Aunque se las pueda ver como independientes de cualquier otro objeto externo, independientes es lo que menos son. Desde la gravedad, algo que está muy ligado a su materialidad y sin el cual tal vez los objetos solo caerían sin detenerse a moverse más acompasada-mente, pero antes y lo más fundamental es su cuantificación intrínseca. Qué es pues cualquier objeto sin antes ser alguna unidad, alguna cuenta numérica? Tal vez como números de estrellas hayan, hayan también los mismos números en sí; de otro modo cómo podría escapar la materia a la cuantificación, haber más estrellas que números para cuantificarlas y así con las demás cosas cuantificables. No podrían ni deberían ser menos independientes los conceptos que cuantifican a las cosas que se cuantifican. Esas cosas que se cuantifican hasta están supeditadas a la distancia espacial y a la distancia temporal, aun teniendo la misma posibilidad de alcanzar los mismos espacios que pueden alcanzar otros semejantes, no puede ser obviable que tengan que haber cambiado y cambiado también su entorno. Cómo pues, siguiendo a Heráclito, podría bañarse un hombre dos veces en el mismo rio? La materia no puede negar ni evadir al cambio. Pero porque la materia no pueda evadir ni negar al cambio, no quiere decir que todo sucumba ante el cambio y a todo dentro de éste. Cuándo pues cambiará el número Uno a alguna otra cosa extraña, mutar como alguna célula unicelular en alguna otra criatura con el pasar del tiempo. Sea cual sea que haya sido la mutación de esas células primigenias, hasta donde hayan llegado, no podrían no ser lo que eran en sus inicios, aún ya habiendo creado seres pluricelulares; solo pierde su línea de consecución con la extinción de toda especie que se haya generado de a partir de las simples primeras células que eran. Parece claro que es algo que no podría sucederle a las esencias de los números, salvo que toda su desaparición ya se haya producido y se haya concentrado en lo que llamamos Cero y que de ello solo tengamos reminiscencia. Si sigue una consecución numérica tendría que no tener fin o que tenga una consecución moldeable y elástica como un número X mayor que el anterior y siempre menor al que pueda requerirse para estar como algo latente que no se deje sobrepasar por algo más lento y burdo como lo es la materia. Un número X que aunque enorme, linde nada más ni nada menos que con el cero. La circunferencia del círculo, a menos sea algo cerrado verdaderamente, debe de tener un puente entre ese primer número y ese último número que quieren juntarse para formar la mencionada figura. Cuánto es pues el valor que impide y se necesita para que se cierre por completo el círculo? Es inevitable en lo natural aun sin conocer qué sea lo natural en sí mismo, que haya objetos más veloces que otros, más adelantados que otros. Si la naturaleza quisiera sobrevivir, recomendable sería que no se fíe de lo que no es verdaderamente independiente. No se podría decir que la naturaleza no sean las cosas que son visibles y palpables, pero si quisiera sobrevivir no tendría que fiarse de eso tan cambiante y seudoindependiente. Finalmente, lo material es preso de su masa, eso material no es literalmente nada sin su masa, luego tampoco es nada sin su energía; las idealidades, en cambio, sin masa ni energía, no podrían perdurar menos que ninguna cosa no independiente. Lo independiente en último de los casos sostiene a lo dependiente. Qué mala suerte si a un independiente le tocará ser sostenido por un dependiente, no sería más que un trágico error, tal vez eso a lo que se llama anti-naturalidad. Para quienes son los que creen en la Máxima Divinidad, no hay ni podría haber otro ser sino solo Él quien de verdad es el único Ser independiente, luego nada ni nadie.