu mamá por teléfono, no demandan un lenguaje formal, sino un registro informal o coloquial. Por ejemplo, probablemente, la palabra “choro” en una conversación informal con un familiar no sería inadecuada; sin embargo, sería impertinente en la reunión con el rector de la universidad. En tercer lugar, es posible también notar que las personas jóvenes hablan distinto que las personas adultas o las adultas mayores. Esto se debe a que los jóvenes suelen usar palabras que se ponen de moda y que comparten con sus amigos. A modo de ejemplo se encuentran las expresiones “chévere” o “paja” para dar cuenta que algo o alguien les agrada. Por otro lado, los adultos mayores usarían una expresión como “agradable”.
Finalmente, es importante recordar que estas variedades no funcionan separadas, sino que cada vez que alguien habla en castellano está usando variedades propias del espacio geográfico en el que se encuentra, la situación comunicativa del momento y otras referentes a su edad, género u ocupación. No obstante, en situaciones formales, se usa la variedad estándar que no está marcada por factores individuales o contextuales. Para complementar la información brindada anteriormente, puedes ver este video elaborada por Virginia Zavala y Jorge Pérez. Aquí
Bibliografía:
CENTRO VIRTUAL CERVANTES
Variedad lingüística. Consulta 18 de agosto del 2015.
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/variedadlinguistica.htm
Elaborado por Fiorella Vassi, Claudia Duharte y Carlos Salinas