Rupestre

18 Jun 2012 poes
Esas ideas primarias, por ello importantes, no podían expresarlas como tales. Todos lo hacían? Como a la intemperie parecía mantenerse junto con ellos, pensarían que seguiría siendo así miles de años luego. Sería adrede que lo hicieran en cavernas?, pues podrían haberlo hecho en cualquier piedra, en cualquier momento que les placiera. Naturalmente una caverna es más protección que quedar a las luces del sol y de la luna, no solo para ellos, sino también para sus garabatos e intentos de figuras. Eso que veían, tenían que hacerlo, primero, idea, luego buscar el instrumento manchador y finalmente hacer la mancha. Afuera, con agua, aire, luz estelar y tiempo, eso que antes no tenía mancha, vuelve a ser tal. Cuando hacía huellas con sus pies o manos, como cuando intentaba hacer la idea, mancha, era entregar parte de sí, desgastarse un poco. Otros mirarían lo manchado por otros en las piedras y como en otras muchas cosas, tampoco tomarían interés en hacer lo mismo, sentirlo aburrido, innecesario y sin sentido. Tampoco se puede pintar todo lo que uno quisiera, vano intento, vano esfuerzo. No era bueno estar manchando lo que antes no lo estaba; quién o qué derecho le asistía, tomarse el atrevimiento de hacer algo que a otros tal vez no agradaba y cambiar, en algún grado, por su propio gusto, eso que era de todos. Seguro nadie se siente dueño de una piedra por no tener ésta valor alguno. Si se sabría que los dibujos hechos dentro, se podrían mantener más que los de fuera, eso que hacían tendría un valor más, un motivo más. Pensarían, “esto lo verán otros en otras épocas y lo llamarán arte”? Si fuese así, también tendría otro valor más. También podrían haber pensado, simplemente, que como lo que hacían afuera, como lo que también seguro hacían en lo que les servía de refugio, alguna vez desaparecería como él y a los que haya podido ver inmóviles y silenciosos, unos que ya no comerían con ellos. Tal vez quienes hacían esos garabatos, intentos de dibujos y manchas, eran solo algunos escogidos, después de todo, para modificar, eso que era de todos, deberían tener algún consentimiento y especial motivo, conmemorar algo o alguien. Los mirarían y mirarían lo que hacían y aunque no les importase, los verían extraños y raros por estar haciéndolo. Tal vez algunos más tradicionales y puritanos, se alejarían de aquellos y de donde estaban esparcidos partes de un ser quien gozaba con repartirse y desgastarse. Preferirían descansar, buscar comida, pasar tiempo con los suyos a tontear y fungir de pintor. Esto mismo, como lo otro, no dejan de ser solo manchas e intento de alguna figura. Si no hubiese ningún tipo de debates, y con ellos puntos de vista y perspectivas, todo sería más armonía como expresado correctamente lo deseado. Esas ideas primarias e importantes estarían mejor comprendidas y luego expresadas de igual modo, cero ambigüedades.

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